jueves, 12 de abril de 2012

Crítica: Monster Brawl

Guardo terribles recuerdos de la lucha libre americana. Traumas, incluso. Recuerdo mis días de E.G.B y me pongo a temblar. Por aquel entonces estalló el boom del dichoso pressing catch y todos los mentecatos del colegio estaban obsesionados con el tema. Yo, como alumno marginal, me convertí en el objetivo de un grupito de graciosos neandertales mayores que yo, quienes me utilizaban como crash dummie para llevar a cabo algunas de las piruetas con las que se habían masturbado la tarde anterior delante de la tele…. Mi consuelo fue el pensar, que al menos, se habían lavado las manos. Si no puedes vencerlos, únete (y no me refiero a las pajas, que quede claro). Eso es lo que dicen, ¿no? Así que ni corto ni perezoso, sintonicé Tele5 (una de las pocas veces que lo he hecho en mi vida) y me enganché al programita en cuestión. Pero ni con esas cambió mi suerte. Tuve la mala pata (o dudoso criterio) de encariñarme con un tal “Malas noticias Brown”, un negro calvo con barba… si, lo se, una elección rara, pero yo soy así… joder, el tío perdía siempre. No gané para disgustos en aquella época… el caso es que en la nueva película del amigo Jesse Cook (“Scarce”), vi la oportunidad de redimir parte del dolor acumulado en el fondo de mi alma en aquella oscura época de tinieblas. ¿Su título? “Monster Brawl”. ¿Su temática? Lucha libre americana, con monstruos. Vale, otra elección rarita. Pero joder, yo soy así.

No es esta, la primera vez que se reúnen en la gran pantalla, los monstruos clásicos de toda la vida, sin ir más lejos, no hace mucho comentamos por aquí “Una Pandilla Alucinante”, donde estos, se unían liderados por Drácula para dominar el mundo y bla, bla... Bien. Tampoco es nada raro, encontrar títulos donde se entremezclen distintos universos de ficción, a esto, se le suele denominar “crossover” y es algo muy habitual, por ejemplo, en el mundo de los cómics. En el cine también se ha hecho: “Alien vs Predator”, “Freddy vs Jason”, etc… la mayor complicación a la hora de llevar este tipo de pajas mentales al celuloide, es conseguir ensamblar con un mínimo de coherencia los distintos sujetos u elementos, dentro de una misma historia y que todo tenga algo de sentido. ¿Cómo apostar sobre seguro? Pues pasando de historias. Literalmente. Y es que “Monster Brawl”, de eso no tiene. El sr. Cook, lejos de comerse el coco, se carga a las moscas a cañonazo limpio y se pasa términos cinematográficos tan banales como historia, argumento o guión, por el forrete de los cojones. Y es que “Monster Brawl” más que una película, es una sesión nocturna de lucha libre americana de toda la vida, eso si, con monstruos.

Por lo tanto, situémonos. Escenario: Una siniestra noche de luna llena en un cementerio cualquiera. En él, un cuadrilátero, una mesa de comentaristas, dos comentaristas, por supuesto, un maestro de ceremonias verborreico y un par de señoritas en bikini a modo florero a cada lado de este. Quien haya visto alguna vez una velada de lucha libre, conocerá a la perfección como funciona el tema. Los comentaristas van presentando a los luchadores, estos van entrando en escena haciendo el numerito de turno, se pegan, uno gana, otro pierde y así, sucesivamente. Esto es “Monster Brawl”, no hay más. ¿La gracia? Pues bueno, que aquí los luchadores, son monstruos. Para ser más concretos, ocho: el cíclope, la bruja, la mujer vampiro, la momia, el zombie, Frankenstein, el monstruo del pantano y el hombre lobo.

A priori, la cosa no pinta tan mal. Por que aquí, a lo que hemos venido, es a ver a los monstruos de toda la vida, dándose “pal” pelo. ¿La historia? ¿A quien coño le importa? En ese aspecto, no se le puede reprochar nada a “Monster Brawl”, por que cuando uno va a un prostíbulo, a lo que va, es a follar. Punto. ¿Por qué entonces no vamos a humedecer nuestro culete, como decía aquel? Por que detrás de “Monster Brawl”, se esconde una verdad universal: que NO tiene puñetera gracia. Lo cual, para una propuesta supuestamente cómica como es esta, no es algo bueno, nada bueno.

Los diálogos, son puro relleno. Vacíos, tontones y sin chispa (que bien hubiesen ido para la ocasión, aquellos míticos Fernando Costilla y Héctor del Mar). Y los combates, tres cuartos de lo mismo. No se entiende que teniendo a semejantes personajes, con semejante potencial todos y cada uno de ellos, la cosa se reduzca a cuatro tortas y sendas llaves cutres. Un poquito de imaginación señores, por que la imaginación, es imprescindible en esto del cine, a ver si se enteran algunos. Por desgracia, de eso tampoco ahí aquí. Los combates son descafeinados y repetitivos, así como el desarrollo de la “historia”, la cual se reduce a lo expuesto anteriormente.

Ni siquiera en el apartado visual, consigue convencer una cinta, irregular como pocas en este sentido. Combinando grandes caracterizaciones, con otras tremendamente cutres y lastrado, muy lastrado, por lo liviano de su oferta en vísceras, sangre y violencia extrema, que en el fondo, es lo mínimo que se podía esperar de un título como este. La ambientación, eso si, está bastante lograda, con una puesta en escena muy teatrera y unos decorados muy bien paridos.

Una idea con mucho potencial , que podría haber dado muchísimo más de si, que termina convirtiéndose en una experiencia sosa, aburrida incluso, que tan solo se sustenta gracias a las mini historias que ilustran la presentación de cada uno de los personajes, únicos momentos del filme en los cuales conseguimos liberarnos un poco de la rigidez narrativa del mismo y por descontado, a la incertidumbre, de saber quien será el vencedor de cada una de las contiendas, por lo que es totalmente imprescindible, visionar la cinta en compañía. A no ser, claro, que uno quiera hacerse unas pajillas…

Yo por una sillita eléctrica de cualquiera de estos (y su consiguiente humedad anal), mato: La gran ambientación, algunas caracterizaciones y las presentaciones de los personajes.

A mí, que me devuelvan el precio de la entrada, que he visto más mala leche y drama gestándose, entre las gitanas que venden calcetines en el mercado que aquí: Pues eso, su falta de mala baba (y sangre, entre otros muchos fluidos), lo extremadamente repetitivo de su desarrollo, la poca variedad de los combates y su rotundo fracaso como propuesta cómica.


3 comentarios:

Missterror dijo...

"una idea con mucho potencial que podría haber dado muchísimo mas de sí", en serio??monstruos haciendo pressing??? mega potencial ahí Rector!!!!
Me encantaría saber en qué piensas cuando lees los argumentos de pelis como estas y dices " esta es de las mias, bieeeeeeeeeeeeeeennnnn" ............

Darkotica dijo...

Desde luego que lo único bueno que tiene la película es la ambientación teatrera, me recordó a las adorables Casas del Terror de los parques de atracciones y algunas, que no todas, caracterizaciones, el resto es todo paja, hasta me aburrí viéndola. Encima se pasaron a la mujer vampiro y a cíclope por el forri...quien la vea entenderá de lo que hablo.

Es cierto Rector, con el Fernando Costilla y el Héctor del Mar, hubiera sido todo muuy diferente jajaja!, pues que no la doblen ellos aquí...

Lo mejor y más memorable de la peli, el nombre de Witch Bitch (que no el personaje).

PD. Rector, no sabía que los sacamantecas hubieran abusado de tí XD

El Rector dijo...

Pues ocho monstruos clásicos, descuartizándose sobre un cuadrilátero, sonaba cojonudo. Por desgracia, lo de "descuartizarse" fue mucho suponer. Aunque pese a todo, sigo pensando que es una peli, por lo menos, curiosa para darle un vistazo.

Y yo JAMÁS leo los argumentos de las películas (lo siento por la buena gente que hace reseñas/noticias, jeje).

PD: NADIE ha abusado nunca de mi... al menos, no sobrio :)

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