“¿Espejito espejito, quién es la más bella del reino?”, preguntaba la malvada reina a su espejo mágico. Y es que históricamente al espejo, siempre se le han atribuido propiedades mágicas. Misticismo alimentado por mil y una leyendas alrededor de este enigmático objeto. En la mitología griega, encontramos mil y una referencias al respecto. El espejo y el reflejo que nos devuelve. Que se lo digan a Narciso, enamorado de su propia imagen reflejada en el río por obra y gracia de la diosa de la venganza Nemesis. A las brujas de Tesalia, las cuales escribían sus oráculos en espejos con sangre humana. Incluso a la diosa Isis, quien gracias a un espejo pudo hallar los pedazos de su esposo Osiris, después de que Seth le despedazase y esparciera sus restos por el mundo.
En el cine de terror, el espejo y sus propiedades, no han pasado desapercibidas. Objeto fetiche que ha protagonizado algunos de los grandes momentos del género. ¿Cómo olvidar a Ash Williams comprobando a golpe de mueca si era realmente él, quien se reflejaba en el espejo en aquella inolvidable “Terrorificamente Muertos” (“Evil Dead 2”, Sam Raimi, 1987)? Recordemos también que es un espejo, aquel mismo año, el que protagoniza junto a Jameson Parker, uno de los desenlaces más brillantes contenidos en la filmografía de John Carpenter en “El Príncipe de las Tinieblas” (“Prince of Darkness”, 1987). El reflejo en un pedazo de cristalera de iglesia le sirvió a la pelirroja Alice a derrotar a Freddy en la quinta entrega de “Pesadilla en Elm Street” y, un espejo roto, fue el inicio de la pesadilla que le tocó vivir a Lena Headey en la perturbadora “The Broken” de Sean Ellis. Si bien el ejemplo más reciente lo tenemos en “Oculus”, donde un debutante Mike Flanagan saltó al estrellato gracias a un espejo maldito y la obsesión de dos hermanos por los demonios del pasado.
“The Evil Within”, o como llegar y besar el santo. Y es que estamos hablando de la ópera prima de un debutante y ya lo digo, prometedor, Andrew Getty, quien no solo dirige, también escribe esta curiosa y elegantemente ambigua cinta de terror. Getty, va un paso más allá en el cine de posesiones demoníacas para contar una historia de lo más terrenal. El drama de Dennis, un joven discapacitado mental que será víctima de los caprichos de una maléfica entidad que terminará poseyéndolo y comunicándose con él, a través de un espejo. ¿O no? E ahí donde reside buena parte del encanto de la película, en su elegante ambigüedad. Gracias a ella, “The Evil Within” nos adentra en oscuros parajes en los cuales, cuesta diferenciar entre lo que es real y lo que no, en un juego de hábiles trileros que nos mantendrá en vilo hasta el agónico último suspiro, sin saber realmente lo que está ocurriendo, si estamos viendo una película de terror sobrenatural, o una historia de dementes y asesinos en serie. Recuerda mucho la fórmula a lo que escribió Brian Owens para el “Brainscan” de John Flynn. En la cual, nunca terminaba de quedar claro, si los asesinatos que cometía Edward Furlong bajo consejo de Trickster (grandioso T. Tyder Smith en el papel) eran reales, cometidos por su partenaire digital, o simplemente producto de su imaginación.
Sencillo pero muy bien llevado, el guion escrito por Getty nunca habría sido lo mismo sin el otro gran activo del filme, el actor Frederick Koehler, encargado de dar vida a Dennis, con sin igual maestría en uno de los mejores papeles con los que me he topado en lo que va de año (con permiso de James McAvoy y sus “Múltiple(s)” personalidades). La forma en la que el actor salta de un registro a otro es digna de elogio y elemento clave para entender a ese espejo al que hacía referencia antes no como un simple objeto, sino como un personaje más, gracias a la malsana relación que mantienen ambos y ahí, tenemos que hablar también de las virtudes de un libreto plagado de grandes frases de afiladas y cortantes aristas, algunas de ellas, capaces de llegar muy adentro en la carne. Las conversaciones entre Dennis y su yo del espejo, contienen momentos de absoluta clarividencia macabra.
Y todo esto, por más que sea una vez más la figura de una vieja gloria del género, la que se utilice a modo de reclamo o cebo para “tontos”. El prolífero y siempre difícil de ver Michael Berryman, pone su rostro al servicio de la causa como suelen hacer otros dinosaurios de generación como los Robert Englund, Bill Moseley, Sid Haig, Ken Foree o Jeffrey Combs de turno, para venderle el producto al aficionado. Con la diferencia esta vez, que el pistacho no viene vacío, pues por lo general, la presencia de este tipo de embajadores del terror en las películas modernas, suele significar muchas cosas, pero ninguna de ellas buenas. No es el caso. Si bien es cierto, que el peso de Berryman en la cinta, termina resultando bastante más residual de lo que puede parecer si uno hace caso del afiche promocional y la sinopsis oficial. No es la única vieja gloria que vamos a encontrar en el filme. A su lado, el televisivo Sean Patrick Flanery (“Las Aventuras del Joven Indiana Jones”) y otra habitual del terror como Dina Meyer de la saga “Saw”, quien ya masacraba bichos hace veinte años en el “Starship Troopers” de Verhoeven, terminan de completar un reparto principal que aunque a la sombra de un superlativo Koehler, salvan la papeleta con bastante más solvencia de la que solemos encontrar en este tipo de modestas producciones de serie B.
Imposible no destacar también todo lo referente al acabado visual de la película. En una época oscura donde los cutres y muchas veces impersonales efectos digitales nos suelen dejar el culo como un comedero de patos, es refrescante toparse con un producto tan cuidado y bien acabado en este sentido. “The Evil Within” ofrece un apartado visual con denominación de origen propia donde gracias a el buen uso del stop motion (técnica tristemente en desuso), consigue recrear perturbadoras secuencias pesadillescas dentro de la onírica generalizada por la cual apuesta constantemente el filme, dando forma a toda una serie de grotescas criaturas y apariciones sacadas de un macabro cuento de hadas que a mi me han recordado en cierta medida a aquella fabulosa mini serie creada para televisión española por el argentino Rodolfo Pastor titulada “Langostino”, emitida en 1989. Quién la recuerde, puede hacerse un muy buena idea de por donde van los tiros en “The Evil Within”, aunque desde un prisma siniestro, por supuesto.
En esta misma linea visual, destacar también el desparpajo del debutante Getty detrás de la cámara, haciendo gala de un curioso repertorio de recursos que colaboran a enfatizar más si cabe, la personal puesta en escena, jugando con rebuscados enfoques, planos imposibles y una desenfada cámara rápida más propia de otros géneros cinematográficos como pueda ser la comedia, que curiosamente y lejos de caer en lo ridículo, casan muy bien con el tono extravagante del filme.
Con todo, imposible no recomendar una película como “The Evil Within”. Una curiosa y muy entretenida vuelta de tuerca al cine de posesiones que pone de manifiesto que a veces, salirse de la senda pre establecida, puede llevarte a sitios maravillosos siempre y cuando estés dispuesto a remangarte los pantalones y arriesgarte adentrándote en la virgen y siniestra espesura del bosque. Un gusto además, ver al bueno de Michael Berryman al fin, enrolado en una causa a la altura de su figura (aunque su personaje no termine de pasar de la pose de anuncio) en una película que más allá de su refrescante ambigüedad y deliciosa puesta en escena, destaca por la gigantesca figura de un descomunal Frederick Koehler en un rol atípico y poco explotado dentro del género como es el de un disminuido mental, amo y señor de esta dantesca función guiñolesca que nos mantendrá en vilo hasta la última secuencia. De lo mejorcito de lo que llevamos de año y visionado obligado para amantes del cine de posesiones, de asesinos en serie y para cualquier pelirroja por impostada que sea.
Que aprenda el bueno de Mike Flanagan, de como sacarle partido de verdad a un espejo...
La secuencia: No podía despedir este análisis sin hacer hincapié en la que a mi juicio es una de las más extravagantes escenas de posesión, la protagonizada por Berryman y su víctima, que he visto nunca, por supuesto, solo entendible dentro del peculiar universo de “The Evil Within”, pero que no puede llevarse otro calificativo que no sea el de absoluta genialidad.
Lo mejor: Frederick Koehler y la fuerte personalidad de su acabado visual.
Lo peor: Algunos pasajes del guion están un tanto cogidos con pinzas, amén de alguna que otra trampilla diseminada por ahí. Y el hecho de que algunas muertes, las más escabrosas, sucedan fuera de plano.
Gracias por la reseña, Rector, la vi la semana pasada y estoy totalmente de acuerdo contigo: creo que es la película más onirica que he visto en mi vida, y todo el asunto de los espejos y el cambio de realidad/sueño y viceversa están llevados con maestría.
ResponderEliminarAndrew Getty tardó diez años en rodar Evil... porque los efectos especiales y los animatronics los hicieron él y un grupo de tecnicos. Getty murió antes de montar la cinta y si se ha estrenado es porque sus tecnicos, el montador y algunos actores que participaron, entre ellos Dina Meyer, ayudaron a que la pelicula llegara al gran publico.
Pd: Frederick Koehler está inmenso en esta cinta, solo con un giro de la camara es capaz de cambiar de registro.
Tony, pues me dejas patidifuso con lo de Getty, no tenía ni idea :( Y yo que ya lo había colocado en mi lista de cineastas a los que seguirle la pista... una pena. En estos tiempos donde el talento es cada vez un bien más preciado (por escasez), una película como "The Evil Within", que se sale tanto de lo habitual y ofrece tantísimos detalles, es un regalazo que no hay que tomarse a la ligera. Para mi, una de las grandes sorpresas de lo que llevamos de año.
ResponderEliminarSaludos.
Buen apunte de Tony.
EliminarLa vida de este director, da para escribir otra película, todavía más terrorífica sí cabe.
Buena crítica Rector, y la pongo en cola.
Saludos
¿Pero qué brujería es esta? me trago todas las películas que caen en mis manos y esta la desecho porque me pareció ver plastilina y en lugar de pensar en el maldito stop-motion, soy lerda y pensé en musarañas y los prejuicios provocados por el poster hicieron el resto y resulta que me he perdido una joyita en toda regla!!
ResponderEliminarLeo la crítica, Rector y algo me come por dentro y ahora me muero por verla y disfrutar de esos momentos oníricos y la actuación de este jovenzuelo y por descubrir esa ambigüedad y tener que esperar hasta el último segundo para descubrir todo el tinglado. Ya sabes que para mi un instante puede marcar una gran gran diferencia así que "The Evil Within" puede que termine gustándome mucho, ¿no?
Por cierto, añadamos a esos momentos míticos de los espejos, la maravillosa escena de la carne cayéndose a trozos en "Poltergeist"
Saludos y como dijo aquel, volveré!!!
A mi me ha pasado lo mismo que a ti Missterror, fue ver el póster y salir por patas...esperemos que mi estimado Rector no nos de gato por liebre, jajaja!!!.
EliminarSaludos
Joder que ganas de verla Rector!!! Pasa inmediatamente al primer puesto de pendientes
ResponderEliminarMissterror, Juancar, Mabuse, no puedo hacer otra cosa que recomendaros esta pequeña genialidad del difunto Getty. Al menos, así me lo ha parecido a mi y eso que entiendo que la portada con Berryman pintado de fantasma japonés (al menos no le han puesto larga melena negra) de que pensar, y nada bueno. Un espejismo muchachos/a, creedme, canela fina.
ResponderEliminarYa me contaréis... a riesgo de que os pongan gato en el chino ;)
Saludos.
Vista!! Joer, toda una experiencia. Enganchado desde el minuto uno. Una de las propuestas más originales en mucho tiempo. Que gusto.
ResponderEliminarY lo de Koehler sin palabras
Mabuse, si es que esto es un win or win de manual, jamás dudé, jeje.
ResponderEliminarQue gustazo una película con semejante frescura en lo visual y con un actor protagonista de tantísimos quilates. La combinación de ambos factores, pues eso, de lo mejorcito en lo que llevamos de año, y seguro que estará en alguna que otra quiniela allá por finales de Diciembre :)
Saludos.
P.D: ¿Cómo se te quedó el pito con la secuencia de la posesión? TREMENDA.
Acabo de darme cuenta de que ésta es la película de la que tanto se habló en los medios hace unos meses. No de la película en sí, que probablemente nadie la había visto por aquel entonces, pero sí de la historia que hay detrás.
ResponderEliminarDicen que el director, Andrew Getty, nieto de una de las familias más ricas de los USA en su momento (petróleo), dilapidó su herencia haciendo esta película ya que tardó en hacerla ni más ni menos que 13 años... Getty era un drogadicto y en ella plasmó sus pesadillas (según conto él mismo), murió cuando la estaba acabando hace dos años. Éste es su legado.
Ronette, tremenda la historia macabra que hay detrás de la película, tremenda. Por suerte, creo que "The Evil Within" es lo suficientemente potente, como para que a Getty se le recuerde por su gran trabajo y no por su gran tragedia, aunque ya sabemos como funcionan estas cosas, por desgracia.
ResponderEliminarRonette, no te la pierdas. Si Getty quiso recrear sus propias pesadillas, doy fe de que lo consiguió con creces.
Si hay algo de cierto (y yo pienso que sí) en aquello de que la calidad tiene más valor que la cantidad, Andrew Getty siempre tendrá su pequeño pedacito de cielo (o infierno) en esto del cine de terror.
Saludos.
Esa secuencia es tremenda Rector. Y a mi la escena final me encantó.
ResponderEliminarYo que de este género me trago todo lo que cae en mis manos, ahora me estaba acordando, casi con lágrimas en los ojos, de la originalidad de la peli mientras veía Poseído, un telefilm cutrecillo del 2000 de Timothy Dalton, que calca tantas escenas y tópicos de El exorcista que casi más que molestar ya hasta me estaba haciendo gracia. En fin...
Mabuse, si, la película está plagada de grandes secuencias. Pero me quedo con el momento cremallera :)
ResponderEliminarLa simple mención de Timothy Dalton, es casi más aterradora que ver "El Exorcista" con diez años, jeje. Pero viene muy a cuento tu apreciación, no sebre Dalton, sobre el cine de posesiones, sus tópicos (casi ridículos a estas alturas) y el gran mérito añadido que tiene una película como "The Evil Within".
Saludos.
Es una película interesante, parece de otra época. Es curioso, la pusieron a parir principalmente porque decían que los efectos estaban mal hechos y es lo mejor de la película, se nota que están muy cuidados.
ResponderEliminarA mí personalmente no me emociona el argumento, no me va ese rollo, pero eso es algo muy subjetivo.
La película tiene personalidad y es muy meritoria, probablemente se reivindique con los años.
Ronette, ¿la pusieron a parir? Yo todas las opiniones que he leído (tampoco han sido muchas), han sido muy positivas. Pero me lo creo, más con todo lo que se llega a leer hoy en día por las internetes... yo considero el apartado visual de la película, de absolutamente alucinante. Pero ya digo, hubo gente a quien los Fx de "The Void" le parecieron malos. Sobran las palabras.
ResponderEliminarUna propuesta como destacas y ante todo, MUY personal. No tengo duda de que el tiempo, al igual que otras tantas, la pondrá en su merecido lugar.
Saludos.