jueves, 23 de octubre de 2014

Crítica: Cuando Despierta La Bestia

Desde tierras escandinavas (de Suecia para ser concretos), nos llegó hace seis años, una de las mejores películas de vampiros que se hayan rodado en la actualidad: “Déjame Entrar” (“Lat Den Rätte Komma In”, Tomas Alfredson, 2008). La película, basada en la novela homónima de John Ajvide Lindqvist, se convirtió en poco menos que en un clásico moderno del cine vampírico y su inevitable remake americano, por supuesto y como no podía ser de otra forma, no se hizo esperar: “Déjame Entrar” (“Let Me In”, Matt Reeves, 2010).

Pues es nuevamente la madre tierra escandinava, quien nos acerca a otra de las figuras clásicas del folclore del terror: el licántropo u hombre lobo. No desde Suecia, sino desde Dinamarca, país de escasa tradición dentro del género (al menos a nivel de repercusión internacional) siendo posiblemente el “Anticristo” de Lars Von Trier, lo más exportable y notorio de la cinematografía danesa que haya salpicado al viejo continente y alrededores en lo que a horror se refiere, nos llega la ópera prima de Jonas Alexander Arnby, “When Animals Dream” (“Nar Dyrene Drommer”), cinta que se pudo ver en el reciente festival de Sitges y que ahora se estrena en nuestro país bajo el título de “Cuando Despierta la Bestia”. 

Cualquiera que sepa un poco de esto del mundo del cine, es consciente que después de comer, en horario de sobremesa, es con toda seguridad, la peor hora para sentarse delante de la gran o la pequeña pantalla, al menos, si nos interesa minimamente lo que estamos a punto de presenciar. Por ello, la exhibición de la película en dicha franja horaria, desde luego no fue la mejor de las ideas de la organización del festival, en especial teniendo en cuenta el hecho de que no estamos precisamente, ante lo que se dice una cinta trepidante. Y ojo, que ni mucho menos es esa la mayor de sus miserias.

Con dicho handicap mordiéndonos el tobillo a lo largo y ancho del sufrido visionado cual perro sarnoso que roe un hueso como si en ello, le fuera la vida, da comienzo “When Animals Dream” dejando constancia de su denominación de origen, pues si un denominador común suele tener el cine escandinavo, es su impecable factura técnica. En este sentido, no se le puede achacar absolutamente nada a la cinta de Arnby, la cual hace gala de una fotografía preciosista y una dirección sobria que nos sumergen en una experiencia cinematográfica intimista de constantes vitales dramáticas, que recuerda a horrores a la oda vampírica de Alfredson. 

Por desgracia y puestos en materia, la puesta en escena es el único nexo de unión entre ambos filmes. La liturgia licántropa que nos ocupa, como tal, es poco, muy poco más, que un mediocre y previsible relato plagado de tópicos del género que ni ofrece nada nuevo, ni destaca absolutamente en nada lloviendo sobre mojado. La típica historia de esa bestia interior que todos llevamos dentro y que en un momento u otro, termina emergiendo hasta la superficie. Fórmula básica, recurrente y mil veces explotada dentro del cine de terror que aquí, compaginada además, con un ritmo pausado hasta el extremo, da como resultado una experiencia soporífera, insípida y carente del menor interés (por no olvidar la constante mordedura del can, que cada vez saliva más). 

Es en la vertiente dramática de “When Animals Dream” donde deberíamos ir a buscar sus mejores galas y caricias más agradecidas. Si entendemos la obra como una denuncia a la exclusión social, a los taboos de una sociedad que por regla, suele girar la cara y retirar la mano a todo aquello que es diferente o que se sale de la anquilosada “normalidad” que gentilmente nos ofrece, nuestro estimado estado de bienestar o también como una fábula macabra de la eclosión del ser, de esa transición siempre complicada de niña a mujer, el capullo de una rosa que se abre y en este caso, una plagada de espinas, podemos llegar a conectar con la propuesta, pues es en la conjunción de dichos fenómenos, donde la película clava sus cimientos y realmente, muestra su solidez. 

Por desgracia, los que hayan venido a hablar de su libro, es decir, a ver una película de terror al uso, de hombres lobo para ser más exactos, van a sufrir de lo lindo aquí con la nana del amigo Arnby, que desde luego, tiene un trago y de los amargos, teniendo en su nulo mimo hacia el género y hacia sus seguidores, el mayor de sus pecados. Y la penitencia la pagamos nosotros. Intentando atender al mismo sermón de todos los domingos en la parroquia, con el hombre de dios de turno vomitando las mismas sandeces para ovejas medievales mientras estas asienten y repiten como los borregos que son. Nosotros igual. Tragamos con los tópicos y los clichés que aquellos que no tienen nada que ofrecer, hacen suyos y utilizan como herramientas con las cuales trabajar las tierras de las que se alimentan aquellos que claudican con el mismo pan de cada día. 

La falta de mimo o de licencias para con el aficionado asiduo al terror, queda también muy reflejada en la poca fuerza visual del filme, rácano en violencia y tímido o directamente frígido, a la hora de enseñarnos en todo su explendor, la obra del señor, en este caso, la de la criatura lobezna que encarna una solvente Sonia Suhl (creíble en todo momento su repentina perdida de la inocencia) y que se obvia en gran parte de las secuencias, donde las muertes son perpetuadas fuera de plano cual escupitajo en la mano de aquel que te da de comer. La poquita pierna que enseña, lo hace sin gracia y a desgana. Lo cual, deserotiza a cualquiera. 

En conclusión, una propuesta que funciona mucho mejor como denuncia social que como filme de terror al uso, donde fracasa rotundamente ofreciendo una historia de nula originalidad y sin ningún tipo de capacidad ni para sorprender ni para mantener el interés del espectador. Lenta, fría, impersonal y a todas luces, lo peor que servidor se trajo del festival, además de un señor constipado, pero de eso, para ser justos, habría que culpar al jacuzzi del hotel. 

Lo mejor: Su excelente factura técnica, en especial, la deliciosa fotografía. 

Lo peor: El guión no ofrece absolutamente nada nuevo y el ritmo lento, que si bien en otras propuestas escandinavas de género ha funcionado, aquí es una losa insalvable. Por no hablar de su total ausencia de casquería.


13 comentarios:

Missterror dijo...

Alarma!!! Otra vez coincidimos :) Qué acertada tu reflexión sobre la hora de proyección de esta película, y encima en el viernes final, que es cuando llevas ya un tute encima brutal. En estas horas, sólo deberían haber proyectado caos y sangre, porque si no...
Confieso que me dormí, no mucho pero me dormí. Ese ritmo tan lento para no contar mucho, esa parsimonia en cualquier toma, esos diálogos de sinónimos, eran desesperantes, y ¿por qué eran desesperantes aquí y no en otras propuestas de digestión también lenta? Pues por todo eso que comentas en esta crítica de mis amores, porque fuera de la crítica social que tampoco tiene mucho sentido al hablar de un pueblo que ya ha vivido la parte oscura de la licantropía, y en el que se ha asentado la desconfianza, no hay mucho más. Tópicos y típicos, y resolución floja. Entiendo que DInamarca tiene que mostrar ese rasgo frío y la sensación de ser la única persona en el mundo, pero no sin más, no sin motivo, no sólo buscando la elegancia del plano y olvidando al espectador durmiendo por los rincones...

Bonita de ver, pero a los quince minutos, y visto lo visto, ya es suficiente.

¿Y esta se estrena en los cines??? El mundo al revés.

Saludos y a misa a por el sermón!!!!

El Rector dijo...

Missterror, estamos ante el producto mediocre tipo que se estrena en las salas de nuestro país mientras en el proceso se quedan en el tintero interesantísimas propuestas. Sigo sin entender el baremo de las productoras a la hora de traer películas... nada nuevo, por desgracia.

Poco más que añadir sobre la película. Un aburrimiento total, la pongas después de comer o en cualquier otra hora.

Saludos.

P.D: Este domingo intentaré saltarme la misa, a ver si puedo convencer a mi chica...

Unknown dijo...

Vaya... Bajón pues!
No me pude esperar a verla, y después de gozarla como un perraco viendo Wer, la última de hombres lobo que me flipó, y el preciosista tráiler pensaba que era una de esas delicias que me había perdido para siempre, pero leyéndote, ya ni aún estrenada en cines (surrealista, no?, y luego nos pegaremos patadas por poder ver algunas de las grandes de este año)... Hombres lobo sin casquería, foto bonita pero coñazo me suena a otras decepciones, así que muchísimas gracias por evitárnola!!!!!
Saludacos!

El Rector dijo...

Damien, tírate de los pelos por perderte cosas como Tusk o Alleluia, ambas para enmarcar, pero no desperdicies ni una sola lágrima por When Animals Dream, de hecho te diría que no se te ocurra gastarte ni un céntimo para verla en pantalla grande, es una película tan descafeinada como olvidable.

Lo que si has hecho ahora, es picarme con Wer, que en su día no le presté mucha atención por aquello de ser un foundfootage y ahora voy a tener que verla si o si.

Saludos.

andres pavone dijo...

INDUDABLEMENTE MAGISTRAL la critica querido rector. Es una cinta que se toma su tiempo(lenta)... podemos decir que es una cinta un poco parca. Como tu dices su fotografia es maravillosa. Destaco las escenas familiares donde se ve la angustia de Marie ante lo que sucede y de como no puede enfrentarlo y como dices tu se acerca mas a una denuncia social que como film de terror. Eso si es inevitable que When animals drem (a mi modo de ver) tenga una sombra que la persiga que se llama Dejame entrar. Igualmente me gusto. Saludos querido amigo.

El Rector dijo...

Andres, si es que no se puede ser más benévolo que tú viejo amigo, porque disfrutar con semejante coñazo de película, demuestra tu generosidad y manga ancha con el filme del sr.Arnby. Si coincidimos en sus virtudes técnicas, como casi todo lo que viene de Escandinavia, brilla en ese apartado, pero poco más. Como dices, la sombra de Déjame Entrar, es alargada, pero creo que When Animals Dream, ya aboga suficientemente por la auto-mutilación... y como siempre, mil gracias por tus amables palabras!!!

Saludos.

Unknown dijo...

Pues bajonazo aquí también. Porque tenía pinta de que para mi era una opción con todas las de la ley, como bien apuntas al principio de la crítica, creía que se trataba de una nueva versión escandinava de re-telling de un género de terror, a lo Déjame entrar.
Después de leer tus palabras, sólo me queda hacer bicho bola :(

El Rector dijo...

TWG, en realidad no vas desencaminada. Está claro, que al menos la idea, era esa. Tratar un mito del terror (en este caso la licantropía) desde una perspectiva más cercana al drama que al terror, para denunciar nuevamente, algunas de las miserias de la sociedad actual, como ya se hiciera en "Déjame Entrar". Otra cosa, es el resultado final y si bien como drama, pese a no ofrecer nada realmente destacable, da el pego, como cinta de terror, es poco menos que ridícula, por tópica, previsible y aburrida.

De todas formas, tu eres mucho de este tipo de cine escandinavo, así que no te fíes mucho de mi paladar esta vez, y dale una oportunidad cuando se te presente, que teniendo en cuenta que se estrenó tanto en cines como en plataformas digitales, igual la tienes ya incluso en español por ahí.

Pese a guardar similitudes con "Déjame Entrar" en algunos aspectos, son dos películas que juegan en ligas muy distintas.

Saludos.

Unknown dijo...

Es que déjame entrar era liga mayor. Sigue siendo una de mis favoritas y eso que es relativamente nueva. Tiene una estética preciosa y me encanta la escena de la piscina.
Me esperaba de esta una versión licántropa!

Anónimo dijo...

Nada.

El Rector dijo...

TGW, cualquier parecido con la realidad...

Anónimo, exacto. Nada (o muy poco), es justamente lo que ofrece "When Animals Dream".

Saludos.

Shivers dijo...

Que manía la de tirarle palos a las pelis mas pequeñas y peculiares. Increíble realmente. El mundo al revés, sí claro. Gran película. Deudora y superadora de Ginger Snaps gracias a un planteo más adulto.

El Rector dijo...

Shivers, y que manía por tu parte, la de creer que alguien valora las cosas por su tamaño y no por su contenido. "Cuando Despierta la Bestia" es una cinta del montón que habría sido defenestrada públicamente de tener otra nacionalidad, pero como es escandinava y actualmente está muy bien visto alabar el cine de aquellas tierras, a algunos se les llena la boca. No te lleves a engaño, la película es un buñuelo la mar de normalucho y aburrido. Casi tan coñazo como la citada Ginger Snaps.

Y te puedo asegurar que fui muy benévolo debido a que éscrobí la crítica en frío varios días después, pues mis impresiones, de haber sido escritas tras salir de la sala del festival (donde por cierto, no es que entusiasmara precisamente), hubieran sido bastante más duras.

¿Peculiar? Pero si es tópico tras tópico...

Saludos.

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