jueves, 22 de diciembre de 2016

Crítica: La Escalera de Jacob

Recuerdo el día en que vi la Escalera de Jacob, me llevó al cine mi padre. Entramos con dos paraguas, y dos horas después salimos del cine, aturdidos y sin los paraguas. Ayer, unos 25 años después, he vuelto a ver la película y me trajo las mismas sensaciones que cuando la vi por primera vez. Me trae el recuerdo confuso de aquellas noches en las que estando con fiebre, tenía pesadillas.

Adrian Lyne dirigió esta película en el 1990, después de su thriller Fatal Attraction. En pleno auge de su carrera, al casting de actores se presentaron decenas de conocidos nombres. Los elegidos fueron Tim Robbins, Elizabeth Peña (Lone Star) y Danny Aiello (The Godfather II).

Especial mención para Tim Robbins, que borda el papel y que, poco después, tras participar en varias películas de Robert Altman, y especialmente por The Shawshank Redemption y Mystic River, se acabaría convirtiendo en uno de los grandes actores del momento.

La Escalera de Jacob empieza con Jacob Singer en Vietnam, donde en un momento de aparente tranquilad su batallón es atacado. En medio del caos desatado, a Jacob le clavan una bayoneta en el estómago. En la siguiente escena, Jacob está en Nueva York, viviendo una vida muy diferente de la que tenía antes de ir a Vietnam. Con una nueva mujer, un nuevo empleo como cartero, y sin contacto con su familia, Jacob vive una pesadilla por la que deambulan y conviven personas y demonios.

La vida de Jacob es un descenso a los infiernos en busca de una explicación de lo que pasó en Vietnam, a donde volvemos repetidamente con numerosos flashbacks.

A través de un viaje alucinógeno, por un Nueva York de locura, en donde el protagonista consigue ir esquivando la muerte que lo persigue de diferentes formas: atropellos, secuestro, fiebre, explosiones… Jacob empieza a sospechar que él y sus compañeros de batallón en Vietnam han sido utilizados para probar una droga experimental que aumenta la agresividad de los soldados.

A partir de aquí es difícil tocar el argumento sin entrar en spoilers, pues, a parte de esa investigación alucinógena, también tenemos la propia situación vital del protagonista. Toda la película está llena de referencias de lo que realmente está sucediendo, siendo bastante evidente, en todo momento, a donde nos conduce la película. Ya sea indirectamente a través de imágenes, o directamente a través de diálogos y alusiones, la más clara cuando citan a Eckhart.

En mi opinión éste uno de los aciertos de Adrian Lyne, porque consigue mantener el misterio sin que el espectador se sienta perdido. Hasta tal punto, que no necesitaríamos llegar a ver el final para entenderlo todo.

También, en dos ocasiones, vemos en manos del protagonista el libro El Extranjero, de Albert Camus, quizás una referencia a que ambos protagonistas comparten esa sensación de no estar formando parte del mundo en el que les toca vivir.

Para crear esa atmósfera de pesadilla, unos efectos especiales no retocados, en los que cabezas de personajes extraños y demoníacos giran las cabezas a demasiadas revoluciones por minuto, inspiradas en Francis Bacon, fotografía de Jeffrey L. Kimball (True Romance) y música de Maurice Jarre (The Year of Living Dangerously).

Es esa atmósfera, la que hace que por momentos parezca que estamos más ante una película de David Lynch o Cronenberg, que de Adrian Lyne.

La historia y el guión son de Bruce Joel Rubin, quien merece una mención aparte, que he dejado para el final de este análisis, porque hablar de él creo que anticipa demasiado sobre el argumento y desarrollo de la película.

Joel Rubin escribió el guión en los años 80, y pese a estar muy bien valorado en la industria y existir varios directores interesados en materializarlo, algunos desistieron al encontrar la historia difícil de llevar a la gran pantalla. Pero Joel Rubin siempre tuvo mucha confianza en su guión, y de hecho, acabaría participando también en la producción de esta película.

Joel Rubin fue una mente inquieta, que durante su juventud viajó por Asia y vivió un tiempo, dicen que dos años, en un monasterio tibetano. Fue allí donde encontró la inspiración para esta historia, en El libro tibetano de los muertos, Bardo Thodol. También hay otro libro que lo inspira, The Psychedelic Experience, al que llega después de un mal viaje de LSD.

LSD… así sí, ahora lo endiento todo!

La Escalera de Jacob, que influenciaría numerosas películas y videojuegos (Silent Hill), tiene también sus predecesoras, claro. El galardonado corto An occurrence at Owl Creek Bridge (1962), de Robert Enrico, basado en el relato homónimo de Ambrose Bierce (1891), aborda el mismo tema, aunque en un contexto completamente diferente, y que formó parte de uno de los episodios de The Twilight Zone. Ambas obras están liberadas en internet y por lo tanto de fácil acceso.

Finalizo así el análisis de esta película que considero notable, y que pese a convertirse en una cult movie, no es demasiado recordada. Eso que me parece que el tiempo no la ha tratado mal.

Lo mejor: Es una de las películas que mejor trata el particular momento que vive el protagonista. Consigue ambientar perfectamente esa bajada a los infiernos (en escalera recta).

Lo peor: Es densa, para llegar al cierre de la película, hay que atravesar una retorcida pesadilla.


11 comentarios:

El Rector dijo...

Ronette, has tocado algo que permanecía latente en algún recoveco de mi maltrecha memoria... la de años que hace que no revisiono esta película y las ganas que me han despertado tu análisis. hablamos siempre de lo grandes que fueron los ochenta y muchas veces, menospreciamos películas posteriores que sin duda merecen también la vitola de clásicos. Los noventa son muy propensos a ello.

Has hablado de Lynch y Cronenberg. Yo añadiría también algo de Terry Gilliam, al menos así lo recuerdo.

Revisiono y te cuento.

Por cierto, bienvenido al blog, espero que tu estancia sea larga y placentera, como placer es para nosotros tenerte en el equipo.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

Yo no recordaba ni haberla visto hasta que he visto la foto en la que lo sujetan en la bañera. Lo siento, parece que a Ronette le encanta. Buscaremos hueco.

Saludos

RONETTE PULASKI dijo...

Gracias por la bienvenida!
Cierto Rector, también algo de Gilliam, me viene a la mente su peli Brazil.
La verdad es que los inicios de los 90 también son muy ochenteros, y seguía una estética muy similar.
Bateman, a mí la escena de la bañera fue de lo que más recordaba de la película. Echándole kilos y kilos de hielo para bajar la fiebre...
Por cierto, el mes pasado vi una serie con el tema Vietnam de fondo, QUARRY, un excombatiente que vuelve a su Memphis natal medio trallado de su experiencia. La recomiendo, muy buena.
Abrazos,

Missterror dijo...

Otro cuervo para el nido!!! Este año estaremos calentitos ;) Bienvenido Ronette!! Espero que tu estancia con nosotros sea larga y placentera y sobre todo, que disfrutes mucho con la experiencia.

Respecto a "La escalera De Jacob", tengo que revisionarla lo antes posible porque ya me has creado ansia viva y yo también quiero aturdirme tanto que me deje el paraguas en cualquier lugar. No la tengo demasiado fresca en la memoria y eso no puede ser!

Volveré :)

Saludos

Patrick Bateman dijo...

Y yo preocupado por mi falta de memoria, veo que es de lo más normal. Tendré que hacer lo mismo, verla otra vez, de lo contrario no puedo opinar. No me parece apropiado que alguien recien llegado como yo, dé la bienvenida, pero que así sea.

Saludos.

RONETTE PULASKI dijo...

Gracias por la bienvenida, Missterror, Bateman,
Véis como tengo razón cuando menciono en la crítica que no es una película demasiado recordada... ;)

Donnie dijo...

Bienvenida y enhorabuena por la crítica, me encanta que hayas debutado con una cinta como esta. Jo.. pensar de Lyne acabaría destrozando 'Lolita' de Nabokov me pone los pelos como escarpias.. Como bien dices parece que por momentos no estemos ante una cinta de Lyne y si de otros directores...

Creo que esta es una de esas pelis de obligada visión y la complementaria con 'Johnny cogió su fusil' de Dalton Trumbo según su propia novela (Recomiendo también y como no podía ser menos la novela) Ambas películas, desde opticas y prespectivas distintas, me aterrorizan por la forma que tienen de mostrar el trauma de las personas que participaron en una guerra

Como bien dices 'La escalera de Jacob' es una notable película, una cult movie que no es muy recordada (No se si os ha pasado alguna vez pero hablando de 'Silent hill' y comentando la importancia de la cinta de Lynn, algunas personas ni sabían de la existencia de esta película) pero que merece la pena y mucho, ser recuperada.

Creo que Tim Robbins está simplemente soberbio y la pobre Elizabeth Peña a la que siempre recordaré por esta película y por 'Lone Star' de John Sayles es el contrapunto perfecto a Robbins..

Una gran película. De verdad, hay que verla y 'disfrutarla' :-)

Un Abrazo!!

Donnie

ps. Me encanta como no podía ser de otra manera, tu nick :-)

RONETTE PULASKI dijo...

Muchas gracias Donnie!
Coincido en todo contigo.
Jonhy cogió su fusil, Lone Star... geniales.
Sobre Lolita de Lyne, a mí hasta me gustó.
Un abrazo

Patrick Bateman dijo...

Una vez revisionada, la verdad, está muy bien. Quizás el tramo final se alarga un poco, pero es coherente con la relación que él tiene con su hijo, al menos, de la forma en que la explican.

Dan muchas pistas durante la historia, pero el director ha sabido jugar bien sus cartas, hay momentos en los que cuando creías tenerlo claro, pasa algo que te desmonta la teoría sobre el desenlace.

Saludos.

RONETTE PULASKI dijo...

Me alegro que te haya gustado Bateman, hubo algunas cosas que no menciono en el análisis por no adelantar demasiada información (la relación con el hijo).
Sí, yo también creo que Lyne juega bien sus cartas.
Un abrazo

Patrick Bateman dijo...

Ronette

Claro, no mola hacer spoilers. ;)

Saludos

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