lunes, 29 de septiembre de 2014

Crítica: Frío en Julio (Cold in July)

Dicen que una vez existió un niño que no hablaba, que sólo caminaba y ponía nombres a los pájaros. Ese niño siempre estaba solo, y nunca nombraba a dos pájaros de la misma manera. Cuando creció, en un día muy frío de Julio, pisando la helada del amanecer, vio cuatro pájaros y les puso los siguientes nombres: culpa, tormento, arrepentimiento y miedo, y se quedó observando cómo el tormento, el arrepentimiento, la culpa y el miedo volaban alto para alejarse de esa helada de Julio y poder viajar hacia todos los lugares del planeta, para que así el mundo entero conociera sus nombres y no los pudiera olvidar jamás. Aquello pájaros nunca tuvieron hambre, aquellos pájaros sobrevieron al frío y a las tormentas, aquellos pájaros de ojos rojos, volaron mostrando su plumaje durante muchos años, hasta que en otro día frío de Julio, volvieron al lugar en el que se les dio nombre, y allí se encontraron de nuevo con aquel niño, que se había convertido en un hombre callado, de mirada fría. Los cinco se miraron y caminaron juntos sobre la helada.

"Cold in July" trata de miedo, de culpa, de arrepentimiento y de tormento, pero también habla de muchas cosas más. Nos habla de integridad, de inseguridad, de valentía, pero sobre todo de esas cosas que uno tiene que hacer. "Cold in July" es un thriller que atrapa como pocos, no sólo por su capacidad para generar tensión sin tener que recurrir a una acción constante, sino por su capacidad para conmover y desagradar al mismo tiempo.

La historia nos lleva a Texas, décadas atrás, a la casa prefabricada de una familia honrada que se ve asaltada una noche por un vagabundo que entra a robar. A partir de ese momento, todo cambia en la vida del protagonista, quien se ve arrastrado en una serie de tramas sucias de las que no puede permanecer ajeno. Desde el inicio, la película pide una empatía absoluta con los personajes, una empatía necesaria para continuar con las acciones y las reacciones que se proponen, de la misma manera en que continúan los personajes. La buena noticia es que esta empatía se consigue tan sólo con chasquear los dedos y ver aparecer a cada uno de los tres personajes principales de la película: Richard, Russel y Jim Bob.

El pájaro de la expectación sobrevuela constantemente sobre los espectadores durante los ciento nueve minutos que dura el metraje, y lo hace porque el guión es expectación pura y porque en esta adaptación de la novela homónima de Joe R. Lansdale, no se da puntada sin hilo. En "Cold in July", las vueltas del destino son constantes y son las que abren nuevos caminos para recapacitar sobre el bien, el mal, lo que se debe hacer y lo que se termina haciendo, en el espectador. No se puede decir otra cosa más que nos encontramos ante un guión sin fisuras, firme y directo pese a los pasajes lentos, que consigue a pesar de todo el dramatismo de la trama, apelar al optimismo de los actos del ser humano.

Y si el guión de Nick Dalmici, acostumbrado a acompañar al director de "Cold in July", Jim Mickle ( recordemos que ya trabajaron juntos en "Mulberry Street", "el remake de "We are what we are" y "Stake land"), junto con el propio Joe R. Lansdale es uno de los puntos fuertes de "Cold in July", no se puede dejar de alabar el trabajo de los que lo defienden, un irreconocible Michael C. Hall (Dexter), Sam Shepard y el recuperado Don Jonshon, que hacen un trabajo inconmensurable delante de las cámaras, dotando de fragilidad, bondad, dureza, dolor y honestidad a cada uno de sus personajes, a quienes el pájaro que el niño llamó destino, une en unas circunstancias desesperadas para cada uno de ellos, creando una extraña alianza más allá del sentido común, tan lejos como se encuentran a las personas que hacen lo correcto, por muy difícil que sea. En la mayoría de los casos, los pájaros no son más fuertes en bandadas, ni sólos, lo son cuando sobreviven a todo y a todos, y se hacen invencibles cuando los pájaros fuertes se unen en la misma dirección.

"Cold in July" envuelve una misma historia bajo diferentes historias, y lo hace desde varias perspectivas: paternales, individuales, desde una extraña amistad, pero sobre todo desde la más extrema necesidad. Así los giros y las subtramas, fluyen de una manera asombrosa pero nada forzada, y esta historia de personajes, avanza sin que se la pueda frenar. Cierto es que hacia la mitad de la película, se siente una pequeña bajada de ritmo, pero es leve y puede ser considerada como la inhalación para coger impulso y volver a exhalar un aire enrarecido, oscuro, lúgubre y taciturno que muestra desnudo lo que se pretende en "Cold in July", que es reflexión y serenidad cuando los cuatro pájaros que muestran las vidas de los tres personajes principales, arrastran las alas, para posarse en el lugar en el que deberían descansar estos tres diablos.

La fotografía de tonos azulados, la banda sonora, los paisajes, los silencios y sobre todo las miradas, componen un puzzle que se puede resolver fácilmente y que demuestra que la vida es dura y que sólo los duros tienen un hueco para la paz, donde hacer lo correcto, donde arriesgarse significa poder seguir adelante, porque aunque duela, aunque te tiemble el pulso, a los pájaros culpa y remordimiento, cuanto antes les abatas, antes podrás cerrar los ojos para dormir, y con culpa y remordimiento muertos, al pájaro del atormentamiento y el del arrepentimiento, huyen hacia zonas más cálidas. Es entonces cuando deja de hacer frío en Julio.


sábado, 27 de septiembre de 2014

Crítica: Space Station 76

En el cine como en la vida, las cosas no son siempre lo que parecen. Y es que el debut detrás de las cámaras del hasta ahora actor, Jack Plotnik (“Los Padres de Él”, “Dioses y Monstruos”, Rubber”) no ha podido resultar más engañoso y desconcertante, pues tras el elaborado disfraz de ciencia ficción con el que se ha presentado a la fiesta, lo que esconde bajo los ropajes es algo bien distinto. En “Space Station 76”, la cual podrá verse en el festival de cine fantástico de Sitges, enrolada en una de sus ya míticas maratones nocturnas (junto a “The Last Days on Mars” y “Predestination”) no existe relación alguna entre forma y fondo. ¿Hacía realmente falta viajar más allá de las estrellas para contarnos lo que ocurría (y sigue ocurriendo) bajo ellas? 

Lo primero que llama sobremanera la atención en “Space Station 76”, es su puesta en escena. Todo un homenaje a las viejas cintas de ciencia ficción de los 70, donde un delicioso acabado visual vintage y una no menos sugerente banda sonora a base de rock setentero, nos meten en la máquina del tiempo de una parada en las posaderas para que nos transporte a otra época de nuestra vida. Aquella en la que las naves espaciales estaban decoradas bajo los designios de la gigante sueca Ikea, con minimalismo, frialdad y ese tan característico aroma a transistor y soldadura de estaño. Las connotaciones visuales a clásicos del género de aquellos años, son cuasi infinitas y lo cutre (claramente de forma deliberada) de los efectos especiales, funciona a modo de lubricante a la hora de encarar tan erotizante travesía hacia placeres del pasado. 

Plotnik prostituye la ciencia ficción en pos de sus intereses y a modo de reclamo para reunir alrededor del fuego bajo un cielo estrellado a un público que de otra forma, dificilmente se habría acercado a una propuesta como la suya, que no es otra cosa que una sátira social sobre la década de los setenta a modo de comedia negra y algún que otro tinte dramático, Por lo que nadie espere nada remotamente parecido a una película de ciencia ficción pese a que la acción esté ubicada en una estación espacial, para ser concretos, en la Omega 76, una de muchas donde la humanidad subsiste, después de un supuesto éxodo del planeta tierra. 

Con el personal ya engatusado y con la entrada comprada, el director comienza a desgranar una a una, todas las críticas sociales que se le antojan (muchas de ellas aun por desgracia, aplicables a nuestros días). La relación de pareja, la soledad, el sexismo, las adicciones, la infidelidad o la homosexualidad, son algunas de las fuentes energéticas que a modo de fuerza gravitatoria, mantienen a la película en órbita. Todo ello desde una óptica pseduo cómica que no termina de resultar creíble en ningún momento y que parece contagiarse de la frialdad de las blancas estancias en las que se desarrollan los acontecimientos, los cuales, pasan sin pena ni gloria (unos más que otros) ante la indiferente mirada de un espectador que solo en formato de rara avis, sabrá encontrar los alicientes necesarios para seguir conectado a la historia. 

El director se ha rodeado eso si, de un buen puñado de caras conocidas para darle algo de empaque a la obra. Teniendo a dos de los personajes protagonistas vestidos con los rostros de Patrick Wilson (“Watchmen”, “Expediente Warren”) y Liv Tyler (“El Señor de los Anillos”, “Los Extraños”). Matt Bomer (“La Matanza de Texas: El Origen”), Jerry O´Connell (“Piraña 3D”) y la joven Kylie Rogers (“Shooter”), les acompañan en este intento liviano, de retratar a una sociedad estadounidense, la de los setenta, que ya ha sido pintada en lienzos mucho más interesantes que el que nos ocupa. 

Si bien es cierto que la cinta contiene algunos destellos de brillantez, como ciertas metáforas bastante bien paridas y otras tantas sátiras y auto-parodias al género de la ciencia ficción, la realidad es que su poco más de hora y media de metraje, se eterniza hasta el infinito del universo de forma exponencial al conocimiento absoluto del espectador sobre lo que está viendo y su certeza, de que la cinta, pasada su primera mitad, ya no tiene nada más que ofrecer, que girar una y otra vez hasta la extenuación sobre el mismo orden del día. 

En definitiva, “Space Station 76” es una comedia negra (o más bien gris, si nos ponemos algo rigurosos) del montón que ni engancha, ni sorprende, ni da demasiado para pensar sobre nada que no se haya propuesto antes en títulos mucho mas incisivos y ácidos, donde cuesta horrores, encontrar elementos a los que aferrarse para no desconectar de la insípida trama y anodinos personajes. Desde luego, si alguien quiere degustar un buen plato de ciencia ficción a partir de la semana que viene en el festival de Sitges, esta no sería la mejor opción. Que a nadie le engañen sus seductoras formas... mucho menos, a según que horas de la madrugada. 

Lo mejor: Su estética vintage inspirada en la ciencia ficción de los sesenta y setenta. Entrañable.

Lo peor: Solo se queda en eso, en estética. Y la falta de interés que genera la trama, insulsa a todos los niveles, desaprovechando algunos tabúes interesantes de la época que podrían haber dado bastante juego.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Sitges 2014: Festival de series

Sitges 2014 proyectará las últimas tendencias en series de TV fantásticas. 

Serial Sitges programa diez producciones de este sector emergente. 

El Festival abre una puerta a la televisión de género con la nueva sección Serial Sitges, que recogerá la presentación de series televisivas de género fantástico y thrillers, así como TV movies, web series y formatos parecidos. La nueva sección se incorpora a la parrilla del Festival con el fin de albergar a un creciente y emergente sector, el de las series de género fantástico, por el que las cadenas televisivas están apostando fuerte en este momento. Serial Sitges lo patrocina el FNAC y se proyectará en la Sala Tramuntana del Hotel Meliá Sitges, con entrada gratuita. 

Serial Sitges es la respuesta a la experiencia inicial que el Festival desarrolló el año pasado en la misma Sala Tramuntana con notables resultados por parte de sus fans. La sección ha programado diez títulos este año, entre ellos se encuentran preestrenos como Fargo, uno de los actuales éxitos en Estados Unidos. 

El primer capítulo de Fargo se emitirá en Sitges el viernes 10 por la noche, dos días antes de que Canal+ lo estrene para sus abonados. Se trata de un thriller inspirado en la particular atmósfera de la película de los hermanos Coen, que aborda los enigmas en la ciudad del mismo nombre antes de la aparición de Batman, y que también estrenará Canal+. 

En el apartado de estrenos de Serial Sitges resalta The Knick, realizada por Steven Soderberg y protagonizada por un Clive Owen en el papel de cirujano, y de la que se ha programado el primer episodio. Las otras dos presentaciones de Serial Sitges son producciones de animación: Robot Chicken –con un capítulo dedicado a Star Wars– y Rick and Morty, dirigida a un público adulto que narra las aventuras de un científico alcohólico y de su nieto. 

A estas producciones se añaden unas sesiones de conocidas series por parte del público: Juego de Tronos no faltará en esta cita televisiva, con la proyección del último episodio de la cuarta temporada. Canal+ presenta también el primer capítulo de la segunda temporada de la serie británica Utopía. Por otro lado, TNT ofrece el primer capítulo de la octava temporada de The Big Bang Theory, mientras que Warner Bros aporta un episodio de la aclamada serie de intriga True Detective, nominada a los Emmy, entre otros premios. 

The Darkside es otra interesante propuesta de Serial Sitges, donde se presentarán seis capítulos de esta serie que reúne una colección de cuentos del más allá procedentes de diversos puntos de Australia. Esta proyección se realiza en paralelo al film del mismo nombre que programa el Festival en la sección de Noves Visions – No Ficció. 

Serial Sitges se proyectará en la Sala Tramuntana, uno de los dos puntos –junto con el espacio FNAC– donde el Festival programa actividades paralelas. La agenda de estas dos salas incorpora un apretado calendario con coloquios, presentaciones, clases magistrales y sesiones profesionales, que permitirá ofrecer propuestas complementarias a las parrillas de las salas cinematográficas.

Programación Serial Sitges 

The Big Bang Theory 

La noche para los más freakis del festival. Proyección del primer episodio de la 8ª temporada de The Big Bang Theory, cargado de sorpresas. Viernes, 3 de octubre, 22,30h. 

Robot Chicken. Especial Star Wars 

Episodio especial dedicado a Star Wars de la serie Robot Chicken. Una serie de animación que utiliza la técnica Stop-motion, creada por Seth Green y Mathew Senreich. La serie parodia una sucesión de situaciones en las que se involucran series de televisión, actores de cine, músicos y video juegos. Sábado, 4 de octubre, 15h. 

Rick and Morty 

Rick and Morty, una serie de animación norteamericana dirigida a un público adulto. Nos presenta a Rick, un científico alcohólico y a su nieto Morty, en sus aventuras en dimensiones alternas, que acostumbran a causar problemas en la familia de Morty, constantemente atrapados en el caos. Sábado, 4 de octubre, 15.45h 

Juego de Tronos 

Proyección del último episodio de la 4ª temporada de Juego de Tronos, una exitosa serie internacional basada en la saga de las novelas de fantasía escritas por el autor norteamericano George R.R. Martin. Domingo, 5 de octubre, 20h 

Utopía 

Iniciada la segunda temporada de la mini serie británica Utopía, creada y escrita por Dennis Kelly, supuso una gran sorpresa la temporada pasada. Jessica Hyde permanece secuestrada en manos de la Red, que sigue observándolo todo, mientras Becky, Ian, Grant y Wilson se han dispersado. Aunque la conspiración en torno al experimento Jano no es algo de los que puedan escapar fácilmente y ellos lo saben… Lunes, 6 de octubre, 20h. 

Gotham / True Detective / The Knick 

Presentación del primer episodio de Gotham, una de las nuevas series más esperadas de la temporada basada en los personajes creados por Bob Kane de DC Còmics. Una serie que se introduce dentro de los misterios de la ciudad de Gotham antes de la aparición de Pingüi, Catwoman y Batman. Inmediatamente, se proyectará el primer capítulo de True Detective y a continuación se presentará el primer episodio de The Knick, una serie creada por el gran realizador y productor Steven Soderberg y protagonizada por Clive Owen y que penetra por los pasillos del Hospital Knickerbocker de Nueva York, donde un prestigioso cirujano no duda en sobrepasar los límites de la ética y de la moral a favor de la investigación científica. Gotham, True Detective y The Knick forman parte de la programación de Canal+. Martes, 7 de octubre, 20h. 

The Darkside 

Proyección de seis episodios de la miniserie The Darkside, que reúne una colección de cuentos del más allá procedentes de diversos puntos de Australia. Un serie que también cuenta con un largometraje que se podrá ver en Sitges 2014. La proyección será en versión original . Jueves, 9 de octubre, 21.30h. 

Fargo 

Preestreno de la segunda temporada de la serie Fargo, inspirada en el peculiar universo creado por los hermanos Coen de la película Fargo (1996). Un hipnótico thriller cargado de suspense y de humor negro, que se ha consolidado como una de las mejores series del año. Un éxito avalado con tres premios Emmy a la mejor miniserie, mejor dirección de miniserie y mejor casting de miniserie. Fargo también la han premiado con el Critics Choice Award a la mejor miniserie. El preestreno en Sitges coincide con su estreno en Canal+. Viernes, 10 de octubre, 22h.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Crítica: Así en la Tierra como en el Infierno

John Erick Dowdle es un tipo bastante inteligente que a la hora de dirigir, sabe perfectamente las limitaciones a las que se enfrenta y las convierte en un handicap marca de la casa para así aprovechar al máximo una idea, por trillada que ésta sea. 

Sorprendió a propios y extraños con esa magnífica película “ida de olla” en que se acabó convirtiendo su primer largo, “The Poughkeepsie Tapes” en 2007, consciente de que el mal rollo que desprendía aquella le granjearía más alabanzas que críticas. 

Retomó el found footage al año siguiente con la descarada “Quarantine”, traslación a la americana casi plano por plano de la aún muchísimo mejor REC de Balagueró y Plaza (ay, qué ganas de Sitges ya), pero logrando que su producto no fuera ni mucho menos detestable y se distanció un poco de la buena racha, descarriándose con la convencional y bastante mala “La trampa del mal” de 2010, rodada con el único aliciente de ser una historia-mala y hasta cateta por momentos- de Shyamalán.

Ya quisieran muchos en un mundo como Hollywood llevar esta carrera a su tierna edad. En "Así en la Tierra como en los infiernos" nos cuenta, con un guión elaborado mano a mano con su hermana Drew, ni más ni menos que una versión adulta-y chapucerilla- de los Goonies ( Richard Donner y Steven Spielberg me perdonen) , consciente de que ese tipo de peli, la de “pandillas Scoobies” en busca de un tesoro-en este caso la piedra filosofal, la de Harry Potter, sí- nunca va a dejar de estar de moda y tienen un puntito canalla que las hace empatizar con un público joven por aquello de la ley de la correspondencia y la aventura, y más aún si se les da un cierto toque oscuro y terrorífico. Y “As above, as below”, lo hace. 

Lo envuelve todo con un refrito, bastante cutre a ratos, todo sea dicho, de alquimia para nerds, Nicolas Flamel y teoría conspiranoica de Cuarto Milenio, Dante para alumnos de la ESO y filosofía new age caduca. Pero con cierto aire terrorífico e incluso psicológico que hace que no nos aburramos ni un solo segundo, y eso, amigos, a día de hoy ya es casi para tirar cohetes... 

Scarlett (la buenorra de Perdita Weeks, una preciosidad) es una chica intrépida y desinhibida a lo Lara Croft, que decide seguir los pasos de su padre suicida explorador en Irán y descubre una pista oculta durante milenios, que le llevará a otra escondida durante siglos, que a su vez le llevará a otra y así hasta el final, acompañada de una chupipandi compuesta por George (Ben Feldman), el amor de su vida al que dejó plantado en una cárcel turca, que aquí ejerce de traductor de arameo, Benji (Edwin Hodge), el cámara y técnico que coloca las cams subjetivas en cada cabeza y la pandillita francesa de un tal Papillon (el buenorro de la peli, François Civil), Siouxie y El Topo. 

Con esta mecánica, y usando el mockumentary tanto para bien (la sensación subjetiva ayuda mucho a empatizar con el rollo claustrofóbico que da la cámara en mano dentro de una cueva) como para mal (a veces se diluye la imagen y los sustos se suceden aunque no veamos muy bien qué es lo que nos asusta, lo cual, claro, le sale más barato, oiga) "As Above, So Below" se convierte, no en su peor -la del ascensor es espantosamente mala-pero casi, en uno de sus trabajos menos elaborados, con menos presupuesto, o al menos peor aprovechado y con más hilos pendientes, pues el desarrollo es bastante lineal, el guión está muy poco pulido y la incongruencia se apodera de la mayoría de las decisiones de nuestra protagonista, desconcertándonos por completo y dejando a la peli carente de emoción casi absolutamente. 

La historia nos lleva hasta las catacumbas de París-reguleramente recreadas- donde se encuentran las puertas, agárrense los cinturones, del mismísimo Infierno. Un Infierno mucho menos dantesco de lo esperable, con cruces de bóveda a lo Código da Vinci, escarabajos abretumbas a lo The Mummy y El secreto de la pirámide, coros satánicos muy Donner y donde cada uno de los exploradores sólo tiene que purgar sus errores y pecados, o reconocerlos en voz alta, que al final nos quedamos sin presupuesto, para salir del mismo. Y poco más que decir, la verdad... 

Lo mejor: Es entretenida a rabiar. Tiene dos sustos de los buenos, buenos.

Lo peor: No explota los maravillosos recursos narrativos y cinematográficos que cabría esperar y deja muchos hilos sueltos. Es un verdadero pecado no indagar en el coro satánico de plañideras chungas (con diferencia el mejor momento de la cinta) ni en la historia de "El Topo". 

Recomendable como lo que es, un divertimento que nos recordará que las pelis de nuestra infancia al final, va a ser verdad que eran mejores y con más enjundia, sin llegar a ser desde luego desdeñable por completo ni mucho menos.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Crítica: The Double

Uno de los más apasionantes y arduos debates filosóficos y matemáticos desde los albores del conocimiento es el de la identidad, o si se quiere, del Principio de Identidad (que junto a los Principios de No Contradicción y Tercero Excluido, forman la tripleta básica del pensamiento lógico clásico). Pero al apasionante debate científico-racional, que en los últimos siglos se ha enriquecido con componentes psicológicos y sociológicos, habría además que sumarle la ingente producción artística (pictórica, musical, teatral, literaria y cinematográfica) que sobre el significado de ser uno mismo o la posibilidad de llegar a serlo, se han realizado. 

El mundo del cine ha abordado el tema de la identidad, la duplicidad o el significado del Yo, desde muy diversas ópticas y con resultados muy dispares. Destacando, en mi opinión, fundamentalmente dos enfoques. El primero, la comedia y el segundo sería el thriller. Entre las primeras tendríamos estupendas muestras con: Ser o No Ser de Ernst Lubitsch, Victor o Victoria de Blake Edwards, Mis dobles, mi mujer y yo de Harold Ramis o Melinda y Melinda de Woody Allen. Entre las películas que se decantan por el thriller psicológico podemos destacar las magníficas: Inseparables de David Cronenberg, Enemy de Denis Villeneuve, Carretera Perdida de David Lynch, Cisne Negro de Darren Aronofsky o El Club de la Lucha de David Fincher. 

La película que nos toca, como se habrá vislumbrado, se encuadra dentro de este intrincado laberinto de lo complejo que supone ser uno mismo, o lo que es más perturbador: ¿Qué riesgos conlleva ser quien realmente se desea? 

The Double cuenta la historia de Simon James (Jesse Eisenberg), un anodino y melancólico trabajador hastiado de su rutinaria existencia, la cual se reduce a su aburrido e incomprensible trabajo y al cuidado de su protectora y enferma madre. Si no arroja la toalla de este gris devenir es por el amor oculto (desde su ventana la observa todos los días) que profesa hacia su compañera de trabajo y vecina, Hannah (Mia Wasikowska). Pero todo su mísero mundo se tambaleará hasta deshacerse en pedazos cuando un nuevo compañero, James Simon, llega a la empresa. Un simpático, carismático y arrollador tipo que encandila a todo el mundo y que posee una cualidad única… es idéntico a él. 

El director y guionista Richard Ayoade, famoso por protagonizar la serie cómica televisiva: The IT Crowd (Los informáticos), y cuyo primer largometraje tras las cámaras, Submarine, fue bastante bien recibido por la crítica, se atreve, en esta su segunda incursión como director, con la adaptación a la pantalla grande de la novela de Fiodor M. Dostoyevski, El Doble. 

No cabe duda que Ayoade tiene buen ojo para la composición visual y la narrativa, y apoyado en una estupenda fotografía, una puesta en escena decididamente teatral y en un montaje muy dinámico dota al film de un ritmo frenético y un halo de irrealidad bastante interesante. Además, se permite algunos diálogos y gags muy ingeniosos, aunque en ocasiones bordean lo esperpéntico (o excesivamente ridículo). Por desgracia, no es una voz fresca y original, sino que se muestra enormemente conocedora y deudora de la obra de Terry Gilliam, en concreto de la estupenda, y siempre recomendable, Brazil. 

Para intentar llevar a buen puerto esta delirante y tragicómica historia de un tipo que no es más que otro ladrillo en el muro (como dirían mis adorados Pink Floyd), Ayoade, se apoya en un dúo protagonista, Eisenberg y Wasikowska, que están formidables, y un grupo de secundarios de lujo (Wallace Shawn, James Fox, Cathy Moriarty, Noah Taylor y Yasmin Paige, entre otros) que los arropan admirablemente. 

Jesse Eisenberg se desdobla de forma asombrosa sin necesidad de histrionismos desmedidos, ofreciéndonos su mejor interpretación hasta la fecha. Destacando más en su faceta grisácea, angustiosa y esquizoide de Simon James que la del altivo, dicharachero y canalla James Simon. Por su parte, la siempre cautivadora Mia Wasikowska (llamadme loco, pero cada vez esta mujer me recuerda más a la divina Garbo) se erige en deseo magnético e inalcanzable tanto de Simon James como de todos nosotros, que nos vemos subyugados por el aura misterioso (y me atrevería a decir: erótico) que imprime a cada uno de sus personajes. ¡Su idilio y fotogenia con la cámara es más que evidente! 

Con todo lo mencionado, muchos se estarán frotando las manos ante lo que parece uno de los grandes títulos de la temporada, y si bien es cierto que es una cinta interesante, entretenida y con algún instante deslumbrante, no estamos ante la cinta fabulosa que a priori apuntaba. El principal hándicap del film es que no aprovechan las magníficas oportunidades que brinda la obra de Dostoyevski para hablar de la alienación de las personas por la maquinaria económica y social (hoy día por un capitalismo salvaje y amoral, en lugar de un decrépito sistema funcionarial zarista burocratizado hasta el infinito y una clase alta alejada de la realidad). El trasfondo del texto original sobre la imposibilidad de ser uno mismo y la angustia y locura que en las personas se induce como consecuencia de la opresión, monotonía y homogeneidad que se imponen en un sistema social que reprime todo aquello que se sale de lo pautado, queda en segundo plano en pos de extravagancias y delirios impostados que restan fuerza al conjunto, a base de situaciones lumínicas y surrealistas tanto a nivel visual como argumental que parecen buscar más la comicidad y la sorpresa que la denuncia y los peligros del abismo personal. 

Es indudable que The Double posee admirables virtudes (interpretaciones fabulosas, ritmo endiablado y una historia con múltiples posibilidades e interpretaciones) y resulta un producto sugerente y ameno cuyo visionado merece la pena (de hecho, estoy convencido que muchos estarán encantados con el resultado), pero se queda en la superficialidad y no hinca los dientes en la yugular de los males del capitalismo y las devastadoras consecuencias que provoca en sus ciudadanos. Al señor Ayoade, que va sobrado de capacidad (y paranoia) visual, golpes de efecto y frikismo (en el buen sentido), le ha faltado mala hostia, valentía, e incluso algo de pedantería a la hora de abordar una obra tan demoledora como la del novelista ruso, que pedía a gritos una crítica social mucho más contundente, oscura y perturbadora, que la autoconsciente excentricidad que ha imprimido a su película.


martes, 23 de septiembre de 2014

Sitges 2014: Exposiciones fantásticas

El Festival de Sitges presenta un mapa completo de exposiciones, que recorren los territorios del fantástico Las muestras se exhiben en cinco espacios diferentes de Sitges.

Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya reúne nueve exposiciones temáticas, que congregan en varios formatos, géneros y expresiones una visión poliédrica de los territorios del fantástico. Desde un viaje a través de la saga REC hasta un homenaje colectivo al mítico Tetsuo, de Shinya Tsukamoto, el mapa de exposiciones de Sitges 2014 muestra diversas facetas del arte y del cine de género: los carteles cinematográficos de la Cannon y de la colección Propside.com, los productos comerciales de SD Toys, las creaciones de Carles Ganya, los dibujos de fanta-ciencia, los píxeles de Miguel Chevalier y el proyecto Cinergía de gas Natural Fenosa. Las nueve muestras –de formato variado– constituyen un amplio programa expositivo del Festival que refuerza su oferta de actividades paralelas. 

REC: UNA SAGA INDOMABLE 

BACARDÍ y FILMAX presentan la exposición REC: Una saga indomable. Una ocasión única (e irrepetible) de ver como nació y como se creó la saga de terror más famosa de nuestro país. 

Del 3 al 12 de octubre, Casa Bacardí Sitges acogerá por primera vez una exposición externa con un excepcional motivo: reconocer la trayectoria de uno de los directores más indomables, Jaume Balagueró, que estrenará su última película, REC 4, en el Festival de Cine de Sitges. 

La perseverancia con la que el director consiguió su sueño de realizar cine de terror en España, dedicando más de tres años en obtener financiación para su primera película Els Sense Nom, sin miedo a los obstáculos y sin rendirse, le ha valido el reconocimiento de BACARDÍ, un ron forjado por la pasión indomable de una familia que durante más de 150 años ha tenido que soportar numerosas adversidades –como el incendio de 1880, los terremotos de 1903, 1906, 1914, 1932…–, el exilio, la Ley Seca…– movidos por el afán de crear el mejor ron. 

REC: Una saga indomable es un profundo repaso visual, auditivo y táctil a una de las sagas de terror más famosas de la historia de género a través de docenas de fotografías, carteles inéditos, story-boards , dibujos, esbozos, vestuario, atrezzo y una serie de objetos que nuca se han visto fuera de la gran pantalla. Dividida en cuatro zonas, cada una de las áreas de esta exposición persigue que el visitante se sumerja en la saga REC, producida por Filmax, y que se prepare para el estreno de la última entrega. 

Entre otras cosas, el visitante podrá disfrutar de una veintena de carteles inéditos, que nunca –hasta ahora– habían visto la luz. Tampoco podían faltar otros elementos icónicos, como la camiseta de Manuela Velasco en REC o el vestido de novia que lucía Leticia Dólera en REC 3, entre otras. También se podrá disfrutar en exclusiva de una pieza audiovisual realizada por Jaume Balagueró, que repasa la cuatrilogía REC que seguro hará las delicias de sus fans. 

Y para que nadie se vaya con sed y como fin de fiesta, los visitantes degustarán una serie de cócteles inspirados en las entregas de REC elaborados por los alumnos del Centro Internacional de Formación CETT con BACARDÍ Superior, BACARDí 8 años y BACARDÍ Heritage. Unas copas que no dejarán a nadie indiferente. Por descontado, la Casa Bacardí será el único lugar de España donde –durante unos días– se podrán probar estos cócteles. Del 3 al 12 de octubre (excepto el día 9, que estará cerrada al público), en Casa Bacardí Sitges. Horario: de 17 a 22 h. 

CANNON FILMS: ACTION FACTORY 

El Festival dedica un espacio expositivo a los carteles de películas de Cannon Films, una de las productoras cinematográficas más importantes de las últimas décadas y que en los años 80 vivió su momento de esplendor. 

Los documentales The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films (Hilla Medalia, 2014) y Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films (Mark Hartley, 2014), sumados a la triste noticia del fallecimiento de uno de sus fundadores, Menahem Golan, han situado en el punto de mira a una de las productoras más importantes de las últimas décadas. 

Golan, junto a su inseparable primo y copropietario de Cannon Films, Yoram Globus, fueron capaces de incorporar a sus producciones grandes nombres del cine de acción como Silvester Stallone, Chuck Norris, Charles Bronson o Jean-Claude Van Damme y otorgaron inolvidables títulos como Coba, el brazo fuerte de la ley (George P. Cosmatos, 1986), Invasión USA (Joseph Zito, 1985), El guerrero americano (Sam Firstenberg, 1985), Desaparecido en combate (Joseph Zito, 1984) o Yo soy la justicia (Michael Winner, 1982). Los carteles de estas producciones se podrán ver en los espacios de la salida del Auditori. Del 3 al 12 de octubre. Salida del Auditori.

DECORACIÓN DE ENSUEÑO 

Una vez más, Propside.com se encargará de decorar los espacios del Auditori con piezas originales de prestigiosas producciones del género fantástico. Este año, también se únen al homenaje los sueños, que realiza el Festival, y presenta piezas tan emblemáticas como el guante y el vestuario de Robert Englund en la saga Pesadilla en Elm Street o ejemplares de producciones oníricas como Matrix, Sucker Punch o Blade Runner. El espacio ofrecerá la posibilidad de hacerse una foto con Gizmo, personaje de Gremlins, celebrando, de esta manera, el trigésimo aniversario de la película.

Propside.com es una empresa dedicada a la venta en línea de artículos y productos comerciales sobre producciones cinematográficas y de televisión. Del 3 al 12 de octubre. Salida del Auditori.

CINERGÍA, DE GAS NATURAL FENOSA 

GAS NATURAL FENOSA ha puesto en marcha el proyecto Cinergía, una original iniciativa para acercar la eficiencia energética al gran público a través del séptimo arte. La compañía energética ha seleccionado cuatro reconocidos directores españoles –Paco Plaza, Rodrigo Cortés, Jaume Balagueró y Juan Cruz– para dirigir cuatro cortometrajes vinculados a la eficiencia energética, protagonizados por algunos de los actores más conocidos del panorama nacional. Rodrigo Cortés presentará el 3 de octubre su cortometraje 1.58 en el hogar eficiente de GAS NATURAL FENOSA, ubicado en el recinto del Festival. Producción con aires de thriller y terror protagonizada por Manuela Vellés, con la colaboración de Gabino Diego y la periodista Julia Otero. 1.58 ofrece al espectador diversas claves sobre una conducción eficiente. 

En el hogar eficiente de GAS NATURAL FENOSA se podrá conocer que es la energía y su valor y como se puede ser más eficiente mediante diversas actividades que la compañía ofrecerá a niños y adultos del 3 al 12 de octubre de 10 a 21h. Del 3 al 12 de octubre. Exterior del Auditori.

CARNE Y HIERRO: UNA EXPOSICIÓN SOBRE TETSUO 

La discográfica Bestiarie reunirá en el Palau de Maricel una serie de serigrafías en tinta negra en una exposición que pretende homenajear a Tetsuo, un film dirigido por Shinya Tsukamoto y considerado como fundacional del movimiento cinematográfico ciberpunk. Los artistas que expondrán su obra son Liqen, Alonso Urbanos, o Nando Vázquez. 

El reconocido ilustrador Liqen, ha pintado, en su faceta de estreet art murales coloristas y detallados en muros de todo el mundo, además de exponer en lugares como la Opera Gallery de Nueva York o estar presente en ferias como la International Contemporany Art Fair de Miami. 

Alonso Urbanos ha expuesto sus diseños en el Museo Nacional del Romanticismo de Madrid, entre otros espacios y, recientemente ha diseñado las portadas de las cassettes que ha producido la discográfica Bestiarie, sello discográfico editorial dedicado a publicar obra gráfica y trabajos musicales relacionados con la música ambiente, industrial, metal y noise y responsable de la producción de la exposición. 

El ilustrador gallego Nando Vázquez ha expuesto en diversos espacios del Estado y de México y, presentará su trabajo, junto con la obra gráfica de Miquel Sueiro, creador de Bestiarie. 

Las obras se expondrán en formato 70x100 y están inspiradas en la relación del ser humano del siglo XX con la máquina que Tsukamoto plasma con el film Tetsuo, no como una lucha, sino como una fusión para dar lugar a un nuevo hombre, al hombre tecnológico de hoy día. Esta exposición pretende homenajear una película que, aunque ya ha cumplido 26 años, sigue tan vigente como el día que se estrenó. 

Shinya Tsukamoto es un realizador que se ha preocupado especialmente por los miedos del hombre moderno, por el enfrentamiento entre la carne y la tecnología que le rodea. Tetsuo, su primer éxito internacional, puede ser considerada como una apología ciberpunk que busca puntos de fuga en el lenguaje cinematográfico utilizando la plástica de las imágenes como hilo conductor de un discurso surrealista. 

Las serigrafías de la exposición estarán a la venta en línea en la página web: www.fleshandiron.com

Del 3 al 12 de octubre. En el Saló Blau del Palau de Maricel. Horario: los días 3, 4, 5, 10, 11 y 12, de 11 a 14h y de 17 a 19h; los días 7, 8 y 9, de 17 a 19h. 

FANTÀSTIC & TERROR 

El ilustrador Carles Ganya también presenta en el Palau de Maricel, su colección de dibujos basada en escenas de películas de género fantástico y de terror. Esta exposición ofrece la particular visión que tiene este dibujante y amante del cine de una serie de películas que considera que han dejado una huella en la memoria cinéfila. 

Las ilustraciones, en blanco y negro y hechas en lápiz grafito sobre madera, reviven clásicos del cine como Nosferatu (1922) o La novia de Frankenstein (1935) hasta títulos más actuales como Alien vs Predator (2004), King Kong (2005) o Matrix Reloaded (2003), entre otros. Personajes y películas que ya son iconos cinematográficos como Drácula, Terminator, 2001 una Odisea en el espacio, Taxi Driver, Wolverine, Jason o Freddy, también estarán expuestas. Ganya se inició en el dibujo a los 31 años, relativamente tarde, aunque era hijo de pintor e ilustrador. Desde siempre ha estado vinculado al mundo del celuloide, tanto por su condición de cinéfilo como por sus estudios de dirección de cine y su carrera de productor de televisión. Su capacidad para recrear escenas y rostros míticos y el contraste entre el blanco y el negro, es lo que prevalece en esta colección que según su autor, “pretende homenajear al séptimo arte”. Del 3 al 12 de octubre. En el Saló Blau del Palau de Maricel. Horario: los días 3, 4, 5, 10, 11 y 12, de 11 a 14h y de 17 a 19h; los días 7, 8, y 9, de 17 a 19h.

EXPOSICIÓN TALLER DE CÓMIC DE IL.LUSTRACIÈNCIA 

La librería Malvasia de Llibres acogerá en una muestra, las ilustraciones sobre ciencia ficción de los alumnos de los talleres Il·lustraSciFi, organizada por la Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC), a través de la iniciativa I·lustraciència –que tiene como objetivo divulgar la importancia de la ilustración científica–, la librería La Malvasia de Llibres y el Festival. 

El taller, que se celebró el pasado 13 de septiembre en el Casino Prado de Sitges, estuvo dirigido por los ilustradores Jordi Pastor y Damián Campanario, formadores con una larga experiencia en su campo, y que condujeron a los alumnos a recrear el fantástico mundo de los sueños, leitmotiv de Sitges 2014, mediante sus dibujos. Durante el taller los alumnos pudieron hacer un análisis del cómic de ciencia ficción a través del tiempo y conocer a los autores más representativos. 

La inauguración de la exposición, que tendrá lugar el 6 de octubre a las 17h, contará con la presentación de la obra gráfica de Pastor y Campanario Khalid: Crónica de una realidad, que explica la historia de dos hermanos magrebíes que emigran a Europa jugándose la vida para poder hacer realidad sus sueños y esperanzas. 

Del 4 al 18 de octubre. En la librería La Malvasia de Llibres (Espalter, 16). Horario: de 10.30 a 13.30h y de 17 a 20.30h. 

SD TOYS 

SD Toys, empresa dedicada a la comercialización y figuras de colección, presentará un espacio expositivo a la salida del Auditori, una muestra de piezas y personajes de series de género fantástico como Game of Trones, The Big Bang Theory y sus nuevos productos de Star Wars, así como figuras, tazas, artículos de papelería, camisetas, llaveros y toda serie de objetos relacionados con este tema.

SD Toys fue la primera empresa del Estado que se dedicó a desarrollar este tipo de producto que hasta ese momento era un mercado exclusivo de Estados Unidos y Japón. Licencias como Blue Brothers, Guitarras Fender, o las más recientes Cálico Electrónico, Heidi o Mazinger Z forman parte de SD Toys. 

MIGUEL CHEVALIER: POWER PÍXELS 

La Fundació Stämpfli expone la obra de Miguel Chevalier en una muestra titulada Power Pixels 2014, que presenta una selección de obras del reconocido artista mexicano francés, una de las referencias del arte digital. La exposición presenta, en las salas 2 y 3 de la Fundació, las últimas investigaciones artísticas de Chevalier, mediante diversas instalaciones de realidad virtual y una serie de obra fija. 

La obra experimental y pluridisciplinaria de Chevalier reformula temas esenciales de la historia del arte. Su trabajo aborda la cuestión de la inmaterialidad del arte, así como las lógicas inducidas por ordenador, como la hibridación, la generación, la interacción o la representación en red. El artista desarrolla varias temáticas –la relación entre naturaleza y artificio, la observación de los flujos y las investigaciones que organizan las sociedades contemporáneas, el imaginario de la arquitectura y las ciudades virtuales– que proporcionan unas imágenes que cuestionan constantemente la relación con el mundo. 

Miguel Chevalier es uno de los artistas digitales de referencia en la actualidad. Pionero del arte virtual, desde 1978, utiliza la informática como medio de expresión en el campo de las artes plásticas. Su obra se ha expuesto en importantes centros internacionales de arte contemporáneo, museos y festivales. Solamente en los tres últimos años sus obras se han exhibido en París, Venecia, Bruselas, México y Miami, entre otros lugares. En la última edición de la Feria de Arte de París protagonizó la sesión inaugural con una obra que cubrió en su totalidad toda la fachada del Grand Palais. 

3, 4, 5, 10, 11 y 12 de octubre. Horario: viernes, de 15.30 a 19h; sábados: de 10 a 14h y de 15.30 a 19h; domingos: de 11 a 15h.

Crítica: Tetsuo: El Hombre de Hierro

Amigos del nido, os traigo una de esas películas que, por su excentricidad, rareza y dificultad de ver, se convirtieron en indispensables de mi colección. En este caso, Tetsuo (el hombre de hierro, la primera) del año 88, de tan sólo 67 minutos de duración, y dirigida por el incomprendido y visionario Shinya Tsukamoto con guión suyo y de Kei Fujiwara (que también se reserva un papel en la peli), película que nació con vocación absoluta de polémica por razones más que evidentes. 

Se trata sin lugar a dudas de una excentricidad implacable, brillante y genial, muy difícil de etiquetar y a ratos comprender, que en forma de crítica mordaz a la sociedad de consumo que ya arrancaba por aquellos años de manera descompensada nos habla de dinero, de valores y falta de los mismos, de máquinas dotadas de un poder latente que podrán desarrollar a la mínima y de cómo afecta esa sociedad al ínfimo ser humano, una hormiga dentro de una colosal montaña de basura y desperdicio futurista en absoluto recomendable para mentes poco abiertas y estómagos ligeros, mezclando el gore cutre de la época, la ciencia ficción y el poso de un mensaje crítico social. 

Desconcertante por completo, perturbadora, extraña hasta rozar la paranoia, Tetsuo es una pesadilla cyber-punk para la que no encuentro un público definido. Desde luego no es un film al uso, ni siquiera en cuanto a esas referencias a Lynch y su paranoia, aquí muchísimo más compleja y extrema que narra, sin llegar a narrar, a través de indicios locos y desquiciantes la existencia perturbada de un hombre ahogado por el fetiche que, fascinado por el metal, toma la decisión de introducir diferentes elementos y objetos metálicos en su cuerpo, hasta convertirse en el deseado hombre de hierro. Entra en una habitación y con un cristal rasga su pierna, haciendo el primer agujero donde introducir una barra de metal. Sin embargo, esa introducción sufre un rechazo y conforme la barra se oxida, su pierna comienza a pudrirse, dando lugar a la descomposición orgánica, al nacimiento de gusanos y moscas, al pus y al líquido repugnante. Aterrorizado por el estado de su físico, sale a la calle donde es atropellado por un conductor, Tetsuo, sobre el que recae una auténtica maldición ni siquiera pronunciada, ya que de su propio cuerpo, mutante, comenzarán a brotar esquirlas y piezas metálicas. Esta evidente crítica a la sociedad, a la búsqueda de la raza perfeccionada, al exceso del uso de las máquinas y nuevas tecnologías, sirve de telón de fondo para descubrir cómo dos personas aparentemente diferentes pueden compenetrarse a la perfección, por bizarra que sea la concepción tal.

La idea, que no guión, porque en realidad la cinta no es sino un puzzle de sugerentes, espeluznantes e incomprensibles imágenes, se centra en esa transformación del cuerpo del protagonista en el ser indeseado y abominable de metal. Pero por loco y desquiciante que resulte, acaba atrapando al espectador gracias a la potencia visual de sus imágenes, con un uso del stop motion en blanco y negro y una cámara que no parece saber exactamente donde enfocar, lo que nos sume en un sueño lisérgico y psicotrópico a lo más oscuro de la perturbación insana. 

Lo que desde luego está asegurado es que nadie quedará indiferente a su primer visionado de “Tetsuo”. Podrás odiarla, adorarla, tratar inútilmente de encontrar una justificación a determinadas cosas, alcanzar el sentido, acotado y limitado sin duda... Y esa es una de las grandezas del film, la controversia real y evidente y su potentísima capacidad de provocar y generar polémica. Como cinta única, comparte algo del estilo de otros experimentos, fundamentalmente nipones, pero resulta mucho más dinámica, rápida, con un brillante trabajo de fotografía del director que dinamiza la pesadilla para no aburrir aún asqueando. 

El talento de Tsukamoto a la hora de provocar tensión, repulsión y desasosiego es incuestionable, generando en el espectador el ansia de asimilar la paranoia y el estupor de esta experiencia extraña, bizarra hasta el extremo e irrepetible que es Tetsuo. 

Ya Cronenberg en su magistral "Videodrome" vaticinaba las consecuencias de las nuevas tecnologías, y Tsukamoto rozando esa premisa parte de la idea de que el ser humano es un ser incompleto, que ha de perfercionarse fusionándose con elementos completos. Toma ida de olla... La cinta Tetsuo se convierte sin duda en un viaje alucinante de extrañas y dolorosas sensaciones en las que lo soez, lo grotesco, lo crudo y salvaje cobran protagonismo en parte gracias a un montaje frenético y apabullante, un trabajo de dirección absolutamente experimental con encuadres retorcidos y acelerados, al uso del stop motion trucaje, propio de Harryhausen, de la potente banda sonora de Chu Ishikawa (con tintes a “Eraserhead” de Lynch) compuesta principalmente por temas de corte industrial, una elección de lo más apropiada para el filme que lejos de ambientar, descoloca, integrándose perfectamente con el apartado visual, que técnicamente no luce nada mal a pesar de su bajísimo presupuesto. 

Los elementos propios de la estética cyberpunk son evidentes y enriquecen ese poderío visual de la cinta. La descomposición y degradación de Tetsuo conforme van brotando de su cuerpo accesorios metálicos es perturbadoramente inspiradora, y se convierte en una obra que desde luego puede resultar desagradable e incluso repugnante en algunos aspectos, pero que además aporta un punto de vista filosófico impactante, con un poder visual arrollador, plagado de imágenes muy difíciles de olvidar y que imposiblemente deja indiferente a nadie, entre las que destacaré dos de ellas: Una extraña mujer con una prótesis metálica en el brazo persiguiendo a Tetsuo a toda caña mientras descienden cada vez más por los pasillos del metro; Y el momento del falo mecánico, un taladro acoplado al pene, con el que destroza a su mujer sin dejar de insultarla en este coito mortal. Narrativamente la coherencia se echa en falta, la locura de lo visual está al servicio del desquiciado argumento, pero no obstante estas imágenes retorcidas, bizarras, tienen la capacidad de asombrar y aterrar durante 67 minutos. El final, también desconcertante, en el que ambos hombres de hierro, Tetsuo y el atropellado, luchan a muerte ha inspirado a genios del calibre de Miike. 

Se agradece ver que prácticamente sin recursos, suplidos por la inteligencia se puede llegar a realizar secuencias electrizantes, epatantes e inolvidables. 

Sin embargo, a pesar de la fabulosa escena inicial (la persecución por el metro), y de algunas otras secuencias impactantes, al cabo de un rato la cinta se puede hacer tediosa y hasta aburrida. Y es que más que ante una “película” canónica estamos ante una experiencia visual y sonora, un carrusel espiral de imágenes, sensaciones y sonido metálico, por lo que podríamos hasta tildarla como he leído por ahí de “pseudo-película”, más cercana al cortometraje experimental o al videoclip cyberpunk.

Lo mejor: Su corte experimental, la potencia de su imaginería visual y sonora, casi 30 años después. La posibilidad de verla sin tratar de desentrañar la trama, como experiencia lisérgica inolvidable. Sus efectos, treinta años después siguen siendo estupendos, cutres pero estupendos. 

Lo peor: Llega a ser tan rara que confunde, sus prodigiosas imágenes incesantes, desagradables, mal enfocadas e iluminadas nos hacen difícil entender qué es lo que el director realmente pretende.

Tetsuo es innegablemente un clásico de culto, una sórdida experiencia recomendable por completo que desde luego no gustará a muchos de quienes esto leen, pero sin duda, encantará y hechizará a otros como a mí me sucedió. 

El director intento repetir el experimento en una segunda parte, “Tetsuo 2: El cuerpo del martillo” (1992), con una historia narrada de forma más convencional, contando con dos de los protagonistas de la primera, Tomorowo Taguchi y Nobu Kanaoka y con una trama similar, rodada en color que sin embargo no logró alcanzar la genialidad y la sorpresa ni de lejos. Trató de enmendar el error con la infravalorada “Tetsuo The Bulletman” (Tetsuo 3) (2009), más atinada que la segunda parte y en la que el mismo Shinya Tsukamoto se reserva un papel protagonista, pero que tampoco se colocó jamás a la altura de su experimento inicial.