miércoles, 14 de septiembre de 2011

Crítica: Deadtime Stories vol:1

Si hay una figura entrañable dentro del género de terror, esa es sin duda la del señor George A. Romero, como bien comentaba nuestro buen amigo Ash hace unos días en el blog: “Romero es Romero,y la inmensa mayoría ignora que inventó este género.La forma de hacer cine de este hombre, sus mensajes, y su especial sentido del humor son únicos” en referencia a su hasta la fecha último y controvertido trabajo “Survival of the Dead”, por lo tanto, cualquier producto que venga apadrinado por semejante eminencia en la materia, debe ser tratado de entrada, con todo el crédito que merece. Y digo de entrada, por que no hacen falta mas de cinco minutos de esta nueva antología de terror que es “Deadtime Stories Vol: 1”, para darse cuenta que la presencia de el “gafotas” responde tan solo a un mero reclamo publicitario para hacer picar el anzuelo a todos aquellos que como yo, llevamos años poniéndonos palote con su inigualable saga zombie. La pregunta que debemos hacernos pues, es la siguiente: ¿como diablos se ha involucrado este hombre en semejante proyecto? Y eso lo dice alguien que siente especial predilección por un formato, el de las historietas de terror, que ha dado cosas tan grandes como las dos entregas de “Creepshow”, aquella mítica serie dirigida por Spielberg de nombre “Amazing Stories” (“Cuentos Asombrosos”), “En los Límites de la Realidad” o la mas reciente “Trick´r Treat”. Por supuesto, este primer volumen de “Deadtime Stories”, se encuentra muy lejos de entrar en tan selecto club y para la ocasión, nos ofrece tres relatos de 25 minutos, presentado cada uno de ellos por el señor Romero muy al estilo de lo que hiciera Hitchcock en su clásico serial televisivo.

La función se abre con “Valley of the Shadow” del debutante Jeff Monahan, con mucha diferencia, la mas floja de las tres historias que nos ocupan. La historia gira entorno a una mujer que busca financiación para una expedición a la selva en busca de una antigua droga que supuestamente, otorga longevidad a la vida. Pero en realidad, solo es una excusa, para buscar a su marido, desaparecido en el lugar hace un año. Una vez allí, tendrán que enfrentarse a los nativos, quienes harán cualquier cosa para salvaguardar su secreto.

Arcadas tuve que soportar a altas horas de la madrugada consumiendo semejante basura. Estoy en condiciones de asegurar, que no hay absolutamente NADA que se pueda rescatar de semejante desaguisado. Una historia sin el mas mínimo interés que se abre con una imagen que supuestamente, debe servir para bajarnos las bragas en su “sorprendente” secuencia final (lamentable, por si alguien albergaba dudas), unas interpretaciones para apretar el ojete y un desarrollo (si puede llamarse así) que no dice precisamente, cosas bonitas sobre sus responsables. Apurando mucho y apelando a aquello del buen samaritano, quizá podríamos refugiarnos de la tormenta, debajo de sus decentes efectos especiales. Nada mas.

Después de la pertinente pausa para ir cual rayo al retrete, me armé de valor y cogí por los cuernos a “Wet”, el segundo corte, dirigido esta vez por Michael Fischa, y este, por todas las zorras del infierno, no tiene la excusa de la virginidad como su compañero de arriba, pues aquí el amigo ya tiene una carrera a sus espaldas, recordemos por ejemplo aquella divertida comedia ochentera “Mi Madre es una Mujer Lobo” de 1987. Lo que nos propone Fischa es la historia de un pescador que vive en una casita en la playa y que una mañana encuentra una extraña caja enterrada en la arena, en su interior, una mano momificada. No se le ocurre otra cosa que llevársela a un tipo que vende antigüedades, quien después de contarle una extraña historia, le recomienda que vuelva a enterrar la caja. El pescador, no solo hace caso omiso, sino que desentierra otras tantas y encuentra las partes de lo que parece ser un cuerpo. Luego, las entierra juntas (no me preguntéis por qué) y de ahí sale una sirena que le visitará esa misma noche.

Después de la primera historia, pensé que las cosas ya solo podían ir a mejor, me equivoqué. Esta “Wet” es tan a mas lamentable que su predecesora, a mi por lo menos, se me hizo eterna. La historia vuelve a ser de lo mas insípida, sin gancho alguno, lo que es una lástima si tenemos en cuenta el mucho suco que se podría sacar de la figura de la siempre enigmática figura de la sirena (recordemos aquella interesantísima "She Creature" de Sebastián Gutierrez) para colmo, hay que añadir la extrema pesadez del omnipresente y divagante diálogo de besugos que se cascan los dos protagonistas, por supuesto, mero pretexto para rellenar metraje. Aquí ni siquiera podemos hablar de efectos especiales, pues a penas aparece nada llamativo. Lo único a destacar, cierta atmósfera lograda en algunos pasajes y una verdad universal: no es nada recomendable dejarse hacer una felación por una sirena.

El compás de espera fue más grande con respecto a la tercera historia, pues Morfeo me agarró con fuerza (no me preguntéis por donde) y caí rendido a sus brazos. Así que no fue a hasta aquello de las 3:00 de la mañana, que pude retomar el visionado, por desgracia, lo que había acontecido anteriormente, no había sido ninguna pesadilla.

Pero amigos y amigas, la vida está plagada de sorpresas y la fortuna puede sonreirte en el momento y en el lugar menos inesperado, por que ahora si, las que llevéis bragas cogéoslas fuerte, por que el tercer escupitajo sabe a gloria, “Housecall”, dirigido ni mas ni menos que por el adorable Tom Savini (aka “Sex machine”), es la perfecta redención a los muchos pecados perpetuados hasta el momento por “Deadtime Stories”. La historia es tan simple, como efectiva. En medio de la noche, un médico rural, recibe una llamada de urgencias de una de las granjas de la zona. Una vez en el lugar, una mujer lo recibe y le muestra a su hijo atado en la cama, pues este asegura ser un vampiro.

Que Savini es un gran director ya lo sabíamos todos, creo que quedó bastante claro con el alucinante remake de “La Noche de los Muertos Vivientes” que se cascó en 1990 (y aquí igual me caen palos), en mi opinión, muy superior a la original y una de las mejores películas de zombies que se ha parido nunca. Por eso, cuando vi su nombre en los créditos, se me quitaron todas las legañas de los ojos, se desprendió la botella de cerveza que agonizaba entre mis dedos casi muertos sin vida (acabó rodando hasta debajo de la mesita, por cierto…a ver si la recojo antes de que sea demasiado tarde) y emergí de las profundidades de un empapado en sudor sofá, en el cual, yacía atrapado, tal y como lo hiciese el Drácula de Stoker en aquella ya clásica secuencia.

Una historia cautivadora de principio a fin, sin altibajos, sin fisuras, sin respiro. Una atmósfera tan rancia como macabra que acuna a unos personajes ahora si, bien dibujados y sobretodo, bien interpretados (una experiencia nueva en la velada), destacando a un fenomenal Bingo O´Malley encarnando al Dr. Marsten, maestro de ceremonias de un relato con claras reminiscencias a “El Exorcista” en su versión vampírica, que nos mantendrá pegados a la pantalla ante la fantástica ambigüedad de su guión, desasosegante puesta en escena (esos FX de aroma "naftalínico"), tétrica banda sonora e incluso, si tenéis algo de sueño y por lo tanto, la mente algo nublada (y no habéis visto el trailer), conseguirá sorprenderos sobremanera con su brillante e inesperado giro final. Muy recomendable.

Conclusión, “Deadtime Stories” es en trazos generales, una auténtica decepción. Lamentable en dos terceras partes de su contenido, lo que sin duda agotará la paciencia de muchos y les privará de disfrutar de la desbordante imaginería de maese Savini, quien aquí perpetúa un delicioso relato vampírico. ¿Vale la pena tragarse todo lo anterior para un pequeño momento de disfrute? Pues allá cada uno con su capacidad de soportar el dolor. A mi personalmente, si me ha valido la pena, mas que nada, por que en realidad, tampoco tenía nada mucho mejor que hacer. Una cosa es segura, el segundo volumen (si corazones, lo hay), ya no me va a pillar desprevenido… o si, pues dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Ya veremos.

2 comentarios:

Josu dijo...

Vamos,que Romero simplemente presenta las histórias.La de Savini hay que verla.Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que has dicho sobre el pedazo remake que se marcó de La noche de los muertos vivientes.No sólo supera a la original,es que es la mejor película sobre zombies que se ha hecho.Un saludo.

El Rector dijo...

Si Ash tío, el truco está en sudar de las dos primeras y liarse de pleno con la de Savini, el cual por cierto, vuelve a ponerse detrás de las cámaras para dirigir otra historia corta, en este caso para The Theatre Bizarre, de la que creo se habló por aquí.

Respecto al remake de Savini, coincido contigo y ahora si, me desmeleno, la MEJOR película de zombies que se ha filmado nunca. Y el de Patricia Tallman, uno de los mejores personajes femeninos que se han visto en una peli de terror... me saltaron las lágrimas cuando años después, me la volví a encontrar en la serie Babylon 5.

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