jueves, 7 de febrero de 2019

Crítica: Burning

Lee Chang-dong adapta el relato ‘Quemar Graneros”, escrito por Murakami en 1983 (forma parte del libro “El Elefante Desaparece”), y lo hace de forma magistral a través de un dificilísimo ejercicio de estilo en el que los silencios adquieren protagonismo. Es increíble que de un relato de 10 páginas el director consiga crear un thriller psicológico de dos horas y media de duración, en el que no sobran los minutos. Cuidando al máximo los detalles, y tomándose el tiempo necesario sin importarle la paciencia del espectador, Chang-dong consigue mostrar de forma extraordinaria lo extraño que habita en lo cotidiano.

“Burning” (2018) es una de esas películas que dicen mucho más de lo que parece a primera vista, y entre muchas otras cosas acaba siendo un retrato existencial de la sociedad contemporánea. Una sociedad llena de soledad, de envidias y de decepciones, en la que cada vez es más evidente la diferencia de clases. Acostumbrados a una inmediatez total y sugestionados o inducidos por modelos de vida poco realistas, vivimos un momento en el que cada vez es más difícil lidiar con la frustración, lo que nos conduce irremediablemente a una ansiedad insana y a una melancolía crónica.


“Burning (2018) es una de esas películas que dicen mucho más de lo que parece a primera vista”


Hasta ahora Chang-dong se ha llevado numerosos premios por “Burning”, entre ellos el premio FIPRESCI del festival de Cannes, en el que ya había ganado el premio a mejor guion con su película “Poetry” (2010). “Burning” también ha sido seleccionada por Corea como candidata al Oscar (en mi opinión tendría muchas opciones si no fuese porque compite con la mexicana “Roma” de Cuarón).

La historia se centra en la relación entre Jong-su y Hae-mi, que se conocen mientras desarrollan trabajos esporádicos por las calles de Seul. Curiosamente eran amigos de infancia, aunque en un principio solo ella parece recordar que ambos son originarios del mismo pueblo. A los pocos días del reencuentro Hae-mi se va de viaje a África, quedando Jong-su al cuidado de su gato en el pequeño apartamento de ella. Cuando Hae-mi regresa, Jong-su la va a recoger al aeropuerto y para su decepción ella viene acompañada de Ben, un joven al que conoció en el viaje.

Junto a los silencios y a una fotografía llena de detalles que convierte a los espectadores en verdaderos observadores, veo justo destacar a los tres actores principales, ya que sin la personalidad de cada uno de ellos la película sería otra muy diferente. Hemos visto muchas veces en el cine centrar el protagonismo de una historia en sus tres personajes principales (“The Beach”, “The Talented Mr. Ripley”, “Y tu Mama También”, son algunos ejemplos), con la característica común de que en casi todos los casos no existe un final feliz.


“en Burning es la banda sonora de Miles Davis la que tiene su momento de importancia en una de las escenas clímax de la película”


Ah-in Yoo (conocido por su papel en “Yungnyong-I Nareusya”, una de las series coreanas más aclamadas de todos los tiempos), interpreta a Jong-su, un solitario aspirante a escritor; Steven Yeun (“The Walking Dead”), interpreta al ambiguo Ben, un joven con dinero que se sitúa por encima del bien y del mal, aparentemente frío y con un elegante magnetismo; y Jong-seo Jun, interpreta a Hae-mi, el personaje más importante, encarnando a la vez misterio, vitalidad, inconformismo y deseo por conocer y entender el sentido de las cosas. Hae-mi es enigmática y en torno a su enigma gira gran parte de esta historia.

Uno de los momentos más trascendentales de la película es una fabulosa escena al atardecer, con los tres  protagonistas sentados frente a la casa de Yong-su, mientras suena de fondo la canción “Générique” de Miles Davis, que forma parte de la banda sonora de la película  “Ascenseur pour l'échafaud” de Louis Malle (en castellano, “Ascensor para el Cadalso”). El tema que suena no está ahí por casualidad y nos anticipa el fin de un ciclo en esa extraña amistad formada por los tres. Al igual que en su novela “Tokyo Blues” donde la canción de los  Beatles “Norwegian Wood” adquiría protagonismo, en “Burning” es la banda sonora de Miles Davis la que tiene su momento de importancia en una de las escenas clímax de la película. No son las únicas referencias occidentales que aparecen expresamente en la película, hay también menciones a William Faulkner (quien escribió un relato que probablemente inspiró al propio Murakami, “Incendiar Establos”), y a Scott Figerald, principalmente por el parecido entre el “El Gran Gatsby” y el personaje de Ben.

La principal crítica negativa que algunos harán a esta película es su duración excesiva, pero en mi opinión os tengo que decir que a esta historia no le sobra nada y su lentitud es una parte importante para entender “Burning”. Lo que se cocina a fuego lento sabe mucho mejor,  y eso Chang-dong lo sabe y lleva la máxima hasta el final.


“la película logra trascender el propio texto de Murakami, reinterpretando la historia a través de nuevas ideas que conducen al espectador a desarrollar sus propias inquietudes”


De “Burning” se podrían hacer varias interpretaciones, ya que nos muestra la banalidad del mal o algunas de las frustraciones contemporáneas, pero también trata de una forma más general de la perdición, entendida en su dualidad de significados, ya sea la pérdida de un amor o de una amistad, o como camino de una dirección sin retorno y fin de  un ciclo. Encontrarse perdido es un sentimiento común a esa edad cercana a los 30, que es la edad de los protagonistas de la película, en la que uno/a se da cuenta anticipadamente de que nunca llegará a dónde creía que llegaría. Buen momento para viajar, como hace Hae-mi, y reinventarse.

Desde un momento inicial de la película se nos muestra a Hae-mi haciendo mímica, concretamente comiendo una mandarina ficticia. “En realidad no hay que imaginar que la mandarina está, lo que hay es que olvidar que no está”, explica ella. En ese momento vienen a mi cabeza ciertos paralelismos con “Blow Up” de Antonioni, que más allá de su última escena en la que unos mimos juegan al tenis, también coloca gran parte de la responsabilidad de desarrollar la trama en la capacidad de creación o interpretación del espectador. Es la habilidad que tienen ciertos relatos, al dejar tan solo pinceladas, de evocar diferentes historias. En “Burning” es con Murakami y en el caso de “Blow Up” era reinterpretando el relato de Cortázar, “Las Babas del Diablo”. Lo mismo podría decir de los relatos de Carver, concretamente del titulado “Neighbors” (uno de mis preferidos), donde en la descripción de una situación cotidiana sería posible imaginar el devenir más dulce o el más perturbado y grotesco, sin necesidad de que el autor nos llegue a mostrar nada.

Realmente no sabemos si existe el gato de la protagonista, si alguien quema los invernaderos, si hay una desaparición o si existe el pozo (un hecho que llega a obsesionar a Jong-su en su búsqueda de elementos que prueben la realidad de lo vivido). Al igual que nunca sabremos de qué va esa novela que afirma estar escribiendo uno de los protagonistas. Realidad y ficción se aproximan y se alejan sin dejarnos claras las respuestas,  así que lo más conveniente es no esperarlas y dejarse llevar por una historia incierta en la que al menos uno de los personajes esconde un turbio secreto. Es en esa ambigüedad donde radica la tensión de la película. De una forma sutil la película logra trascender el propio texto de Murakami, reinterpretando la historia a través de nuevas ideas que conducen al espectador a desarrollar sus propias inquietudes y a establecer los límites del misterioso relato. Al final, no hay mayor paranoia que la que podamos inventar cada uno  de nosotros en nuestra cabeza. La grandeza de la película está es saber transformar lo cotidiano en misterio.

Lo mejor: Su capacidad de evocar reflexiones sobre lo que no vemos.

Lo peor: Tal vez no todos los públicos vean el thriller psicológico e introspectivo que propone Burning.


10 comentarios:

Victor dijo...

Tiene muy buena pinta, y una luminosidad atrayente, me la apunto sin duda.
Un saludo

Unknown dijo...

Les diré que gracias a sus críticas he disfrutado películas que de otra forma ni las conocería. Hay que verla.

Donnie dijo...

Solo puedo decir que 'Burning' es mas murakami que el propio murakami (Gatos, pozos, extrañas mujeres con gran capacidad de seducir a los protagonistas). No acabo de ver el cambio que ha sufrido el protagonista, de hombre casado con una aparentemente buena posición económica a un pobre don nadie a la que la vida y las situaciones que le rodean le sobrepasan, pero exprimir las pocas páginas para crear una historia como esta es digno de admiración.

Tal vez lo peor sea lo que dices Ronette, que no todos los públicos vean el thriller psicologico e introspectivo que propone la película pero creo que eso también pasa con la historia corta en la que se basa. Recuerdo que cuando la leí por primera vez me quedé con una extraña sensación, como no sabiendo muy bien que me estaban contado. Fue con reposo cuando fui juntando las piezas y todo empezó a cobrar sentido para mi, y creo que a 'Burning' le pasa lo mismo, necesita de un poco de reposo para disfrutarla completamente.

De lo mejor que hemos podido ver últimamente, de obligada visión.

Un Saludo!

Donnie

Gsus dijo...

No puedo dar una valoración sobre la película ya que dejé de verla bastante antes de los créditos finales. Durante un buen rato la película me gustó pero poco a poco fuí perdiendo el interés respecto a la misma. Obviamente no conecté con el protagonista, no me interesó el triángulo amoroso que se plantea ni me sorprendió que el "niño rico" haga lo que hace cuando se aburre. Sin embargo, nuevamente, nada de todo este planteamiento me resultó cercano ni de interés. Quizá no la ví en el momento adecuado, no lo sé.

Por último, encuentro que decir en la crítica que a través de estos 3 personajes se retrata perfectamente la sociedad actual me parece como poco bastante alejado de la realidad en más de un sentido.

Saludos

RONETTE PULASKI dijo...

Victor, sin duda te animo a que la veas, es una película impecable en todos los apartados, incluída su fotografía.
Unknow, gracias a ti por leernos, a veces las críticas sirven para acercarnos a películas y otras veces para salir corriendo. En este caso, te la recomiendo. Vale la pena.
Donnie, yo creo que entiendo el motivo por el que cambia el registro de uno de los protagonistas. Por un lado, hay que tener en cuenta que el escritor es japonés y el director es coreano. La figura del chico más rural en confrontación con el urbanita es algo habitual en China o Corea, pero bastante más difícil de ver en Japón. Es decir, que el director lleva la historia a su campo, lo que le da más juego. Por otro lado, consigue un contrapunto que ofrece muchas más posibilidades en las hipótesis de resolución de la historia. Para mí, en el podio de los mejor del 2018.
Gsus, tal y como menciono en la crítica, esta película exige paciencia y tiempo, elementos que hoy en día son escasos (y lo digo por mí). Por suerte, cada espectador interpreta la película a su manera y, en mi caso, conecté bien con la propuesta de Burning.
Saludos,

Donnie dijo...

Ronette, para mi también es una de las grandes películas de la temporada pasada es cierto que el director lleva la historia a su terreno pero aun así sigo sin ver el cambio en el protagonista SPOILER SPOILER SPOILER Al leer la historia de Murakami te encuentras con un hombre casado que conoce a una chica que le causa una gran impresión y la presencia de un extraño y todo lo que ello conlleva derivan en la obsesión que este desarrolla.. Los graneros quemados no deja de ser el protagonista, en como su vida se desmorona y se viene abajo, y el prota de 'Burning', es que no puede caer mas bajo y eso es lo que me chirría FIN SPOILER FIN SPOILER Creo que esto me sucede por haber leído la novela y ser fan de Murakami...

Pero con mis contras, ya te digo, es una grandisima película

Un Saludo!

Donnie

RONETTE PULASKI dijo...

Hola Donnie, quizá el hecho de que yo vea con naturalidad los cambios existentes entre relato y novela, tiene que ver con que primero vi la película y después leí el relato. En cualquier caso, muy interesante lo que apuntas, invernaderos ardiendo como el mundo que se desmorona.
Un abrazo,

Anónimo dijo...

recuerdo que cuando shi (poesía para el alma) salió, rosenbaum saludó la película por rehuir el tema del asesino

serial y su perseguidor, como sucedía o sucede con muchas grandes películas coreanas.
más que el cuento de murakami, me recordó a murakami novelista: un tipo que escribe para

agotarte o agotar una sola idea, una vez y otra, insistiendo en el decorado humano que la

presenta. detesto a murakami.

vi la película por fe al director y un viejo amor a faulkner. los snopes, que quemaban

graneros, podían aparecer en algún momento. el honor. la cuestión de la leadad, los tira y

afloje entre la familia y la comunidad y el ser uno mismo.
pero era murakami burning y no era shi.

en principio, pensé que la película exhibe cómo se destroza a un narrador japonés. no

aparece el gato, no aparece el pasado, no aparece el escritor. más que faulkner, es onetti versionando a faulkner. el tercero lee, descubre que lo que confesó, ya fue inventado por otro. el escritor ya fue inventado. la mujer, en el triángulo, ya fue inventada. quien amenaza la realidad de la ficción, desaparece. el aburrimiento diletante del burgués es una advertencia. también uno está metido aquí dentro. quizá la chica no sea la chica; sin agua el pozo, sin pozo; quemar invernaderos no sea quemar invernaderos.

todo pasado es tan cierto como la frontera. el juicio y el castigo (el orgullo) del padre, teatro. si fue la primera vez como tragedia, y la segunda como farsa, aquí hay ficción, la primera vez, y ficción la segunda vez: es dónde se coloca el narrador personaje lo que troca todo. es político.

no puede ser héroe, pero no tolera un villano, y la víctima es inexistente. la vida es aquello que le pasó a su personaje femenino mientras él estaba ocupando al narrador. para no caer en el spoiler:
todo lo que arde es bueno.
porque la película es sobre una vacante, pero no una ausencia.

abrazos

efe

Anónimo dijo...

SPOILERS
quisiera pedir disculpas por la asertividad, agresiva en lo que respecta a murakami. hace mucho años, veíamos the host, en argentina, y una amiga me hizo notar que podía tener lugar en el río de la plata. el cine coreano resuena con fuerza acá: lo universal de los temas y procedimientos, se particulariza y hace carne.

la lectura de las desapariciones que se suceden es significativa por estos lares. otro tanto ocurre con la informalidad del trabajo, las diferencias de clase, el desplazamiento de la población rural hacia la urbe, el despoblamiento de la campaña. la escena en la que el coche de policía pasa vigilando esa suerte de barrio privado, vistos el coche y sus distintivos luminosos desde la camioneta del perseguidor, y su cara, el espanto, desde el lugar del acompañante, hace de contrapunto esencial al acceso que el rico da al pobre, o que fuerza sobre él. ha descendido de los cielos -vía avión y aeropuerto- y así entra en otras vidas, sin pedir permiso.
no desaparece la chica, desaparece su pasado, y acaso su biografía sea ficticia o motivo de fábula. o, mejor: desaparece después de que desaparece su pasado.
hay relatos dentro del relato que el director supo encontrar. el fabular es común a los personajes; pero, en el caso del escritor, se mantiene secreto. ¿quién llama al teléfono? ¿quién no habla?

la relación con la mujer que podría ser la madre es otro asunto, otro misterio. ¿cómo podía la chica costearse el departamento donde vive?

el juego está arreglado desde el comienzo. desde un reloj rosado.

el final me desconcertó.

es una gran película. gracias, ronette, y gracias donnie.
hicieron mucho más rica la experiencia.
abrazos,

f

RONETTE PULASKI dijo...

Hola F, Burning es una película que llega a donde el espectador la deje llegar. Los límites los marca el que asiste. Depende de los ojos que la ven, en la película no sucede nada o, todo lo contrario, sucede de todo. Lo más meritorio del director es saber sacar tanto partido de un relato tan breve. Y para ello inventa, y va mucho más allá del propio relato de Murakami. El relato es tan solo la puerta para llegar y explorar aspectos contemporáneos mucho más complejos. Siempre se ha comentado que Murakami es un autor muy difícil de llevar al cine, y Lee Chang-dong lo hizo a lo grande.
PS.Puede ser, quizá todo gira en torno a una vacante y no una ausencia.
Gracias a ti por enriquecer el análisis con tus comentarios.
Un abrazo!

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