"Phantasm", la ilusión del fan y el espíritu del phan

Phantasm: Representación mental de algo que no existe. El producto de una fantasía, una ilusión, un espíritu, un fantasma. Básicamente, un phantasm es una irrealidad tratada como una realidad, aquello que nuestra mente interpreta como cierto y que no lo es, al menos para el resto del mundo. Cada uno de nosotros vivimos con un phantasm dentro, tenedlo claro. Puede que sea una proyección de nuestra vida totalmente alejada de la realidad donde todo es felicidad o drama. Puede que sea la esperanza de un futuro donde no tenemos que estar esclavizados trabajando y podemos invertir la totalidad del tiempo que nos queda de vida haciendo lo que realmente nos gusta. Puede que sea el momento en el que vemos una película y nos metemos tan de lleno en ella que somos capaces de experimentar emociones parecidas a las que sienten los protagonistas o puede que sea la visión del Hombre Alto agarrándonos el hombro y advirtiéndonos que el funeral está a punto de empezar . En cualquier caso, este engaño de nuestra mente trastornada es tan delicioso como múltiplemente interpretable porque cuando algo es mágico, el paso de los años sólo puede enaltecer esa magia y hacer posible aquello que parecía imposible.

Teníamos una cuenta pendiente, la teníamos los fans del cine de terror y la tenía el extraño universo de la distribución española de cine. La cuenta tenía un nombre y un precio. Los fans, los coleccionistas teníamos esa espina clavada, esas cajas de dvds comercializadas sin autorización de Don Coscarilli en nuestras estanterías. El fan necesitaba tener un buen material de la saga Phantasm y Coscarelli se merecía el mimo con el que ha tratado a su pentalogía la distribuidora 39 Escalones. Por fin estamos en paz. Ya no hay excusa para que el auténtico amante de la serie B no pueda sentirse un verdadero phan. Es tiempo de esferas, es tiempo de surrealismo, es tiempo de Reggie, de Mike, de Jody, es tiempo del Hombre Alto, pero sobre todo, es tiempo de disfrutar.

Yo nunca he sido gran fan de la serie B y nunca supe ver las grandes virtudes de películas como “Phantasm” que se supone que debería haber visto. Soy una consumidora compulsiva de cine de terror y en especial de serie B y nunca estuve cómoda admitiendo que había determinadas sagas a las que yo encontraba más oscuridad que luz y supongo que por eso me he decidido a escribir este artículo, porque empecé mi maratón de películas “Phantasm” desde la más absoluta de las distancias y terminé deseando vivir en el planeta rojo. Sin duda, he pasado por todos los escenarios posibles a la hora de encarar cada una de las películas: he sido una escéptica que se convertía en seguidora ,que se transformaba en fan y que mutaba a phan en menos de cinco entregas. He sido lo más objetiva posible en cada visionado, he estado atenta a cada detalle, he deseado conocer cada pequeña particularidad y he caído rendida ante el universo que Don Coscarelli construyó en 1979.

---

“Todos tenemos claro (o deberíamos tenerlo) que Phantasm es una película de culto. Y lo es porque tiene todas las características necesarias para entrar en esta categoría”

---

Esta transformación no es gratuita, únicamente responde a la visión integral de un talento indiscutible a la hora de crear. Coscarelli lo tiene y merece todo elogio porque por fin, con la visión adulta y un bagaje mucho más amplio, reconozco todas las virtudes que antes me eran ajenas. Supongo que la edad en la que vi las primeras entregas de “Phantasm” tiene mucho que ver en esta metamorfosis. También entiendo que el criterio se va formando con los años y que en ocasiones, la ceguera de un recuerdo vago nos hace incapaces de opinar con propiedad. Tener en mis manos esta pentalogía con una calidad con la que hasta hace poco sólo soñábamos, me ha hecho despertar de un letargo en el que seguro que mi vida era un poco menos especial porque, desde luego, introducirme tanto en el mundo de “Phantasm” lo hace todo mucho más singular.

Todos tenemos claro (o deberíamos tenerlo) que “Phantasm” es una película de culto. Y lo es porque tiene todas las características necesarias para entrar en esta categoría: Una producción con escasez de medios que tiene que ser suplida por ingenio, con una estructura narrativa anómala, una estética particular y un significado en términos cinematográficos que trasciende épocas. “Phantasm” fue todo esto y mucho más, porque también es una declaración de intenciones con unas fuertes ganas de transgresión y comunión con el espectador. El hecho de que cada una de las cinco entregas deje cabos sueltos y esté sujeta a diferentes tipos de interpretación no atiende a una incapacidad del guión a la hora de integrar en las historias una estructura típica de inicio, nudo y desenlace. Este tipo de aperturas en cada entrega, en cada final de secuela y en los desconcertantes saltos espacio-temporales son totalmente conscientes, porque un phantasm, como os he explicado al inicio, es el producto de una fantasía, de una irrealidad que actúa de verdad absoluta en cada individuo de una forma diferente. Por eso es necesario que cada espectador interprete una realidad diferente, una realidad propia.

Don Coscarelli siempre ha sido muy claro al respecto, no se va a pronunciar sobre los posibles significados de cada una de sus entregas, algo que me parece tremendamente phantasmagórico y coherente. Y en esta coherencia, es fascinante que se idearan (incluso rodaran) diferentes finales para cada una de las secuelas porque precisamente una de las características más especiales de la saga “Phantasm” es el hecho de no ser un círculo cerrado, sino algo totalmente abierto para que el espectador siempre sea parte de ese universo. No se me ocurre una mejor manera de hacernos partícipes de algo, que dejando que cada uno de nosotros sea parte de la historia, armando y desarmando teorías a nuestro antojo durante toda nuestra vida. Esto aparte de adscribirse al término “culto”, va irremediablemente unido a otro término: “genialidad”, así que no, la saga “Phantasm” NO es mala.

PHANTASM (1979)

Se partía de un presupuesto de algo menos de cuatrocientosmil dólares para llevar a la realidad una pesadilla de Don Coscarelli. Con un presupuesto así, se necesita una fuerte involucración por parte de todo el equipo para poder dar forma a una idea ambiciosa desde el punto de vista formal, pues la creación de la atmósfera era crucial para el desarrollo de “Phantasm”. La implicación de todo el equipo (entre los que se incluye su propia familia) en cada una de las secuelas deja claro que Coscarelli tiene un carisma fuera de toda duda y que posee una visión del cine absolutamente peculiar que explica la fidelidad de gran parte de su crew a la largo de toda su carrera. Este compromiso es determinante a la hora de afrontar cada nuevo reto phantasmil y tiene mucho que ver con el resultado.

---

“una de las características más especiales de la saga “Phantasm” es el hecho de no ser un círculo cerrado, sino algo totalmente abierto para que el espectador siempre sea parte de ese universo”

---

En “Phantasm” se experimentó con un tipo de cine de serie B que buscaba una trascendencia que no es tan habitual es este subgénero. El desconcierto en los cambios de tono de la película, que pasaba del thriller, al terror y a la ciencia ficción ha sido en ocasiones mal interpretado como algo negativo. La falta de respuestas a las muchas preguntas que se iban planteando a lo largo de la película no eran propias de la mala resolución o de un guión caótico, sino las ganas de entender el cine de terror en su vertiente más surrealista, donde cada cuestión queda a interpretación del espectador y no de las imágenes, aunque ya avanzo que explorando el universo “Phantasm” sin pausa y revisionando todas las entregas de una vez, hay muchas más respuestas de las que a Coscarelli le gustaría que hubiera.

El hecho de que se dejaran cabos sueltos y que no se supiera leer de la manera más correcta el aspecto onírico de “Phantasm” es lo que ha hecho que parte de la opinión de los aficionados al cine de terror, la cataloguen como una película “mala pero simpática”. Nada más lejos de la realidad, “Phantasm” es una buena película, solo que no contaba con los medios suficientes para ser la maravilla que pudo haber sido. Ese intento de ir más allá del terror, de proporcionar nuevos alicientes a los fans de este género es lo que hace que hoy podamos hablar de ella en los términos en los que lo hacemos. Que una película con un presupuesto tan bajo, con unos saltos de ritmo tan peculiares y desconcertantes sea capaz de crear una iconografía tan poderosa no es producto del azar, sino de un director que actúa como hombre orquesta y que tiene muy claro qué es lo que pretende y de quién quiere llamar la atención. Esto va por nosotros, chicos, “Phantasm” se hizo desde el respeto máximo para el fan del cine fantástico y de terror.

Finalmente “Phantasm” fue un éxito de reconocimiento y taquilla y recaudó cerca de doce millones de dólares, por lo que la probabilidad de hacer una secuela se antojaba alta. El Hombre Alto, Reggie, Mike y Jody ya estaban en nuestras vidas y en esa dimensión llamada cine de terror. Sólo era cuestión de tiempo seguir explorando el mundo a través de sus ojos.

PHANTASM II: EL REGRESO (1988)

Nueve años después de la primera “Phantasm”, con algo más de experiencia y tras haber sobrevivido a “El Señor De las Bestias” (1982), Don Coscarelli se deja seducir por una gran productora como Universal para iniciar una secuela que despejara las dudas originadas en la primera película. Obviamente esto tiene sus pros y sus contras, como todo en la vida. Por una parte, el presupuesto pasó a ser de tres millones de dólares, casi diez veces más lo que costó “Phantasm” y aunque para Universal era un chollo, para el equipo de Coscarelli se abría un mundo de posibilidades, sobre todo en cuanto a la inversión en unos buenos efectos especiales, básicos para el devenir de la franquicia. Por otra parte, Universal imponía unas reglas que en parte perjudicaron el resultado final.

El primer requisito supongo que fue el más difícil de aceptar por parte de Don, ya que Universal especificó que tenía que haber un cambio de actores principales. Y esta es una de las cosas que hacen que grandes productoras no entiendan al público al que dirigen sus proyectos. En “Phantasm” son tan fundamentales las figuras de Reggie y Mike como la del mismo Hombre Alto. No se entiende ninguna película sin estos tres elementos y no puede haber más Reggie que Reggie Bannister, otro Mike que no sea A. Michael Baldwin y otro Hombre Alto diferente a Angus Scrimm. Esto es condición sine qua non para el fan de “Phantasm” y lo es por lo que comentaba anteriormente, porque la complicidad del equipo inicial traspasaba la pantalla y creaba una magia única, algo supongo que es en exceso desconocido para las majors.

---

“Tras un pequeño recuerdo a los inicios, Phantasm II se convierte en una road movie que vuelve a tirar de movimientos espacio-temporales para dar forma de esfera a toda la historia”

---

Coscarelli logró conservar a Reggie Bannister para el papel de Reggie, pero no puedo salvar de la quema a Baldwin y tuvo que iniciar un casting para el papel de Mike, al que se presentó el mismísmo Brad Pitt (y al que rechazaron). Finalmente, fue James Le Gros quien se quedó con el personaje. También hubo que claudicar en la inclusión de una protagonista femenina y en la aclaración de las incógnitas que surgieran en el inicio y desarrollo de la película, vamos que lo que Universal proponía era un “Phantasm” pero en “bien”, mucho más accesible para un grupo más amplio de público. Y se logró el objetivo. “Phantasm II” fue un éxito en la primera semana y el resultado fue muy aplaudido. Coscarelli supo contentar a su productora con el resultado final de la película sin perder su personalidad porque cuando cerraba una puerta, abría una ventana y entretejía el argumento entre secuela y secuela.

Comenzó en esta segunda parte, el ritual de hacer una detallada sinopsis de todo lo acontecido hasta la fecha al inicio de cada película, supongo que con la esperanza de atraer a un público diverso que pudiera haber vivido ajeno a la primera parte, algo que no es más que una Phantasmada, ya que esta saga tiene en el fandom su mejor virtud. Tras un pequeño recuerdo a los inicios, “Phantasm II” se convierte en una road movie que vuelve a tirar de movimientos espacio-temporales para dar forma de esfera a toda la historia. Reconocemos todos los iconos: Reggie, Mike y el Hombre Alto y lo entendemos como parte fundamental de la historia del cine de terror. Junto a ellos, los enanos, esos humanoides zombies creados a capricho, el Barracuda de Jody, la mítica banda sonora de Fred Myrow y las esferas, sobre todos las esferas, que abundan y empiezan a tener un peso asombroso en la trama.

Los efectos especiales a cargo de Greg Nicotero y David Barton son definitivos para entender el salto en calidad de la primera a la segunda película. Sorprendentemente y pese a las exigencias impuestas, Don Coscarelli consiguió mantener intacto el ambiente enrarecido del que hacen gala todas las secuelas dirigidas por él. La atmósfera phantasmagórica estaba intacta y se mantenía la consciencia de una serie B, personificada en Reggie y sus delirantes diálogos. En esta segunda parte, Reggie adquiere el protagonismo absoluto, probablemente porque no existía la misma química con el nuevo Mike que con el Mike auténtico, y se convirtió en el partenaire perfecto y complementario para El Hombre Alto. Yo no me atrevería a decir que “Phantasm II” es mejor que “Phantasm” porque hay un punto menos transgresor que en la primera parte y le falta algo de la tensión tan típica de la cinta de 1979, pero desde mi punto de vista, es mucho más divertida, sin perder por ello personalidad.

PHANTASM III: LORD OF THE DEAD (1994)

Entendiendo que Universal había hecho unos cálculos muy por encima de los beneficios que finalmente proporcionó “Phantasm II”, para llevar a cabo la tercera parte la financiación debía venir por otra parte ya que Universal se limitó a actuar como mera distribuidora. Coscarelli volvió a tener vía libre para hacer lo que quería, así que volvió a contar con el elenco de actores originales y de esa manera volvió la magia a cada escena en la que estos aparecían juntos, pero se limitó a hacer una entrega continuista que no aportaba demasiado al universo Phantasm y que se recreaba más en el humor y la acción que en el propio terror. Supongo que el cariño que el público había tomado a un personaje como Reggie, inclinó la balanza para provocar unos diálogos delirantes, que en ocasiones llegaban a ser algo sonrojantes.

---

“nadie tenía claro el origen del Hombre Alto; ¿era alienígena, un demonio de una dimensión desconocida, el mal personificado? ¿Por qué asolaba los pueblos de la América rural? No había respuestas. Don Coscarelli tampoco las tenía”

---

Don quiso volver a incluir a un niño en su trama, lo que desde mi punto de vista desvió la intención original hacia un lugar en el que creo que ni el mismo director tenía claro que quería llegar. Como contrapunto a esa apuesta por el dinamismo y unos gags que no tengo claro que beneficiaran para nada al espíritu de la saga, contamos con el inesperado destino de Jody donde queda claro que el punto surrealista y la fantasía no se pierden nunca. Y por supuesto, no se puede pensar en “Phantasm III” sin visualizar a las auténticas protagonistas de la película, las esferas del Hombre Alto. Un desfile de armas mortales cromadas que mostraba de qué estaban hechas para seguir generando dudas respecto a su origen, de la misma manera en la que quince años después, nadie tenía claro el origen del Hombre Alto; ¿era alienígena, un demonio de una dimensión desconocida, el mal personificado? ¿Por qué asolaba los pueblos de la América rural? No había respuestas. Don Coscarelli tampoco las tenía, pero nos invitó a recapacitar sobre la conexión Mike- Hombre Alto y con eso había que conformarse en los siguientes cuatro años. Eso sí, Coscarelli, como hacedor de grandes personajes, nos dejó otro puntal de la saga y contrapunto femenino definitivo: Rocky.

PHANTASM IV: OBLIVION (1998)

Llegamos a la que creo que es la película más incomprendida de Coscarelli. Esta cuarta parte, calificada por público y crítica como la peor de todas y ninguneada por ser “una suma de descartes de la película original”, considero que es clave para entender el universo Phantasm. No solo estamos ante la entrega más onírica, extraña y casi mística, sino que es la más reveladora y de esto creo que no ha sido consciente ni siquiera el propio director, que dirigió esta secuela para dar un final a la historia del Hombre Alto, el chico y el heladero de Morningside.

La idea original de Coscarelli para llevar a cabo esta empresa era contar con el guión de Roger Avary, quien había escrito “Phantasm 1999 AD” y que se presentaba como una potentísima propuesta post apocalíptica donde el Hombre Alto ganaba aún más protagonismo y que bien rodada podría haber sido increíble (como curiosidad, os comento que Bruce Campbell iba a ser el coprotagonista). Lamentablemente no consiguieron financiación para llevar a buen término el proyecto y Coscarelli se encargó de nuevo del libreto. Volvieron los tiempos de los bajísimos presupuestos y hubo que ajustar todo al máximo, así que la falta de medios tuvo que ser suplida con recortes de la película original (de la que en realidad se habían rodado casi tres horas) y un poco de ingenio.

Para mi sorpresa (porque reconozco que no había visto esta cuarta parte) “Phantasm IV” me ha parecido una ida y venida de ideas que me han dejado más respuestas que incógnitas y me han hecho entender mucho mejor las intrigas del hombre del mausoleo de mármol. Las escenas descartadas de la película de 1979 son absolutamente sintomáticas. En concreto aquellas que tienen que ver con cierto árbol y la relación Hombre Alto- Mike, me parecen fundamentales para entender la tercera parte y encajar todas las piezas. SPOILER Sigo sin entender por qué Don Coscarelli consideró que la escena en la que Mike libera al Hombre Alto del ahorcamiento en el árbol no era necesaria en la película original, porque es absolutamente fundamental FIN SPOILER.

El desconcierto entre viajes temporales, el tono pesimista en las escenas en las que Mike aparece, la vuelta a un tono lánguido roto solamente con la marca de la casa de Reggie, el abuso de escenas rescatadas, la explicación del origen del Hombre Alto como Jebediah Mornigside, la absoluta fidelidad de Reggie hacia Mike y volver a escuchar ese “boyyyyyyyyyyyy” con más sentido que nunca, me hace entender esta cuarta parte como totalmente necesaria para comprender este mundo creado por Coscarelli, aunque su propio creador pueda llegar a renegar de ella. Entiendo que a estas alturas, estas entregas pudieran estar pensadas sólo para los fans, pero no entiendo que los fans se hayan ensañado tanto con esta cuarta parte. Por favor, un buen revisionado os hará más felices. De nada.

---

“Para mi sorpresa Phantasm IV me ha parecido una ida y venida de ideas que me han dejado más respuestas que incógnitas y me han hecho entender mucho mejor las intrigas del hombre del mausoleo de mármol”

---

PHANTASM V: RAVAGER ( 2016)

Dieciocho años después de lo que se consideró un final poco digno para el Hombre Alto, David Hartman, decide que el mundo del horror no debe olvidar al Hombre Alto y se embarca en la quinta parte de la saga para continuar con el legado de Coscarelli y agarrado de la mano de este, dirige Ravager para satisfacer a los fans y devolverles el título de phans. Está claro que a esta entrega le pesan demasiado la falta de medios, pese a que el guion me parece que está mucho mejor hilvanado de lo que a priori puede parecer.

Yo misma, cuando vi “Phantasm: Ravager” (de la que ya nos habló el Rector en su momento) en el festival de Sitges, consideré que era una obra muy menor y que estaba al servicio del fandom, pero claro, por aquel momento yo no me había propuesto ver todas las “Phantasm” juntas para entender el verdadero significado y espíritu del phan. Esta vez, la vi con otros ojos, unos ojos en los que había dos esferas brillantes y pude disfrutarla como se debe. Encontré muchos paralelismos entre la historia que se cuenta en esta parte y lo que se suponía que iba a ser “Phantasm 1999 AD” aunque los desquiciantes cambios de tiempo, espacio y contexto, son totalmente indispensables para llegar a una conclusión final respecto al Hombre Alto y su mundo, algo que entronca directamente con el espíritu de la “Phantasm” original. Todo es una realidad dentro de una irrealidad y cada realidad habita en una dimensión diferente. Esa realidad que puede ser creada y destruida tantas veces como dimensiones existan, es el reflejo de la ilusión de una mente trastornada, ¿o no?

No cabe duda de que el paso del fan al phan es algo que implica dedicación, que implica ganas de querer ir siempre un poco más allá. En la saga “Phantasm” no vale quedarse solo en la superficie, hay que rascar y es cuando hincamos la uña cuando aquellos que hemos guiñado el ojo un poco más que el Hombre Alto cuando veíamos estas películas y no las veíamos en su totalidad, nos damos cuenta de que ya no existe la fantasía, sino la phantasía y que esta atrapa de una manera ilógica pero absolutamente especial, porque algo no dudéis que algo muy importante ocurre cuando el mundo en el que vives cada vez te parece más ajeno y no entiendes a tus semejantes, cuando la corrupción, el asesinato, la violación, el maltrato y la injusticia es el día a día de una sociedad cada vez más a la deriva de la que al instante quieres apartarte más y más y en tu pensamiento sólo quieres que llegue la noche para sentarte en el sofá de tu casa y ponerte una película de la saga “Phantasm”. Ya soy phan.