Crítica: Dark Angel

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA IMPERDIBLE BUDDY MOVIE NOVENTERA DE NUESTRO MADELMAN RUBIO DE ESTOCOLMO FAVORITO

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Cuando vi este artefacto en argentina, la conocí como “Destructor Mortal” (1990). Pecata minuta sí, como ven, en su América natal misma se conocía con dos títulos diferentes, siendo “Dark Angel” su título original. El baile de títulos fue debido a que había varias películas llamadas igual, así que para curarse en salud la productora pensó en el “I come in Peace”... pero por algún inexplicable motivo depende del país y del año de su emisión a estrenar ha ido mutando de titulo. Pero no nos desviemos. 

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“una buddy movie de corte clásico, con un Dolph Lundgren haciendo de Dolph Lundgren e imponiendo presencia y diálogos de tipo duro hasta el sonrojo” 

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“Dark Angel” es serie B, de la que nutría las estanterías de los videoclubs en ingentes cantidades, pero de serie B bien entendida. El guion está despachado entre otros, por el insigne David Koepp (“Spiderman” de Raimi, “La Guerra de los Mundos”, “Misión imposible” por un lado y cosas como... en fin, las dos ultimas de “Indiana Jones”), y hay que decir que su buena mano en la escritura se deja ver en un argumento que, de tan delirante, tiene mucha gracia pese al reducido presupuesto que se maneja. También tiene esta película el mejor escote forzado del mundo mundial, pero eso queda para el pajillero adolescente y machista de los 90 que era servidor, y no reviste mayor interés para esta crónica. Creo. 

A lo que íbamos: Tenemos aparentemente una buddy movie de corte clásico, con un Dolph Lundgren haciendo de Dolph Lundgren e imponiendo presencia y diálogos de tipo duro hasta el sonrojo. No le pidan más, Dolph es lo que tiene y aquí encaja con un guante con un personaje que ha repetido hasta la extenuación cambiándole el nombre y cuatro rasgos, pero es un héroe de acción de los 80-90 y eso entra en la lógica de dicha clase de personaje fílmico. Lo acompaña el típico y tópico compañero obsesionado con el reglamento, interpretado por un muy hostiable Brian Benben al que estuve deseando toda la película que alguna bala tuviese a bien alojarse en el cráneo de su antipático personaje, lo cual supongo significa que el actor lo hacía bien. Hasta aquí, todo normal. 

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“un producto hijo de su época: una producción directa a videoclub, pero con una estrella de la B de acción y un presupuesto si no generoso, sí suficiente” 

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Hasta que nos damos cuenta de que estamos metidos en un exploitation bizarro de “Depredador” (1987) en toda regla, y es cuando nos quedamos ojipláticos por la sorpresa… a menos que te leyeses antes la trama completa en la contraportada del vhs, que te la espoileaba sin piedad. ¡Pero de alguna manera había que vender el producto oiga! Y la verdad es que la película tiene su miga.  

Sin caer en el spoiler, tenemos a un asesino alienígena que corre por las calles de Los Ángeles acechando a sus víctimas, pero que su motivo para ir asesinando a diestro y siniestro de tan vulgar y pedestre lo hace destacar. Este alien va por la pasta planetaria, dinero, parné o como se diga en su mundo, y por métodos ilegales que lo convierten en un delincuente callejero mortal para cualquier incauto que se cruce en su camino, y la idea es muy original... aunque el look del “monstruo” es impecable por lo cutrongo: el sin par actor y eterno extra Matthias Hues a cara descubierta y con cuero por encima. El actor se marca un ejercicio de sobre actuación épico dentro de sus capacidades actorales (nulas), pero le pone tanto empeño que combinado con su look de villano de saldo, su frase fetiche que da nombre a la película y la originalidad de su arma principal, consigue caer simpático sin dificultad. El apartado sonoro es también correcto, aunque el disparo de las armas alienígenas tenían un sonido rarísimo que no venía a cuento.  

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“disimula sus carencias lo suficiente para convertirse en un pequeño clásico de las producciones de segunda fila del Hollywood noventero” 

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En resumidas cuentas, estamos ante un producto hijo de su época: una producción directa a videoclub, pero con una estrella de la B de acción y un presupuesto si no generoso, sí suficiente para articular una producción con cara y ojos dentro de determinados parámetros. Dirigida con ritmo, lo cual es de agradecer, disimula sus carencias lo suficiente para convertirse en un pequeño clásico de las producciones de segunda fila del Hollywood noventero que tan buenos ratos hizo pasar de infante al señor alopécico que tienen delante. Y francamente, si la serie B te da diversión, pedirle cualquier otra cosa es señal de que a) no sabes donde te estas metiendo y b) ser un poco pedante pedirle al cojo que corra y al ciego que vea.  

Lo mejor: Lo original del villano y la idea principal. El ritmo impecable. 

Lo peor: Chascarrillos que han envejecido fatal. Lo peor de los tópicos de Buddy Movies. Que alguien se la tome en serio.