domingo, 31 de julio de 2011

"Carré Blanc", un futuro distópico para Sitges 2011

Uno de los títulos más polémicos que se podrán ver en el próximo Festival de Sitges 2011, será la francesa "Carré Blanc", de ella aseguran que fusiona el oscuro absurdismo de Franz Kafka con la precisa imagen glacial Tarkovskiana, casi nada. En su ópera prima, el cineasta francés Jean Baptiste Leonetti, nos presenta un fúturo próximo y muy negro bajo una astuta y satírica crítica hacia el capitalismo que asola nuestra actual economía. Una distópica y sombría cinta de ciencia ficción que bajo la frase "En el futuro, la sociedad más débil será asesinada y utilizada como carne", seguramente dará mucho que hablar. La cinta, que ya sorprendió en el Marché du film del Festival de Cannes, tiene previsto su estreno en los cines de Francia el próximo 7 de Septiembre, para posteriormente estrenarse en Sitges.

"En un mundo deshumanizado, Philippe y Marie dos adolescentes cuyos padres han sido destruidos por el sistema, terminan en un orfanato donde los métodos de enseñanza son aterradores. Veinte años más tarde, son marido y mujer. Philippe es un ejecutivo frío e implacable y tiene un papel activo en el sistema. Marie, observa impotente en que se ha convertido su relación: una pareja de auténticos desconocidos que conviven juntos. Todo cambia cuando Marie decide saltarse las normas y desafiar al sistema para intentar salvar lo que aún queda de su amor..."

Crítica: Slime City Massacre

Momentos para ver una película de terror hay muchos y muy buenos. Quizá, a las 2:00 de la mañana después de una corta pero intensa velada en la siempre sombría noche barcelonesa no sea uno de ellos. El caso es que un servidor, aunque no suele prodigarse mucho por el exterior y mucho menos en según que situaciones, esta pasada madrugada llegó a casa en un estado tan poco afortunado como inusual y pese a ello, ni corto ni perezoso, se animó a hacerle una visita a su estimado disco duro (lo siento José, pero yo no soy un tipo con tantos principios como tú) a ver si entre los dos, podíamos negociar un visionado apañadete. Ahí apareció sobre la mesa el título de “Slime City Massacre” y bueno, como no tenía ni puta idea de que iba la cosa, me pareció una opción tan buena como cualquier otra. Me la puse, me tumbé en el sofá y bueno… lo siguiente que recuerdo son unas horribles pesadillas que tenían como protagonistas a un grupo de personas de colores, si, había un tío de color verde, otro de color azul, una chica rosa… también recuerdo cuerpos sudorosos y lascivos, ah, y a Lloyd Kaufman exterminado a manos de una especie de desastre radioactivo o algo así. Esta mañana me desperté, a eso de las doce del mediodía con una resaca horrible, lo bueno, es que a mi lado no había ningún gordo barbudo lleno de tatuajes abrazado a mi cual osito de peluche (como de seguro os habrá ocurrido a muchos de vosotros en alguna ocasión después de una noche de excesos). Así que con algo mas de lucidez, me dispuse a terminar lo que había comenzado hace unas horas. Esta vez me documenté un poco, descubrí que “Slime City Massacre” es la secuela de una tal “Slime City” (en territorio español se conoció como “Despedazator”) que dirigió un señor llamado Greg Lamberson allá por 1988 y que él mismo, es el encargado de hacer lo propio con la cinta que nos ocupa. Me la puse, me tumbé de nuevo en el sofá y bueno… descubrí perplejo que al alcohol no había tenido ninguna culpa en los extraños acontecimientos acontecidos la noche anterior y que lo que se esconde detrás de “Slime City Massacre” es ni nada menos que, gente de colores y cuerpos sudorosos y lascivos.

“Slime City Massacre” nos sitúa en el centro de la ciudad de Atlanta, siete años después de que una bomba suicida exterminase a gran parte de la población y convirtiese el lugar en una zona radioactiva, su nombre, Slime City. Entre los escombros, los supervivientes intentan sobre vivir a duras penas, miles de indigentes luchando por un trozo de comida que llevarse a la boca. Alexa y Cori son una pareja que al igual que los demás, intenta buscarse la vida, lo que les lleva hasta un antiguo edificio al que consiguen acceder gracias a que el azar puso en sus manos un juego de llaves del recinto. Allí, en las profundidades del edificio y a salvo de la corrupción y la miseria que les rodea, conocen a otra pareja, Alice y Mason, con los que entablan amistad. Una noche, investigando la zona, descubren una vieja despensa llena de botellas de vino y de unos extraños recipientes de yogurt. No tienen ni idea, que aquello es el resultado de un macabro ritual celebrado año atrás y que su consumo, desencadenará una serie de terribles acontecimientos.

Se supone que la primera “Slime City” es una especie de filme de culto de la serie Z o algo así, yo sinceramente, no tengo ni puta idea, mentiría si dijese que la recuerdo. Lo que si se, es que esta segunda parte es una de las experiencias mas surrealistas con las que me he topado últimamente, y creedme, no han sido pocas.

La historia se resume muy rápido, en un marco post apocalíptico (de acentuado regustillo a aquellos filmes futuristas que se hacían en Italia en los años 80, como… utilizad la imaginación leches, que sigo con resaca y pocas ganas de pensar), un grupo de supervivientes, descubren casi por accidente, un oasis en medio del desierto, o lo que es lo mismo, una despensa con cientos de botellas de vino y tarros de yogurt. El fin de sus problemas alimenticios sin duda. Pero también el principio de algo mucho peor. Pues resulta y cuidado por que es un poco SPOILER, aunque también diré que no creo que saberlo perjudique en absoluto su futuro visionado, que el susodicho yogurt, no es otra cosa que ectoplasma (si tíos, y prometo que estoy totalmente sobrio) y el vino, una especie de conductor para que las almas de los espíritus puedan poseer el cuerpo de sus víctimas. Una vez consumidos los productos, los pobres diablos se ponen super cachondos y sienten la necesidad de follar como animales durante horas, aunque (y aquí viene la parte mala) también despierta en ellos un deseo irresistible de matar al prójimo, por no mencionar los sabidos inconvenientes que se asocian a todo estado de posesión demoníaca, claro está. En este caso, los individuos cambian adquieren una textura gelatinosa (te quiero Blu) y cambian de color. Unos se vuelven rosa, otros azules, verdes, naranjas, depende de cada uno y, se convierten en adictos de la substancia, la cual tienen que seguir ingiriendo de forma habitual para evitar el denominado “mono”.

Esta es la estructura de “Slime City Massacre”, consumir, follar y matar, lo que no voy a negar que puede sonar muy divertido, pero a la práctica no lo es tanto. Mas que nada por que estamos ante un filme bochornoso en casi todos sus aspectos. El guión es lamentable (si es que realmente existe tal cosa), las actuaciones son… bueno, esto tendréis que comprobarlo “in situ”, pues me quedaría corto, el sentido del humor típico de este tipo de producciones, brilla por su ausencia y el esperado festín de sangre y vísceras, se hace demasiado de rogar. Pero dicen que mas vale tarde que nunca y por lo menos, en su tramo final vamos a encontrar el chute de gore y mal gusto que se nos había prometido, expiando muchos de los pecados perpetuados a lo largo del filme. Y eso que los efectos especiales, no destacan precisamente por su calidad, pero una cosa si tienen, simpatía. En este sentido, el último tercio del filme, recuerda mucho al cine del señor Frank Henenlotter, tanto visualmente, como por lo dantesco de las situaciones.

En este sentido, el filme deja algunas secuencias para la prosperidad, como la de una mujer que queda reducida a una especie de puré de calabaza en una bañera, mientras tan solo su cara mantiene consistencia física y le suplica a su pareja que se la folle, el tío le dice que eso va a ser difícil, pero en un claro acto de amor, comienza a remover la substancia viscosa con el dedo mientras la mujer explota en mil orgasmos o la de la misma señorita ahora si con flamante nuevo “chasis” y una enorme vagina con dientes (mucho menos sutil que aquella de “Teeth”) entre los pechos dispuesta a devorar todo aquello que se le ponga por delante.

Conclusión, “Slime City Massacre” es una película técnicamente desfasada y bochornosamente mal realizada. Mala historia, mal guión, desarrollo carente de ritmo (atención a los lamentables flashbacks) malos actores, malos efectos especiales (aunque entrañables dada su mimosa naturaleza clásica) y carente de sentido del humor mas allá de alguna pequeña pincelada. Por el contrario, (y dejando de lado algunas virtudes como su buena banda sonora o su claro transfondo social) tan dantesco resulta el espectáculo, que a uno, no le queda otra que acabar claudicando y rindiéndose ante semejante experiencia. Algo que descubrimos cuando comenzamos a disfrutar su último tercio, una oda a lo bizarro donde la gente de colorines, el ectoplasma pasteurizado o las vajinas de un metro, nos demostrarán una vez más, la eterna sabiduría del refranero popular con aquello de que “si bailas con el diablo, el diablo no cambia, te cambia a ti”. Por supuesto, y misticismos a parte, quien no quiera entrar al juego, lo único que va a encontrar aquí es una grandiosa pérdida de tiempo, cordura y por que no (y hablo por mi), sueño. Mala a rabiar, si. Pero a veces, las cosas más inesperadas, las cosas mas extrañas, pueden resultar desconcertantemente atractivas, incluso, adictivas. ¿Jugáis?

Crítica: Saw 6

Corría el año 2004 cuando un joven director de nombre James Wan y procedente de Malasia, llamó la atención con una modesta película que combinaba de manera muy acertada el género del “thriller” policiaco con el por entonces renacido “torture porn”. La cinta en cuestión: ‘Saw’ (‘Saw’, 2004).

El tremendo éxito de aquella interesante propuesta hizo que los mecenas de la meca del cine no tardaran en continuar “un juego” que ya no daba para más una vez finalizada la primera entrega.

Aún así, y debido en gran parte a las personas (yo me incluyo) que disfrutan viendo en una pantalla el dolor ajeno, las brutalidades, la sangre, las torturas, el “gore”... En definitiva, que se deleitan con las películas malsanas, la saga ha continuado hasta esta sexta entrega (ya está filmada la séptima... ¡¡¡En 3D!!!). El público pide, los productos llegan (¿o es a la inversa?).

Como ya he mencionado, la saga no debía haber continuado más allá del desenlace de la primera entrega. La cinta de James Wan tenía sus defectos (era muy tramposa, a ratos incluso absurda), pero hay que reconocerle su efectividad (y también era bastante entretenida). Sin embargo, a partir de la segunda entrega, desde el comienzo ya todo funcionaba de manera desastrosa, sin apenas interés, repitiendo una y otra vez lo visto en la cinta de Wan pero peor. Así pues, ¿por qué seguir acudiendo al cine año tras año (cada año se estrena un nuevo capítulo) para continuar viendo más de lo mismo?

La respuesta es sencilla: queremos ver mutilaciones y sangre, punto. No hay más.

Somos “voyeaurs” cinéfilos (y cinéfagos) que disfrutamos viendo dislates, salvajadas y atrocidades inhumanas, es lo que hay, es lo que somos, y los que hemos visto las seis entregas estrenadas hasta ahora, veremos la séptima porque no lo podemos evitar. Es nuestro sino.

Salud mental aparte, hay que reconocer que estas películas entretienen (a pesar de lo repetitivas que resultan) y no engañan a nadie (si a estas alturas te sientes estafado es que tienes pocas luces). Para los amantes del “gore” esta saga es casi como una isla en medio de un gran océano, y no precisamente por su calidad, sino por su alta producción (como ya he mencionado, se realiza una al año aproximadamente) y por su total descaro a la hora de mostrar sangrientas bestialidades.

Cada vez son más explícitas e insanas, nada recomendables, no ya para los más jóvenes que son fácilmente influenciables (que también), sino sobre todo para ese tipo de seres que no saben discernir entre realidad y ficción, que todavía creen que lo que ven en una pantalla es real (créanme, los hay así).

En fin, esta sexta parte de la serie tan sólo es recomendable para los muy, pero que muy “fans” de este tipo de películas que se enmarcan dentro de ese género que es el “torture porn” y/o el “gore”. Los demás, abstenerse.

En una frase: es como cualquiera de las secuelas anteriores.

Lo mejor: aun a riesgo de parecer un perturbado, las escenas más sangrientas, escabrosas y malsanas.

Lo peor: el resto.

Crítica: Choose

Todas las decisiones que tomamos tienen repercusiones en nuestras vidas. Muchas veces hemos escuchado esta frase y muchas otras la hemos vivido en carne propia. Algunas de estas decisiones, nos afectan positivamente y otras, no resultan tan acertadas. Pero, ¿si tuvieras que tomar una decisión en la que, no importa el camino que escojas, perdiéras una de las cosas que más valoras en tu vida? Pues esa es la idea que tuvieron los escritores Brandon Camp y Mike Thompson al momento de rasgar sus papeles con esta idea y el director Marcus Graves al momento de plasmarla en pantalla.

“Choose” va de un tío chungo que acorrala a sus víctimas en situaciones donde se ven obligados a escoger que perderán, pero las opciones que les presenta de todas formas afectarán el aspecto que consideren más importante en sus vidas. Es una especie de super villano, que no deja en la escena del crimen ninguna evidencia que permita identificarlo y que dirige a sus víctimas exactamente a donde él quiera que vayan. Las noticias de estos juegos morbosos se esparcen rápidamente y llegan hasta Fiona Wagner (interpretada por Katheryn Winnick), quien ve una extraña relación entre este criminal y el suicidio de su madre, por lo que comienza a investigar sobre él.

Fiona, aunque hija de un detective, tiene una habilidad impresionante para resolver misterios y crímenes, que no tienen nada que envidiar al agente 007. Este fue un aspecto que no me gustó mucho de la película, ya que pierde mucho del suspenso y del realismo por lo rápido que logra atar cabos y resolver misterios, como si fuera algo que hace todos los días. La interpretación de Fiona estuvo bastante bien, al igual que las del resto de los personajes, excepto el villano. Desde que aparece, su voz se escucha demasiado forzada por intentar sonar demasiado terrorífico, y cuando finalmente revelan quien es, la actuación es aún peor.

La dirección de Graves tampoco me impresionó mucho. Revela demasiada información enfocando las tomas de cámara y los diálogos a cosas especificas, al punto de que ningún giro de la película me pareció inesperado o sorprendente, y ya para antes de la mitad de película, me imaginaba quien era el anónimo y “sospechaba” como terminaría (y no me equivoque). De igual forma, la música y los efectos de sonido de “Choose” , salen del mismo molde de lo que hemos podido escuchar en casi todas las películas de misterio/terror estadounidenses, que encajan muy bien con la escena, si, pero que no llegan a la originalidad de producciones como “The Collector”, por nombrar una, y simplemente se olvidan. Ahora, si bien les dije los aspectos que no me gustaron, también tengo que decir que me gusto mucho el ambiente de suspenso que se logra en las partes más intensas y como se trabajan las escenas donde el villano se entretiene con sus víctimas. También, la idea que mueve toda la película me pareció muy interesante y con mucho potencial para llegar a ser una muy buena producción.

“Choose” comienza con una intensidad impresionante y crea muchas expectativas, pero al final no termina de estar a la altura de las circunstancias (por mucho que me duela decirlo). Esperaba mucho de esta película al ver la escena de apertura, pero, aunque parecía que la podían rescatar del naufragio en algunas escenas casi tan intensas como la que abre el filme, se les escapo la oportunidad entre las manos, ya sea por la mala interpretación del sádico antagonista, escenas mal logradas o fallos en el guión (como ya había comentado sobre lo precoz que resuelven los misterios).

Dicho todo esto me toca decir que, ante todo, es una producción que me pareció muy entretenida y que logró mantenerme en suspenso la mayor parte de su duración. Mi mayor queja viene por la manera en la que trabajan una escena hasta llevarla a un nivel de intensidad altísimo, creando altas expectativas y luego te dejan con las ganas. Fue una idea a la que le pudieron sacar mucho más provecho del que lograron y haber creado un trabajo mucho mas personal. Tuvieron un planteamiento original, pero no fue bien aprovechado. De todas formas se puede disfrutar, pero solo para entretenerte un rato.

sábado, 30 de julio de 2011

Tráiler y póster de "Kiss Before the Slaughter", cine de terror salido de las entrañas

Uno de los nombres más prometedores de la escena es, sin duda, el de John Michael Elfers. Su ópera prima titulada "Finale", se llevó diferentes galardones en los festivales especializados y resultó ser todo un -tour de force- de lo que conocemos como arte, una cinta oscura y alucinógena, inspirada en la trágica muerte de su propio hermano y bajo la influencia de los clásicos de Dario Argento y otros grandes de Italia. Con "Finale", Elfers demostró ser un director con un agudo sentido de la vista y poseer un don para crear siniestras imágenes a través de una cámara.

Ahora, John Michael Elfers ha encontrado a los patrocinadores necesarios para embarcarse en el rodaje de su segundo largometraje, "Kiss Before the Slaughter", una road movie en donde el sexo y la muerte viajan de la mano a través del soleado desierto mexicano. La cinta es poseedora de un guión incluido en la Blood List del 2010 (lista de los mejores guiones de horror aún por realizar) y se llevó el premio al mejor guión en el A Night of Horror International Film Festival de Sydney, Australia. Descrita como "acción, gore, sexo y violencia, con todo el amor del corazón", Elfers ha lanzado el primer tráiler para así poder aumentar la financiación para su film, el cual tiene previsto lanzar en 2013.

"Bradley y su ex-novia Raquel inician un viaje hasta México con el fín de conseguir un donante de pulmón en el mercado negro para ella. En pleno desierto, descubren que la organización clandestina que se puso de acuerdo para ayudarles, son auténticos carniceros de unos desprevenidos e inocentes "donantes". Salvar a esta gente significaría perder a Raquel...Y dejarla morir significaría salvar a un grupo de desconocidos..."

viernes, 29 de julio de 2011

Sushi Girl, ¿Quién dijo que el sushi era insípido?

Hoy vengo contento. Primero comenzamos el día con unas gitanas maldiciéndome, según las cuales, no llego a navidad (esperemos que no sean tan hábiles como la señora Ganush de “Arrástrame al Infierno” o ya tengo al puto Lamia aporreando la puerta de mi casa esta noche). Luego, tengo la genial idea de ir a buscar unos discos de música que le faltan a mi discoteca, para lo cual he tenido casi que levitar entre las hordas de “guiris” y maleantes internacionales que infestan el centro de Barcelona, por supuesto no he encontrado ninguno de los discos, una de las experiencias mas frustrantes que puede experimentar el ser humano… y para colmo, llego a casa empapado en sudor y con ganas de matar a alguien y me topo de narices con el puñetero apocalipsis… ni una miserable cerveza en la nevera, por lo que he tenido que tirar de leche de soja, y bueno, pasa bien, pero no es lo mismo. El caso es que por todo esto, hoy me apetecía traeros una película violenta, de venganza a poder ser. Y la he encontrado, ¿su título?, sugerente, muy sugerente, “Sushi Girl”. Thriller de venganza gestado por un tal Kern Saxton (mentiría si dijese que conozco algunos de sus trabajos previos, que los tiene) y que además de su llamativo título y no menos picantón póster promocional, lo que mas me ha llamado la atención es la presencia de algunos nombres ilustres entre su reparto, tales como el de Tony Todd (“Candyman”, “Hatchet”, "Hatchet 2”), Danny Trejo (“Machete”, "Predators") o incluso el mítico MarK “Skywalker” Hamill. Viendo el trailer, pues no se, no me atrevería a mojarme, pero por lo menos, me he desahogado un poco. Gracias.

Tras seis años encerrado en prisión por robar un banco junto a otras cuatro personas, a las cuales jamás delató, un tipo apodado “El Pescado”, queda en libertad. Esa misma noche, sus cuatro socios (que no amigos), le preparan una cena muy especial, un banquete de shushi servido en el cuerpo desnudo de una bella mujer. La emotiva velada acabará convirtiéndose en un puro y duro ejercicio de venganza y violencia desenfrenada cuando todas las partes implicadas intenten hacerse con el botín escondido.

miércoles, 27 de julio de 2011

Artículo: Cine Extremo Francés

Siglo XXI. El año, 2009. Entra en escena ‘Saw VI’ (‘Saw VI’, Kevin Greutert), sexta entrega de una de las más exitosas sagas de terror de todos los tiempos. ¿El expediente X? Se censura en España.

“Inaudito, dantesco y rocambolescamente kafkiano”. Es lo primero que pensé al leer la asombrosa noticia: ‘Saw VI’ ha sido censurada en España.
El anuncio resulta todavía más absurdo teniendo en cuenta que ya se han estrenado cinco entregas antes (más o menos igual de violentas y salvajes que esta sexta parte)...
Y no se censuraron...

No tengo ganas de indagar en las (absurdas) razones por las cuales se censuró dicha película, pero hay varias teorías, entre otras, la de que el estreno de la salvaje cinta de Greutert coincidía con el estreno de la gran superproducción española de aquel año: la entretenida sin más ‘Ágora’ (‘Ágora’ Alejandro Amenábar’, 2009).

No sé si es cierto o no (no me extrañaría nada de nada), pero ni lo sé (con certeza) ni me importa. Lo que sí me importa y mucho, es que se censuren películas, y más aún teniendo en cuenta que la mayoría de las películas que se censuran, son las que a mí personalmente más me interesan.

Es por eso que me he lanzado a la divertida empresa de escribir sobre un puñado de películas (siete para más señas, de las cuales cuatro no han llegado a España, -ni a las pantallas de cine, ni al DVD-) algo extremas -y francesas-.

Que conste que las que no han llegado a distribuirse, no las he visto de “esa manera que todos conocemos”, no, sino que tuve la inmensa fortuna de poder disfrutarlas en el impresionante y gozoso Festival de Cine de Sitges (concretamente en los años 2007, 2008 y 2009, -por cierto, experiencias únicas que recomiendo fervientemente a todo aquel aficionado al cine de género-), dos de ellas en pantalla grande y con Dolby Surround, las otras dos en pantalla gigante y con sonido atronador.

Debo añadir que no he puntuado las películas, ya que para mí, las siete películas que se encuentran a continuación son de 10. Sí, lo reconozco, me he dejado llevar por mi entusiasmo, pero debo ser sincero conmigo mismo. Está claro que no todas son obras maestras ni mucho menos, pero las horas de diversión que me han proporcionado es algo que ni puedo olvidar ni debo pasar por alto. Lo digo alto y claro, disfruto mucho con este cine, y por supuesto no me avergüenzo para nada. Al contrario, lo reivindico constantemente, y con este especial, intento aportar mi granito de arena para que, de una vez por todas, los prejuicios se dejen de lado y todas aquellas personas que tanto critican este tipo de películas, puedan abrir sus mentes y descubrir un cine que, a la postre, resulta narrativa y formalmente más virtuoso que todas esas películas a las que dichas personas rinden pleitesía.

No me enrollo más, que sé que empezáis a impacientaros por saber qué películas he seleccionado, -y porque tampoco quiero que perdáis mucho tiempo de vuestras vidas leyendo sobre un tipo de cine que, según algunos, resulta detestable y ofensivo-.
Como ya he dejado caer antes (más que nada por el –explícito- título), las seleccionadas forman parte de esa nueva hornada de cine extremo francés que ha surgido en los últimos años. Y es que los franceses cuando se ponen serios, son muy pero que muy bestias. Espero que disfrutéis leyendo este especial tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.
Bon appétit ;)


ALTA TENSIÓN (‘Haute Tension’, Alexandre Aja, 2003)

Máxima diversión

Alexandre Aja se dio a conocer al mundo con esta sangrienta película, -cuatro años antes había debutado con el largometraje ‘Furia’ (‘Furia’, 1999), basada en el relato corto ‘Graffiti’ del escritor Julio Cortázar-, que triunfó en el Festival de Cine Fantástico de Sitges en el año 2003 llevándose los premios a mejor director, mejor actriz (la guapísima Cécile de France) y el de mejor maquillaje -realizado por el gran Gianetto de Rossi-.

En cierto modo ‘Alta tensión’ (‘Haute Tension’, 2003) fue la película que lo comenzó todo. Me refiero a esa producción de películas francesas y muy salvajes (y de las cuales también comentaré algo sobre ellas más abajo), -‘À l'intérieur’ (‘À l’intérieur’, Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2007), ‘Frontière(s)’ (‘Frontière(s)’, Xavier Gens, 2007), ‘Martyrs’ (‘Martyrs’, Pascal Laugier, 2008), ‘La horde’ (‘La Horde’, Yannick Dahan & Benjamin Rocher, 2009), etc,- que vienen realizándose en los últimos años y que si no fuera por el Festival de Cine que se celebra todos los años en la apacible región de Sitges o por otros medios, digamos, un tanto desafortunados, en España no se habrían podido disfrutar (exceptuando la cinta de Aja, estrenada en salas comerciales y editada en formato doméstico, -por supuesto debido a su exitoso paso por Sitges-).


El cineasta galo toma prestado un poco del “giallo”, bastante del “survival horror” y mucho del “gore” para poner en imágenes un viaje a la locura, una persecución a contrarreloj, el juego del gato y el ratón llevado al extremo y elevado a su máxima potencia.

Asistimos a un despiadado espectáculo de calidad como pocas veces se ha podido presenciar, lleno de sangre y perversión, la cinta posee un suspense de altos vuelos y una planificación excelente, un espectacular maquillaje a cargo del maestro Gianetto de Rossi, una estupenda música, -se escuchan ‘Sara perche ti amo’ de Ricchi e Poveri y ‘New born’ de Muse, además de un par de temas realmente buenos compuestos por François Eudes-, y unas formidables interpretaciones por parte del gran Philippe Nahon, -‘Irreversible’ (‘Irreversible’, Gaspar Noé, 2002), ‘Calvario’ (‘Calvaire’, Fabrice Du Welz, 2004), ‘MR 73’ (‘MR 73’, Olivier Marchal, 2008)-, y una estupenda Cécile de France, -‘Una casa de locos’ (‘L'auberge espagnole’, Cédric Klapisch, 2002), ‘Las muñecas rusas’ (‘Les poupées russes’, Cédric Klapisch, 2005), ‘Más allá de la vida’ (‘Hereafter’, Clint Eastwood, 2010)-.

Parece que estamos asistiendo a una versión moderna (y muy perversa y enfermiza) del cuento de la Caperucita Roja (con persecución por bosque incluida), donde no queda del todo claro quién es el Lobo y quién Caperucita.

La transformación (física y psicológica) de la protagonista (¿Caperucita?) resulta estremecedora, el ser humano reducido a ser (sin el humano), convertido y rebajado a sus más primigenios instintos, a una criatura sin raciocinio dispuesta a cualquier cosa por sobrevivir.

Si bien es cierto que llegando al final somos testigos de un (malogrado) giro de guión que no solo no aporta nada, sino que sobra totalmente y que hace rebajar sensiblemente la calidad del producto final, ‘Alta tensión’ es sin duda alguna uno de los mejores “slashers” que se han podido ver (y disfrutar) en mucho tiempo.

Apuntes de interés: en 1997, Aja realizó un cortometraje titulado ‘Over the Rainbow’, un curioso e interesante proyecto rodado en blanco y negro, en el cual ya se podía intuir la mala baba y el humor negro que más tarde demostraría en sus siguientes trabajos, y que estuvo nominado a la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes de ese mismo año al mejor cortometraje.

Lo que más me gusta: cada vez que la sangre y la violencia hacen acto de presencia.

Lo que menos me gusta: el “twist” final, que sin llegar a empañar la función, sí que resulta del todo innecesario.


IRREVERSIBLE (‘Irreversible’, Gaspar Noé, 2002)

Irreversiblemente brutal

Quienes conozcan a Gaspar Noé, ya saben que la sutileza es un concepto desconocido (o ignorado) por este argentino (aunque casi toda su obra la ha realizado en Francia) indómito amante de la ultra violencia.
‘Irreversible’ (‘Irreversible’, Gaspar Noé, 2002) es su obra más conocida, y de hecho, se podría decir que fue la que colocó en el mapa a Noé.

¿Los motivos? Básicamente por toda la película en sí, -añadir que la cinta está narrada a la inversa, es decir, en lugar de empezar por el principio y acabar por el final, comienza por el final y finaliza con el principio-, pero más concretamente por dos secuencias memorables:

La primera, el inicio (¿o debería decir final?) de la cinta, con un movimiento de cámara que causaba náuseas a muchos espectadores y en el que los grandísimos Vincent Cassel y Albert Dupontel se introducían en el mayor antro jamás concebido por la mente humana y buscaban desesperadamente a un tipo que había dejado a la pobre Monica Bellucci más o menos como al Jesucristo de la Pasión de Mel Gibson.

La segunda: pues está claro, la desesperante, bárbara y bestial violación de casi 10 minutos en plano secuencia (y con la cámara totalmente inamovible, -solución formal brillante y arriesgadísima-) y la posterior feroz e inhumana paliza que le propina un tipo a la muy sensual Monica.

¿Es para tanto? Siendo sincero (y que conste que me encanta esta película y la defiendo a capa y espada), pues sí. Pero... ¿Y por qué no rodar algo así? ¿Por qué quedarse siempre en las convencionales, estériles y ya cansinas estructuras narrativas y formales que se supone deben cumplirse a la hora de filmar una obra audiovisual?

‘Irreversible’ es una obra única; ¿ultra violenta? Sí, ¿desagradable? Desde luego, pero además de poseer unas imágenes impactantes, salvajes y desoladoras, también contiene toneladas de buen cine (de autor), su director demuestra tener estilo y personalidad, sus películas no solo contienen imágenes desagradables (aunque haya quien lo vea así), también hay mucha clase y carácter, y sus trabajos no deben verse solo como meros productos que buscan la provocación a toda costa.

Quien conozca la obra de Gaspar Noé entenderá perfectamente a qué me refiero, quien no la conozca, le invito a darse un paseo por su impactante y radical filmografía. Podrá gustar o no, pero no cabe duda de que Noé no deja indiferente, y eso hoy en día para mí, ya es casi un milagro.

Lo que más me gusta: prácticamente todo.

Lo que menos me gusta: es una tontería, pero cada vez que la veo lo pienso. Al estar narrada de forma inversa, lo que sucede es que el final (es decir, el inicio) de la película, resulta extremadamente blando después de todo lo visto.


SHEITAN (‘Sheitan’, Kim Chapiron, 2006)

Bart (anti)héroe de acción

Prácticamente desconocida en España, y auténtica película de culto en Francia. Si eres francés y no has visto ‘Sheitan’ (‘Sheitan’, Kim Chapiron, 2006), no te puedes considerar un verdadero francés.

‘Sheitan’ sigue ese esquema que ya hemos visto en tantas otras ocasiones: la del grupo de jovenzuelos que solo quiere divertirse y pasarlo bien a base de sexo, drogas y alcohol. Es por ello que deciden marcharse (después de liarla en una discoteca) a una casa de campo con la intención de conseguir (de una vez por todas) su objetivo.

Leyendo la sinopsis es cierto que la cosa no tiene demasiado interés más allá de las esperadas escenas de torturas, mutilaciones, desmembramientos, etc. Pero he aquí que ‘Sheitan’ por alguna extraña razón que no sabría explicar muy bien por qué, consigue atraparte y engancharte desde el principio. Quizás sea ese aura de culto que ya he mencionado que posee la cinta o quizás sea su estilo visual y sus soluciones formales, pero la película dirigida por Kim Chapiron es una pieza imprescindible que no debe dejarse pasar y cuyo visionado resulta obligatorio para cualquier aficionado al cine extremo.

No es la película que más sangre contiene, ni la que más mutilaciones tiene, ni la más “gore”, ni la más extrema, de hecho, me atrevería a decir que es la menos salvaje de todas las películas de las que hablo en este especial, sin embargo, sí que resulta de las más desagradables.

Decía William Friedkin, director de joyas como ‘El exorcista’ (‘The Exorcist’, 1973) y ‘Vivir y morir en Los Angeles’ (‘To Live and Die in L.A.’, 1985), que contando con un gran actor en una película, ya tienes el 80% del trabajo hecho. Con ‘Sheitan’ esta máxima se cumple (y de qué manera), ya que en ella se encuentra un inmenso Vincent Cassel. Impresionante caracterización de Cassel que se come literalmente la pantalla. Este actor es uno de los grandes del cine contemporáneo, capaz de bordar un papel incluso en una cinta de estas características. Inconmensurable.

Si a la magnífica labor de Cassel, le sumamos un estupendo antihéroe (el gran Olivier Bartélémy), y que por desgracia muchos verán como un idiota egoísta que siempre está cabreado, pero que en el fondo es un tipo fenomenal, - y para darse cuenta de esto solo hay que ver el final, cuando toma la decisión más importante de su vida-, un ambiente enrarecido, una atmósfera asfixiante, algo de sexo y “gore” y un excelente humor (muy) negro, pues “violà”, ya tenemos aquí un espléndido ejemplo de cómo deben hacerse las cosas.
Potente y de gran fuerza visual, ‘Sheitan’ (como ya he mencionado) es una cinta que debe verse sí o sí.

Lo que más me gusta: casi todo excepto...

Lo que menos me gusta: como suele suceder en este tipo de películas, hay que tragarse alguna que otra secuencia “chorresca” antes de poder disfrutar de lo que verdaderamente interesa.


FRONTIÈRE(S) (‘Frontière(s)’, Xavier Gens, 2007)

La matanza de los neonazis

‘La matanza de Texas’ (‘The Texas Chainsaw Massacre’, Tobe Hooper, 1974) es sin duda alguna una de las películas más imitadas de todos los tiempos. Diversas secuelas, varios “remakes”, algún “reboot” y cientos de sucedáneos han surgido a raíz de la mítica cinta protagonizada por el icónico Leatherface (Cara de Cuero).

Una de las mejores y sobre todo, más disfrutables, es esta ‘Frontière(s)’ (‘Frontière(s)’, Xavier Gens, 2007), que por supuesto, supera con creces en salvajismo y excesos a ‘La matanza de Texas’.
Como es habitual en los franceses, aunque realicen una cinta cuyo (casi) único propósito sea el de mostrar el mayor número de barbaridades posibles, siempre muestran algún tipo de mensaje social o algún recadito para ese gobierno que tanto (y disculpen mi vocabulario) putea a inmigrantes, hijos de inmigrantes, árabes, negros, asiáticos, etc.

‘Frontière(s)’ no solo no se queda atrás a la hora de mandar mensajes a su gobierno, sino que incluso los exagera.

La acción da comienzo con las elecciones del 2007 en Francia. Dos partidos se disputan el poder: uno, de derechas, el otro, de ultraderecha.

Ante semejante percal, los suburbios (banlieues) de las grandes ciudades estallan en cólera y un puñado de jóvenes (no de raza blanca), aprovechan el caos para cometer un robo y sustraer dinero. Al salir de la ciudad, se refugian en un hostal de mala muerte regentado por una familia de neonazis que hacen que Leatherface y su familia parezcan unos aficionados.

A partir de aquí está claro lo que va a sucederles a esos jóvenes cuyos orígenes y color de piel son bien distintos a los de la familia de enfermos y degenerados psicópatas amantes de la carne humana.
Bestiales torturas y salvajes humillaciones serán la tónica a partir del momento en que los jóvenes intenten marcharse del hostal al poder comprobar que han ido a refugiarse al peor lugar posible.

Explícita y retorcida como pocas, ‘Frontière(s)’ es un gozoso divertimento que supera a prácticamente todas las copias o sucedáneos que se han realizado a costa de la fundacional ‘La matanza de Texas’. Muy recomendable para los amantes de las películas en las que se atenta contra el cuerpo humano y no se respeta lo más mínimo ni la dignidad ni la vida del prójimo
Maravillosa Karina Testa. Impresionante Samuel Le Bihan.

Lo que más me gusta: casi todo.

Lo que menos me gusta: algo similar a lo que le sucede a ‘Sheitan’ (y a tantas otras), y es que utilice el mismo esquema mil y una veces visto de: grupo de jóvenes que termina en manos de unos psicópatas caníbales / perturbados / malsanos, con todo lo que eso conlleva. Es decir, el principio apenas interesa, y solo cuando han transcurrido los primeros 30 minutos es cuando realmente la cosa se pone interesante de verdad.


À L’INTÉRIEUR (‘À l’intérieur’, Alexandre Bustillo & Julien Maury, 2007)

Brutal epopeya sangrienta

Un escenario (una casa) y dos personajes (dos mujeres). Con solo estos elementos, Alexandre Bustillo y Julien Maury, directores de ‘À l’intérieur’ (‘À l’intérieur’, 2007), consiguen una de las películas más sangrientas y salvajes jamás filmadas.

Sorprendentemente explícita y “gore”, esta película levantó ampollas entre los más puritanos y causó orgasmos entre los seguidores del cine extremo y “gore”. Y la verdad es que no es para menos, porque pocas veces se ha podido presenciar un espectáculo tan cruel y feroz.

Los directores galos consiguen el máximo con el mínimo apoyándose en un escenario claustrofóbico y ayudándose de unos FX tremendamente sangrientos y efectivos, a lo que hay que sumarle una magnífica puesta en escena y unas excelentes interpretaciones de la sensual Béatrice Dalle (turbadora a más no poder) y de la guapísima Alysson Paradis.

Un sangriento festival de poco más de 80 minutos en los que el fan más acérrimo encontrará multitud de detalles interesantes (y atroces), ahí se encuentran entre otras lindezas: una (auto) traqueotomía, un brutal disparo (más bien parece un misil) en la cabeza, pero eso sí, por encima de todo, destaca una bestial cesárea, una secuencia magistralmente rodada y exageradamente explícita, todo ello filmado con un intencionado realismo escalofriante.

Hay quien le encuentra multitud de incoherencias a la cinta, no diré cuáles porque tendría que desvelar partes de la trama y no me gustaría tener que destripar (nunca mejor dicho) la película a aquellas personas que no la han visto, pero debo decir que el cine de género juega en otra división, y lo que en películas, digamos convencionales, resulta absurdo, en este tipo de cintas no deriva así.

Alguien podría pensar que cuando a una persona se le dispara (suponiendo que no muera), o cuando se le cercena una extremidad, esa persona apenas debería poder moverse, pero eso es en la realidad. En la ficción (y las películas lo son), las reglas son bien diferentes, y más aún en el cine de género –y sobre todo en el cine “gore”-, donde se tiene un concepto muy particular de la resistencia humana.
Si no se jugara con esas reglas, la mayoría (por no decir todas) de las películas incluidas en este especial y por ende, todas las películas pertenecientes al cine más sanguinolento y extremo no existirían, y eso es algo que entristecería a muchos.
Disfrutemos pues y dejémonos llevar.

Lo que más me gusta: todas y cada una de las explícitas y muy bestias secuencias en las que la sangre hace acto de presencia.

Lo que menos me gusta: corro el riesgo de repetirme, pero como ya he mencionado en más de una ocasión, tener que esperar un poco para que la fiesta del “gore” dé comienzo.


MARTYRS (‘Martyrs’, Pascal Laugier, 2008)

Explícita pero menos

Cuando se presentó ‘Martyrs’ (‘Martyrs’, Pascal Laugier, 2008) en diversos festivales de cine se habló de ella como la película más extrema jamás filmada. Extrema es, eso nadie lo pone en duda, pero –y a riesgo de parecer un verdadero psicópata-, después de visionarla y reflexionar (no demasiado) sobre ella, llegué a la conclusión de que no era para tanto.

No me malinterpreten, no digo que la película de Laugier no sea extrema y brutal, pero da la sensación de que se exageró muchísimo cuando se habló de ella en su presentación. Es más, para el que suscribe, ‘Martyrs’ es una de las cintas menos salvajes de todas las incluidas en este especial.
Así pues, aquí tenemos otra buena muestra de lo que el “marketing” puede llegar a hacer.

Sin embargo esto no es lo que más me molestó de esta cinta. Lo que me dejó un poco frío, fue su tono pedante, -una pedantería que se confirmó al acudir a la rueda de prensa que hubo tras la proyección de la película (en Sitges 2008) y en la que se encontraba Pascal Laugier en plan: “mi película tiene mensaje, no es una más de vísceras y sangre” (yo vi precisamente esto último, pero bueno, si Pascal lo dice...-.
El director intenta darle una trascendencia al relato que para mí resulta del todo innecesaria, a pesar de que muchos espectadores lo vieron como el gran acierto de la cinta.

Pero más allá de la pedantería y de la pequeña decepción sufrida al no haber visto un espectáculo extremadamente salvaje (tal y como nos prometieron), es cierto que ‘Martyrs’ termina destacando por encima de la mayoría de las películas de este género, porque, y esto sí que debo de reconocerlo, la cinta posee un acabado extraordinario.
Sus valores de producción sobresalen por encima de cualquier otro aspecto y terminan por convertir a la cinta de Laugier en una de las más “elegantes” realizadas jamás dentro del género.

En cuanto a la polémica y a la polvareda levantada debido a sus –supuestamente- extremadamente realistas y muy salvajes secuencias de tortura, pues como ya he mencionado, para mí no fue para tanto (ni mucho menos), pero supongo que para un público menos entrenado y preparado debe ser duro ver cómo durante 45 minutos torturan a una muchacha, todo ello rodado de manera muy pornográfica.

Así y todo, y a pesar de la pequeña “decepción” (no piense el lector que no me gusta lo suficiente o que me decepcionó mucho, para nada) que me produjo en su primer visionado, ‘Martyrs’ se erige como una de las imprescindibles del cine más extremo y radical y más aún teniendo en cuenta la cantidad de películas de género tan flojas que se estrenan (o no) año tras año.

Lo que más me gusta: casi todo excepto...

Lo que menos me gusta: ...su tono pedante. También echo en falta algo más de esa violencia extrema que se supone sí contiene.


LA HORDE (‘La Horde’, Yannick Dahan & Benjamin Rocher, 2009)

Zombies franceses del ¿“banlieue 13”?

‘La horde’ (‘La Horde’, Yannick Dahan & Benjamin Rocher, 2009) cuenta la historia de un grupo de policías que quiere vengar la muerte de un compañero, -fenomenal comienzo de puro cine negro que tiene lugar en un cementerio cuya atmósfera ya sumerge al espectador en un ambiente gris y gélido preparándolo para lo que se avecina-. Para ello, los policías se dirigen al inmueble en el cual se encuentran los mafiosos responsables de la muerte del compañero de los primeros.
Al poco de comenzar el enfrentamiento entre policías y mafiosos, una horda de zombies hace acto de presencia en el edificio atacando y matando a todo el mundo. Y hasta aquí puedo (quiero) contar.

La película de Dahan y Rocher es un delicioso festín para el aficionado. Una auténtica gozada repleta de ultra violencia, “gore”, (brutales) combates cuerpo a cuerpo, frases lapidarias, y todo un festival repleto de guiños y homenajes (que no plagio) para el aficionado al género.

De hecho, sus directores (y así lo hicieron saber en las diversas entrevistas que dieron cuando se estrenó –no en España- la cinta), lo único que pretendían era realizar una película que homenajeara las películas con las que ellos habían crecido, aludiendo de manera clara a la mítica ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ (‘Assault on Precinct 13’, John Carpenter, 1976), y que el aficionado disfrutara plenamente como ellos lo habían hecho en su adolescencia.

Y la verdad es que mientras uno disfruta de ‘La horde’ , no puede evitar sonreír ante la avalancha de homenajes que nos brinda la pareja de cineastas galos (eso sí, la mayoría de las referencias son muy recientes).
Como ya he mencionado, ‘Asalto a la comisaría del distrito 13’ es la cita más clara y directa, pero se pueden encontrar muchas más. Las más reconocibles: ‘28 días después’ (’28 Days Later’, Danny Boyle, 2002), ‘Amanecer de los muertos’ (‘Dawn of the Dead’, Zack Snyder, 2004), ‘La noche de los muertos vivientes’ (‘Night of the Living Dead’, George A. Romero, 1969), y ‘Resident Evil’ (‘Resident Evil’, Paul W.S. Anderson, 2002).

La trama, que transcurre casi en su totalidad dentro de un edificio, está envuelta toda ella en un escenario opresivo y apocalíptico, transmitiendo así una sensación de claustrofobia y agobio constante. A esto ayuda también su fotografía de tonos oscuros y apagados y el que toda la acción transcurra de noche.
Sus FX, tanto los de maquillaje como los visuales, son formidables y todos los efectos relacionados con el “gore” y la sangre están muy conseguidos y resultan muy creíbles además de impactantes.

Impactante, este adjetivo le va como anillo al dedo a ‘La horde’, porque la película es bruta y salvaje como pocas.
Las secuencias en las que predominan el “gore” y los combates cuerpo a cuerpo, así como todas y cada una de las inhumanas muertes, barbaridades y crueldades que se van sucediendo, albergan una descomunal furia y están rodadas con una garra y un nervio envidiables.

En definitiva, ‘La horde’ es un carrusel de acción y “gore” sin prejuicios, repleto de sangre, sudor y... Más sangre. Con una muy buena y lograda ambientación, un reparto formidable, y un acabado visualmente atractivo, esta bárbara película es una fiesta para el aficionado en general, y más concretamente para el amante del cine “gore”, de supervivencia y de “zombies”.

Lo que más me gusta: todo, sin excepción.

Lo que menos me gusta: absolutamente nada.


Y para finalizar...

Personalmente soy de los que piensan que el cine de género es el que más soluciones expositivas y formales puede aportar al nuevo cine. No hay que encerrarse ni auto limitarse, todo lo contrario, considero que el cine debe ser una herramienta con la que poder experimentar y desarrollar nuevas formas de arte y entretenimiento.
Y por supuesto, no hay que censurar ni prohibir a nadie realizar y/o distribuir una obra que seguro ha costado muchísimo llevar a cabo.

Pues bien, hasta aquí hemos llegado en este sangriento y salvaje viaje a un tipo de cine que no debe despreciarse y que debe verse como lo que es: puro y divertido entretenimiento sin más (que no es poco).

Espero que os haya gustado.

"The Woman", lo nuevo de Lucky Mackee

Toda la puta tarde lloviendo. Alguien dijo una vez que no llueve eternamente, tenía razón. Así que ahora, en esta inusualmente fresca noche de verano, bajo un cielo…, esperad, sin una puñetera estrella (supongo que deben de ser muy tímidas) y con la única compañía de una botella de cerveza vacía, creo que es un momento tan bueno como cualquier otro para acercaros una película que me ha parecido bastante interesante a pesar de sus oscuras credenciales. Hablo de “The Woman”, secuela de la horrible “Offspring” que dirigió el señor Andrew van den Houten hará cosa de dos años. La cual además, está dirigida por otro tipo al que no acabo de cogerle el gustillo, Lucky Mackee, quien se hiciera popular con “May”, película que a mi, ni fu ni fa, por mucho que algunos la tengan en gran consideración y que no contento, nos atormentó por partida doble en años venideros, primero con “The Woods” (o “El Bosque Maldito”), tediosa y mediocre historia de fantasmas con tufo oriental, por mucho Bruce Campbell que hubiese en el reparto y posteriormente con su tortuoso paso por la serie “Masters of Horror”, donde dirigiría “Sick Girl” (aquella historia de la chica insecto), posiblemente uno de los peores episodios de la misma. Aunque la historia no suene muy original, la idea de coger el típico torture-porn de turno y darle la vuelta, puede ser interesante… nada, ni rastro de las estrellas.

La última superviviente del clan feral que arrasó la Costa Noreste durante décadas, se encuentra gravemente herida después de un terrible enfrentamiento con las autoridades, convirtiéndose así en presa fácil para el cazador local, exitoso abogado de la villa y mentalmente perturbado Christopher Cleek. Con sus retorcidos ideales, Cleek decide embarcarse en un macabro proyecto: capturar a tan extraordinario espécimen y encerrarlo en el sótano de su casa cual trofeo, una decisión que pondrá en peligro tanto la vida de Cleek como la del resto de su familia.

domingo, 24 de julio de 2011

"The Walking Dead" presenta su segunda temporada

La segunda temporada de "The Walking Dead" se ha presentado en la Comic Con de San Diego. Desde allí nos llega el póster y el primer avance en forma de tráiler (por cierto, generoso tráiler de casi cinco minutos que podéis ver bajo estas líneas), de la segunda temporada de la famosa seríe de zombies del canal AMC, que se estrenará en Estados Unidos el próximo 16 de octubre durante el FrightFest, mientras que en España se espera que llegue a finales de ese mismo mes.

La nueva entrega retomará la trama justo donde lo dejó la primera temporada, sin saltos temporales, y constará de 13 capítulos en donde los protagonistas deciden abandonar el campamento en busca de un futuro mejor.

Fox International Channels repetirá el proceso del año pasado con el estreno de esta segunda temporada en todos los canales FOX de fuera de Norteamérica, lo que supone un estreno más o menos simultáneo en más de 120 países, que verán la serie prácticamente al mismo tiempo que en EEUU. Al igual que ocurrió con la anterior temporada, La Sexta emitirá posteriormente la serie en abierto.

"The Walking Dead", una historia apocalíptica de muertos vivientes basada en las novelas gráficas de Robert Kirkman, se convirtió en todo un éxito en EE.UU. tras su estreno en octubre de 2010 en el canal de cable AMC con una audiencia que superó los 6 millones de espectadores y que también logró batir récords en la cadena española La Sexta. La breve primera temporada, que constó de 6 capítulos de una hora de duración, concluyó en diciembre y dejó a los espectadores con ganas de más. Para esta segunda temporada no lo van a tener nada fácil y según ha reconocido Robert Kirkman, son conscientes de la expectación que ha levantado la serie entre los espectadores de todo el mundo.

Crítica: Hybrid

Odio los coches y odio todo lo relacionado con el mundo del motor. Soy de esos que van a todas partes tirando de transporte público ya que la sola idea de meterme en una de esas cajas metálicas con ruedas… buah, me pone enfermo. Supongo que por esto, bueno, por esto y por otras cosas, hay una película del año 1983 que dirigió un tal John Carpenter y que lleva por nombre “Christine”, que me atemorizó durante los largos, oscuros y tortuosos años de mi infancia. Mucho antes incluso de conocer a Blu. Pero la película que realmente me marcaría años después (pese al hecho de ser de 1977), sería una pequeña maravilla titulada “The Car” (aquí se rebautizó como “Asesino Invisible”) que protagonizó el señor James Brolin (recordemos que años después terminaría regentando un fantástico hotel), y que giraba entorno a un macabro coche de color negro y cristales tintados que sembraba el terror en una tranquila localidad, por supuesto, estadounidense. Brolin interpretaba a un sheriff que tenía que intentar detenerlo y bueno, la cosa terminaba en una gloriosa lucha por la supervivencia entre el hombre y la máquina. Si alguno no la conoce, recomiendo su visionado encarecidamente. Los coches y el terror seguirían coqueteando en años venideros con clásicos como “La Rebelión de las Máquinas” (adaptación de la novela de Stephen King) o la serie de “El Coche Fantástico”, bueno, vale, esta no era estrictamente de terror, pero no me negaréis que Michael Knight era el terror de todas las solteronas de Estados Unidos… venga, mejor no hablemos de cosas tórridas que pierdo el oremus y luego algunos, los mas impacientes, no tenéis narices ni de aguantar el prólogo. El caso es que nos encontramos ante un nuevo terror sobre ruedas (nota mental: coño, ahora me cuesta quitarme de la cabeza aquella imagen de David Hasselhoff en bañador rojo… ummmhhh) que llega con el aliciente de estar dirigido por un francés, y no por uno cualquiera, sino por Eric Valette, padre de aquella grotescamente divertida “Maléfique” que tanto me gustó en su momento. Luego también se encargaría del remake de “Llamada Perdida”, pero bueno, no saquemos los trapos sucios del hombre.

“Hybrid” comienza con un par de jóvenes saliendo de una discoteca, que se encuentran con un bonito y flamante coche deportivo de color rojo abandonado a su suerte en un oscuro callejón y con las llaves puestas. Así que ni cortos ni perezosos, se montan para darse una vuelta, momento en el que el vehículo cierra sus puertas y los dos desgraciados son brutalmente asesinados en el interior. Luego vemos como el coche arranca solo, sin conductor y se pega un rulo por la ciudad en plan que malo soy, con tan mala suerte que al no respetar un semáforo (claro, es un coche diabólico), se pega una hostia de cuidado con otro vehículo para terminar en un taller de la ciudad. Al día siguiente, el turno de noche del taller se prepara para una nueva y apasionante jornada de trabajo nocturna, no tienen ni idea que entre los coches averiados que les dan de comer, ahí algo que, se los quiere comer.

Aunque pueda parecer lo contrario, lo que tenemos entre manos tiene poco o nada que ver, con la mítica “Chrisitne” (mas allá de que la historia gira sobre un coche asesino con vida propia), pues en realidad nos encontramos ante la típica historia de monstruo cazador en un recinto cerrado, fórmula que popularizara Ridley Scott con la genial “Alien: El Octavo Pasajero” y que ha sido copiada hasta la saciedad. Esto es lo mismo, solo que en lugar del xenomórfo, hablamos de un coche asesino y en lugar de la Nostromo, la acción transcurre en el parking de un inmenso taller. Sabiendo esto, uno ya puede imaginarse de que va la fiesta. Un grupo de mecánicos perseguidos por la criatura, un buen puñado de muertes, algunas persecuciones, absurdos diálogos y un pizquita de tópicos baratos… y diablos, al principio funciona. Funciona por que la verdad es que el coche tiene su carisma, la película no tiene mala pinta para tratarse de una serie B baratita, los actores parecen competentes (si incluso aparece el bueno de Oder Fehr, al que recordamos de la saga de “La Momia” o de “Resident Evil: Apocalypse”) y la atmósfera siniestra está bastante bien conseguida. Nos topamos de narices con algunas muertes bueno, relativamente vistosas y la cosa resulta moderadamente esperanzadora.

Pero hay un punto de inflexión. A eso de la media hora de filme, ocurren dos cosas terribles que marcarán para mal el desarrollo de los acontecimientos. El primero, es que los guionistas intentan justificar al monstruillo. A ver, dicen que si no tienes nada que mejore el silencio, lo mejor es callarte. Ha pasado antes en otras películas, hemos visto en otras muchas ocasiones como estas maravillosas criaturas que son los guionistas, no han tenido ni puta idea de cómo justificar los sucesos acontecidos en ciertas películas (no voy a dar títulos pues parece que todos los caminos llevan a Roma…) y simplemente, no lo han hecho, con dos cojones. A mi esto no me gusta, pero si la justificación que se nos propone es como la que nos ocupa, casi prefería vivir en la ignorancia. No voy a desvelar nada sobre el asunto, pero a mi me pareció lamentable. El segundo, es cuando la cinta pone sobre la mesa sus “exquisitos” efectos especiales. Por todos los diablos del averno, estamos ante unos de los efectos digitales mas bochornosos que he visto en mi vida. Si el coche tenía algo de carisma, se le va todo por el tubo de escape cuando del capó le sale una especie de boca con dientes que bueno… ni Hasselhoff con el bañador rojo.

Para rematarlo todo, el interés inicial que consigue despertar el filme, se va disipando a medida que avanza el metraje y llega un momento, uno muy precoz, cuando aun nos queda bien bien, media hora de película, en el que seguirla se hace realmente pesado, con una repetición de situaciones, divagaciones varias y secuencias alargadas hasta le extenuación, que pueden acabar con la paciencia del mas pintado. En un símil baloncestístico, hablaríamos de los minutos de la basura.

Conclusión, “Hybrid” es una buena razón para seguir odiando los coches. Una experiencia que va claramente de mas a menos y que lo único que hace es disfrazar la historia simplista y estereotipada de siempre, cambiando a los protagonistas y el escenario que, pese a sus buenas sensaciones iniciales, cae en lo ridículo cuando se pone realmente manos a la obra. Unos efectos especiales de pena, una historia de vergüenza ajena, unos personajes que desprenden indiferencia por todos los poros de su cuerpo (salvando quizá a Ode Fehr, que interpreta a una de esas buenas personas que tanto me gustan), un monstruo que pierde toda la credibilidad en cuanto se quita la máscara y un desarrollo capaz de aburrir a las piedras. Vamos, una broma de mal gusto si la comparamos con los grandes coches asesinos de la historia. Lo único que salvo de la quema es, su secuencia inicial, que me transportó a otros tiempos y a otros lugares, la atmósfera en ciertos pasajes y su divertido desenlace. Me parece que a tito Valette se le ha calado el asunto y que un servidor seguirá tirando de transporte público.

Crítica: Skyline

Los hermanos Strause decepcionaron a (casi) todo el mundo con la muy entretenida y amena ‘Alien vs Predator 2’ (‘Alien vs Predator 2: Requiem’, 2007), una película que la verdad, era bastante floja, pero que lograba su propósito de entretener y hacer disfrutar a los fanáticos de la ciencia ficción y las criaturas de otros planetas.

Tres años después los hermanos (cuyos nombres son: Colin y Greg) vuelven a la carga con otra cinta de ciencia ficción y criaturas provenientes de otros mundos, -cuyo diseño por cierto no es el colmo de la originalidad pero está bastante logrado-.

Lo que encontramos en ‘Skyline’ (‘Skyline’, 2010) es la mezcla de unos cuantos títulos anteriores pasados previamente por una túrmix y aderezados con mucho, mucho CGI.

Técnicamente a la película no se le puede reprochar nada, y más teniendo en cuenta el escaso presupuesto con el que contaban los dos directores. La cinta es poseedora de unas buenas “set pieces” de acción, unos impresionantes FX, un logradísimo diseño de producción y un buen ritmo.

Sin embargo, -y aquí es donde se encuentra el verdadero problema de la cinta-, su guión y sus interpretaciones dejan muchísimo que desear. Son de juzgado de guardia algunas de las situaciones, -sin desvelar nada, mencionar la concerniente a un cigarro-, pero sobre todo, la mayoría de los diálogos, algunos realmente bochornosos incluso para una cinta de estas características.

Por suerte, los directores no se toman en serio el asunto y nos regalan un producto sin complejos y consciente de lo que es: una “Sci-Fi movie” de saldo tremendamente espectacular y cuasi paródica (¿sin el cuasi?) que además, cuenta con el acierto de no durar más de 90 minutos y que a la postre y, contra todo pronóstico, te deja con un buen sabor de boca tras ver ese delirante final (sus títulos de crédito finales no lo son menos) y con ganas de ver la nueva propuesta de estos hermanos fanáticos de los monstruos, los rayos láser, las naves espaciales, las carnicerías humanas, los fluidos viscosos y el “gore”.

En una frase: ‘La guerra de los mundos’ + ‘Monstruoso’ + ‘Independence Day’ = ‘Skyline’ (eso sí, sin la brillantez de las dos primeras).

Lo que más me ha gustado: sus FX y las secuencias de acción.

Lo que menos me ha gustado: el guión y los ¿intérpretes?