lunes, 4 de mayo de 2009

Crítica: Rise of the Dead

Nos han querido vender esta película como si fuera de zombies, sobretodo por su bonita portada, que casualmente resulta ser lo único bueno que tiene. Pero en realidad trata sobre posesiones casposas, unas que pasan de un cuerpo a otro y que protagonizan personas normales y corrientes, sin mostrar ni una gota de maquillaje ni ninguna dote interpretativa, limitándose ha realizar gruidos extraños, más propios de tener un problema de gases, que una posesión demoníaca.

Rodada ha modo de grabación casera, William Wedig parece estar dispuesto ha ganarse el premio al peor director con este producto cutre y ofensivo, que no aporta nada nuevo al género y que además cuenta con un final de bastante mal gusto. De la cinta, y por salvar algo de la quema, me quedaría con la actuación de su protagonista, la actriz Erin Wilk, que entre tanta patraña se nota que la chica hace lo que puede y pone de su parte.


Por si fuera poco, el guión es vergonzoso y tiene unos dudosos efectos visuales. Los zombis en la portada no salen en la película, pero parece que el estudio decidió comercializar la cinta como si se tratase de una de género zombie, en un intento de ganar algo de dinero gracias a algunos desprevenidos seguidores. Que no os engañen con esta bazofia, huye de ella tanto como puedas.


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