viernes, 2 de diciembre de 2016

Crítica: Réalité

Detrás de Mr. Oizo se encuentra el francés Quentin Dupieux y tal y como ocurre con su música, su cine no deja indiferente a nadie. No hay término medio con las propuestas del director, guionista y compositor: O se entra en su juego y se comparte su especial sentido del humor y de hacer cine o enfrentarse a cualquiera de sus películas puede acabar resultando una horrorosa experiencia cinematográfica incluso para el mas entregado de los espectadores. Si Peter Hoeg escribió ‘La señorita Smila y su especial percepción de la nieve’, novela que fue adaptada al cine por Billie August, este mismo título se podría adaptar a lo que hace el francés ‘El señorito Dupieux y su especial percepción del cine y del humor’. Ninguna frase resume mejor ante que tipo de películas nos encontramos.

Corría el año 2010 cuando el que era su segundo largometraje ‘Rubber’ (‘Nonfilm rodado en el año 2002 es un mediometraje que dura escasos 44 minutos) sorprendió a propios y extraños en el Festival de Cine Fantástico de Sitges. Es esta la obra que mejor resume todo lo que es el cine de Dupieux: Una gran y surrealista idea, tremendamente original pero alargada hasta la saciedad para hacer que la cinta tenga una duración mas o menos estándar lo que deriva en que sea difícil por no decir imposible hacer que el chiste no pierda la gracia, que las escenas de relleno no acaben por hacer que el espectador desconecte de las aventuras de un neumático con poderes psíquicos enamorado de una bella joven con la que se ha cruzado en la carretera. Si algo deja patente ‘Rubber’ es la enorme irregularidad que poseen las películas del director francés demostrando que en muchos momentos es incapaz de encontrar el punto justo, supeditando la historia que tiene entre manos a ese humor marca de la casa que parece que muchos espectadores esperan de él.

Aunque muchos descubrimos a Dupieux gracias a ‘Rubber’ no debemos olvidar que este antes ya había dirigido ‘Nonfilm’ y ‘Steak’ y que al menos en Francia ya tenía su público. (Algo parecido ocurrió con ‘Las brujas de Salem’ de Rob Zombie. La cinta que poseía un inicio que podríamos definir como clásico recordaba ligeramente a la forma en la que por ejemplo Ti West rodó ‘House of the Devil’ derivaba en un espectáculo sin sentido donde su director parecía verse obligado a dar a sus seguidores todo ese exceso con el que el cantante metido a director envuelve a muchas de sus películas) ‘Rubber’ posee una de las mas extrañas, sorprendentes, hilarantes y sobre todo sinceras escenas iniciales vistas en una película en mucho tiempo donde Dupieux deja claro ante que tipo de película se encontraba el espectador (De ahí que defina el inicio de la película como sincero, avanzado el metraje nadie puede decir que no sabia con lo que se iba a encontrar) se beneficiaba del gran trabajo de su protagonista: Stephen Spinella (Sigo pensando que se merecía el premio al mejor actor en Sitges) y de saber exprimir al máximo una idea que a priori no daba para mucho juego.

La inclusión de espectadores que van a ver las andanzas del neumático es simplemente soberbia. Dupieux juega con la idea de hacer del lenguaje cinematográfico algo activo haciendo que el público que ve la película en el cine sienta que es una de esas personas que reciben unos prismáticos para seguir las andanzas del neumático. Las dudas de estas personas acerca de lo aburrido que es lo que están viendo ya que no ocurre nada se puede hacer extensible a gran parte del público que esta en la sala de cine. Esta idea que puede resultar para muchos un tanto pretenciosa no deja de ser uno de esos juegos a los que el director nos tiene acostumbrados y que vuelve a jugar con conceptos propios del cine dentro del cine como ya hizo en ‘Nonfilm’ o volverá a hacer en ‘Realité’ dejándonos una impagable escena donde el protagonista intenta convencer a sus compañeros de que todo lo que ocurre es mentira, un espectáculo, que al fin y al cabo es lo que realmente sucede no solo con esta película si no con todas. Esta escena y la que abre la película ya hacen que ver ‘Rubber’ merezca la pena a pesar de que la gran cantidad de imágenes del neumático rodando por el desierto pueden aburrir hasta al mas entregado de los espectadores. La cinta no es solo un gran homenaje al sin sentido si no a toda la filmografía de Dupieux y en tan solo 82 minutos deja claro que las películas del director francés giran alrededor de una anécdota y a partir de ahí se construye una historia en base a absurdos personajes y disparatadas situaciones con mas o menos interés para el espectador.

El éxito de la propuesta (En general ‘Rubber’ gustó y mucho y se alzó con varios premios en diversos festivales entre ellos el de mejor película para el jurado joven en el Festival de Cine Fantástico de Sitges) hizo que el francés quisiera seguir explotando su especial sentido del humor y su concepto cinematográfico en ‘Wrong’, cinta que a diferencia de su anterior película desconcertó bastante mas de lo que gustó (Todavía recuerdo a algunos espectadores saliendo del Auditori de Sitges diciendo que esta película les había roto el festival). Pero hubo un cambio significativo entre ‘Rubber’ y ‘Wrong’, y no solo era que su protagonista pasaba de ser un neumático a una persona de carne y hueso si no que Dupieux intentaba llevar un poco mas lejos todo aquello que este ya había mostrado en su anterior película.

El director y guionista quiso que esa anécdota sobre la que vertebran todas sus películas tuviera más peso, mas entidad (O que al menos que diera esa sensación) y todo tuviera o pareciera tener una cierta conexión. La cinta de Dupieux nos volvía a dejar grandes escenas junto con otros momentos vacíos que se tendrían que haber quedado en la sala de montaje y por momentos parecía una película demasiado deudora de la imaginieria propia de cineastas como Michel Gondry (El mas claro ejemplo de esto es la escena de la oficina donde constantemente esta lloviendo).

El éxito de ‘Rubber’ que pareció alargarse con ‘Wrong’ (Dupieux se ganó gracias a estas dos películas un público bastante fiel) hizo no solo que mucha gente sintiera interés por su primer largometraje ‘Steak’ cinta protagonizada por Eric Judor que colaboraría con Dupieux en varias de sus cintas como esta ‘Wrong’ o ‘Wrong Cops’ si no que además llevó al director francés a pensar que podría exprimir su formula al máximo y en el 2013 este echó la casa por la ventana para titular su película no con una si no con dos palabras dejándonos ‘Wrong Cops’ que es sin ningún tipo de dudas su cinta mas floja (Y que tal y como el director ha declarado varias veces no es una segunda parte de ‘Wrong’ por mucho que los títulos de ambas cintas puedan llevar a pensar que existe alguna relación entre ambas). No solo la película protagonizada por Marilyn Manson es un compendio de lo peor del cine de Dupieux si no que además no hay ningún momento que por su hilaridad o ingenio se quede grabado en la memoria del espectador.

Las aparentes prisas por acabar de montar la película para que esta pudiera ser exhibida en diversos festivales, la sensación de que el director y guionista no tenía absolutamente nada que contar y donde la estructura de la historia parecía ser una serie de anécdotas mal hilvanadas hicieron de esta su película mas decepcionante que dejó claro que Dupieux debía replantearse su forma de entender el cine ya que daba muestras de estar agotándose, debido a que este explotaba la formula que tanto éxito le dio sin que esa chispa y gracia que si que estaban presentes en mayor o menor medida en sus anteriores películas diera muestras de encontrarse en ‘Wrong Cops’.

El director francés volvió a titular su siguiente película con una sola palabra (Como si ese hubiera sido el motivo del fracaso de su anterior cinta) Esta vez la palabra elegida fue ‘Realité’, y aunque esta película marcó un salto de calidad con respecto a ‘Wrong Cops’ (Algo que es mas demérito de esta que merito de ‘Realité’) esta vuelve a mostrar otra vez todos los vicios y errores propios de su cine. Dupieux vuelve a construir toda su película alrededor de una anécdota: Un director busca el grito perfecto para poder conseguir financiación para rodar una película y alrededor de el pululan todo tipo de excéntricos personajes y situaciones a cada cual mas extraña. Otra vez Dupieux vuelve a no encontrar la justa medida y el equilibrio en su cinta y junto con momentos realmente sobresalientes nos encontramos con situaciones alargadas hasta la saciedad, tanto que por momentos el rimo de la película se ve dañado y el interés del espectador decae de forma preocupante.

Uno de los mas claros ejemplos de esto es ese director de colegio vestido de mujer conduciendo un jeep militar (Personaje interpretado por Eric Wareheim que ya colaboró con el director en su anterior película ‘Wrong Cops’). Igual que ocurría con ‘Rubber’ y mas especialmente con ‘Nonfilm’, película que el propio director reconoce que es la cinta que mas paralelismos tiene con ‘Realité’, la nueva película de Dupieux vuelve a jugar con la idea del cine dentro del cine otorgándole un tono pesadillesco y que además posee claros guiños, chistes y homenajes a otras películas. No solo la obsesión de esa niña por ver una cinta de vídeo aparecida en el estomago de un animal que ha cazado su padre nos trae a la memoria la mítica ‘Ringu’ de Hideo Nakata o su remake americano si no también ese director de cine que malgasta demasiada cinta grabando la forma en la que la niña va durmiéndose poco a poco parece una especie de parodia de Michael Haneke que aunque no viene del documental como Zog (Interpretado por John Glover) si que comparte con este la idea de querer transmitir la máxima veracidad de lo que esta contando (No debemos olvidar que esa niña que duerme se llama Reality y lo que este esta intentando plasmar este director con la máxima precisión es la realidad en si misma: La de la niña y la de verdad) e incluso nos acordamos, sorprendentemente todo sea dicho, de “Ratatouille” gracias a otro de esos excéntricos personajes que parecen metidos con calzador dentro de la película y que vestido con una especie de disfraz de rata y obsesionado con un eccema presenta un curioso programa de cocina.

Incluso ‘Realité’ nos deja un muy curioso juego con la cinta que catapultó a la fama a Dupieux ya que no solo en un cine se proyecta ‘Rubber 2’ o hay un chico que lleva una camiseta de esta película (Muchos seguidores de ‘Rubber’ han querido ver en estas imágenes toda una declaración de intenciones del director francés) si no que además ‘Waves’ la cinta ideada por Jason Tantra protagonista de ‘Realité’ posee claras reminiscencias de ‘Rubber’ ya que en esta no es un neumático el que mediante poderes hace que explote la cabeza de sus victimas si no que son los televisores los que gracias a las ondas electromagnéticas consiguen hacer lo mismo que nuestro querido neumático. Dupieux parece volver a mirarse en el espejo de Gondry y Charlie Kaufman dejándonos por ejemplo una escena en un cine (Que sirve para ilustrar algunos de los posters de la película) que hace imposible que no nos acordemos del trabajo de los dos citados cineastas. ‘Realité’ es una cinta que va de menos a mas, que conforme se va centrando en su protagonista (Un excelente Alain Chabat y que lastima por cierto lo desaprovechada que esta esa gran actriz llamada Élodie Bouchez) va ganando enteros y que nos deja una gran parte final donde parece que al director y guionista se le va de las manos la historia que esta contando haciendo de sus últimos 30 minutos un espectáculo fácilmente disfrutable por todos (A excepción de la parte que narra la historia del personaje con el eccema).

Pero no debemos de llevarnos a engaño, esta parte final puede eclipsar al resto de la historia, puede hacernos creer que estamos ante una cinta que es mejor de lo que es. ‘Realité’ aún siendo mejor que ‘Wrong’ o ‘Wrong Cops’ no es la gran cinta que muchos creen que es, por muchas vueltas que la historia pueda dar, por muchos giros que pueda tener esta, no estamos ante uno de esos hiperelaborados guiones que nos deslumbran. La aparente complejidad, el juego que muestra Dupieux en la historia que nos esta contando no es mas que un truco de prestidigitador tan llamativo como vació por dentro. El cine del director francés tendría que llevar una advertencia del tipo “Manejar con cuidado” ya que las cintas de Dupieux si algo tienen es que no nos van a dejar indiferentes. Personalmente recomiendo disfrutar con ‘Rubber’, ver ‘Realité’ y ‘Wrong’, descubrir ‘Steak’ y su casera forma de hacerse un lifting pero con todo el dolor del mundo solo puedo avisaros de que os mantengáis alejados, muy alejados de ‘Wrong Cops’.


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