Crítica: Clown

Del poder de la publicidad se ha hablado largo y tendido, no lo podemos evitar, somos sus esclavos y cualquier producto destinado a producir, ya sea dinero, fama, nuevos consumidores o nuevos inversores (lo que viene siendo the power), es el producto más interesado en hacerse con la gallina de los huevos de oro de la publicidad, pues si esta funciona ya no habrá nada que pueda parar la maquinaria, y la maquinaria suele ser pesada.

Esta premisa hay que tenerla meridiana a la hora de emprender un nuevo proyecto. En esta lección, tenemos alumnos aplicados, como el que nos ocupa, y otros que en esta clase estaban más pendientes de las moscas que volaban, que de lo que les decía el profesor. Jon Watts, el director de "Clown", entendió que necesitaba llamar la atención, pues a no ser que seas el hijo de alguien con posibles, el dinero no crece en los árboles y para realizar algo mínimamente decente, algo de pasta siempre es necesaria, por mucho que la necesidad agudice el ingenio. Fue así como Jon Watts, allá por el 2010 subió a youtube, un falso trailer de una película supuestamente dirigida por Eli Roth y producida por Quentin Tarantino y Eli Roth again (trailer aquí). Por aquel entonces todos picamos. Todos creímos que Eli Roth se dejaba seducir por las risas diabólicas de un payaso maldito que nos regalaría una buena función en nuestro salón. Todo encajaba a la perfección,incluso aparecía la productora Lionsgate involucrada en el proyecto, salivábamos con el posible resultado. 

La decepción vino cuando el mismo Eli Roth desmetía en su twitter que el proyecto fuera suyo. Aguafiestas!!! Lo que vino después fue absolutamente inesperado, pues Roth , lejos de molestarse o intentar alguna maniobra de demanda, se interesó mucho por el proyecto de Watts, ya que Roth el cachondo, supo oler el potencial de la cinta, porque ¿quién no tiene miedo de los payasos?. La necesidad ya estaba creada, es algo que curiosamente parece innato en el ser humano: el payaso te puede hacer reir de niño, pero de adulto te acojona, somo así de simples y complicados a la vez. Lo que hacía falta en el proyecto del payaso era dinero, y de eso Eli Roth va sobrado, así que decidió producir lo que en 2014 vería la luz como "Clown". 

Una vez aclarado que "Clown" no es de Eli Roth, sino de Jon Watts, me calzo los zapatones y me pongo la nariz roja, y vamos al lío con la película, porque señores y señoras, desde "It", siendo sinceros, pocas cosas potables se han hecho con la figura del payaso. Desde luego, "Clown" no va a revolucionar el subgénero payasil, pero es de lo más entretenido que se puede ver en estas lides y eso hay que valorarlo en su medida. 

"Clown" es serie B, en la B anda como pez en el agua, y en esa B se arriesga lo justo y potencia lo necesario. En "Clown" lejos de adentranos en el mundo de los psicópatas con la cara pintada, lo hacemos en el mundo de las maldiciones y los demonios, y así maquillamos con añoranza la cara de un padre de familia que tiene que hacerse pasar por el payaso de la fiesta de su hijo, tras recibir la noticia de que el que estaba contratado no podrá asistir. Kent, el padre en cuestión, encontrará por azar un disfraz de payaso en una de las casas deshabitadas que intenta vender y tendrá la idea más brillante de toda su vida: ponérselo y dar vida al payaso Domo. A partir de aquí, la vida de Kent, cual Seth Brundle en "La mosca", irá mutando en payaso sediento de carne infantil. 

La historia es curiosa y engancha, ya que unido al drama de Kent, va el suspense con el que los acontecimientos nos van dirigiendo al descubrimiento de la maldición y las personas involucradas en él. Una historia pesimista sobre el destino, que entiende que lo que está escrito con letra demoníaca no se borra jamás. Desde luego yo no me atrevería a hablar de cine de culto en ningún momento, pero insisto en la idea de que es entretenida y que reaviva el cine de payasos desde una perspectiva sangrienta y explícita, que huye de los chistes fáciles de payasos, aunque no olvida lo que es, y así se demuestra en ciertos momentos de musiquilla payaso-festiva en medio de los acontecimientos. 

La película está bien planteada, pese a lo simple de su guión y no escatima en gore, sangre y buen maquillaje, para que se note que Eli Roth no sólo hace un cameo como Frowny the clown, sino que es la comadrona perfecta para que Jon Watts de a luz a un chiquillo resultón que acrecentará ese temor a los payasos del que la mayoría hacemos gala. En la sección de casting, todos correctos, niño incluido. Peter Stormare, bien, como de costumbre ( a este hombre sólo le he visto mal en "Dark Summer"), Laura Allen (haciendo de amante esposa), resuelve también bien su rol y Andy Powers (curtido en series de TV) como protagonista, dando la talla con una actuación a medio camino entre la desbocación que implica un payaso demoníaco y la desolación de un hombre que deja de serlo poco a poco. 

Entiendo que Eli Roth tiene amantes y detractores, entiendo que no suele quedarse a medias, entiendo que tanto como director, pero sobre todo como productor, ha tenido patinazos importantes (así como grandes aciertos), pero algo que hay que entender también, es que es alguien con un carisma brutal, que suele convertir en oro lo que toca, independientemente de su calidad. En esta ocasión, estoy convencida de que ha acertado con "Clown", y que nos devuelve un tipo de cine cuya única pretensión de divertir, ir directo al grano y no engañar como sí lo hiciera su primer trailer, ¿pues alguien espera un oscar para una película de terror de payasos de serie B?