“¿Un cero y medio?... Pero este Damien Thorn debe haber perdido el poco sentido común que tenía, con la de dieces que va cascando por ahí a películas de mala muerte...Qué bochorno, qué vergüenza, qué indignación!!!!”
Entendería que esto fuera lo que muchos de ustedes opinasen nada más ver la nota que acabo de darle a la última peli que he tenido el “gusto” de tragarme en mi afán de evitarles todo tipo de bodrios malrrolleros... Pues bien, déjenme ponerles en antecedentes y darles una explicación (que como alcalde que soy les debo) de mi iracundo y endemoniado medio punto.
Como en Las chicas de oro, hagan un esfuerzo mental... La Mancha, años ochenta, un niño preadolescente se cría en medio de la estepa castellana en un pueblo en el que faltan las bolas de paja rodando para parecer el Oeste americano, educado en unas estrictas normas judeo cristianas que son las que imperan en la zona (sí, lo de las vírgenes de Pedro Almodóvar es puramente cierto).
Ni que decir tiene que el pecado es pecadísimo y el infierno se nos pinta terrible, así que una generación, la mía, hemos vivido acojonados de tocarnos nuestros propios miembros-no digamos ya los ajenos-para darnos gustico en esas gélidas noches invernales por si moríamos de pronto sin confesar y nos íbamos directos a las calderas terroríficas de Pedro Botero.
Esos años ochenta de la movida madrileña, los ácidos, el punk, las Costus, a tán sólo unos 170 kilómetros de distancia se vivían poco menos que como en “El Bosque”, de mi idolatrado Shyamalan. El que esto escribe fue monaguillo, primero en la Virgen de Altagracia, luego en los Padres Paúles... Hizo catequesis y se confirmó, pero también fue a Juventudes Marianas Vicencianas e incluso casi cae en las redes opusinas tras tres veranos en Torreciudad.... Lo normal en mi pueblo, vamos.
Y puestos en estos antecedentes, imagínense lo que le puede costar a alguien medianamente “diferente”, con esas raíces marcadas, esa beatitud casi monjil, esa superstición vaticana y ese temor de Dios, irse quitando traumas y dolores, alejado del pueblo lo máximo posible.
Vamos, que porque no me ha dado por psicoanalistas, que si no, tendría que prostituir mis prietas carnes manchegas para pagarles las visitas y regresiones antitrauma.
“Pero este Damien Thorn es cada día más coñazo... Se le va la pinza, ¿no?... ¿A qué coño viene esta reflexión manchego-meapilas?...No es este el lugar, no....”
Paciencia, amigos, dénme unas líneas y todo, todo, encajará...
Pues bien, uno de esos relatos absolutamente TERRORÍFICOS de mi infancia monjil era el del Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia, que es justo el nudo del argumento de la peli que critico, “The Remaining”...
En la escatología cristiana, el arrebatamiento o rapto, es la creencia de que al descender Jesús del Cielo, en su segunda venida a la Tierra, la Parusía, los muertos que llevaron una vida cristiana resucitarán tras sonar la trompeta, con un cuerpo incorruptible y los creyentes vivos serán raptados o llevados junto con esos muertos resucitados para encontrarse con él en el aire. Vamos, que los buenos creyentes, de golpe, la palmarán para irse con Jesús al Cielo mientras que los malos nos quedaremos, vivitos y coleando, sufriendo y pasándolas muy putas. Y luego ya, después de semejante traumática experiencia (muertos volando con los “buenos” por los aires, llegará la Tribulación que será un derrame sin precedentes de la ira de Dios para con los bastardos que no hayamos flotado en el Rapto...
Esta historia, contada desde un púlpito de madera barroca a tres metros sobre el suelo, con una voz ronca de cura que rebota en las paredes haciendo eco del final de cada palabra puede ser aterrador para un niño, se lo aseguro....
Toda esta historieta coincide con el milenarismo, ¿recuerdan a ese tremendo genio, Fernando Arrabal, completamente borracho como una cuba entrevistado por Jesús Quintero y asegurando que “el milenarismo va a llegaaaaar”?, se refería a la idea, la doctrina, de que Jesús tendrá un reinado físico de mil años en la tierra, mencionados en el Apocalipsis.
“Vale, sí, de acuerdo... ¿Y toda esta patraña qué tiene que ver en una crítica de cine Damien Thorn, ¿eh?, ¿eh?...Habla de la peli YA”
Pues eso, que todo marcha genial hasta que de repente parte de la peña empieza a palmarla de inmediato, cayendo redondos al suelo fulminados. A este desastre sigue una serie de catástrofes naturales de tal magnitud que el mundo no las conoce y la palma aún más gente. Granizos del tamaño de mi cuarto de baño, tormentas eléctricas, huracanes... Los cinco amiguetes chupipandi guay sobreviven y empiezan a buscar refugio con otros supervivientes en una iglesia. Allí, guiados por un pastor que realmente no tenía fé, comienzan a darse cuenta de lo que esta gran catástrofe mundial significa: se trata del Rapto descrito en las profecías bíblicas y a medida que el tiempo pasa comprenden el significado de estos acontecimientos, que les obligarán a tomar decisiones espirituales con el fin de determinar qué eligen, Jesús o nada...
Lo cierto es que la cosa empieza bastante bien, rollo religioso aparte, como una buena película de catástrofes serie B, y el guionista y director Casey La Scala (“Grind” 2003) comienza a contarnos la historia a un ritmo rápido, ágil y atractivo. La atmósfera de suspense y tensión se consigue eficazmente con unos efectos visuales y especiales resultones, impropios de una cinta sin actores de renombre, (el elenco está formado por caras de actores poco reconocibles, con excepción quizás de Alexa Vega y John Pyper-Ferguson, lo que ayuda a mantener atenta a la audiencia en la experiencia visual) pero respaldada por Sony Pictures, en la que imágenes de aviones estrellándose contra edificios y trozos monstruosos de granizo golpeando el suelo y a las personas son creíbles y muy, muy eficaces... Pero...
Y es que la cosa tiene un pero, pero un pero, repero.
Salvo que uno interprete el título y sea más avispado que un súper magnífico de Saber y Ganar, tras ver el trailer, lo normal es esperar una peli de terror, con pretensiones a lo Cloverfield (es evidente la inspiración, pero chato, LaScala, ni te acercas) en plan dimensiones gigantes. Pero no es otra cosa que un vehículo cutrón, nada sutil, evidente y mal velado para la predicación cristiana. Y no es que a mí como católico me importe demasiado que mezclen religión y entretenimiento, lo que me fastidia, enoja, cabrea, ofende y saca de quicio es que me la quieran colar. Y director, guionistas, productores se deben creer muy listos, pero les sale el tiro por la culata.
La cinta de golpe se vuelve monótona y aburrida, con escasas escenas de tensión hasta llegar a un final absurdo, de lo peorcito que recuerdo, con la única pretensión no ya de divertir, ni de emular a ese Cloverfield, sino de inculcar unos valores cristianos moralistas y caducos a través del MIEDO. Pero del miedo impuesto por la religión, el peor de los miedos. Un miedo impuesto por una Iglesia farisea que condena todo menos lo propio, ensalza conductas absurdas y parece querer volver al medievo. Y por ahí, queridos cuervos, sí que no paso.
Pero, y flípenlo, no es la única peli del 2014 que trata del desconocido por la mayoría Rapto de la Iglesia. Nicolas Cage, empeñado en enterrar su carrera, protagoniza “Left Behind” de Vic Armstrong, peli sobre el mismo tema que esta “The remaining” pero sin boda, mala, pero infinitamente más decente, coherente y mejor que la cinta que aquí hoy critico y que es puro sermón sectario panfletario y cateto en el regreso de algo tán superado y enterrado ya como es el Cine Propaganda.
En definitiva, la película podría bien llamarse “YO AMO A JESÚS... Y más me vale, porque si no, va a volver a la tierra a hacérmelas pasar canutas, matarme a mí, a mis amigos, a mi familia...”
Lo mejor: Me niego.
Lo peor: Usar la religión como nido de temores y horrores en una época en la que ya no es el opio del pueblo ni de coña.
Cinta ideal para campamentos de ciertas prelaturas de la Iglesia, con alto potencial para traumatizar aún más a niños indecisos y con problemas y adocenarlos, alienarlos, exigirles un diezmo y una vida de dedicación absoluta.
Y ojo, el que firma esto es creyente, practicante y moderado...
Pues mira, no estoy nada de acuerdo contigo. Hay presencia religiosa y si quieres, propagandística. Te lo compro. Pero yo lo veo de otra manera menos... ¿puedo decir encabronada? A mí como película me gustó. Ya te digo que te entiendo, pero uno puede opinar diferente, ¿no?
ResponderEliminarPequeña puntualización :Fernando Sánchez Dragó fue el que entrevistó a Arrabal aunque hubiese estado mas gracioso con Quintero
ResponderEliminarGrande Damien! Yes un crack total!
ResponderEliminarChanpoo, pues claro que no está mal no compartir nada en absoluto, para eso estamos, pero como verás yo con esta me pongo radiKal,
ResponderEliminarAnónimo, muchas gracias por la corrección!Es cierto que fue el Dragó, igual de ciertp que hubiera sido aún más divertido con Quintero... O no, porque es un momentazo de nuestra tele!Gracias, majo!
Dieguito, muchas gracias por tu saludo, muchas!
Saludetes
Pero que no coincida contigo en esta, no quiere decir que normalmente lo hagamos o que la reseña esté estupenda. Peloteos y camaradería aparte.
ResponderEliminarTotalmente en acuerdo contigo, comienza bien ignorando los clichés, después se torna tonta, aburrida y absurda, se la pasan diciendo que viene lo peor, que a penas comienza el terror y realmente no pasa nada, un mal final, se vuelve tonta y termina siendo pobre (siendo educado) mal sabor de boca, había leído comentarios donde se decía que era impactante y muy buena y la verdad es que no encontre nada rescatable en toda la película, solo que es un tema que se puede explotar mucho más, con realmente terror y no algo como esto.
ResponderEliminarDos cosas:
ResponderEliminarLo primero es que amo el video de Fernando Arrabal, el milenarismo va a llegar. Déjame, déjame hablar y se sube en la mesa. Yo muero de amor.
Y lo segundo, coincido que el miedo que inculca la iglesia es un miedo atroz, que además ha subyugado la sociedad durante demasiado tiempo. Ha cohibido el progreso y bueno, son terribles bastards. Así que, independientemente de si la peli está bien o no, es propagandística (jesús te ama) o no; me parece que trata un tema de horror absoluto!
Puedo decirte Damien que no he podido terminar de ver "The remaining", que he cabeceado unas cuantas decenas de veces intentando verla y que no ha habido manera, ni con café, ni cambiando de posición...nada. La película es muy aburrida, y eso es algo imperdonable en este tipo de propuestas, llega un punto en el que parece que no avanza y en el cuarto final (oye a lo mejor lo interesante está ahí), ya me rendí y dejé de verla.
ResponderEliminarEl tema no me molesta para nada, todo lo contrario, el tema del temor de Dios y cómo este ha sido el cuento de terror mejor contado y más efectivo de la historia, da para mucho y me encantaría ver en pantalla a ese dios salvaje, y despiadado desplegando su ira sobre los pecadores que no comulguen con su palabra...El problema es que en "The remaining" dios es amor, dios es salvación, pero a nadie le interesa...
Supongo que ese 0,5 es tu venganza a esa educación que recibiste o a las costumbres del lugar donde te criaste, yo igual hubiera sido un poco más generosa, pero nada por encima del 3, no te vayas a creer.
Yo he tenido la suerte y sí, he dicho bien, suerte, de haber crecido en un ambiente agnóstico y no haber sentido esa sensación castrante de los actos pecaminosos, por eso, este tipo de películas que muestran (o deberían) la cara oculta del dios bondadoso me suelen interesar bastante. A ver si tenemos suerte y alguien hace algo en condiciones con esto!!!
Saludos "monaguillo" :)
Todo lo que rodea a Dios (en cualquiera de sus nomenclaturas) y a la religión, ya es de por si terrorífico. Mas en la vida real, que en la ficción. En el cine, no obstante, el tema ha dado para unas cuantas buenas películas... desde luego, no es el caso.
ResponderEliminarThe Remaining es una de las películas más aburridas e insípidas de lo visto últimamente. Insoportable.
Saludos.