Crítica: Los Parecidos

Hay películas donde la estética y las intenciones están por encima del resultado final. Hay películas que dejan en el espectador una muy extraña sensación por culpa de una historia que teniendo suficientes elementos interesantes es alargada hasta la saciedad. Hay películas que pasado el sopor y aburrimiento inicial consiguen alzar el vuelo llegando incluso a resultar simpáticas por momentos. Estas tres frases (y alguna más) pueden definir sin ningún tipo de problemas a ‘Los parecidos de Isaac Ezban (Director de ‘El incidente’ o el cortometraje ‘La cosa mas preciada’ que forma parte de la antología ‘Mexico Bárbaro’).

Una lluviosa noche de 1968 llevará a un grupo de variopintos personajes a quedarse encerrados en una estación de autobuses a la espera de que llegue un autobús que los lleve a Ciudad de México. La larga espera y la falta de información hará que estos empiecen a perder la calma llegándose a plantear que está sucediendo realmente.

La sinopsis de ‘Los parecidos’ posee todos los elementos necesarios para captar nuestra atención y conseguir despertar nuestro interés por ver esta película, lo que deriva en que la sensación de decepción que se queda en el cuerpo del espectador tras su poco mas de hora y media le lleve a este a pensar que Ezban poseía una buena idea pero que o bien no ha sabido desarrollarla como hubiera sido necesario o bien ‘Los parecidos’ no daba mas que para un cortometraje o un mediometraje.

El tiempo que el director y guionista se toma para presentar a sus personajes, el exceso de alguno de ellos (Esa indígena que se pasa media película lanzando conjuros y que no es solo un compendio de todos los clichés de este tipo de personajes si no que además resulta del todo cargante y excesivo), la poca naturalidad de las interpretaciones (Sirva de ejemplo el momento en el que dos de los personajes se sientan en la cafetería del bar a tomar algo y ya de paso a hablar de los motivos que los han llevado a la estación), el ritmo que parece que no acaba de arrancar (La película por momentos está mas cercana al teatro que al cine. Esta frase la digo con todo el respeto porque creo que esta historia hubiera dado mas juego sobre un escenario), el abuso de la idea de estar ante una especie de cuento de ciencia ficción (No todo se puede justificar en base a este hecho.

Puede resultar muy perturbador, muy Jeunet y Caró en su mejor época, léase ‘Delicatessen’ y ‘La ciudad de los niños perdidos’, ver a ese niño vestido con un chubasquero amarillo que parece extraído directamente de ‘It’ que lleva una especie de respirador amarrado al cuello o mostrar sangre debajo de una puerta pero si luego estos elementos o bien desaparecen o bien no se les saca el provecho necesario hace que el espectador se plantee si Ezban ha querido de alguna manera homenajear al cine de una época incluyendo ciertos fallos de manera deliberada o simplemente es que este no se ha prestado la suficiente atención. ‘Los parecidos’ es una muestra de amor al cine de serie B que no ha conseguido emular el cine de una época que parece que Ezban tanto admira) o el uso del humor (El director y guionista ha querido rodar una película con cierto poso –La idea de las manifestaciones que se van a producir en Ciudad de México. La manera en la que la lluvia afecta a las personas y cierta frase que el niño repite de forma casi constante tiene mucho mas fondo del que parece- sin olvidarse de salpicar a su película con poco de humor, algo que a mi personalmente me descolocó ya que durante el visionado de ‘Los parecidos’ llegué incluso a pensar de que Ezban me estaba tomando el pelo y que el chiste no era lo que veía si no como reaccionaba yo como espectador al ver ciertas escenas de la película. Si esa era la intención del director y guionista cambio mi nota de esta película de un cuatro a un diez, aunque creo que un cameo de Loulogio hubiera dado para un mas que brillante gag. Sí ya sé que esto es un comentario demasiado local sobre todo siendo que la película es mejicana y es casi seguro de que no sepan quién es) consigue que el espectador pase por toda una montaña rusa de sensaciones (Del aburrimiento al estupor pasando por la sorpresa y llegando hasta a la simpatía por aquello que se está viendo) que imposibilita a este el entrar en la película de una forma natural y disfrutar de ella. (En mi caso y debido a su aburrida parte inicial, no conseguí entrar en ella hasta su primera hora de metraje).

En la última edición de la muestra de cine fantástico y de terror ‘Área 50’, tuve la oportunidad de ver un cortometraje titulado ‘Cenizo’. El trabajo de Jon Mikel Caballero, guionista y director del corto, es otra de esas obras que como le ocurre a ‘Los parecidos’ está lejos de lo inicialmente plantado. Es absolutamente imposible no pensar en ‘Cenizo’ al ver la película de Ezban, tanto por su estética (La obra de Caballero y la de Ezban toman elementos propios de las películas de serie B) como por el resultado final (En los dos casos volvemos a estar ante historias que se muestran críticas con aquello que está pasando. En un caso con los desahucios, en el otro con las revueltas y la alineación de la sociedad). Los diez minutos que dura ‘Cenizo’ en comparación con la casi hora y media de ‘Los parecidos’ consiguen que este resulte mucho mas interesante y entretenido que la película de Ezban gracias sobre todo a que los posibles fallos de guión quedan diluidos ante una estética que consigue sorprendernos y a una mas que ajustada duración.

‘Los parecidos’ es una de esas películas de las que me quedaría solo con su parte final que sin llegar al espectáculo de ‘They’re watching’ demuestra que Ezban tenía al menos una buena idea entre manos. Por desgracia el uso de la voz en off y un epilogo un tanto forzado acaba por tirar por la borda todo aquello que durante la parte final de la película había conseguido ganarnos. Una primera parte que no consigue arrancar en ningún momento y una historia que sufre demasiados altibajos hacen que esta sea una muy irregular cinta lo que es una verdadera lastima porque ‘Los parecidos’ apuntaba muy alto.