viernes, 27 de febrero de 2015

Crítica: La Mujer de Negro 2: El Ángel de la Muerte

Tras la relativa buena recepción de la primera “La mujer de negro”, no se tardó mucho en abrir la puerta a esta segunda que ahora se presenta en las salas de exhibición de medio mundo, algo habitual por otra parte en el género. 

Lo primero que hay que decir es que esta película se sitúa 40 años más tarde desde que aquel Arthur Kipps (Daniel Radcliffe) visitase la mansión de Eel Marsh. Así nos encontramos con la misma “manor”, la misma carretera entre marismas –aunque yo creo que han cambiado la isla- y la misma “Mujer de Negro” con su tragedia incluida.
Así, sin ser una secuela directa, sí que es recomendable haber visto la anterior parte, es más, me atrevería a recomendar un visionado previo de aquella si uno no quiere perderse ningún matiz de esta ya que, adelantando cuestiones de su análisis, lo peor que tiene esta es su… fragilidad –por no llamarlo de otra manera- argumental. 

Y eso que al frente de la película como guionistas figuran tanto Susan Hill como Jon Crocker, que en la anterior entrega ejercían como autora de la novela en la que se basó y supervisor de guiones respectivamente. También es cierto que esta se basa a su vez en una novela-secuela escrita por Martyn Waites, pero ello no impide que se respete todo lo iniciado por la propia Hill años atrás. Incluso veremos claros guiños con elementos que fueron protagonistas a su modo de aquella. 

La clave, puestos a buscar culpables, la podríamos encontrar en el cambio de director ya que este Tom Harper dista en enfoque de lo que nos ofreció James Watkins en el 2012. 

Por ejemplo, y entrando ya en la película, lo primero que sorprende es la debatible calidad de imagen de la película. Por mucho que se estrene en salas comerciales, “La mujer de negro 2: El ángel de la muerte” –dejémoslo a partir de ahora en LMN2- tiene una impronta más de telefilm que de película formal. Conociendo que Harper y su director de fotografía, George Steel, provienen del mundo de la pequeña pantalla, a uno le surgen las dudas. Pero dejémonos de elucubraciones y vayamos al grano, nunca mejor dicho. Sus imágenes poseen un extraño granulado que no parece cuadrar con una producción de primer orden. Es tal la sensación de… repito, telefilm que uno quiere disculpar a sus responsables achacando esta presentación al hecho de querer tender un puente con aquellas películas que décadas atrás convirtieron a la “Hammer” en la productora más mítica del género. Por suerte, uno se va acostumbrando, y esa sensación va diluyéndose una vez vayamos consumiendo metraje. 

Otro aspecto que más que sorprender, destaca y según quién no muy favorablemente, es la utilización que hace este Harper de lo que tiene a su alcance. Me explico. 

La protagonista de la película por encima de esa escalofriante Jennette Humfrye –la propia “Mujer de Negro”- es la mansión y sus alrededores. Pues bien, aquí adquiere una nueva dimensión al de su anterior parte al encontrárnosla en ruinas, acrecentando su lado ya de por sí siniestro. El problema, de ahí lo que comentaba en el anterior párrafo, es que Harper no se cansa de hacer primeros planos de esos juguetes y decoración de la casa. Está claro que tienes una excelente materia prima, pero recrearse en ello, ni es sutil –elegante-, ni espontáneo, resultando previsible, otro de los hándicaps de la película. 

Sustos en LMN2 tendremos una docena, cifra respetable para los baremos del género en los últimos tiempos. Empiezan un poco tarde, a los veinte minutos y encima con lo que se pudo ver en el tráiler, pero también es cierto que algunos son muy buenos, sobre todo los que se funden con el entorno, esos que están ahí pero que escapan a la visión del espectador hasta que un movimiento y el obvio acompañamiento de un efecto sonoro provoca el consecuente sobresalto. Sin embargo, estos no son más que tres o cuatro a lo largo de la película. Destacar especialmente esa escena de la mano en el agujero del techo. El resto, vive del montaje y de las drásticas subidas de volumen en los efectos y banda sonora, trucos (trampas) sobradamente conocidos por los aficionados al género en las últimas décadas. 

En todo caso, como no me canso de repetir, el film se mantiene gracias a su dirección artística, la fotografía y la excelente Banda Sonora del popular Marco Beltrami, uno de los pocos que continúan en el proyecto tras su parte original. 

Y es que no solo es la casa, ya que como adelantaba sus alrededores son igual de… paradisiacos. El bosque con esas lápidas desperdigadas cual níscalos y boletus, las marismas con esos cercos de alambre de espino… la niebla. “Siempre nos quedará la niebla”, dijo Bogart. Bromas aparte, por cuestionable que sea la granulada fotografía de George Steel, bajo mi peculiar punto de vista, de los intervinientes de la película sin mucho nombre es el que mejor ha sabido reivindicarse. Más que tener como modelos a otros mitos de la productora como Arthur Grant o Floyd Crosby, Steel con, no lo olvidemos, poca experiencia en el género echa la vista atrás a otros virtuosos maestros como Freddy Francis y Carl Guthrie para ofrecernos impactos visuales y no tanto de cara a exteriores. Para la mayoría les pasará desapercibida esa combinación de filtros con los colores pastel del vestuario de los personajes en contraposición con los fuertes ocres del escenario/decorado; auténticos cuadros al óleo en movimiento. Esa elegancia que Harper pierde al abusar de los primeros planos, la recupera la esmerada mirada de Steel. Luego ya no sé a quién se lo tengo que agradecer, pero esos planos a contraluz, pocos por otro lado que claramente apelan a nuestra nostalgia, son otras de esas joyitas visuales que nos deparará la producción. 

Y hasta aquí lo mejor de la película. Porque ni siquiera en el apartado de efectos especiales el film brilla como debiese. Nos ofrece el típico gancho al principio del film con esa CGI de una Londres devastada por la II Guerra Mundial, otro detalle en su desenlace, pero poco más. Y todo al nivel que puedes encontrar ya en cualquier producción televisiva. Es cierto, tampoco es que lo necesite ya que todo es muy teatral, artesano, pero conviene dejarlo claro. 

Sin embargo, donde el film se lleva la peor parte es en su guión. Dejando de lado que toda la historia ya es conocida y que hay partes que a raíz de ello resultan un poco de relleno –dígase la investigación que realizan los protagonistas- ya no es tanto lo que cuentan como lo que no cuentan, es decir, resulta incongruente que habiéndote liado la manta a la cabeza, escogiendo dejarte llevar por unos antecedentes, cometas el error de dejar al espectador con interrogantes, prueba de que no has hecho algo bien. 

Otro de los asuntos que queda en entredicho es la construcción de personajes. Aquí se ha intentado dar un bagaje a estos, o bien en forma de motivación, o bien en forma de estigmas; incluso en algún caso, ambos a la vez. Esto que sería de agradecer, aquí por el contrario resulta un obstáculo ya que resulta tan forzado que puede darle la risa floja a más de uno; y más si como en el caso del desenlace, no aprovechas la ventaja que te habías construido con tal de sorprender; sorpresa que para mayor despropósito y para no repetirme con lo de forzado diré que resulta sumamente… artificial.

Resumiendo, “La mujer de negro 2: El ángel de la muerte” es una película que vive de la recreación de un ambiente sobrecogedor, insano y siniestro. Tiene un par de buenos sustos, pero el resto no justifican la entidad de la película como producción de primer nivel. Intenta jugar la baza del drama, pero no convence sucumbiendo a los tópicos.


7 comentarios:

  1. La verdad es que a mi la primera me dio miedo, lo pasé mal en algunas escenas. Tampoco pánico extremo, pero vaya. Podría haber sido mejor. En esta no sale Daniel Radcliffe, verdad?
    De todas formas, tu crítica inmejorable :)

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  2. No, no sale. Y los que salen, lamentablemente, no tienen su mismo carisma. Gracias por lo de inmejorable, pero cualquier cosa es mejorable. Salvo Jorge Javier Vázquez que es perfecto. OoO

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  3. Pues a mi que la primera no me gustó nada, por todo lo que comentas, creo que lo tengo bastante claro y aprovecharé uno de eso días que la terminen dando por Antena 3 por la tarde para echarle un ojo ;)

    Saludos

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  4. Muy, muy generoso te veo últimamente, compañero...
    A mí no es que me haya decepcionado, es que me ha parecido un truñaco total. AntiHammer y muy, muy cutrona....Pero eso, para gustos, los colores!!!

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  5. jo, si a Damien le parece un truñaco, no vamos bien!

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  6. Es que tuve el LUJAZO de ver, hace como veinte años, en plena adolescencia gafapasta, el montaje teatral que Emilio Gutierrez Caba se montó en plan teatro innovador (había unos ventiladores camuflados detrás de la platea, en mitad de la obra salía la mujer de negro por el proscenio, se oían gritos fuera de la sala...)
    Así que tenía unas ganas locas de ver la primera, y me flipó. Me gustó ver a Harry Potter crecidito, la historia y los sustos, y en esta segunda esperaba al menos lo mismo, pero es q está tooooodo en el tráiler.... Pseeee
    Pero lo dicho, para gustos...

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  7. También tuve la gran suerte de ver la obra de teatro con Emilio Gutierrez Caba y me pareció realmente impresionante... Creo que por eso me niego en redondo a ver la primera parte de la peli... Y viendo que las críticas de la segunda parte no son precisamente buenas casi me quedo con el recuerdo de la obra de teatro...

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