sábado, 24 de agosto de 2013

Crítica: The Sentinel

A lo largo de la historia del arte (y del cine en particular) han surgido innumerables obras al amparo del éxito cosechado por otras que han acabado convirtiéndose en referencias incuestionables, tanto de crítica como de público. En la década que va desde finales de los sesenta hasta finales de los setenta (incluso principios de los ochenta) el género de terror produjo algunas obras inmortales, como La Semilla del Diablo, El Exorcista o La Profecía, que dieron lugar a una cantidad ingente de imitaciones, en su mayoría bastante mediocres, que intentaban cosechar similares éxitos (fundamentalmente en taquilla).

La película que nos ocupa The Sentinel (El Centinela o La Centinela, como se tradujo en España) es un ejemplo de lo mencionado, pero con la salvedad de que esta desconocida cinta, para la mayoría de los amantes del terror, es una obra con suficientes alicientes y puntos a favor (aunque también alberga pequeños inconvenientes) para considerarla una obra con personalidad propia y reivindicar su visionado.
 
The Sentinel, que está basada en la novela homónima escrita por Jeffrey Konvitz, narra la historia de la joven modelo Alison Parker (Cristina Raines) la cual decide mudarse a un apartamento nuevo a pesar del ofrecimiento de su prometido, el turbio abogado Michael Lerman (Chris Sarandon), de vivir juntos en el apartamento que él posee o en el que ambos decidan. El edificio de estilo clásico que Alison encuentra en una inmobiliaria es una verdadera joya arquitectónica además de una ganga, así que decide trasladarse. Una vez allí conoce a sus agradables y raros vecinos, desde el simpático y excéntrico Charles Chazen (magistral Burguess Meredith) al enigmático sacerdote que vive aislado en el ático, el padre Halliran. Una vez instalada comienzan a suceder extraños acontecimientos, los cuales se juntan con la muerte del padre de Alison y el afloramiento del pasado traumático de esta. A pesar de los intentos de Michael y la policía, los detectives Gazz y Rizzo (interpretados por Eli Wallach y Christopher Walken), por esclarecer los enigmáticos sucesos, la espiral de locura y terror se va apoderando poco a poco de la frágil mente de Alison.

Como puede apreciarse de esta sinopsis (que omite elementos clave para no quitar la sorpresa del primer visionado), la cinta cuenta con elementos clásicos del relato de terror como son: el edificio antiguo y sugerente donde se desarrolla la mayoría del metraje, personajes perturbadores, pasados traumáticos, sucesos paranormales y además cuenta con ingredientes tan estimulantes, a priori, como intrigas religiosas (católica en este caso) y ancestrales luchas entre el bien y el mal, que hacen de este film un coctel perfecto para disfrutar (a solas a ser posible) una noche cualquiera.

La película tiene numerosos atractivos y aunque el guión (que el propio Konvitz escribió) no termina de ser del todo redondo pues no están pulidas todas las piezas del rompecabezas como deberían (algunos detalles son dejados de lado), si es una trama de ritmo endiablado que se sigue con interés, inquietud y ganas por conocer más. La realización nos sumerge poco a poco en un ambiente malsano y depravado con momentos de alta tensión con alguna pincelada de gore light y con algunas escenas imborrables de gran impacto por su sordidez o hilaridad, que dotan al film de un aire extraño e inusual muy cercano a la visión viciada y decadente ofrecida por Polanski en La Semilla Del Diablo o El Quimérico Inquilino. Y todo ello a pesar de contar con un director como Michael Winner (que aquí realiza posiblemente su mejor trabajo) un artesano de thrillers y cintas de acción como Fríamente… Sin Motivos Personales, Scorpio, Yo Soy La Justicia o El Justiciero De La Noche, que no parece la elección más adecuada para sacar adelante un proyecto como este. Mención especial merecen los grotescos y angustiosos últimos 20 minutos de la cinta, que son una influencia absoluta del maestro Tod Browning y su obra maestra Freaks (y que al igual que aquella generaron mucha polémica).

De la parte interpretativa, habría que destacar el impresionante reparto, el cual conjuga estrellas del cine en su etapa final como Eli Wallach, John Carradine, Burguess Meredith, Ava Gardner, José Ferrer o Arthur Kennedy (todos ellos estupendos, aunque algunos aparecen muy poco en pantalla) con jóvenes promesas que empezaban en el mundo del celuloide como Cristina Raines, Chris Sarandon, Christopher Walken, Jeff Goldblum, Tom Berenger o Berverly D’Angelo.

A pesar de todo lo mencionado, pequeños detalles como no aprovechar todas las oportunidades que brindaba el guión (la trama policial se acaba desvaneciendo), una realización con altibajos que pasa rápidamente de perturbadores momentos a otros sin apenas garra, un Chris Sarandon (protagonista) que carece de carisma y no dota a su personaje de la complejidad y ambigüedad que merece, una visión bastante retrógrada de algunas prácticas o condiciones sexuales (lesbianismo, sadomasoquismo, etc.) y un final que se ve venir bastante antes de que se produzca, hacen que el film no alcance la categoría de obra notable y de referencia que podría haber tenido. No obstante es una muy interesante y recomendable cinta de terror que ningún aficionado al género debería dejar pasar.

Nota final: Si ser capaz de explicar por qué, ya que transitan por parámetros muy diferentes, The Sentinel siempre me ha parecido una influencia notoria en la película perteneciente a la serie Historias de la Cripta, El Caballero del Diablo (Demon Knight).
 
 

7 comentarios:

El Rector dijo...

Totalmente de acuerdo con la crítica, aunque yo siempre he considerado a The Sentinel como un pequeño clásico del género por mucho que no haya tenido, como comentas, la repercusión de otros títulos de su época.

En su día, me pareció una película brutal a nivel visual, me marcaron mucho algunas de sus secuencias y la verdad es que me da un poco de miedo revisionarla por aquello del mal envejecer.

Te diré también que Cristina Raines se convirtió por aquel entonces, en uno de mis mitos eróticos de adolescencia y me duro años la pavada, jeje...

Por cierto, me encantaría que me explicaras esas similitudes con El Caballero del Diablo, pues es una de mis películas favoritas en lo que a serie B se refiere.

Saludos.

thewronggirl dijo...

Esta crítica es una maravilla! Muchas gracias, Max.
Debo decir que yo, este clásico; no lo he visto y ahora me siento totalmente fuera de lugar. Pero me han cogido unas ganas ENORMES de echarle un ojo!!!

Max Cady dijo...

TWG, una vez más, gracias por tú comentario y no pierdas tiempo en echarle un ojo a esta película (que seguro disfrutas).

Rector, al 100% contigo en que Cristina Raines en aquella época estaba estupenda (no me extraña que fuera uno de tus mitos eróticos de juventud). Aquella deliciosa serie b perteneciente a Historias de la Cripta, titulada: Caballero del Diablo, comparte con The Sentinel la eterna confrontación de las fuerzas del bien y del mal que se perpetúan a lo largo de las eras a través siempre de algún mortal ajeno a dichas confrontaciones divinas pero que son pieza fundamental para que las cosas se mantengan en el status quo en el que están (y que el resto de mortales no percibe).

Saludos.

Nota: Uno (de los muchos) mitos eróticos que tuve en mi adolescencia fue Morgan Fairchild. :)

MAX CADY dijo...

Al parecer la Universal planea realizar un remake de The Sentinel (La Centinela), y como mucho me temo no van a pulir las deficiencias del guión de la original ni albergara el ambiente malsano y enfermizo de la cinta de Michael Winner, lograrán el casi siempre innecesario e inferior remake. Y lo más lamentable es que hay material para realizar una magnífica película de suspense y terror, pero para ello deberían elegir a un guionista bueno y un director con personalidad y sin complejos que no se amilana (y que la productora quiera, por supuesto). ¡Ojala me equivoque y realicen una buena película!

Saludos!!!!!!!!!!!!!

P.D. Me gustaría saber que saldría si el guionista fuera Frank Darabont (autor entre otros de los libretos de Pesadilla en Elm Street 3, Cadena Perpetua, La Milla Verde o La Niebla) y la dirigiera alguien como Nicolas Winding Refn. Soñar es tan fácil (y además gratuito)!!!!!

Unknown dijo...

Gata negra gata blanca... Recuerdo esa celebración de cumpleaños con un escalofrío totaaaaal.....
Ojalá el remake sea decentillo al menos...
Y me apunto a ese sueño tuyo, Max!!! Aunque sólo fuera Darabont revisando el guión por casualidad el resultado ya me parecería mucho más atractivo de partida!!!!

MAX CADY dijo...

Gracias por tú comentario Damien Thorn. Totalmente de acuerdo en destacar esa fiesta de cumpleaños surrealista, grotesca e insana como uno de los grandes momentos de la película, que si se ve de chaval se te queda grabada en la retina por mucho tiempo.

En cuanto a Frank Darabont reconozco mi absoluta admiración tanto a nivel de guionista como de director. Desde que vi a principios de los noventa aquel telefilm tremendamente adictivo titulado Enterrado Vivo (Buried Alive) soy un devoto de su obra.

Saludos!!!!!!!!!!!!

Unknown dijo...

Gracias a ti, Max, por tus siempre interesantes críticas!!!! Yo le admiro desde que convirtió el cuento de King ese de Rita en la enorme Cadena Perpetua, pero ya le disfrute desde su guión de pesadilla 3!
Saludetes y feliz domingo!

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