ALONZO SIN BRAZOS NOS HABLA SOBRE TERROR EN STOP MOTION CON UN VIEJO CASERÓN COMO NEXO Y TELÓN DE FONDO
Según dicen, el grueso de las producciones de Netflix está condicionado por el infame algoritmo. Pulgar arriba o abajo no solo modifican las recomendaciones si no también la evolución de las obras. Ahora bien, “The house” (2022) escapa, sin ser el colmo de la innovación, de la mayoría de los lugares comunes que nutren a gran parte de las realizaciones de la plataforma. La animación Stop motion vuelve a dar pruebas, si es que hacían falta, de que sus alcances son enormes, desde el punto de vista técnico y del narrativo, en esta oportunidad, los mismos personajes casi infantiles que ante el desconocimiento argumental generan simpatía, son los mismo que, una vez inmersos en la cuestión, nos regalan algunas de las imágenes más incómodas fruto de esta técnica.
“La animación Stop motion vuelve a dar pruebas, si es que hacían falta, de que sus alcances son enormes, desde el punto de vista técnico y del narrativo”
Sin más dilaciones nos metemos en la película, que cuenta con tres historias separadas por el tiempo y unidas por un hilo conductor o, mejor dicho, varios hilos conductores: una morada, la codicia, el dilema y la elección. Revelar demasiado la trama podría ser contraproducente, no es que haya mucho que ocultar, pero parte del atractivo reside en encontrar las diferentes conexiones entre las partes, así que, muy por arriba, tenemos un primer acercamiento a la casa, asistimos a su construcción y conocemos a sus moradores (o victimas) originales.
Una familia humilde, que ante una proposición generosa y la posibilidad de ‘’progreso’’ se decide a ocuparla sin miramientos, aun cuando la oferta es, como mínimo, sospechosa. “And heard within. A Lie is Spun” es el punto más alto de “The House”. En todos los órdenes. Las marionetas tienen una fachada, a falta de un mejor término, ‘’textil’’ que por un lado suaviza desde la inocencia al capítulo más oscuro de la obra, pero por el otro, le otorga una presencia premonitoriamente consumida. Desde lo argumental, sin duda es la más clara, la más literal a la hora de mostrar sus intenciones. El apego por lo material en desmedro de lo emocional, la mirada ajena y su influencia sobre las decisiones de los más inseguros y el aspecto más interesante, la opción, la posibilidad de elegir, es decir, todos y cada uno de los protagonistas, en algún punto, son dueños de su futuro y, en general, eligen mal.
“And heard within. A Lie is Spun es el punto más alto de The House. En todos los órdenes”
Pasamos al segundo apartado y a partir de este punto, aumentan los niveles de absurdo y cripticismo. En “Then lost is Truth That Can’t be Won”, contemplamos los esfuerzos de una rata a la hora de refaccionar la casa con el objetivo de venderla y su lucha frente a los insectos que la invaden, plaga vs. plaga. Altas dosis de humor negro, algún número musical y si sienten aversión hacia los roedores, un final repugnante y que tiñe de oscuridad lo antes visto. Para el recuerdo. Como decíamos antes, en este capítulo aumenta el nivel de misterio sin caer en miradas presumidas, de todas formas, detectamos los mismos atributos que alimentan al episodio anterior, la soledad, la búsqueda obsesiva de aceptación, el pragmatismo peor entendido y, de vuelta, la disyuntiva, que en este caso decanta en un traumático si no puedes contra ellos úneteles.
“tres historias sutilmente conectadas, poseedoras de múltiples interpretaciones. Irregulares y atrayentes. Tan oscuras como descabelladas, capaces de aunar a Poe a Kafka y a Lynch, en 97 minutos”
Así es que la cinta va de mayor a menor y para el tercer segmento, ubicada en un futuro post apocalíptico, la mirada se torna, paradójicamente, esperanzadora. Ahora protagonizada por gatos, notamos que Rosa convirtió la vivienda en una pensión a la que intenta sacar a flote de modo literal: el fin de la civilización fue producto de una inundación. Solo le quedan dos inquilinos que cancelan el alquiler con piedras y pescados frenando las obras que impiden que se venga a pique. Sin dudas “Listen Again and Seek The Sun”, es la parte más floja.
El horror que copaba la totalidad de And herad… y que en Then lost… animaba los últimos compases, ahora brilla por su ausencia, además, la cuota humorística pasa de ácida a simplona. Por ello, sin llegar a ser un despropósito, palidece con respecto a sus predecesoras. Sin embargo, se entiende que esa disonancia es intencional, que el volantazo final responde a una decisión, a la búsqueda de luz que faltaba en las secciones anteriores. El problema está en que, volviendo al comienzo del artículo, parece responder más a una cuestión algorítmica que artística. A la necesidad de contentar a cierta parte del público que, hasta ese momento, había sido obviada. SPOILER Gracias a este nuevo matiz vemos que Rosa por fin toma la decisión correcta. Deja de lado el lucro para buscarse la vida junto a sus seres queridos. De una buena vez pondera el sentimiento sobre la avaricia logando su salvación y la de la casa. FIN SPOILER
En resumen, tres historias sutilmente conectadas, poseedoras de múltiples interpretaciones. Irregulares y atrayentes. Tan oscuras como descabelladas, capaces de aunar a Poe a Kafka y a Lynch, en 97 minutos. Si a todo esto le sumamos el destacado inciso visual, encontramos una pequeña y sombría gema, que lejos de pretensiones, se hace dueña de una particular forma de hacer terror.
La primera historia me encantó por su elegancia, pero la segunda me perturbó mucho, me pareció tan visceral y desesperanzadora que la última historia me pareció un soplo de aire fresco que me dejó buen sabor de boca.
ResponderEliminarHola Anónimo! Coincido, aunque a mi la ultima parte me sacó un poco de tono. Aun así entiendo que sirva como escape para la tensión acumulada previamente.
ResponderEliminarSuena muy bien lo que decís, tiene muy buena pinta y además amo el Stop Motion Animation, Ray Harryhausen es Dios, como también lo es John Carpenter. Intentaré verla.
ResponderEliminarHola Jason! Dale una oportunidad, está muy buena.
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