martes, 26 de febrero de 2019

Crítica: The Prodigy

En línea con el último análisis que hacía sobre “La novicia musulmana”, no puedo empezar de otra manera que no sea haciendo hincapié en el gusto por lo prohibido y lo profano que siempre ha traído a colación el cine de género a través de las posesiones y el Mal enraizado en aquellos recipientes o seres en apariencia divinos o benditos. Las monjas han sido muy recurrentes en este sentido, pero la figura infantil no se ha quedado atrás. Niños y niñas malvados o sumergidos en una espiral demoníaca han sido temática recurrente por su gusto y atracción hacia el público general, pero también porque, en el fondo, llama a nuestros instintos más oscuros. En sintonía con la narrativa de Baker, aquello que nos está vetado nos atrae como si un auténtico polo opuesto se tratase, como si lo rehuyésemos y, a la par, deseásemos contemplarlo. Es obvia la relación cuando se trata de cuestionar constantemente nuestra moral judeocristiana y el público, el producto y la contracultura responden.


“el inicio es bastante bueno y genera dosis importantes de suspense”


Esto, que antes tenía visos más residuales, vive ahora cierta época de esplendor. La apertura a caminos antes cerrados e incluso residentes en la clandestinidad es una realidad, aunque siempre hubo productos más o menos marginales que se convirtieron en auténticos clásicos. En lo cinematográfico y en lo que nos respecta, “The Omen” (1976) rompió muchos esquemas siguiendo la obra de William Friedkin, pero en esta ocasión su relación con lo demoníaco iba acompañada de cierto elemento psycho que tomaba otras connotaciones. En lo visual es una auténtica maravilla, aunque sus secuelas (bastantes y en constante decadencia; incluso una serie, estrenada en 2016) no terminaron de convencer.

En esta línea, yo recomiendo siempre un grandísimo clásico (puede visionarse en la plataforma Netflix) que ha pasado más desapercibido para el público general: “The Other” (1972). La obra de Robert Mulligan (premio al mejor director en el Festival de Sitges de 1972) es impresionante en sus sentidos narrativos y especialmente visuales, con un tratamiento maravilloso de los planos a la hora de enfocar la doble disyuntiva de los gemelos. No voy a destriparos nada de la historia, pero si no habéis tenido oportunidad de verla, es un producto imprescindible de los setenta. Las interpretaciones, especialmente la del chico protagonista, sigue siendo un ejemplo a tener en cuenta para las interpretaciones actuales en infantes de dichas edades. Su carácter diabólico pero anclado a elementos fuera de lo sobrenatural está divinamente tratado, y su crónica de pesadilla infantil se ha visto pocas veces superadas en este tipo de cine. Precisamente, películas como “El Orfanato” (2007), “Orphan” (2009) o hasta “Insidous” (2010) han intentado acercarse a esta perversa temática con más o menos acierto, pero es “Goodnight Mommy” (2014) el siguiente eslabón (¡y menudo eslabón! es otro producto de necesario visionado) de una cadena que entronca con “The Prodigy”. Veamos si la línea de calidad se mantiene.

La película se inicia con una escena que recuerda enormemente a la genial “Child´s Play” (1988), tomando numerosas sugerencias de esta que luego se reiteraran a lo largo de todo el filme: el trasvase del alma de un psicópata a un niño, los cánticos en un extraño idioma o la transfiguración del protagonista son elementos que nos recuerdan a Chucky, sin que este siga presente en el resto. Más allá de eso, el inicio es bastante bueno y genera dosis importantes de suspense que merece la pena citar: la enigmática relación entre el asesino y el chico, la dualidad del mismo y su incertidumbre ante la victoria del lado bueno o el lado malo y por supuesto el protagonismo que tendrán los padres en el transcurso de esto. Todo pinta muy bien dicho ahora pero se derrumba por completo tras su primera mitad, convirtiéndose en un telefilme en su sentido peyorativo en el que muchas escenas son forzadas y otras tantas no parecen tener claro hacia dónde dirigirse. El ritmo decae tornándose hastío en muchos momentos y no se observa un buen hacer narrativo que nos conduzca a un final deseado o, como mínimo, interesante.


A Taylor Schilling le pesa demasiado Orange is the New Black y su papel es sobrio, demasiado, como todo el filme”


Y es que el final es, sin lugar a dudas lo peor. Si Nicholas McCarty tenía ideado culminar así desde un inicio, mal asunto. Además de tosco e innecesario, es absolutamente inverosímil. Prefiero no comentarlo para no destripar posibles visionados, pero creo que es factible aseverar que no tiene pies ni cabeza. Forzado e innecesario, no termina de balancear su coherencia en ningún sentido. El director tiene uno de los mejores cortos de “Holidays” (2016) y su experiencia en el cine de género es, al menos, demostrable, pero aquí no termina de finalizar el guion o arremeter en una conclusión que convenza. Los susurros de incredulidad en el cine fueron numerosos.

No es que la película sea un desastre ni mucho menos. Hay elementos que nos recuerdan a las películas citadas en el preámbulo, están bien insertados y tienen tu atención durante algunos momentos. Incluso te puedes permitir el lujo de asustarte con determinadas recreaciones tenebrosas bien llevadas y algún jump scare inesperado, entre ellas un excelente momento tomado de la primera de “Annabelle” (2014) que, no me avergüenza decirlo, hizo casi mearme en los pantalones. Aquí es previsible, pero arrancó muchos gritos. Y eso es bien cuando la película pretende ir de eso, aunque aquí se debate constantemente entre el thriller y lo efectista.


“Quizás le pese alguna interpretación pésima, un final absurdo y un tedioso ritmo que se acompaña de la sobriedad y el desánimo constante por entretener”


Las interpretaciones dan una de cal y una de arena. Jackson Robert lo hace genial en su papel de niño psicópata: algunas miradas ayudadas de planos bien conducidos son francamente espeluznantes, y sabe representar bien la lucha entre el chico inocente y el asesino despiadado. Es lo mejor y lo único que se salva. A Taylor Schilling le pesa demasiado “Orange is the New Black” y su papel es sobrio, demasiado, como todo el filme. Parece absolutamente impreso del mismo y de esa cadencia de expresiones neutras y alguna sobreactuación que no encaja en el papel del personaje. No convence ella y menos aún el resto del elenco, correcto, aprobado, pero sin convencer en ningún instante. El peso del protagonista es un peso bien llevado, y ahí paramos de contar.

A nivel técnico sucede lo mismo. Conducida con sobriedad, los planos no arriesgan por norma general y se limitan a ser descriptivos y funcionales, algo que la convierte más aún en ese filme de tarde con el que podemos concluir su análisis. Tiene alguna escena interesante, algún trabajo bien maquillado en la recreación de las escenas oscuras, en las representaciones de la dualidad en la expresión del chico y en los pocos momentos de suspense que realmente mantienen el listón. Ahí acaba todo. Se podría haber sacado mucho más jugo a lo que vemos en pantalla, pero en todo momento sigue existiendo esa sensación de no estar disfrutando de un producto que se haya pensado bien, cocinado a fuego lento y con mimo. Más bien, parece un ejemplo de cine de género abierto a un gran público con lo mínimo para que los pistones giren. Y es una pena, porque los niños poseídos gustan, y de ellos han salido excelentes ejemplos.

¿Verla o no? Yo no la recomiendo en el cine y menos en castellano, en la que la sobriedad de los tonos grises parece acomodarse en los dobladores, cuyas voces parecen abandonadas de fuerza e identidad con lo que vemos. Sin embargo, como producto de hogar, de tarde aburrida o para saciar esas ansias de ver niños asesinos funciona. Lo hace por la mínima, pero lo hace. Quizás le pese alguna interpretación pésima, un final absurdo y un tedioso ritmo que se acompaña de la sobriedad y el desánimo constante por entretener, pero funciona en su mínima expresión. Y eso, en ocasiones, es lo único que necesitamos.


9 comentarios:

Art0rius dijo...

Bravo por la crítica Astinus. Otra película que se va directa al menú de cuando paso la aspiradora.

Astinus dijo...

Art0rius: ¡Gracias! No es para menos. Otro final habría dado más que hablar =)

El Rector dijo...

Astinus, hablando de niños cabrones, hay por ahí una tal "Prodigy" (ejem, ejem...) del pasado año que aborda también la temática, aunque desde otra perspectiva. Y por supuesto, tenemos la notable "The Hole in the Ground" (visionado obligado), que por lo que comentas y habiéndolo flipado con aquella, le pasa la mano por la cara a la película de Nicholas McCarthy, que todo sea dicho, me genera una pereza importante.

Saludos.

MABUSE dijo...

Para mi gusto igual pelín exagerado ese cuatro (igual daba para un aprobadillo raspado no? :-) ). Pero salvo esa ínfima discrepancia, por lo demás totalmente de acuerdo Astinus!! La primera parte me pareció que estaba bastante bien, con cierto suspense y un par de buenos sustetes; pero a partir de ahí...cuesta abajo y sin frenos, hasta un final simplemente espantoso. Estupenda crítica.

Dante Yurei dijo...

Saludos Astinus
Como bien dices, un comienzo genial y luego va de más a menos de forma acelerada para llegar a un final catastrófico. Aburrida salvo por algunos momentos puntuales de jump scares efectivos. ¡Muy buena reseña!

Astinus dijo...

- Rector: Precisamente el domingo vi "The Hole in the Ground", mucho mejor filme que este último, con calidad a raudales y un estilo minimalista que le va como anillo al dedo.

- Mabuse: Tienes razón, y estuve dándole vueltas a si suspender la película o no...pero hay dos cuestiones que me echan para atrás: su final, demasiado terrible en lo narrativo, y las interpretaciones de rigor de los secundarios, insuficientes. Aún así, tiendo a ser de puntuar a la baja ;) ¡Muchas gracias!

- Dante: ¡Muchas gracias! Veo que coincidimos. Lo de los "jump scares" es cierto: alguno demasiado funcional, pero efectivo. Lo mejor: la interpretación del protagonista y el inicio. Lo peor: ¡todo lo demás!

Donnie dijo...

No me ha desagradado esta película. Es cierto que creo que daba para mucho mas y que sobre todo es muy, pero que muy poco original, pero me ha entretenido. Siempre me hace gracia de este tipo de películas la forma en la que los protagonistas se enteran de lo que está pasado, por mucho que al principio les sorprenda se lo acaban tomando de forma excesivamente natural..

También me deja perplejo las reacciones de alguno de los protagonsitas: Todo en secreto, llamando a las dos de la mañana, consultando en el ordenador con todas las puertas abiertas.. vamos, que si alguien no se entera es porque no quiere...

al ver 'The prodigy' no se porque, si por el ritmo o que, no me pude quitar de la cabeza 'the blackcoat's daughter'...

Un Saludo!

Donnie

Astinus dijo...

¡Hola Donnie!

Si nos atenemos a lo que nos comentas (esa parte que requiere un ingenio y esfuerzo mayor: ¿cómo llegan a percatarse?), desde luego la originalidad brilla por su ausencia, especialmente en esa acepción de que todo transcurre muy...tranquilamente. Todo sucede porque debe suceder. Me pasó lo mismo con otras películas recientes. Creo que es uno de los grandes dilemas del cine de género que demuestra perfectamente la capacidad artística de cada director, guionista y el montaje: ¿cómo genero que todo fluya sin que la artificialidad reste puntos? Deshumanizar las reacciones parece siempre el camino fácil (como sucede aquí)

A mí el final me dejó tan inerte, tan loco si me lo permites, que toda la experiencia previa se fue derrumbando. Me había entretenido en parte hasta ese momento, pero luego todo se fue...por ahí. Y prefiero dejarlo en eso ;)

Donnie dijo...

Hola Astinus, creo que hay una diferencia entre que todo sucede de forma natural y que a los personajes les parezca normal lo que está pasando. Está claro que si la película se pone a explicar esa parte en detalle la duración se haría extensa por lo que es necesaria la elipsis narrativa y todo eso, pero aún así creo que las reacciones de estos ante lo que ocurre y como lo aceptan me parece demasiado tranquila..

Creo que esta estructura de película se repite de forma cíclica en el cine.. ahora en pantalla grande tenemos otra cinta cuya estructura es muy similar a esta cambiando como no puede ser de otra manera ciertos detalles. Entiendo lo que quieres decir acerca del final..

Un saludo!

Donnie

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