sábado, 5 de noviembre de 2016

Crítica: La Región Salvaje

Por desgracia, hay muchas ocasiones en las que uno se avergüenza de pertenecer a la raza humana. Se nos supone la especie más evolucionada que puebla el planeta, pero desde luego y visto lo visto, estamos muy lejos de tan equivocadamente asumida certeza. Es cierto que no se puede ni debe generalizar, y que en la cesta, hay muchas manzanas y no todas ellas están podridas, que realmente y por suerte, muchas sociedades e individuos han alcanzado la tan auto proclamada evolución. En cambio, otras y otros, se han quedado en el camino, anclados en oscuros tiempos medievales como cantaban los Noruegos “Satyricon” en aquel estupendo debut de 1994, e intentan vivir ajenas y ajenos a la realidad del siglo XXI, donde todo el oscurantismo de sus arcaicos dogmas morales ya hace mucho tiempo que caducó.

Parece mentira que a día de hoy, aun exista quien censura (y por desgracia, es un eufemismo) al prójimo por algo tan banal como pueda ser su orientación sexual. Y en torno a la homofobia (y a alguna otra diarrea mental, como el machismo) gira la nueva película del controvertido cineasta Mexicano Amat Escalante y digo lo de “controvertido” pues la polémica es una constante a lo largo de su corta pero ya importante filmografía. El director de la aclamada “Heli”, la cual le valió el premio a mejor director en Cannes en el año 2013, se adentra en territorio fantástico para profundizar en los tabúes de una sociedad tan conservadora como es la mexicana. Para ello da forma a “La Región Salvaje”, cinta inspirada según palabras del propio Escalante, en un artículo publicado en un medio mexicano en el cual podía leerse el titular: “Ahogan a jotito” (término despectivo utilizado para definir a un homosexual), junto a la foto del cadáver desnudo.

“La Región Salvaje” es un relato a dos bandas donde por un lado se adentra en la realidad de un colectivo, el homosexual, que en México a día de hoy sigue escondido en el armario y por el otro, se nos narra la historia fantástica de una misteriosa criatura alienígena que habita en los bosques y que no tiene el menor complejo a la hora de interactuar (entiéndase, “fornicar”) con todo aquel especimen de la raza humana que así lo solicite. Dos reversos del mismo folio que funcionan a la perfección por separado, pero que no terminan de convencer cuando se conjugan en un todo que pese a la evidente metáfora que el monstruo representa sobre la liberación sexual del individuo, termina por convertirse en muchos momentos, en un auténtico galimatías sin sentido para el espectador.

Como denuncia social y en su formato dramático, no cabe duda de que estamos ante una estupenda película. Una historia cercana y plagada de aterradoras realidades en la cual los personajes hacen girar los engranajes de un día a día cualquiera en la ciudad de Guanajato, escenario en el que se desarrolla toda la acción del filme y lugar en el que el director pasó gran parte de su juventud. La maquinaria no deja de funcionar pese a que algunas de las piezas parecen no terminar de encajar. Ahí entran en escena las figuras de Verónica y Ángel, un joven matrimonio con dos hijos y aparentemente felices y “normales”, donde la realidad es que cada uno carga en silencio con su propia losa y ahí es donde el director tira de alegoría para trazar paralelismos entre la relación homosexual de Ángel con su cuñado y la de Verónica con la criatura alienígena.

Si dirigimos la mirada (o los tentáculos) hacia los terrenos de la ciencia ficción, nos topamos de frente con ese pulpo galáctico a medio camino entre la imaginería de H.P Lovecraft y el culto al tentáculo follador del que hace gala la cultura japonesa en el hentai (anime pornográfico). De hecho, las escenas sexuales (abundantes y muy explicitas) son un claro homenaje a lo que suele verse en el hentai, donde monstruosas criaturas penetran a jovencitas indefensas con tentáculos por todos los orificios de sus cuerpos. El propio Escalante hablaba de homenaje a “La Posesión” de Andrzej Zulawsky, por aquello de representar cargas morales de los personajes, pero tengo bastante claro que el amigo ha ojeado algún que otro cómic nipón y que de alguna manera, el impacto de dichas escenas en el espectador, hará que en muchos casos este esté más atento a las formas, que al fondo.

Las escenas sexuales sin duda tienen un gran peso en la película y ahora sí, atesoran toda la potencia de fuego que le faltó a “Tenemos la Carne” (Emiliano Rocha Minter, 2016). Escalante consigue captar toda la atención del respetable y perturbarlo de una u otra manera. No solo con los momentos de zoofilia interestelar, también con alguna que otro encuentro homosexual entre hombres, algo que no suele verse muy a menudo en el cine (otro cantar es cuando se trata de mujeres) y que el cineasta mexicano muestra con todo lujo de detalles.

El problema como digo, es cuando las dos historias paralelas se convierten en una sola, donde más allá de la metáfora, poco tienen en común y no consiguen otra cosa que confundir al espectador y restarle homogeneidad al filme. Los reiterativos encuentros sexuales entra la criatura y sus partenaires terrícolas, vistosidad a parte, terminan resultando una lacra para el conjunto, pues además de cortar el ritmo de la narración y en cierta forma, diluir el mensaje que intenta transmitir la trama principal de la película, no hacen sino enturbiar un guión que sin tentáculos, era bastante redondo, por lo que podríamos decir que estamos ante una estupenda obra dramática, con una historia interesante, bien rodada, mejor interpretada (nivelazo de todos los actores) y además, con fondo, que, por contra, transfigura por momentos en un mediocre filme de ciencia ficción con tintes eróticos sin mucho sentido.

¿Recomendable? Sin duda. Denunciar este y otros muchos tabúes sociales y demás miserias sociales en el cine (como hemos visto también recientemente en la estupenda cinta Iraní “Under the Shadow”), es una oportunidad que ni realizadores ni espectadores, deberían pasar por alto. “La Región Salvaje” lo hace y lo hace bien, sobretodo como película alejada del género fantástico. Otro cantar es el irregular resultado final como parte de este, que nos deja una obra plagada de buenas intenciones pero bastante confusa a nivel de guión y aun con todo, no deja de ser una propuesta curiosa que sin ningún lugar a dudas, gustará más o gustará menos, pero no dejará a nadie indiferente e igual, remueve alguna que otra conciencia en el proceso, siempre que se tenga el intelecto mínimo requerido.

Lo mejor: El mensaje, las interpretaciones, la falta de pudor y los magníficos efectos especiales.

Lo peor: La presencia de la criatura, plantea demasiados interrogantes, tantos, que el guion termina quedando tocado de muerte. Algo menos de metraje tampoco le habría ido mal.


2 comentarios:

  1. Rector- Pues pensamos lo mismo mismito de "La región Salvaje". Cuando la veía me gustaba y me desconcertaba, sin duda eran dos películas en una, y estuve todo el metraje esperando a que ambas películas confluyeran y me quedé con las ganas, cuando terminó la película sentí que yo necesitaba un poco más de duración y un buen punto de encuentro.
    El caso es que pese a esto, "La Región salvaje" es una buena película que marca, que recuerdas bien y que recomiendas. Como drama social funciona y como thriller extraterrestrial también y se entiende que la criatura lo que hace es rellenar los vacíos de cada personaje y ayudarles a ser ellos mismos a la vez que este les domina y decide si les destruye o no. Lástima que no Escalante no haya apostado más por este apartado de una manera más definida porque la idea es tremendamente interesante.
    Las interpretaciones son brillantes, de una naturalidad que a mi me absorbe, pero ya sabes que yo en el cine pido esto, naturalidad, que me lo crea todo, los tics y las exageraciones, para el teatro.

    Reconozco que salí de la sala de cine con la mirada un poco perdida y sin muchas palabras, pero con el tiempo, "La región Salvaje" ha ganado puntos. Recientemente me ha pasado con otra película, que ha pasado del odio al amor con el paso de los días, pero de ella ya hablaremos...

    Saludos

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  2. Missterror, con lo de "thriller extraterrestrial", igual eres un poco generosa y todo. Yo lo dejaría en "thrillerito erótico festivo", jeje. Como comentas, la parte del drama social está muy bien, con personajes además de muy bien interpretados, con bastante fondo de armario. El tema monstruo es lo que más falla, porque está todo muy mal explicado, bueno, en realidad no está NADA explicado e igual, esta subtrama podría haber tenido algo más de peso de haberse puesto un mínimo de interés en desarrollarla y dar forma a algo másque una sucesión de secuencias sexuales. Como metáfora, muy bien. Ahora, como elemento integrado en la historia, horrible.

    Saludos.

    P.D. Del odio al amor... a ver lo que nos cuenta Donnie, porque hay ganazas de "free drinks" :D

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