miércoles, 19 de febrero de 2020

Crítica: Cuando Llama un Extraño

Aterricé en esta película porque en su momento disfruté mucho de “Llama un extraño” (1979), con la que comparte nombre en su idioma original y de la que es, precisamente, un remake. La obra de Fred Walton tenía todo lo que me gusta de esta común mescolanza de home invasión y slasher: generaba una tensión permanente en el espectador, angustiaba el sometimiento de la protagonista a los designios de su opuesto y, por supuesto, se veía rodeada de una atmósfera muy bien conseguida. Eran sus tres principales referentes, pero estaba igualmente rodada de forma magistral y apostaba por convertirse en algo cercano al thriller psicológico que disfrutábamos con otros autores de gran talla como Hitchcock, entendiendo las diferencias. La obra de los 70 llegó a tener una especie de secuela rodada por el mismo director casi veinte años después (When a stranger calls back en idioma original), bodrio infumable que podría ponerse ligeramente por debajo de este remake.

La película cumple al menos los preceptos de este tipo de cintas que pretenden adaptarlas a un nuevo contexto: toma prácticamente la mitad de la original y, a partir de ahí, le hace numerosos cambios que van a peor. La práctica, tan común en el siglo XXI, de refreír cintas antiguas que tuvieron mayor o menor éxito y convertirlas, por norma general, en bodrios tendientes a la no salvación es uno de los grandes males de nuestro cine. Producto posiblemente de todo ese posmodernismo en el que debemos revisionar lo que somos para entender a qué podemos aspirar (eso y que hay que sacar pasta gansa a toda costa), esta tendencia sigue una estela destructiva y contraria al disfrute de los productos pasados, que se desdeñan normalmente ante las comparativas y el ansia de estar por encima de ellos. No es que no haya buenas revisiones de películas pasadas; los hay, aunque en el cine de terror brillen generalmente por su ausencia. Pero la mayoría de estos son máquinas de hacer dinero y listo. Ya ha entrado en producción el de “Candyman”; miedo me da lo que nos enseñen. Y es que una cosa es coger una película comercial palomitera y ponerla de nuevo en circulación con mejores efectos, y otra muy diferente tomar una película de culto y querer plantear una nueva versión. “Jacob´s Ladder” es un buen ejemplo: lectoras, lectores, no veáis su remake. O sí, y debatimos.


“La idea es interesante (aunque falta de originalidad, al ser un remake), pero desde el principio es fácil observar que no va a conducir a ningún lado”


Este último ejemplo es paradigmático para entender la película de la que vamos a hablar. Una versión original bastante potente y un pequeño despropósito en su nueva reconceptualización llena de clichés, insulsa en todos sus elementos y cuya única fortaleza (lo que la salva de la quema total), es que reúne todo lo que funciona generalmente en este subgénero y lo pone al servicio del espectador, lo cual crea una cinta plenamente impersonal pero que se deja ver. Poco más puede pedirse a su director, Simon West, al que le aúpan películas como “La hija del general” (1999), “Tomb Raider” (2001) o “Los Mercenarios 2” (2012). Convendréis conmigo en que tienen poco de thriller terrorífico.

La historia nos pone en la piel de una canguro llamada Jill, que se encarga de cuidar a unos niños que viven en una gran mansión una noche cualquiera. Todo parece ir normal hasta que, de repente, empieza a recibir extrañas llamados de un individuo que no deja de parecer que controla cualquier punto de la casa. Y es a partir de aquí donde comienza todo ese juego de tensión.


“la película se llena de continuas iteraciones en las que la resolución de la tensión se hace por la vía rápida a partir de jump scares completamente irrisorios”


Una tensión manifiestamente pesada y algo mal llevada en más de una ocasión, especialmente cuando el metraje avance. La idea es interesante (aunque falta de originalidad, al ser un remake), pero desde el principio es fácil observar que no va a conducir a ningún lado. Los primeros planos son una secuencia de tomas rápidas con música tensa que no tienen ni relevancia alguna en el futuro, ni significancia acerca del propio filme. Ver una feria con gente riendo y pasándoselo bien en la que un globo rojo asciende por el cielo (no diremos a qué libro nos recuerda) hasta desaparecer no sumará nada a los minutos siguientes, en los que observamos como un policía llega a un caso parecido a lo que el asesino pretenderá con la protagonista.

A partir de ese instante, la película se llena de continuas iteraciones en las que la resolución de la tensión se hace por la vía rápida a partir de jump scares completamente irrisorios, como ya podréis imaginar: gato maullando, ropa con forma de hombre, etc. Todo ello acompañado de una música tensa y de una intención no lograda del director de generar cierta incertidumbre acerca de lo que está pasando. Al principio si alcanza esa sensación en el espectador, pero dura lo que aguanta nuestra paciencia viendo como no ocurre absolutamente nada hasta el final, de risa, en el que las coreografías entre protagonista y antagonista rozan el ridículo.


“procura rellenar minutos de la forma que sea sin añadir absolutamente nada emocionante o por lo que tengamos que estar atentos”


Entre ese principio sin significado y ese final medianamente aceptable, han transcurrido ochenta minutos en los que no ha sucedido literalmente nada. Y ese es el problema principal de la película, que procura rellenar minutos de la forma que sea sin añadir absolutamente nada emocionante o por lo que tengamos que estar atentos. A eso tenemos que sumarle el poco carisma de la actriz principal, Camilla Belle, que muestra un recital de poca y muy sobreactuada expresión ante cualquier situación. Quizás lo único que se salva, y no es poco, es la bonita casa en la que se desarrolla toda la película, y que genera enorme dosis de envidia por su localización y dimensiones.

Creo que la apuesta firme de Simon West con esta película era contar bostezos de los espectadores que disfrutaban de algún sustillo medio decente y poco más. Hoy en día os animo a otra: ver cuántas veces le dais al botón del móvil para ver si tenéis novedades en vuestras redes o perfiles. Espero la cuenta.


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.