Causa, efecto y consecuencia. Tras el merecido éxito de “Rigor mortis”, la maquinaría cinematográfica hongkonesa se puso en marcha. Parece algo lógico y lo es, pero en el caso de la ex-colonia británica este hecho tuvo una especial significación. Me explico.
Hong Kong como una de las mecas del cine -en los ochenta fue la primera industria cinematográfica a nivel mundial por números de producciones superando incluso a la norteamericana- paradójicamente hacía bastantes años que había olvidado un género como el del terror. De hecho, cada vez que una producción de esta temática aparecía en el Box Office como una de las más vistas de la semana tenía un origen occidental o mayoritariamente tailandés.