jueves, 27 de septiembre de 2018

Crítica: ¿Qué Fue de Baby Jane?

El cine de terror de la época de los años 60 había buscado más realismo desde el éxito de “Psicosis” (1960), que le dio estatus al género de la mano de Hitchcock. Hasta la fecha se diferenciaba la realidad con los dramas tipo novela negra, con temas de suspenso y crimen, y el género de terror, plagado de elementos clásicos muy cercanos al cine gótico, reconstruyendo personajes icónicos con historias fantásticas. Como pasó con “Psycho”, Joan Crawford propuso a Robert Aldrich dirigir el proyecto con la adaptación del Libro “Qué fue de Baby Jane?”. Sugirió incluyera a Bette Davis como la villana. Esta historia presenta la insana relación entre las dos hermanas, Blanche (Crawford), la hermana paralizada y Baby Jane (Davis), la estrella infantil venida a menos. Luego de este tremendo éxito de taquilla, se realizaron proyectos imitando la fórmula, más orientados al morbo que producía ver a estas divas caídas en desgracia en papeles muy poco glamourosos. Solo Davis sobrevivió hasta la década de los 80, destacándose de manera particular en películas de horror. Fue prolífica desde su debut en 1962 con este film. Continuó en el género del terror con su secuela “Silencio, Silencio Dulce Charlotte” en el año siguiente, “La Niñera” (1965), “Grita Linda Peggy” (1973), “Pesadilla Diabólica” (1976), “El Vigilante del Bosque” (1980) y “La Malvada Madrastra” (1989).


“Esta es una trama original para la época, era impensable una película con dos protagonistas femeninas, carentes de contrapeso masculino”


“¿Qué Fue de Baby Jane?” cumplirá 56 años de estrenada, siendo la película pionera para el género denominado Psycho-Biddy, que traduciría Anciana-Psicópata, donde se buscaba generar un hibrido de thriller psicológico ambivalente entre el terror y la comedia negra. La tensión entre ambas hermanas se genera por el éxito de Jane como estrella infantil y luego por la rivalidad al destacarse como actriz adulta. Es muy hábil como se cuenta la historia, incluyendo escenas de ellas de películas de los años treinta, cuando estaban en el esplendor de sus carreras. Este mecanismo permitía a los espectadores volver en el tiempo, y experimentar el estrago de los años sobre las dos actrices.

Bette Davis personificaba a estrella infantil que descarga su frustración en su hermana paralitica. Esta es una trama original para la época, era impensable una película con dos protagonistas femeninas, carentes de contrapeso masculino. Las divas mayores del cine empezaron a protagonizar en papeles de mujer madura reprimida que ejerce su poder sobre un personaje indefenso. La fórmula se ha replicado innumerables veces, incluso como catalizador de premio de la academia. Es así como dinámica fue magistralmente manejada por Kathy Bates contra el autor de su libro favorito “Misery” (1990). Más recientemente, se va sacrificando interpretación por sex appeal, prefiriendo actrices más jóvenes. Por ejemplo, las villanas ahora serían mujeres seductoras que arremeten contra su amante en “Atracción Fatal” (1987) y “Bajos Instintos” (1992). Es lamentable racionalizar que la belleza de Charlize Theron le permitió relucir más su interpretación como asesina en serie con su biopic “Monster” (2003), por la carga de transformación que imprimió.

Por lo anterior, se prefirió alejarse del hagsploitation como género (explotación de anciana psicópata como temática), creando villanas sexualmente atrayentes, pero bajo un complejo madona prostituta. La feminidad en la madre digna o la joven virginal se transmutaría a fuerza destructora de la naturaleza como la deidad india Kali. Como madres maduras y desequilibradas, recordamos a: “Dulce Alice” (1976), “Viernes 13” (1980), de la australiana “The Babadook” (2014), la espectral “Mama” (2013) y la indie “Exorcismo de Deborah Logan” (2014).


“La interpretación de ambas estrellas pretendía mostrarlas de manera decadente, pero Davis resaltó la decadencia del personaje, inclusive permitiendo a las audiencias empatizar con su situación”


“El Exorcista” (1973) generó una villana joven, con un empoderamiento femenino más complejo: “Carrie” (1976) con su telequinesis, las madrastra Julia e hijastra Christie enfrentando a los cenobitas de “Hellraiser” (1987), “Suspiria” con su aquelarre (1977), “El Ente” como biopic paranormal (1982). Por otro lado, se generaron las Reinas del Grito (Scream Queens), enfrentando el exterminio sistemático de sus compañeros de reparto, con una sobrecarga de violencia y gore, compitiendo con la televisión y la guerra de Vietnam en vivo. Se instituyó una modalidad de cine feminicida, con heroínas con una evolución hacia la supervivencia a cualquier costo como en “Yo Escupo en tu Tumba” (1978) o nuestra inolvidable “Halloween” (1978).

La trama de creciente deterioro mental de Baby Jane y detrimento físico de Blanche genera un clímax. Es impresionante la interpretación de Davis, que intensifica la atmósfera, dado que prácticamente asume su rol ambivalente entre niña manipuladora y adulta desquiciada, incluso imitando a Crawford, quien hace de si misma. Incluso Davis construyó su propio personaje, con una peluca rubia y un maquillaje exagerado con cara blanca y dramática como de mimo. La interpretación de ambas estrellas pretendía mostrarlas de manera decadente, pero Davis resaltó la decadencia del personaje, inclusive permitiendo a las audiencias empatizar con su situación. Se genera una catarsis, incluso con las reacciones violentas y premeditadas de Jane sobre Blanche, en las escenas de alta exigencia física y emocional para ambas actrices. Joan Crawford se dedicó más a resaltar el dramatismo de su personaje y fue opacada por la genialidad de su coestrella. Es tan evidente, que la nominación al Oscar la obtuvo Davis, reaccionando Crawford en una campana de desprestigio de ella, incluso haciendo peligrar el éxito de su propia película. Prefirió herir a su compañera, aliándose con las contrincantes, recogiendo la estatuilla para la ganadora de ese año en su nombre.


“Fue un éxito de taquilla de 9.5 millones de dólares, impresionante para una película de terror con protagonistas femeninas, dado que Psicosis obtuvo 50 millones”


La rivalidad fraternal ha sido tema recurrente en el cine de terror. Incluso la misma Bette Davis representó gemelas en “Dead Ringers” (nombre de película magistralmente realizada también por Jeremy Irons acerca de gemelos idénticos). En este género uno de los hermanos es siniestro, como en “Basket Case” (1982) o ambos son almas condenadas como en “El Resplandor” de Kubrick (1980). Si los hermanos crecen juntos, las personalidades están en conflicto constante, con dinámicas narcisistas. Es así como siempre hay un hermano dominante y arriesgado, y otro recesivo, con más oportunidades de sobrevivir y salvar el día. Duos memorables: los hermanos de “Ginger Snaps” con la historia de licantropía adolescente (2000), las pequeñas coreanas de la Historia de las “Dos Hermanas” (2003), los gemelos austriacos de “Buenas Noches Mama” (2014), los tres hermanos caníbales de la mexicana “Somos lo que Hay” (2010), “Los Chicos Perdidos” de Joel Schumacher (1987). Pero esta película es peculiar, tiene esa crudeza tribal que el director deseaba explotar. Contrató a Cain y Abel, personificados en dos mujeres que no se toleraban, y que en el set pasaron de la agresividad pasividad, a físicamente agredirse. Esta rivalidad se vuelve mortal, como entre las hermanas de la provocadora “Raw” (2017) y a “Scanners” con su explosión telequinética (1981).

El Instituto Fílmico Americano incluyó a Jane Hudson en 2003 como la villana numero 44 de un ranking de 100 elegidos de la historia del cine. Es muy valioso el reconocimiento, porque fue un personaje muy complejo y bastante siniestro, pero justificado con la conclusión de este drama. La película incluye dos canciones interpretadas por la mismísima Davis, que hacia parte de la banda sonora de la cinta, Carta para mi Padre y ¿Qué Fue de Baby Jane?. Fue un éxito de taquilla de 9.5 millones de dólares, impresionante para una película de terror con protagonistas femeninas, dado que “Psicosis” obtuvo 50 millones.

La serie televisa de “Feudo” (2017) protagonizada por Jessica Lange (Joan Crawford) y Susan Sarandon (Bette Davis) narra el desarrollo traumático de la colaboración para la película. Se recrean algunas de las escenas cuadro a cuadro, permitiendo sentir la tensión entre las coestrellas, al trabajar en el mismo proyecto, luego de una rivalidad profesional de toda la vida. Se enfatiza los dos enfoques actorales, enfrentado inclusive al interactuar en pantalla. Joan Crawford fue incapaz de entregarse a sus interpretaciones porque estaba más involucrada con su persona pública como diva. Por otro lado, Bette Davis siempre fue una actriz de carácter, e incluso sacrificó su glamour, para entregarle a Jane la precariedad física y emocional que permitió que la villana destacará como absoluta protagonista del filme, y merecedora de la nominación de la Academia a su tercer premio.


6 comentarios:

Victor dijo...

Una gran obra. Me encanta este film, todo en el es malsano, desde la fantasía a la realidad. Dos estrellas con un talento magnífico.
Un saludo

Karrie-Yo dijo...

Estoy de acuerdo, es una historia morbida. Magistral Bette Davis, la precursora del genero y una actriz que se estuvo siempre vigente.

Guillermo Espinosa dijo...

Estupenda película. Escenas memorables que se quedan grabadas y grandes interpretaciones.

Karrie-Yo dijo...

Si, es una obra precursora de genero. La reivindicación de las villanas es producto de esta pelicula

Unknown dijo...

Genial película y genial crítica. Igual hubiese entrado algo más en las disputas personales entre ellas dos y las anéctodas de rodaje, que a mi ver, ayudaron a crear esas actuaciones tan soberbias. Merecida nominación tuvo Davis, su papel es la definición de "perturbador". Gracias por rescatar esta película.

Karrie-Yo dijo...

Riatha, la vi hace algunos años, pero su vigencia es gracias a la serie Feudo, lanzada por el director de television Ryan Murphy, Rey Midas de la Perversión del Genero de Terror con su serie American Horror Story de FX. Esta vez fue un poco más cuidadoso en el manejo porque queria seducir a las seguidores de #metoo, y el morbo fue más bien tipo melodrama pero con un excelente elenco femenino ganador del Oscar. Generalmente, sus series a mi parecer son una prostitución del genero del terror, porque son una manera barata que asustar, con poca profundidad y guiones incoherentes, a pesar de presentar actores muy versatiles. Abusa tanto del producto, que los actores deben hacer varios personajes en la misma serie. Muy mediocre me parece, pero la televisión hay veces que es chatarra.

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