viernes, 6 de septiembre de 2013

Crítica: Sawney: Flesh of Man

Hace más de 500 años, en las tierras de Escocia, vivía un clan tan malvado, tan sediento de sangre, que se comía a sus víctimas... al padre, a la hija, al hijo, al nieto... una orgía de asesinos. Vivían en una oscura cueva, en las profundidades de la tierra, donde devoraron e hicieron una carnicería con más de mil personas. El clan endogámico fue capturado finalmente y ejecutado sin juicio alguno. Pero uno de ellos, uno, sobrevivió.

Escocia y su oscuro legado. El debut cinematográfico de Ricky Wood, tira de oscurantismos pasados de la tierra de los verdes prados, castillos medievales, William Wallace y el rentable Nessy, para dar forma a esta “Sawny: Flesh Of Man” (aka “Lord of Darkness”), una nueva visita guiada al zoo de los asesinos en serie, supuestamente, basada en hechos reales, cantinela que a estas alturas y si nadie me dice lo contrario, voy a dejar en entredicho, pero vamos, que le daremos el beneficio de la duda al señor Wood y es la mejor oferta que puedo hacerle.

Sangre, litros de ella. Roja, ennegrecida, espesa, putrefacta. Esto y ninguna otra cosa, es lo que vamos a encontrar en la jaula de Sawney Bean (interpretado de forma magistral todo hay que decirlo, por el veterano David Hayman). Esa sangre, omnipresente y protagonista absoluta del relato, es la responsable de que hagamos cola cual atracción de feria ante el sucio recinto donde habita tan repulsiva criatura, que nos apelotonemos como ratas hambrientas sobre la vaya e intentemos diseccionarlo con la mirada en una mezcla ambigua entre curiosidad malsana y excitante repugnancia. Ese es Sawney y ese es su vestido de fiesta más llamativo, la pestilente sangre seca de sus victimas sobre su piel y su sabor, impregnado de forma vitalicia en el glande de su paladar.

Víctimas es algo que tampoco va a faltar en esta mezcla de slasher y survival con tintes thrillerianos. Unos, víctimas de su propia naturaleza. Víctimas de la carne de Dios, víctimas de la necesidad de antaño involucionada a vicio enfermo y depravado, ventana entreabierta a la maldad innata del ser humano y con la religión, como siempre, por bandera sobre la cual escribir el habitual vomitivo pretexto con el que justificar lo injustificable así como prueba fehaciente de otra de las grandes miserias de éste: el fanatismo. Más víctimas. Las jóvenes mozas del lugar, por que como revela el propio Sawney en un pasaje de la fábula, el muslo, el de las mujeres, es su parte favorita (para devorar, se entiende... no de una forma sexual, sino gastronómica, se entiende también). Ganado mercantil y materia prima sobre la cual trabajar con sangre el seco gaznate del espectador y de pasó, pasar de puntillas sobre otro subgénero afín, el torture-porn.

Orgía de violencia gráfica y directa a la yugular que intenta justificarse con una trama extremadamente sencilla que en contradicción, deja un buen puñado de cabos sueltos imposibles de atar que dan como resultado la imposibilidad por parte del espectador, de que se defina ante lo que está viendo, pues difícilmente puede uno, dar credibilidad a una historia supuestamente verídica (en mayor o menor medida), cuando una bota hostil, se empeña en hundirnos la cabeza sobre el barro de lo sobrenatural de forma continuada. Uno intenta hacer sus cábalas, por más descabelladas e inverosímiles que éstas puedan sonar a oídos de la cordura, pero el esfuerzo es inútil, hay cosas que no se pueden justificar por más que uno lo intente.

Endogámico: De la endogamia o relativo a ella. Nada nuevo, nada que no hayamos probado antes. Cocinado de mil maneras y servido de todas las formas posibles. El canibalismo, algo tan recurrido dentro del cine de terror (con el Dr. Lecter como Cheff más reputado), vuelve a ser el leit motiv de noventa minutos de metraje, poco original y carente del menor ápice ni de transgresión ni de fondo, porque en la cocina a día de hoy, parece que ya todo está inventado. Eso si, el plato está fuertemente condimentado de rojo y no solo no escatima, sino que se regocija en ello. Es por ello que pese a que el debut de Ricky Wood debería ir por méritos propio, a ese lugar donde van las cosas que se olvidan, no por que sean malas, sino por que tenemos recuerdos similares mucho más valiosos, no puedo dejar de recomendar una película como “Sawney: Flesh of Man” a todos aquellos paladares a los cuales no les repite (valga la redundancia), la reiteración en su dieta.

Finalmente y a la postre, estamos ante un producto que en ningún momento aburre (pese al marcado carácter lento de alguno de sus pasajes) y que no pretende ser nada más que lo que es, lo cual, es de agradecer. Sangre, sangre y más sangre de manos de un maestro de ceremonias que cumple perfectamente con su cometido en todo momento haciendo bueno aquello de que cuando hay hambre, uno se come lo que sea y, sin ánimo de sonar degenerado, diré que en lo que a muslos se refiere, coincido bastante con el amigo Sawney, aunque lo mío si, es más sexual que gastronómico.

Lo mejor: La sensación de rechazo que consigue causar el asesino en todo momento y las altas cotas de violencia explícita que alcanza el filme, perfectamente sustentadas por unos deliciosos efectos visuales de corte tradicional.

Lo peor: La nula originalidad de la historia y su inverosímil guión.

 

4 comentarios:

thewronggirl dijo...

Me ha encantado la crítica, Rec. Como te lo has currado, fascinada me hallo.
Pues tiene buena pinta, aunque no traiga nada nuevo, no?
Quiero decir que montones de víctimas y montones de sangre tampoco es algo malo!
Y Escocia es preciosa!!!

Max Cady dijo...

Es cierto que es entretenida, tiene suficientes dosis de sangre y casquería (lo cual se agradece) y algún personaje la mar de interesante para el disfrute de más de uno, pero un inicio prometedor se va transformando en un cúmulo de despropósitos, incongruencias y caminos trillados que a un servidor lo único que le ha proporcionado es una sensación de indiferencia enorme. A pesar de todo estoy seguro que habrá un buen puñado de gente que la disfrute. Buen intento aunque fallido resultado.

Saludos.

Missterror dijo...

Divertida y loca (porque el argumento es loquísimo y totalmente inverosímil, pero ni te importa...)
Sawney engancha desde el principio hasta el final, y a pasar de ser "Una más" (que lo es), entretiene hasta el final, lo justo (ni más ni menos), que es lo que este tipo de propuestas llenas en la forma y vacías en el fondo, tienen que hacer.

La sangre de mil formas y su tufo a torture porn, es de mi agrado, la violencia sin pies ni cabeza por las montañas escocesas tiene su toque interesante en una película que no pretende inventar la rueda...Las víctimas no resultan tan pavas como en otras propuestas similares y eso se agradece (si bien es cierto que en "Sawney" no hay tiempo para conocerlas y lo que puedan decir o hacer más bien importa poco). Las orgiásticas sesiones gastronómicas, pues seguidas de los discursos pseudo religiososos, se hacen un repetitivas, pero de esto es de lo que va la película. Y esa endogamia extraña en las que los miembros de una misma familia son tan dispares...pues qué decir??? que la locura a la que me refería al principio es de guión y de organización, porque los mutantes ninjas, "madre" y el resto de pipiolos, ¿salen todos del mismo sitio? Mother of god!!!!

Finalmente tengo que decirte, amado rector, que me ha parecido una crítica maravillosa, y que le regales un poco de tu coherencia a Mr. Wood

saludos!!!

El Rector dijo...

TWG, fascinado yo de que te halles fascinada, pero el mérito no es mío, es de Sawney, un tipo tan sumamente repulsivo a todos los niveles, que no te queda otra que dejarte seducir por él. Si te van los verdes prados de Escocia y la casquería en su vertiente más gratuita, esta es tu película.

Max, aun con todo lo que comentas, que es cierto, esa indiferencia que citas, existiendo, en mi opinión entretiene, supongo que por el gancho (fácil si quieres) de la sangre.

Amada Missterror, loquísimo, tu lo has dicho. Esto es una locura sin más a la que no hay que buscarle sentido, pues no lo tiene, lo de los mutantes ninjas también me tiene loco a mi... lo he intentado por activa y por pasiva pero nada... un sin sentido absoluto.

Aquí todo es gratuito, pero mola... y me alegra que disfrutases con la crítica, de verdad, pero me temo que mi coherencia no dista tanto de la del bueno de Sawney ;)

Saludos.

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