El gran reclamo de esta película fue estar basada en un relato de Stephen King, un autor que me precio de seguir. De hecho, me he leído la mayoría de sus obras, y tengo que confesar que, para enlazar con esta reseña, o no me leído esta en la que se basa o la han cambiado tanto que no la recuerdo.
Pero este no sería un buen análisis –o al menos un mediocre análisis…- si tras quedarme tan pancho con esa declaración inicial siguiese como si nada. Así es que me como mi orgullo, busco en la red y completo lo anterior diciendo que la historia –“Granma” en su idioma original- fue originalmente publicada en la revista “Weirdbook” para ser editada posteriormente junto a otras historias en la antología “Skeleton Crew” a mediados de los 80. En España, fieles a nuestras incoherencias y tropelías con la cultura, estos relatos se dividieron en cuatro libros –“La niebla”, “La expedición”, “Historias fantásticas” y “Dos historias para no dormir”- quedando esta “Abuela” encuadrada dentro de “La expedición”. Y sí, ahora ya puedo decir que no, que no la he leído.
Así es que lamentablemente no puedo contaros si está bien adaptada o no; lo que sí que puedo deciros es que indefectiblemente lleva el sello del célebre escritor de Oregon. Con deciros que el protagonista es un niño que habla con muertos…
En fin, dicho esto que más que un destripe/spoiler es simplemente una anécdota ya que solo sirve para decorar la historia al no jugar un papel importante en la misma, es más, yo diría que parece un apósito para rellenar y como digo, identificar el argumento con su autor, “Mercy” nos lleva a una de esas historias con nombre de mujer que guardan un secreto tan propias igualmente del autor. Y es en este punto donde sus productores han sabido escoger bien ya que el film se apunta a esa moda existente actualmente de las poseídas/endemoniadas; sin embargo, lo que debería ser su baza, aquí se transforma en su rémora. Me explico.
El prólogo es hasta cierto punto original: parte de un tópico para llegar a sorprender. Pero tras ello se nos reproduce una de esas escenas típicas de poseídas que ya te destripa toda la película. Sí, es una herramienta con la que tienen derecho a jugar sus responsables, pero también un handicap ya que la posterior investigación del protagonista resulta algo más previsible ya que a pesar de que el “qué” no esté del todo resuelto, lo único que importa ya es el “cómo”.
Pero antes de llegar a ese punto tenemos una primera media hora que hasta podría calificar como de “costumbrista” ya que se dedica a mostrarnos las relaciones que unen a los diferentes miembros de la familia protagonista haciendo especial hincapié en la unión entre nuestro joven héroe y su abuela. Y es que claro, si al principio había comentado el origen de la historia, me había reservado un pequeño detalle: que esta en parte es autobiográfica ya que en su niñez King vivió junto a su abuela. Por esa razón el empeño de este por ayudarla y por desdramatizar… o mejor, humanizar su situación.
El resultado de todo ello es una primera parte algo blandita y exenta del material necesario para considerarlo un producto de género por mucho que hayan elementos como esa capacidad del protagonista de ver muertos –también sin introducirse en el terreno del horror ya que son muertos “buenos”-, ruidos extraños o testimonios disonantes.
Personalmente, con mi abuela fallecida hace menos de un año tras una dolorosa enfermedad, no puedo decir que la narración no arraigase en mí, al igual que puede ocurrir con muchos otros, pero viendo hacia que tipo de público va dirigida principalmente productos como este –solo hay que ver esa carátula que promete más de lo que ofrece- comprendo fácilmente que alguien califique estos minutos como una afronta o tomadura de pelo. Al menos avisados estáis.
Luego, cuando comienza la investigación, continúa por senderos igualmente ¿entrañables?, pero al menos aumenta en tensión y contenido fantástico. En este punto es agradable comprobar como se aprecia un destello de ambición –propiciado sin duda por la historia original- no circundando el motivo del estado de la abuela a la simple posesión “porque sí” a la que nos están acostumbrando los cineastas en los últimos años. Aquí se juega con más elementos divagando incluso con ingredientes arraigados con las leyendas y ritos del lugar con reminiscencias a otros conceptos. No en vano, y aquí me he vuelto a olvidar convenientemente de dar al principio otro dato, el “Skeleton Crew” del que formaba parte este relato era una especie de homenaje a Lovecraft…
Desgraciadamente la parte final no solo no mejora los minutos anteriores –ni siquiera los mantiene- sino que los enturbia.
Comienza a dar bandazos buscando explicación a lo inexplicable, queriendo encima mantener ese espíritu “Para todos los públicos” sin llegar a contentar a nadie. Cuando busca conmover se mete en los terrenos fangosos del ridículo, y cuando busca dar miedo resulta hasta risible. Si a esto le sumamos que no se ve un pijo y efectos especiales de mercadillo –qué decir de esos ojos en la oscuridad… -, tenemos ya demasiados despropósitos juntos como para que no se nos vaya el mal sabor de boca.
Para ir acabando, que bastante me estoy alargando ya, aplaudir dos aspectos: uno, las pinceladas de humor, algo que vuelve a hablar a las claras de la escasa intención de dar miedo; y dos, la excelente fotografía de la película con esos parajes de Virginia Occidental tan llenos de prados, pequeñas colinas y aislados robles y castaños; todo un paraíso para el que os escribe. Lástima de ese desenlace, como decía, excesivamente oscuro ya que este aspecto podría haberse convertido en el mejor valedor del film. Aunque triste consuelo…
Por último, su reparto. Dos rostros destacan sobre los demás: Shirley Knight y Dylan McDermott. La primera, casi no necesita presentación: con decenas de premios a lo largo de su dilatada carrera, es una opción inmejorable para encarnar al personaje que le ha tocado representar. Tierna en los momentos más distendidos –las escenas con la cuchara en la boca- y creíble en los más terribles.
Dylan McDermott –ya quisiera yo a los 53 años estar como él…- ejerce de invitado de excepción. Y por esa misma razón y por el propio enfoque de su personaje, pistas incluidas… resulta tan previsible su rol. Cachis…
El resto del elenco, correctos. Los niños protagonistas bien, no resultan repelentes que es lo que importa en estos casos.
Resumiendo; bajo casi una apariencia de telefilm, “Mercy” se presenta como uno de esos cuentos macabros para pre-adolescentes donde King parece mezclar parte de su vida con elementos fantásticos y de terror. Un cocktail que se deja ver, pero que resulta previsible y falto de contundencia. Recapitulando: un cocktail light y sin alcohol, que no está malo pero que soso y sin chispa, no es lo que uno busca en una noche de juerga.
Felicitaciones Mr.Champoo por excelente análisis.Seguidor de este tipo de historia la voy a tener en cuenta gracias a tu reseña. También es atractivo el elenco. Saludos
ResponderEliminarGracias. Aunque creo que la reseña más que a animar a verla, es para poner en sobreaviso de su carácter casi infantil.
ResponderEliminarEs vedad pero selecciono este tipo de cintas para mi hija que esta incursionando en el genero je je!!
ResponderEliminarPues perfecto. Para eso es la idónea.
ResponderEliminarYo soy muy fan de Stephen King, de los libros, porque hay adaptaciones que no se dejan ni ver. Aunque esta no parece ser de las mejores, le echaré un ojo porque siempre me da curiosidad ver que se hace con sus historias
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