"Y su número es seiscientos sesenta y seis". Apocalipsis 13:18. ¡Ojo! No nos desviemos del tema y empecemos a tararear el “The number of the Beast”
de los Maiden. Lo que aquí se viene a contar es la historia de un niño. Un angelito (caído),
que sólo quería amor y dominar un poco el mundo.
Pero empecemos por el principio. Corría el final de los años 60 y el inicio de los 70, época,
si me lo permiten, maravillosa para el cine de terror. Todo pura elegancia que lograba
dejarte tieso en la butaca y que te planteases, muy seriamente, el salir de la seguridad
de tu cama para ir al baño de noche.
Damien no llegaba de cero. Ya habíamos tenido un alumbramiento del maligno en “La
Semilla del Diablo” (1968). También habíamos conocido los peligros de jugar con la ouija
gracias a “El Exorcista” (1973). Se puede pensar que debido a los años de los que hablo,
eso de meterse con la religión no iba a estar bien visto, pero cuajó, ¡madre si cuajó! Y,
por si no se había tenido bastante, en 1976, David Seltzer y Richard Donner, pusieron
cara al vástago de Satanás.
“La trama va avanzando hasta hacerse, por momentos, sofocante. A esto contribuye de
forma magistral la banda sonora de Jerry Goldsmith”
Las cosas no fueron fáciles para Seltzer. No es que se peleasen por su guion. La primera
interesada fue la Warner Brothers. La productora ya había dado el salto al terror con “El Exorcista” y esto parecía un buen augurio para la historia de Seltzer. Pero no fue así.
Pasaba el tiempo y el proyecto no avanzaba. La razón era simple, la Warner tenía entre
manos “El Exorcista 2”, y, lógicamente, se habían centrado en su propio retoño.
La historia llegó entonces a las manos de la 20th Century Fox, quién, a su vez, hizo llegar
el guion de Seltzer a Richard Donner. ¡Damien ya tenía papás!
La cinta tiene un argumento sencillo. Todo da comienzo con el alumbramiento del hijo
de la pareja Thorn. Las cosas no salen bien y su bebé nace muerto (“El niño ha muerto,
el niño ha muerto, el niño ha muerto”, lo dejan bien claro). En un arrebato de altruismo,
los miembros del clero allí presentes, le ofrecen a Robert Thorn un bebé muy sanote
que ha nacido esa misma noche (el seis de junio a las 6 de la mañana, griño-guiño). El
señor Thorn, enamorado hasta el tuétano de su esposa Katherine, se queda con el bebé
sanote para evitarle el mal trago y le hace pasar como hijo propio a ojos de todos.
Todo es candor, risas y bucles en el pelo monísimos durante los primeros años de vida
de Damien. Será en su 5º cumpleaños cuando tenga lugar el pistoletazo de salida de una
cadena de sucesos que truncaran la apacible existencia de los Thorn. Como regalo de
cumpleaños su niñera se ofrece a sí misma en sacrificio, deleitando a todos los presentes
con un ahorcamiento nada apropiado para una fiesta infantil.
“Destaca también el uso del primer plano. Reveladores los de Katherine, la madre, que
evolucionan del amor más tierno al miedo más profundo”
A partir de ese momento, la trama se complica.
Por un lado, la madre de Damien empieza a notar cosas raras en torno a su pequeño.
“Querido, Damien nunca ha enfermado” (recordemos que era un bebé muy sanote).
“Querido, tengo miedo (y no sin razón) de que nuestro hijo me haga daño”. Por su parte,
el señor Thorn, va lidiando con una serie de personajes que le van revelando lo poco de
tierno y lo mucho de terrorífico que tiene su hijo. La nueva niñera que parece un esbirro
de Satán (cuando el río suena…). Un sacerdote que le predice de manera muy épica lo
que está por venir: “Cuando los judíos regresen a Sion y un cometa cruce el cielo y el
santo Imperio Romano renazca; entonces tú y yo, moriremos. Del fondo del océano
surge creando un poderoso ejército y luchará hermano contra hermano, hasta que el
hombre no exista más". ¿Cómo te quedas? También tenemos a un fotógrafo que, con lo visionario de su obra, parece sacado de la
saga de “Destino final”. Y montón de Rottweilers, a los que esta película da una fama
fatal.
Todo ello culmina con un viaje a la exótica ciudad de Megido y un gran final, al menos
para Damien.
Esta trama sencilla, puede dar lugar a que pensemos que toda la película es así, bueno,
pues no. La película en su conjunto es brutal.
La trama va avanzando hasta hacerse, por momentos, sofocante. A esto contribuye de
forma magistral la banda sonora de Jerry Goldsmith. Si hay algo más épico que un coro,
es un coro en latín, y eso Goldsmith lo supo desde el principio. No cedió ni ante el
mismísimo Lionel Newman. El resultado, “Ave Satani”, siempre ocupara uno de los
primeros puestos entre las bandas sonoras que nos ponen los pelos como escarpias. No
se queda atrás el trabajo de fotografía de Gilbert Taylor. Destaca el uso de una atmósfera
muy “naif” para las escenas de la vida de la pareja o de los primeros años de Damien,
que se entrelazan en un montaje brillante con otras oscuras, angustiosas; las dedicadas
a descubrir la verdad sobre Damien.
“Una historia simple, con un elenco de actores,
personajes, música, escenarios, etc., que logran que de igual los años que pasen”
Destaca también el uso del primer plano. Reveladores los de Katherine, la madre, que
evolucionan del amor más tierno al miedo más profundo. Los de la niñera del Averno,
sin comentarios. Pero si hay unos primeros planos a destacar, son los de la carita de
ángel (caído), de Damien. Una sonrisa, una mirada de este niño, y un sudor frío te recorre
el espinazo. Y creedme que lo logran, el pequeño no necesita hacer nada más para
ponernos más tiesos que una vela, de hecho, apenas si tiene dos frases de diálogo en
toda la película.
Todo esto se culmina con la elección del reparto. A destacar un brillante Gregory Peck
(Robert Thorn), y un David Warner (el fotógrafo), que no se queda atrás. Realmente creo
que a lo largo de la película ellos dos hacen mejor pareja que la de Thorn con su esposa.
El papel de Lee Remick encarnando a Katherine Thorn, se pasa de candidez. Por dios (o
Satán), despide a esa niñera y endereza a tu hijo. ¿Qué madre en su sano juicio permite
triciclos dentro de casa? El personaje con menos fuerza con diferencia, pero bueno, era
lo que el papel requería.
¿Qué se puede concluir de La Profecía? Una historia simple, con un elenco de actores,
personajes, música, escenarios, etc., que logran que de igual los años que pasen.
Da igual lo pelado que tengas el trasero de ver sangre y demonios.
Una mirada del pequeño de rizos pelirrojos, y también tú gritarás ¡Hail Damien!
Decir que se te has traspapelado el apellido de la actriz, siendo Remick y no Rewick. Más allá de esa chorrada por mi parte, una de las joyas de la corona este film. Por lo menos en mi ranking. El ambiente, la música, las interpretaciones, el guión, la dirección. Una obra maestra, para mi la mejor peli de terror de la historia.
ResponderEliminarUn saludo
Lo que más llama la atención de una película como "La Profecía" es esa capacidad perenne que tiene de generar malestar en el espectador. Se habla mucho del cine de terror de los ochenta, pero si hablamos estrictamente en clave de terror, la de los setenta es de largo la época dorada del género.
ResponderEliminarDe "La profecía" nos sabemos al dedillo todas las secuencias, pero no dejan nunca de resultar perturbadoras, por más veces que las veamos... y luego está David Warner, uno de mis fetiches de la época, que siempre es un valor añadido.
El remake de esta película es de los pocos, a los que nunca he tenido narices de acercarme.
Riatha, gracias por recordarnos que nos faltaba este clásico en la web... y por supuesto, bienvenida a Nido de Cuervos. Espero que tu estancia sea larga y placentera :)
Saludos.
P.D: Editado el apellido Remick. Gracias por el dato, Victor.
Excelente clasico para revisionar. Aveces, entre tantas reseñas de películas mediocres actuales,es mejor hacernos recordar estás joyitas. Saludos desde mi pais ,Argentina.
ResponderEliminarBienvenida!!!
ResponderEliminarJo.. que mejor cinta para debutar que una de las películas que forman parte de las pesadillas de muchos de nosotros. Todavía recuerdo cuando la vi de pequeño y la sensación que me dejó. La manera en la que Richard Donner consigue crear tensión y miedo es simplemente magistral. Claro que si cuentas con la extraordinaria banda sonora de Jerry Goldsmith y con Harvey Stephens tienes mucho hecho.. :-)
Solo puedo decir que esta es considerada de una manera muy justa como un clásico del cine de terror. Simplemente soberbia..
Bienvenida Riatha!!
ResponderEliminarComo dicen todos por aquí arriba, esto es un debut que apuesta sobre seguro;) Desde luego "La Profecía" es un clásico incontestable. Junto con "El Exorcista", se alza con el premio a la película que marcó a una generación y que no envejece.
Casualmente la volví a revisar hace menos de dos semanas y la tensión y la atmósfera enrarecida siguen ahí, intactas, como si el tiempo se hubiera detenido y siguiéramos estando bajo el influjo de Damien.
Maravillosa la banda sonora, maravilloso el montaje, maravilloso Damien y sus talluditos padres, maravillosos secundarios, maravilloso guión y maravillosa dirección.
Creo que es hora de hacer maratón "La Profecía" y ver qué tal le han sentado los años a las secuelas. Hasta la tercera parte, guardo buenos recuerdos. La cuarta parte en su momento me pareció el horror y el remake, el super horror (así que estas igual me las ahorro)
Hay que ver cómo nos gusta todo lo que tenga que ver con el Demonio ;)
Saludos.
¡Gracias por la bienvenida!
ResponderEliminarMe alegra que la película haya tenido tan buena acogida. Está claro que es como el buen vino.
Gracias Victor por la corrección. Has de saber que me he autocastigado debidamente, sin merendar (para mí, es mucho).
Totalmente de acuerdo, Missterror. La dos y tres tienen momentazos a la altura de nuestro pequeñín. La cuatro, la tendría que volver a ver y con el remake, no me he atrevido.
Bienvenida Riatha!
ResponderEliminarGran debut, con uno de los grandes clásicos del género. La vi muchas veces, la primera hace varias décadas. La Profecía está llena de escenas imposibles de olvidar.
Un abrazo,
Bienvenida al Nido, Riatha.
ResponderEliminarApostaría un par de dedos a que es el niño más cabrón y terrorífico de la historia del cine, lástima que Harvey no siguiera su carrera como actor. La atmósfera que consigue la película en todo su conjunto sin necesidad de grandes efectos, es para quitarse el sombrero. En cierta manera me recuerda a El resplandor de Kubrick y La semilla del Diablo de Polanski, por como hace uso de algunas situaciones totalmente cotidianas que consiguen crear más mal rollo que lo visualmente terrorífico.
Saludos.
¡Gracias, Ronette!
ResponderEliminarPatrick, puedes apostar tus dedos tranquilamente que no los pierdes. En cuanto a que no despuntase luego su carrera como actor, yo creo que le viene bien al personaje (que no a la persona). Así, en cierta forma, se logra que la idea que tienes no se desvirtúe. Imagina que le hubiese dado luego por hacer comedias románticas :P
Hola Riatha
ResponderEliminarEso también es cierto. También hay que contar con la perdida de talento al pasar a la etapa adulta.
SPOILER SPOILER SPOILER Espectacular de película la vi por primera vez cuando era un niño y ahora recién la volví a ver y sigue igual de impactante. Me gusta mucho dos escenas la de la niñera cuando va a la hospital a asesinar a la mamá de Damián sobretodo en enfoque a los ojos de maldad que se van acercando cada ves más y cuando cae al vacío por la ventana el realismo es magistral y la otra escena magistral es cuando el señor Thorn mata la la niñera y el perro que está encerrado en el sótano presiente que ella a muerto y empieza aullar y con esa atmósfera oscura es genial.
ResponderEliminarAnónimo, la verdad es que 'La profecía' es una obra maestra del cine de terror en particular y del cine en general. Los que tuvimos la suerte de verla de pequeños creo que tenemos una relación muy especial con esta película. La manera en la que recordamos ciertas escenas y lo que sentimos al verla años mas tarde creo que es muy similar y pocas cintas consiguen algo así. Yo estoy rendido a esta película
ResponderEliminarUn Saludo!
Donnie