He aquí una de las películas que darán más que hablar este año, que causará a la misma velocidad un gran número de promotores, y que por otro lado, por el lado más crítico, más experimentado y menos influenciable de este mundo del cine, maravilloso y subjetivo a más no poder, un número de igual calibre de detractores. Nunca llueve a gusto de todos. “The shape of water” nos confirma qué se le da muy bien a Guillermo del Toro: la fantasía. Todo dentro del largometraje es poético, embaucador, como si de un cuento de los de antes se tratara. Una fórmula que Tim Burton ha sabido exprimir con maestría, donde el universo gótico de monstruos y princesas, de amables extraños y queridas fábulas, converge de maravilla, y donde del Toro sabe despuntar. “El laberinto del Fauno”, “Hellboy” o “El espinazo del diablo”, son para mí sus mejores obras, donde pasa de puntillas “La cumbre escarlata” y donde ni arriba ni abajo se va a quedar “La forma del agua”. Como siempre, he huido del furor general, siendo cierto que ese “hype” y esas 13 nominaciones a los Oscar y premios ya acumulados, parecen pesar sobre quién os escribe y sobre todos los críticos del globo, los cuales en su mayoría, se rinden a las virtudes de la cinta. Y en el fondo no es para menos, es una película realmente redonda, como producto, no ya tanto como para considerarla obra de culto.
Vamos por partes. Sin lugar a dudas, si algo destaca, como siempre en los films del mexicano, es su propuesta visual. Es maravillosa. Si alguno habéis jugado a “Bioshock” a mí me recuerda mucho la estética, un rollo cercano al steam-punk, lo que la convierte en fantasiosa y evidentemente huye de intentar vendernos como una historia cotidiana. Ambientada en los años 60 en USA, años de apartheid, conflictos aeroespaciales entre rusos y americanos, años de guerra fría. Con unos tonos verde-azulados, y una escenografía llena de maravillas (sobretodo el laboratorio y el interior de las casas), nos intenta embrujar, y por largos momentos lo consigue.
Pero no de envoltorios viven las películas. Ojo, “La forma del agua” es mucho más que un bonito cuento, tiene un trasfondo crítico muy importante, pero aquí la mezcla parece no congeniar en muchos momentos de la cinta, y eso confunde al espectador. La seriedad de temas como el gran racismo en ésta época (limpiadora de color, Octavia Spencer), la homofobia (artista gay, Richard Jenkins) y el rechazo a una relación imposible (Sally Hawkins y Doug Jones, muda y anfibio) intenta hacernos reflexionar y tocarnos la fibra, el problema es que a veces el tono es demasiado fantasioso, rozando lo absurdo (el momento musical sobra, menos para Hollywood) y en el resultado final se paga. No hay una consistencia firme, a pesar de intentarlo.
En el plano puro de las actuaciones encontramos ciertos contrastes. Michael Shannon, en su papel de jefe de laboratorio que experimenta con nuestro protagonista anfibio, se queda corto. Aparentemente cumple con su cometido, pero es algo soso y no nos llena de odio, como requiere la historia para dramatizarla más si cabe. Los rusos espías están de paso por la película, no terminan de convencerme tampoco. Si salvan los platos la gran actuación de nuestra protagonista absoluta, Elisa (Sally Hawkins) y su vecino (Richard Jenkins). El hecho de que ella no pueda hablar nos crea empatía por ella, de los pocos personajes que nos conquistan. Su amor incondicional por la criatura hasta el final, ese romance imposible (ya visto decenas de veces en el cine) nos enganchará hasta el desenlace. Una criatura, que a mí me recuerda mucho a la mítica criatura de la laguna negra y que se parece, exageradamente, al personaje de Hellboy: Abe Sapien. ¿Estaremos ante algún tipo de precuela encubierta, o mi imaginación es demasiado abierta?
Donde encontramos, sin lugar a dudas, el gran agujero negro es en el guión. Exageradamente simple y tan poco profundo que nos deja con dudas y más dudas. ¿Qué hacen exactamente en el laboratorio? ¿Porqué hay una seguridad tan limitada en un entorno en teoría de Estado? ¿Porqué un huevo tras otro, sin más, enamorará a nuestros peculiares protagonistas?
No quiero engañar a nadie, estamos ante una buena película en un aspecto simplista a más no poder: entretenerme hasta el final con un virtuosismo evidente en el envoltorio, con una música de Óscar, un concepto en la temática de Óscar y algunas actuaciones de Óscar. Es efectiva, sí. Quizá demasiado fácil, quizá demasiado comercial, quizá demasiado hollywoodiense. De esas películas que quieren combinar la crítica social para causar el aplauso del público, no vamos a negarlo, con una cierta originalidad en su forma, la historia en sí de aceptación de un amor imposible en un mundo terrible, un mundo mucho más feo que la propia criatura. Una oda al mundo freak, a la belleza por lo distinto. El problema es que no es una novedad y a mí me ha faltado calarme, enamorarme de los personajes. Si con “Eduardo manostijeras”, también simple en su propuesta, pero tremendamente entrañable en su reparto, conseguí echar lagrimilla, con “La forma del agua” no he conseguido echar nada, más que un buen rato de “entertainment”.
El problema final, es que ni siquiera me siento decepcionado, porque la propuesta de Guillermo del Toro no es para nada errónea, ni mala. Es indefinida, y por momentos para un público más simple que una caja de palillos. Con perdón de quién la considere obra de culto, entiendo que sobre gustos no hay nada escrito, con ésta cinta vamos a tener tela que cortar, pero es de esas películas que ves una vez y no creo que repita, así de sencillo.
Va a ser interesante como su propuesta de homenajes múltiples al cine clásico, cale en el público generalista y en el especializado, como su poética propuesta, barroca pero inmensamente fácil de digerir, la eleven o bajen de las nubes. ¿Qué hace de una película la mejor o la peor? Juzguen por ustedes mismos si tanto revuelo ha merecido la pena.
Lo mejor: La estética, su aroma a cuento de hadas, su crítica social. El cine antiguo, el surrealismo del cuarto de baño lleno de agua.
Lo peor: La escasa originalidad, el no calarme hasta las entrañas con una historia insípida y plana por momentos, exageradamente para todos los públicos en una parte y extrañamente soez en otros.
Básicamente de acuerdo con la crítica.
ResponderEliminarNos encontramos ante un guión demasiado simple y una duración quizá excesiva para contar una historia tan plana y predecible como esta y eso, a la larga, por muy bien que se esconda bajo un bonito envoltorio, acaba pasando factura.
Particularmente el tramo final se me hizo pesado ya que todo transcurre tal como puedes esperar, ni más ni menos.
Respecto a la ambientación, fotografía o a las propias actuaciones tampoco ninguna sorpresa, aunque esta vez para bien: Es Guillermo del Toro y por supuesto que sabe lo que se hace cuando se trata de contar historias de fantasía y mundos mágicos.
Para terminar añadiré en mi opinión, quien quiera equiparar esta película (agradable, onírica,comercial, pero también simple y previsible) con lo que el mismo director hizo con El Laberinto Del Fauno, se equivocaría por completo.
Pues no puedo estar más de acuerdo con todo lo que expones sobre este film. Una pequeña decepción tras verla, pues las críticas eran tan favorecedoras. Buena película a secas.
ResponderEliminarUn saludo
Las últimas pelis de este director no me entusiasman, pero La forma del agua es entretenida. Una mujer con gran olfato y muy limpia se enamora de un pescado, el papa del amigo de Hellboy. No sé por donde coger la peli y si no fuera por el cansancio tal vez hubiera llorado.
ResponderEliminarVi a Guillermo del Toro como un imán para sus amigos, los hobbits, en el Festival de Cine de Sitges, donde disfruté de su film. Al certamen vino en calidad de padrino, con un premio bajo el brazo.
Me parece que en los Oscar se han vuelto locos, porque la cinta no es para tanto.
Habéis tardado en poner la crítica, Cuervos. Si fuerais proyeccionistas más de uno ya se hubiera fugado de la sala. Pero lo que cuenta es que al final siempre criticáis lo mejor de cada año.
Hola!
ResponderEliminarGsus: efectivamente el último tramo es especialmente previsible hasta su punto final, en el que hasta el tema de las branquias, se veia venir. Y como dices, está lejos del Laberinto del Fauno, para mi mucho mejor, original y propia.
Victor: Así es, encima sumamos el hype y expectaciones creadas a su alrededor y aún nos decepciona un poco más. Tanta sencillez y comercialidad a mi me han desinflado, sobretodo porque del podría haber sido al que es, se nota.
Jesús: los directores como Guillermo tienen su encanto, en realidad la película se hace entretenida y por su aroma a homenajes clásicos del fantástico ya la salvan, pero siempre uno espera más ante tal puesta de medios. Espero que todos vayan a verla al cine jajaja no quiero desanimar a nadie de su visionado. Gracias por leernos.
Un abrazo!!
Me daba una pereza suprema ver esta película y tras verla reconozco que me ha gustado bastante. Creo que 'La forma del agua' es su banda sonora. Sin la música de Desplat esta película sería totalmente distinta y no tendría la fuerza que tiene.
ResponderEliminarEs cierto que la película no brilla precisamente por su originalidad. Como no puede ser de otra manera la marca de Del Toro está muy presente, pero también la de Jeunet y Caró (Delicatesen por la ambientación y esa atmósfera de cuento, Amelie por su protagonista) o la del cine más clásico (Esta película es ante todo una declaración de amor a cierto tipo de cine) por eso y a pesar de que la disfruté mucho, no creo que sea esa joya de la que muchos hablan.
Sin entrar en spoilers ni nada de eso para mi la parte final de la película no me llegó como me gustaría, me dejó un poco la sensación de si.. pero no... Creo que la película, al menos para mi, va de mas a menos...
Un Saludo!
donnie
Como fan declarado de Del Toro, bastante decepcionado también he salido yo de la experiencia en la que sin duda es junto "Pacific Rim", la película más floja de este director. Como siempre, aportando esos valores seguros tan suyos a nivel escénico pero en esta ocasión, con una historia que pese a pretenderlo, no cala en ningún momento, como si hacía por ejemplo un relato similar como fue "Eduardo Manostijeras" de Burton.
ResponderEliminarPor supuesto, a nivel estético no se le pude reprochar nada, todo lo contrario. Toda una preciosidad (muy acertada la comparación con "Bioshock" que hace el sr.Black) y como comenta Donnie, con mucho, muchísimo, de la escuela francesa más surrealista de los Jeunet y Caró (la peli tiene mucho tanto de "Amelie" como de "Delicatessen"), con una gran banda sonora y algunas interpretaciones fabulosas como las de Sally Hawkins y Richard Jenkins, algo más cojo se me ha quedado Michael Shannon (y ya es raro), que no termina de darle ese toque suyo al personaje.
Una historia simplona apoyada en la crítica social fácil , que a mi, me ha terminado aburriendo y que desde luego, no invita mucho a futuros revisionados.
Saludos.
Hola Donnie!
ResponderEliminarSí, la banda sonora es sin duda lo mejor, la utilicé para escribir la crítica e intentar sacar brillo de una película que particularmente me ha dejado gris. Como bien dices, el homenaje al cine clásico está bien latente, quizás demasiado para mi gusto. En general pienso que me la han intentado colar como cine fantástico por drama comercial puro y duro. Lástima que no hubiera sido al revés....
Hola Rector!
Es digno de leer como un buen seguidor de Del Toro sabe reconocer cuando no hila tan fino como en otras ocasiones. A mi que le hayan dado el Óscar es como si nada, porque ese cine refinado francés, esos guiones a lo Spielberg, la tontería del musical metido con calzador, el modernismo de la masturbacion gratuita del inicio, el intentar dar pena por ser muda, el vecino gay pobrecito también que no le aceptan, el tema del racismo manoseado a más no poder (aunque de todos estos microtemas vulgares sea el más acertado) y repente, entremedias, la historia de amor de monstruos y princesas (pero además mal contada y sin feelin alguno). En definitiva, me alegro por el premio y por Guillermo, pero cuando le den un Óscar a una peli Realmente de género...