“You Were Never Really Here” (2017) está basada en el libro homónimo del escritor neoyorquino Jonatham Ames, una novela negra de apenas 100 páginas con reminiscencias claras a escritores como Raymond Chandler o Robert B. Park. La historia se centra en su protagonista Joe, un ex marine solitario que se gana la vida aceptando trabajos que consisten en rescatar a jóvenes de la explotación sexual. Cuando un senador lo contrata para rescatar a su hija, se ve envuelto en una red de corrupción que encara con una idea clara, morir o matar.
“los críticos no le hacen ningún favor a la película comparándola con Taxi Driver (1976) y Drive (2011), pero es cierto que existen ciertas reminiscencias a ambas películas”
Con esta película, que fue por su estilo y su violencia una de las sensaciones en el último festival de Cannes, la directora de “We Need to Talk About Kevin” (2011), Lynne Ramsay, se alzó con el premio al mejor guion (ex aequo con “The Killing of a Sacred Deer” del griego Yorgos Lanthimos), y Joaquin Phoenix se llevó el premio a mejor actor, ambos consumando dos sorpresas en el mencionado festival francés.
Probablemente los críticos no le hacen ningún favor a la película comparándola con “Taxi Driver” (1976) y “Drive” (2011), pero es cierto que existen ciertas reminiscencias a ambas películas principalmente en algunos apartados. Con “Taxi Driver” tiene ciertos paralelismos en la historia y en el personaje de Joe, que al igual que Travis Blicke (Robert de Niro) deambula por Nueva York buscando redención, y con “Drive” existen similitudes en el uso de una estética cautivadora, con unos encuadres excelentes y llena de simbolismos, y una banda sonora potente.
La película contiene muchos detalles muy interesantes, tanto en las imágenes como en los diálogos (y los silencios), que incluso podrían pasar desapercibidos en un primer visionado. Durante el inicio de la película podemos ver como el protagonista quema una biblia tras finalizar un trabajo, o como en una de las conversaciones con su madre obtenemos uno de los pocos detalles del pasado del protagonista (su exnovia se llamaba Janice). Una de las primeras escenas, todavía en los títulos de crédito, en la que Joe se sube a un taxi con el conductor tarareando una canción, me parece excelente, su cara lo dice todo. Al igual que me parece un acierto la utilización de algunos recursos, como la visualización de la violencia a través de una cámara de seguridad o de un espejo roto.
“Lo que sin duda logra la película es crear un personaje muy singular, de pocas palabras y muchas contradicciones”
Lo que sin duda logra la película es crear un personaje muy singular, de pocas palabras y muchas contradicciones, es a la vez complejo y simple, cruel y sentimental, héroe y antihéroe, ya que en el fondo no deja de ser un sicario. Gran parte del mérito lo tiene Joaquin Phoenix, que consigue una de sus mejores interpretaciones, lo que no es poco ya que cuenta con una carrera llena de títulos emblemáticos que lo convierten en uno de los mejores actores de su generación. En este caso lo veremos totalmente desaliñado y pasado de kilos, su cuerpo es como una coraza llena de cicatrices.
Con un martillo en su mano como arma predilecta, es un personaje que desprende oscuridad y esconde muchos misterios. Detrás de esa personalidad torturada que vive con su anciana madre, se esconde una persona capaz de dar lecciones a golpe de martillo, quizá como homenaje al libro de Nietzsche, Cómo se Filosofa a Martillazos (El Ocaso de los Ídolos) con el que puso de relieve la transmutación de los valores y la decadencia de la racionalidad en la sociedad contemporánea.
Es importante hablar de la importancia de los flashbacks en la narrativa de esta película para contextualizar el personaje central interpretado por Joaquin Phoenix. A través de ellos conocemos su tormentoso pasado, con una infancia bajo el yugo de un padre maltratador (“stand up straight, stand up straight!”) y un pasado sirviendo en el ejército. Todas esas experiencias traumáticas crean una bestia que no tiene miedo a morir, y esa es su gran ventaja a la hora de enfrentarse al submundo sucio en el que habita la perversión de algunos políticos. De hecho, hasta parece difícil que algo le pueda hacer daño a estas alturas siendo que el suicido es una de sus posibilidades de escape recurrentes.
“Es un ejercicio de estilo con personalidad y carisma que acaba creando una cierta atmósfera de irrealidad en torno al personaje protagonista”
Entre el resto de los actores, todos ellos con un perfil muy secundario, se encuentran Alessandro Nivola (The Neon Demon, 2016), Judith Roberts (Eraserhead, 1977), John Doman (The Wire), que es quien ofrece los trabajos a Joe, y la jovencísima Ekaterina Samsonov (Wonderstruck, 2017) que, haciendo de Nina, alter ego de un personaje como el de Iris en “Taxi Driver” (Jodie Foster), nos mete la duda de si es Joe el que rescatará a la niña, o de si es la niña la que finalmente acabará salvando a Joe (la escena onírica en el agua y la escena en la cafetería nos darán la respuesta).
Otro de los puntos fuertes de la película es su apartado visual, que es de lo mejor que se puede ver en los últimos meses. Es un ejercicio de estilo con personalidad y carisma que acaba creando una cierta atmósfera de irrealidad en torno al personaje protagonista. A cargo de la fotografía está Thomas Townend (Attack the block, 2011), quien ya trabajó con la escocesa Lynne Ramsay en “We Have to Talk About Kevin”. Para completar la singular atmósfera, Jonny Greenwood, el guitarrista de Radiohead, compone para esta película una música que es por momentos ochentera (capaz de resucitar al mismísimo Michael Knight) y en otros momentos más actual, siempre dentro de un rock experimental y electrónico que ayuda a potenciar la expresividad propuesta por la directora, quien atribuye gran importancia a la imagen y al sonido. Personalmente considero que las canciones más interesantes son Dark Streets y Tree Strings.
Es una película con un argumento aparentemente sencillo, aunque sutil, que se sustenta sin tapujos en el personaje protagonista interpretado de forma perfecta por Joaquin Phoenix. No deja de ser una revisión del justiciero urbano que tanto proliferó en el cine de los 70, con películas como “Dirty Harry”, “Get Carter”, “Death Wish” o “Point Blanck”. El demoledor y perturbado Joe es capaz de cualquier cosa para salvar a otros, siendo tal vez en el fondo, incapaz de salvarse a sí mismo.
Lo mejor: El personaje de Joe y la interpretación de Joaquin Phoenix. La atmósfera lograda a través del trinomio: narrativa, estética y sonido.
Lo peor: El argumento en sí podría considerarse bastante sencillo o recurrente, pero no deja de ser una revisión con una propuesta original.
Viendo ese tráiler lógico pensar en la peli de Scorsese. Tiene buena pinta. Me la apunto.
ResponderEliminarUn saludo
Victor, esta sí te la recomiendo. Es cierto que su argumento ya lo hemos visto antes, pero su atmósfera como un todo (estética y música) vale mucho la pena. Y la actuación de Joaquin Phoenix...excelente, nos deja varias escenas para el recuerdo. Es una película que muestra más sordidez de lo que parece a primera vista. Ya nos contarás, Un abrazo
ResponderEliminarPuede que lo peor que ocurre a esta película es que se la compare con 'Taxi Driver' y 'Drive', algo que por otro lado resulta casi imposible de hacer. Digo esto porque muchos espectadores esperan una nueva versión de estas y aunque 'You were never really here' tiene cierta escencia de ambas también tiene mucho de la personalidad de su directora cuya mejor película sin duda es 'Tenemos que hablar de Kevin'
ResponderEliminarVisualmente 'You were nvere really here' es apabullante y Joaquin Phoexin está simplemente extraordinario. No comparto la manera en la que la directora decide mostrar ciertas escenas usando algunas cámaras de seguridad, pero eso ya es una manía..
como dice ronette, esta es una película que muestra más sordidez de lo que parece a primera vista. Os recomiendo que la veais intentando dejar de lado el recuerdo de 'Taxi Driver' o 'Drive'... Y de verdad, esta es una grandisima película..
Un Abrazo!
Donnie
Sin duda Donnie, y además de ese visual sobresaliente y la gran interpretación de Joaquin Phoenix, You Were Never Really Here tiene una banda sonora en la que participa Jonny Greenwood que es la guinda para una película con una atmósfera magnífica. Ramsay tiene mucha personalidad y eso se agradece. Un abrazo
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