Después de mis dos grandes pasiones, el terror coreano y el nuevo terror francés la tercera de mis preferencias generales es un cine del que no se habla mucho en conjunto y que merece, según mi modesta opinión, un análisis pormenorizado por su valentía, su capacidad de innovación y su efectismo en cuanto a provocar terror se refiere, el terror de Australia y Nueva Zelanda de los últimos años.
Es relativamente fácil encontrar abundante información a día de hoy sobre el terror coreano y francés en global, al estar perfectamente definidos y ser muy representativos de sus lugares de procedencia. Sin embargo no lo es tanto encontrarse un listado medianamente completo del terror que se viene haciendo en las antípodas en los últimos años, al ser producciones mucho más pequeñas y no lograr las repercusiones que los otros logran. Pero no por eso nos encontramos ante un cine carente de interés, al contrario, algunas de las mejores cintas de género de la última década provienen de allí, sin ir más lejos, “Triangle”, (Melissa George es la actual “Scream Queen” por excelencia. Su presencia en cintas de terror de varios países es cada vez más perfecta, habitual y sublime), sin duda mi preferida junto a “The loved ones”...
Igual que sucede con nuestro país, estas producciones no se cuidan como merecen en sus países de origen. Pocas alcanzan las carteleras mundiales y si lo hacen están predestinadas, cosas de las distribuidoras, a durar dos semanas como mucho.
En el panorama de los festivales, el único reducto que nos queda a frikazos ansiosos de nuevas cosas, el panorama es bien distinto. Estas películas reciben un trato digno como lo que son muchas de ellas, auténticas obras maestras que acaban influyendo irremediablemente en el panorama del cine universal.
Existe actualmente una hornada de nuevos directores australianos y neozelandeses empeñados en reforzar, mejorar y reavivar de manera asombrosa el castigadísimo género del terror que se produce en sus tierras, partiendo de sus planteamientos y esquemas efectivos sin perder de vista lo que en otros países está sucediendo. Así, autores como Andrew Traucki, David Nerlich, Sean Byrne, Steven Kastrissios, Spierig, McLean, Christopher Smith, y otros, nos están regalando una serie de cintas afortunadísimas, con arriesgados puntos de vista diferenciadores y evolucionadores del clásico slasher o terror de criaturas y utilizando un gore como recurso narrativo de lo más depurado, a veces bestia y perfecto, sin dejar escapar el omnipresente casi found footage..
Descubrí, como la mayoría, este cine de la mano del inmenso genio y talento de Peter Jackson y sus arriesgadas, canallas y fabulosas propuestas de “Bad Taste” y “Braindead. Tu madre se ha comido a mi perro”, representantes perfectas del gore que se hacía por aquellos años, sin pretensiones pero con inmenso calado. Quentin Tarantino, por poner un ejemplo-y vaya ejemplo-no puede negar la repercusión que en su carrera tuvieron este tipo de películas.
Como ha sucedido en otros lugares, de la nada empezaron a surgir directores que estrenaban sus óperas primas y nos dejaban boquiabiertos a propios y extraños por su calidad indudable y su sentido del terror, entre canalla y absolutamente serio, pero siempre-o casi-convincente.
Películas como “In the Winter Dark” del desconocido James Bogle (1998), sobre una criatura que mata ganado, la fabulosa “El pozo” de Samantha Lang, una ópera prima aterradora, conmovedora y audaz como pocas, “Stygian”, obra del 2000 no estrenada de mi admiradísimo e idolatrado James Wan, la irregular “Cut”, de Kimble Rendal en el mismo año, bastante poco acertada, pero con las notas de terror en conjunto que rigen este artículo, la aterradora pero flojilla “Cubbyhouse” (La cabaña) de Murray Fahey del 2001, los premiadísimos cortos, “Harvey” del 2002 y “Ward 13”, del 2003, tocando la animación experimental, hasta llegar al-agárrense los machos-origen y caldo de cultivo de la que sería una saga imprescindible para cualquier medianamente fan del terror,y de la que les hablaré bien pronto, el corto “Saw”, nuevamente de James Wan, que pronto vería su salto al largo revolucionando nuevamente-parece mentira, pero es un género vivo-el terror.
Todas estas obras comparten más o menos unos años, los decisivos para que arriesgados directores
se hipotecaran y endeudaran hasta el cuallo con tal de estrenar sus valientes películas, son lo que yo considero “el origen”. Pero es cierto que en Nueva Zelanda y Australia llevaba mucho tiempo haciéndose un terror magnífico. No puedo evitar recordar “Los coches que devoraron París”, de Peter Weir del 74 (¡¡¡), una magnífica cinta que supone la presentación del estupendo Weir como creador, con escasos recursos y haciendo por primera vez un cine de terror social.
Vergüenza me daría olvidar películas como “Largo fin de semana” del 78 también, de Colin Eggleston, que se alzó en 1978 en el Festival de Cine Fantástico de Sitges con el merecido premio al Mejor actor, un asombroso John Hargreaves. O la perfecta por completo “Ghosts... of the Civil Dead “, de John Hillcoat, del 88, y la notable “Celia” de Ann Turner del año siguiente, que mezclaba con valentía los terrores infantiles con un realismo mágico casi propio de García Márquez. Otra película previa a las anteriores fue “Calma Total”, del 89 también, y que gozó de una mayor y mejor distribución por tener en cartel a tres estrellas, en especial mi adorada Nicole Kidman, pese a ser un thriller bastante convencional.
Pues bien, recalcaré que la primera cinta que supone un terror claramente marca de la casa australiana es “In the winter dark”, con una asombrosa Brenda Blethyn y un arriesgado paso adelante natural en el género.
Pero vamos con la peli que nos pcupa, Wolf Creek 2, analizando por encima la cinta de la que es deudora y segunda parte.
“Wolf Creek” (2005) Australia Greg McLean
De vez en cuando uno se topa, por casualidad, con películas que, de seguro, no serán estrenadas ni
mucho menos en todos los cines patrios, y bendice nuevamente internet...
Este es mi caso ante esta "pequeña" obra maestra del género que no gustó a todo el mundo.
Una película desconcertante de principio a fin, con giro argumental sorprendente e interpretaciones,
por fin, creibles...
Angustiosa, angustiante, cruel, realista hasta el extremo, con un discreto componente gore que
cualquier amante del terror comedido, agradecerá, aunque de comedida la película tiene bien poco y
comparte mucho con otra de las grandes del terror reciente, "Las colinas tienen ojos", remake de
uno de mis clásicos de terror preferidos aún mejorada por mi amado Aja.
La típica historia que en otras manos, con Buffy o cualquier otra actriceja chillona y
“pongomorritos” del momento habría sido una peli cutrona más, se convierte en una estupenda y a
mi juicio prácticamente perfecta película que desde luego no deja al espectador indiferente... aunque
con mal sabor de boca, desde luego...
Lo mejor: desde que arranca el verdadero terror, no da el más mínimo respiro... Lo fabulosamente
aprovechados que están los escasos medios... Los actores, todos, pero sobre todo el malo más malo
de los últimos malos.
Lo peor: el final, no por mal resuelto, sino porque las ganas de venganza extrema quedan sin saciar,
y a uno, de vez en cuando, le mola que las cosas sean como tienen que ser. Afortunadamente ya está
pendiente de estreno su continuación que visto lo visto promete cosa fina.
Aún así, es imposible no plantearse preguntas como: ¿Pero de verdad hay alguien que sigue haciendo viajes en coche por esas carreteras?... ¿Es que la gente no ve pelis de miedo con psicópatas rurales?
Pero, por fin en la peli encontramos dos chicas en una película de miedo que no son dos payasas por completo. Reivindicable absolutamente como película antimachista, que ya iba siendo hora, porque me vienen a la mente unas cincuenta muestras de lo retardadas que pueden ser las adolescentes americanas en una peli de terror...
Por fin en una peli de miedo los coches arrancan no con la última de las llaves que se prueba.
Y bueno, Australia es grande, la región será enorme, pero ( por ponerle un pero), ¿cómo que se
desiste en la investigación por lo grande que es la zona y la inexactitud del pueblo?
WOLF CREEK 2 vuelve a estar dirigida por Greg McLean, que firma el guión con Aaron Sterns y cambiando de encargado de fotografía por el inmenso Jules O'Loughlin nos cuenta una historia divertida más que terrorífica, muy alejada de lo que fue Woolf Creek en realidad. Un par de mochileros buenorrisisísimos alemanes recorren Australia en plan aventura en pareja topándose con el que ya es uno de los malos más perversos y retorcidos del cine, Mick Taylor, el zumbado malvado de la primera entrega, que les persigue por el inmenso terreno salvaje que tuve la suerte tremenda de recorrer (en un plan mucho menos mochilero) durante seis meses.
La película no sigue un hilo temporal ni pretende ser una continuación canónica de la anterior, es decir se puede ver sin tener ni idea de qué es o fue la primera, pues el hilo argumental y los protas-menos el malo, son totalmente independientes y sólo comparten a éste, al amor por el gore y los espectaculares paisajes australianos-la carrera atropeyando canguros es una maravilla.
Realmente esta segunda entrega quizás peca de tener un hilo argumental mucho menos detallado y rebuscado. Es una explosión pura de tetas, penes, gore y locura bastante divertida, lo que es la intención clara de sus creadores, aparte de un homenaje más que merecido a ese cabestro chovinista retorcido y malo como la quina que es el enorme Mick Taylor, interpretado nuevamente de forma brillante por John Jarratt, el máximo aliciente de la cinta.
El inicio de la peli, trepidante como pocos nos pone en antecedentes clarificando quién va a ser el malote y los buenones-víctimas del primero, en un comienzo absolutamente perfecto.
La película cuenta con los alicientes suficientes para gustar a propios y ajenos y se abre claramente a un cine más “comercial”, con momentazos como la prueba de conocimientos pre-tortura, la llegada a la única casa del desienrto habitada o la ya comentada escena de los canguros, maravillosa.
Lo mejor: El prota no pierde ni un ápice de maldad.
Lo peor: La sorpresa de la primera era lo que dotaba a la cinta de un plus de interés, al esperar una cinta de extraterrestres y encontrar un torture porn como la copa de un pino. Trata de ser compensado con la introducción de un sentido del humor con el que no todos estaremos de acuerdo pero que indudablemente la hará más cercana al gran público.
Recomendable para todos los que nos quedamos con ganas y sobre todo olvidándonos por hora y media de qué cinta es la original.
En el reparto, bastante convincente, junto a Jarratt, los guapérrimos mochileros, el pobre conductor nocturno y los abueletes desprevenidos: Phillipe Klaus, Shannon Ashlyn, Ryan Corr, Chloé Boreham, Kate Englefield, Shane Connor, Marsha Vassilevskaia y Sarah Roberts.
El detalle: Dentro de la Música de Johnny Klimek, a un friki como yo, le ha puesto, pero MOGOLLÓN, que el malo silbe la sintonía de una serie de TV que veía siendo un canijo de unos cinco años, la de El profesor Popsnagle:
http://www.youtube.com/watch?v=j8MxpXjbXNE