Crítica: Life

¿Qué habrá más allá de las estrellas? Una pregunta aún no respondida y que no sabemos con certeza si lograremos saber nunca. Teorías de la conspiración, caso Roswell, los OVNIS y nuestra propia imaginación, amplificada en parte gracias al cine, nos hace meditar sobre la existencia de otras formas de vida… ¿se parecerán a nosotros? Y si es así, ¿serán buenos, o serán malos? ¿Y cómo somos acaso los humanos?

Con “Life” encontramos varios de los ingredientes más apetecibles para cualquier fan del género, y si vas con mucha hambre al asunto puede que te quedes con ganas de más. Desde siempre, o mejor dicho, sobretodo desde “Alien: El octavo pasajero” allá a finales de los 70, los bichos interespaciales con ganas de matar empezaron a florecer, intentando copiar una y otra vez a la obra maestra. Muchos exploits innumerables los cuales han sido durante años alimento de los que devoramos gustosamente la serie B, y que para otros, han sido la comidilla para decir que todo es una mierda más allá de la cinta de Ridley Scott. Éste argumento particularmente me resulta aburrido e insípido, pues es como decir que desde el Nosferatu de Murnau todas las películas de Drácula son iguales… Los cimientos del género son lo que son y sirven para inspirar a los demás, pero no deberían eclipsar otras obras de menor calado en el futuro, como la presente “Life”.

Así nos encontramos con un film dirigido por Daniel Espinosa, al cual no tenía gusto de conocer mucho, y que en su conjunto ha creado un buen producto, sencillo y efectivo, sin mayores consecuencias para la mayoría de mortales deseosos de ver al nuevo “Alien”, en parte culpa del tráiler que nos prometía y a cambio nos ha dado, otra cosa, a mi modo de ver diferente.

El argumento es lo que es: en una misión en la Estación Espacial Internacional, la tripulación abordo consiguen por primera vez descubrir que hay vida más allá de la Tierra, en concreto proveniente de Marte, a través de una muestra. Tras una serie de pruebas, el elemento en sí, comenzará a crecer y pondrá en problemas la misión de volver sanos y salvos de vuelta a casa. Algunos acusarán de ser una idea poco original, y en efecto, “Life” no es una prueba de guión complejo, pero a cambio nos regala una buena dosis de entretenimiento.

Las actuaciones son buenas a nivel general sobretodo del más conocido, Jake Gyllenhaal, como de Rebecca Ferguson, que son los que llevan más el peso del grupo y mostrarán algunas de las claves para darle más contexto al mensaje final del film. También interesante el papel de Ryan Reynolds, con una escena de las más impactantes, y de las que Espinosa debería haber utilizado más. Todos se complementan bien, y mantienen un hilo de cierta frialdad y poca empatía para el espectador, con el claro objetivo de deshumanizar un poco a la nave y convertir todo en un “sálvese quién pueda”, en una batalla en la que el extraterrestre tiene muchas papeletas para ganar. Cierta esperanza siempre queda tras la caída de uno tras otro, pero se agradece que esté todo bien dosificado. Lo que me chirría un poco es la falta de inteligencia del conjunto para tomar ciertas decisiones que podrían haber cambiado el rumbo de su historia, si se supone que a la Luna solo envían a los mejores preparados, a estos les faltaban por lo menos unos litros de cafeína.

En el plano visual, cercana a otros films modernos recientes como “Gravity”, se agradece la elegancia y soltura de la cámara. Además de regalarnos los grandes planos del exterior, lo mejor me ha parecido el interior. El primer plano secuencia es un gran regalo visual, no solo porque se respeta la sensación de ingravidez (además muy bien a lo largo del resto de minutos, cosa que pone en apuros a los tripulantes) y nos hace creer estar dentro, sino por la dificultad del mismo, giros incluidos. Hay un elemento de perturbación que he echado en falta y es la sensación de claustrofobia, a veces algo limitada y con un uso de la luz excesivo… ¡viva la oscuridad! No hay nada como no enseñar algo para tenerle miedo, y de eso peca mucho la cinta.

El “elemento” extraterrestre en sí, el cual debería tener a mi parecer más protagonismo visual, es una especie de ameba chupóptera calamar, que según crece va cogiendo forma. En sí, es un elemento conductor hacía el mensaje final, pero en una película que presume ser de terror, o así debería haber sido para acertar más y mejor, se queda algo soso, corto, plano. No produce mucho miedo, si cierto impacto por su fuerza e inteligencia, pero no es repulsivo. Lo cierto es que todo en “Life” intenta presumir de ser lo más realista posible, lo cual no es malo del todo, pero deja sin sal a nuestro plato principal. Puedo comprender que hoy en día se use lo digital para sustituir a los FX de toda la vida, más para hacer una cosa flotante así, pero añoro eso como un punto clave en una película que tiene que impactar y regalarnos un poco de arte. ¿Más gore? ¿Porqué no? Las gotas de sangre flotantes molan pero… Le quito fácilmente 2 puntos a la valoración final por no haberle dado más mimo a este apartado, y sé que va ser clave para que otros la suspendan directamente.

La música es obra del sueco Jon Ekstrand, y recuerda a las composiciones de toda la vida, sujetando muchas veces a la trama y aportando un extra de tensión, me ha gustado bastante porque enfatiza ciertos momentos más aburridos y nos da vidilla.

Finalmente, el desenlace nos hace reflexionar una vez más sobre los instintos naturales, el bien, el mal, y aunque queda un poco fuera del tono general tiene su punto, sin volvernos muy locos, y con cierta facilidad a comparaciones en obras anteriores.

En resumidas cuentas, lo bueno que podemos encontrar en “Life”, cualquier fan del género espacial y de terror lo va a disfrutar, y es más, yo hubiera dado más peso a la sangre y menos a la ciencia ficción, para redondear el todo y no quedarnos a medias, pero para muchos será una película regular por su falta de originalidad y ambición. Yo lo llamo buscar por buscar, porque los cimientos principales ya están escritos desde hace muchos años… y sino, volvemos a hablar después de Covenant.

Lo mejor: La tensión bien administrada, el cuidado realismo de los detalles que nos hace adentrarnos en la nave. Es un producto efectivo y entretenido.

Lo peor: El miedo es un tanto ausente a cambio de una acción algo previsible. Quiero un monstruo como los de antes en una película como las de ahora.