sábado, 29 de octubre de 2016

Crítica: Doctor Strange

Con permiso de nuestro señor El Rector voy a echarme el pegote… Bueno, vale… alardear, que los seguidores de este blog se merecen que se hable (escriba) con propiedad: parece que me haya convertido en el experto (deja que me ría) en superhéroes del Nido ya que las últimas reseñas de pelis de este subgénero vienen de la mano de un servidor. Ahora bien, pensaba decir eso de «¡y a mucha honra!» intentando hacer valer ese ‘Orgullo friki’ cada vez más en alza, pero por esa misma razón, porque los frikis parecemos que cada vez estamos menos marginados, ya no tengo que ondear el estandarte de una afición convertida en pasión.
 
La televisión, gracias al boom que vivimos con las series (otro día entraremos a debatir si estamos ante una burbuja), ha sumado a muchos anodinos ciudadanos a las filas del frikismo y, aquí es a dónde quería llegar, incluso los críticos más exigentes –y culturetas…- han ido atenuando sus discursos a medida que las producciones superheroicas ofrecían más cosas que acción o el obligado fanservice. 

Metiéndonos en la película que nos ocupa, los días previos a su estreno –fin de semana anterior, cuando Marvel dio permiso a los críticos invitados a los pases de prensa a publicar las primeras reseñas ‘pofesionales’- nos asaltaron titulares tan espectaculares como «No se ha visto nada igual desde “Matrix”» o «…convierten cosas aburridas y cotidianas en algo espectacular e imaginativo…». Vamos, que dicho esto por un fan nos provoca una sonrisa de oreja a oreja, pero ya por un ‘pofesional’ nos entra un hipo… digo un hype… vamos, una expectación que ríete tú del nuevo disco de Chuck Berry que lanzará el año que viene tras 40 años de silencio. 

Pero claro está, al otro lado del ring tenemos a un púgil rocoso como son las críticas menos positivas, esas que se quejaban de la fragilidad del guión y… redoble, por favor… tópicos del origen del personaje. Como si la redención no fuese un punto en común en muchas historias, independientemente del medio. Pero dejemos de momento las réplicas a estas críticas que me van a servir en cierta forma para analizar el film, ya que antes de empezar quiero poner las cartas sobre la mesa. 

El Doctor Extraño es uno de mis tres personajes de cómics favoritos. Está claro que ahora con la película muchos se subirán al carro, pero al contrario de lo que decía al comienzo, en este punto no necesito alardear: para el propósito de esta reseña basta decir que conozco de sobra su trayectoria y pormenores. Pero tranquilos, que no me voy a poner ni en plan radical pormenorizando diferencias entre el Strange de papel y el de celuloide (digital en este caso) ni aún menos, dejarme llevar por filias y fobias. Y eso que hay otro detalle que me une al propio film y es la simpatía que siento por el guionista del mismo C. Robert Cargill, un tipo al que no le importó personalmente darme las gracias por la reseña que escribí de su libro, el imprescindible “Sueños y sombras”, curiosamente una fábula de magia, aun estando escrita en castellano. Dicho esto y aclarada mi objetividad vayamos ya a lo que nos interesa. 

Empecemos por su principal reclamo como es el apartado visual y la acción. Yo no soy nadie para contradecir a esos que aseguran como he citado, que no se había visto nada igual desde “Matrix”. Es cierto, no soy nadie para llevar la contraria, pero este ‘donnadie’ os puede decir que todo lo que aparece en “Dr. Strange” lo hemos visto antes en otras producciones. Los efectos caleidoscópicos, esos desdoblamientos de la realidad que dieron celebridad a “Origen”, el juego de planos al más puro estilo ‘Escalera de Penrose’ (también conocida como ‘Escalera infinita’) o los juegos (a)temporales… Todo visto ya. Que sí, que todo unido ofrece un conjunto espectacular y dinámico, pero no digamos (escribamos) cosas que no son ciertas con tal de hacer más sonoro el aplauso. O al menos que no se te note la ignorancia, digo yo… 

Ahora bien, sigamos con lo dicho. A nivel técnico (y artístico) los efectos visuales son fabulosos. De hecho, recomendaría –hasta diría que se convierte en imprescindible- que la película sea visionada en un formado 3D. Y ya si acudimos al IMAX creo que se puede alcanzar hasta el orgasmo. La sensación de profundidad es asombrosa. Y no solo por la utilización de planos con tal de dotar de diferentes dimensiones sino incluso para embellecer las escenas. Y es esa ambición o cuidado por el detalle los que hacen que una película logre destacar como en este caso. 

Sin embargo –y es que no sería yo sino pusiera una objeción- uno termina por ‘aclimatarse’ por así decirlo a estos efectos haciendo que pierdan valor. No digo que haya reiteración, solo que falta… ¿variedad? 

Alto. No soltéis todavía a los caballos para ponerme a sus pies. O pezuñas, todo sea dicho con corrección. Unos párrafos más arriba os decía que no iba a ponerme en plan purista y criticar los cambios de sexo, raza y hasta de rol de los personajes. Pero de ahí a obviar cosas como las ‘Bandas carmesí de Cyttorak’ –por no decir las Llamas de los Faltine, el Escudo de Serafin, los Vapores de Valtorr o las Eternas Huestes de Hoggoth- me parece no solo un sacrilegio sino una pérdida de oportunidades de, como decía, VARIAR. Vale, seguro que alguno dirá que también en “Los vengadores” se olvidaron del mítico «Avengers assamble/Vengadores reuníos» o que dejan claro que nuestro héroe está aprendiendo y bla, bla, bla… Vale, estoy de acuerdo, pero tú no lo puedes estar menos conmigo si en lugar de abusar de algunos trucos nos hubiesen metido por ahí esas Bandas místicas que son ‘marca de fábrica’ del personaje. O cuando nos muestran su ‘Sancto Sanctorum’… ¿no hubiese quedado más atractivo con objetos reconocibles como “La lanza del destino”, “El Santo Grial”, “Excalibur”, etc. con los que enganchar a los amantes de lo desconocido? Esos guiños los echamos a faltar y si antes decíamos que se denotaba ambición a la hora de aprovechar el sistema 3D, aquí se aprecia un cierto conformismo. 

Pero más allá de efectos especiales y espectáculo, críticas personales y aplausos entregados, hay que destacar un punto que puede pasársenos por alto pero que creo necesario destacar metidos como estamos en una era… oscura. Y esta es la diferencia entre barroco y gótico, este último, término que por abuso en su utilización hasta ha acabado por quedar desvirtuado. Ahora hablas de gótico y lo primero que te viene a la mente es algo lóbrego, siniestro. Sin embargo el estilo gótico dejaba atrás las penumbras del románico para permitir que entrase la luz. Curioso, ¿verdad? Pero claro, aquí no estamos hablando de arquitectura. Pues ni así. ¿Gótica “Dr. Extraño”? Aquí siniestro solo nos vamos a encontrar con la interpretación del siempre genial Mads Mikkelsen y la relación del dúo director/guionista con la popular saga de terror “Sinister”. Aquí todo es barroco, recargado, brillante y seductor, ya sea mediante colores, efectos o incluso humor. 

Vale, estamos ante un producto Marvel donde todo es esplendoroso y hasta optimista, pero no por ello no hay que dejar de valorarlo en su justa medida; y es que ya se sabe: una cosa es ser gracioso y otra hacérselo. Así es que dando el salto al guión, saquemos en medida de nuestras posibilidades, los pros y contras. 

Los pros, que los personajes, sobre todo el héroe, son carismáticos, gracias en parte a ese humor que decía. Socarrón e innecesariamente altivo, este Strange se muestra congénere de Tony Stark intentando ganarle un pulso en cuanto al número de chascarrillos. Los puristas no estarán muy de acuerdo con este Strange, más cercano a su última etapa comiquera de la mano de Jason Aaron que al clásico, pero por otro lado lo sitúa en sintonía con el intérprete que lo encarna creando un lazo de unión identificatorio claramente necesario.

Otro punto a valorar positivamente es el tratamiento que se da a algunos personajes como al Barón Mordo. No cuento para no destripar nada, pero ahí ni los puristas pueden ponerle pegas. 

Los contras, que como todo producto que gira en torno al misticismo igual termina atragantándose debido a ese engolamiento que habla sobre destinos, responsabilidades y términos que aunque menos etéreos resultan poco interesantes a los que buscan un producto de…superhéroes. 

Ahora bien, poniendo en la balanza lo positivo y lo negativo, ¿qué conclusión se puede sacar? Pues que el desarrollo es un poco ‘porque yo lo digo’ y la amenaza un tanto abstracta. Ya puestos a buscar una historia redonda para abrir la puerta a una franquicia, con que hubiesen adaptado la película animada que ya existía, hubiesen dado en el clavo. A pesar de ser de este un producto de ‘dibujos animados’, aquella era una producción adulta y de calidad. Desde aquí recomiendo su visionado para el que tenga curiosidad. 

Antes de acabar, hablemos un poco de su Banda Sonora. Admitámoslo, a pesar de poseer un Oscar y un centenar de premios y nominaciones, Michael Giacchino no tiene el nombre de otros de sus compañeros de profesión. Aquí se suma a la moda de los superhéroes –no cuento obviamente aquella “Sky high”- con unas composiciones solventes aunque quizás bajo mi punto de vista menos llamativas que anteriores obras. Tiene cosas interesantes como aprovechar las notas de un clavicordio para algunos temas que le aporta un punto divertido, a la vez que evocador en sintonía con todo ese misticismo de otro tiempo pero… ¿soy el único que a la melodía central, a la que se recurre en varias piezas, le encuentro ‘parecidos razonables’ con los de la serie “Sherlock” protagonizado por Cumberbatch? 

Ahora sí, para terminar un detalle. De entre los protagonistas y secundarios con nombre, Scott Adkins es el que sale perjudicado. Debería lucir más. Está claro que esta no es una película de acción al uso donde sus habilidades físicas deben destacar, pero es que no se nombra ni a su personaje.

Resumiendo, “Doctor Strange” es un film espectacular y bien equilibrado. Sin embargo, paradojicamente le falta magia, no magia de fuegos de artificio y grandes demostraciones, sino esa magia capaz de emocionar tanto a propios como extraños del personaje.


6 comentarios:

  1. Menor que Iron Man, entretenida y divertida. Lo mejor: la capa.

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  2. Sí, pero a la capa le falta el borde ese de leopardo del cómic ^___^'

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  3. Pues el sábado tengo una cita en el cine con este señor, pero si "Iron Man" es más entretenida y lo mejor es la capa, creo que iré apretando el culete...Encima sin borde de leopardo!! :)
    Ya te contaré...

    Saludos

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  4. No sé que me pasa últimamente con el cine de superhéroes, desde la primera de 'Los Vengadores' y salvando 'Capitan america: civil war' el resto de películas no acaban de engancharme ya que tengo la sensación de ver una y otra vez la misma historia sobre todo en el caso de estar ante la película presentación del personaje.

    'Dr. Strange' tiene un poco de 'Batman Begins' pero donde esta parecía justificar el viaje del protagonista en la cinta de Derrickson esta idea resulta demasiado forzada. Tiene también un poco de 'Origen' como bien se puede observar e incluso tiene algo de 'Agárrame esos fantasmas' de Peter Jackson pero desde mi punto de vista, todo ello mezclado con el piloto automático puesto.

    A favor de la película, los diez primeros minutos donde se presenta al Dr. Strange. En contra, pues la manera de desperdiciar a un actor como Mikkelsen, podíamos haber estado ante un malo de altura y al final se queda en un gran bluff..

    Un Saludo!

    Donnie

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  5. Gracias por aportar tu opinión Donnie. Lo has resumido estupendamente.

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