martes, 10 de marzo de 2020

Crítica:The Room

En el año 2006 el director francés Christian Volckman dirigió "Renaissance", una película de animación con un argumento futurista por la que se ganó muchos reconocimientos. Trece años después estrena su nueva película, "The Room" (2019), una obra con la que Volckman sigue apostando por la ciencia ficción. En este caso el argumento le sirve de base para cuestionar, entre otros dilemas, que algunos deseos pueden convertirse en pesadillas.


“la película entra en determinados clichés pautados tan típicos de los thrillers”


Matt y Kate son una pareja que decide vivir en un gran caserón en el campo. Su idea es ir poco a poco reformando la vieja casa que compraron. Un día descubren algo insólito, en una de las habitaciones todos sus deseos materiales se hacen realidad. El problema llega cuando se dan cuenta, demasiado tarde, que no todo es tan perfecto como ellos creían.

A la película se le podrían buscar muchos defectos, incluso de antemano, entre ellos el hándicap de que la idea no es del todo original (la sombra de Aladino es alargada). Pero hay que reconocer una cosa, y es que siempre resultan interesantes estas historias en las que los protagonistas descubren algo que hace realidad sus deseos. Recuerdo un capítulo, tal vez de “The Twiligh Zone”, en la que unos jóvenes descubrían una fórmula que al derramarla sobre una foto la hacían realidad. Y como los protagonistas eran unos adolescentes, todos sus deseos se centraban en intentar hacer real a la típica modelo portada de revista.

Uno de los momentos más divertidos de esta película es la orgía materialista que se pega la pareja al descubrir la habitación de los deseos. A través de esa vía obtienen obras maestras de grandes artistas como Van Gogh, comida, bebida, vestidos y hasta lencería sexy para la ocasión. Todo parece perfecto, la felicidad está en la habitación de al lado y la vida es una fiesta, bastaría con desear directamente dinero para enfrentar cualquier necesidad futura. El problema viene después, cuando descubren las limitaciones de la habitación. Siempre pasa lo mismo en este tipo de películas y "The Room" no es una excepción, los problemas nunca se conocen de antemano, los hándicaps siempre se conocen después para que haya argumento. En este caso el problema es que los deseos no pueden salir de la casa y son como pequeñas realidades inventadas. Son como hologramas que satisfacen a los protagonistas, pero que no se acaban de materializar de forma completa, tal y como exigen los cánones de nuestra realidad. Cuando descubren esa limitación ya es demasiado tarde (como siempre), la pareja ya había ido demasiado lejos. A partir de ahí, la película va de la felicidad a la angustia en 3, 2, 1.


“la parte final dista mucho de convencerme, principalmente porque hay partes que están cogidas con pinzas”


Me resulta casi imposible mencionar la palabra holograma y no recordar el libro "La Invención de Morel" de Bioy Casares, una de las grandes obras de la literatura universal y que cuenta con un prólogo de su amigo Borges, quien califica la novela de perfecta. No van los tiros de "The Room" por ahí y su argumento nada tiene que ver con la profundidad de la genial obra de Bioy Casares (que sí tiene más paralelismos con "Lost"), pero psicológicamente hablando sí habría similitudes con los sentimientos de los protagonistas, tal y como llega a mencionar Matt.

La pareja de protagonista es atractiva, como los son los actores Kevin Janssens (“Revenge”, 2017) y Olga Kurylenko (“Un Día Perfecto”, 2015). Él es un artista y ella es una traductora, ambos con la característica común de que pueden realizar sus trabajos sin salir de la casa. De antemano, poco más sabemos del pasado de este joven matrimonio, pero se intuye que si están cambiando de vida a esta casa en medio de la nada, es porque hay algo que no está completo entre ambos. Esa extraña habitación abre para ellos la peligrosa posibilidad de rellenar todos sus vacíos existenciales. En el ecuador de la película se empiezan a explicar las cosas a través de la historia de los antiguos propietarios de esa casa, un matrimonio con un hijo que en la actualidad se encuentra en la cárcel. También a partir de este momento la película entra en determinados clichés pautados tan típicos de los thrillers. Un comienzo de alegría y esperanza, y una mitad en el que la sorpresa da lugar a la angustia. El sencillo argumento de la película se acaba enrevesando como todo el cableado que, sin explicación aparente, envuelve y estrangula las paredes del viejo caserón.


“Cuando el argumento parecía no dar más de sí viene un giro, y luego otro, y al final diría que no todas las vueltas de tuerca son necesarias”


Y llegamos a la parte final, donde la película nos ofrece un giro inesperado. Es curioso lo que sucede en las películas con giro, en algunos casos las catapulta al éxito, y en otros casos las sepulta al terreno del cine malo. En el caso de "The Room", pasará algo similar, habrá quién opine que salva la película, pero a mí personalmente, y esto es siempre muy subjetivo, la parte final dista mucho de convencerme, principalmente porque hay partes que están cogidas con pinzas. El guion está hecho para mantener la atención del espectador en la película y para intentar abrir bocas a través de sorpresas.

Sí reconozco que el último tercio de la película se acerca más a la ciencia ficción, lo que ya de por sí es siempre interesante, y esa casa, además de conceder deseos como si fuese una lámpara maravillosa, se acaba adentrando en los misterios de las paradojas espacio temporales. Cuando el argumento parecía no dar más de sí viene un giro, y luego otro, y al final diría que no todas las vueltas de tuerca son necesarias. Con todo, la película es entretenida (¿quién no soñó con estar en un lugar que cumple todos los deseos?), pero deja la sensación de que no acaba de sacudirse su envoltorio comercial con el objetivo mínimo de satisfacer al espectador. "The Room" es como un juguete nuevo, los primeros días estás deseando jugar con él (mientras uno empieza a ver la película), pero luego cae en el olvido (al acabar de verla).

Lo mejor: La premisa inicial de "The Room" es atractiva. Con sus defectos y sus partes inverosímiles la película es, al menos, entretenida.

Lo peor: Los giros de guion para mantener la sorpresa del espectador se desvelan bastante efectistas y tramposos. Una más.


4 comentarios:

El Rector dijo...

Ronette, la historia que comentas sobre los adolescentes que daban vida a las chatis de las revistas mediante una poción, era de "Amazing Stories", aquí "Cuentos Asombrosos". Para ser exactos, "Miscalculation", dirigido ni más ni menos que por el mismísimo Tom Holland. Una joya más de una de las mejores antologías fantásticas jamás rodadas y que, por cierto, se viene ahora con una nueva intentona. Ojalá alcance los niveles de calidad de aquella.

Saludos.

RONETTE PULASKI dijo...

Coño, esa historia formaba parte de Cuentos Asombrosos! Me flipaban, qué recuerdos, ahora me viene a la mente hasta Max Headroom.
Estaré atento a los nuevos episodios.
The Room se queda a mucha distancia de la imaginación de aquellos aquellos episodios. Es mejor verla sin muchas expectativas, pero para pasar el rato vale.
Saludos!

Anónimo dijo...

muy buena crítica, ronette. el salto de la fiesta a solaris en el sótano es un poco abrupto. hacia el final confunde -y quizá habría sido mejor que creciera en complejidad y disminuyera en confusión. la violencia de la figura del padre hacia el homúnculo me resultó de a ratos intolerable, por lo demás. perdió, para mí, el atractivo scifi.
tantas posibilidades a partir de la creación de un mundo otro! pero la peli queda muy atada a la podredrumbre de la pareja, a una determinada deriva de los protagonistas. ya lo dijo mustafá mond en algún lado. "no wonder"
promete mucho más de lo que da ese room.

qué gran recuerdo amazing stories!

abrazos,

f

RONETTE PULASKI dijo...

Gracias f,
Por todo eso que comentas, opinión que comparto, acabé recortando una valoración que iba para 6. La película está bien hecha, pero ese intento de dar cierta complejidad a través de tantos giros de guion no me acaba de convencer. A veces, menos es más.
Y tal y como estamos comentando en In the Shadow of the Moon, la película está bien hecha, pero se queda en una película del montón.
Un abrazo

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