Crítica: Superlópez

El de la adaptación cinematográfica de “Superlópez”, mítico cómic patrio creado por el gran Jan (Juan López Fernández) allá por 1973, es un buen ejemplo (otro más) de lo que yo vengo denominando la moda de “el enano gruñón”. Básicamente, quejarse con y sin razón, de todo aquello que tiene que ver con el género, por, supuestos amantes del género. Siempre hay una excusa, siempre hay un argumento, por ridículo que este pueda sonar, cuando se trata de tirar piedras sobre el propio tejado o, al tejado del vecino, que mola más. Recuerdo los litros de bilis que corrían por las benditas redes sociales cuando apareció la primera imagen oficial de la película con Dani Rovira metido en el pijama del superhéroe. Desde ese mismo instante, muchos ya tenían la excusa, el argumento, para la enésima cruzada contra eso que supuestamente les gusta. Los más avispados, incluso tenían ya las críticas escritas pendientes de publicación.

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“no serían las de Telecinco y Mediaset, las mejores manos en las que dejar un material original con tanto potencial y al que se le tiene tanto cariño como es la obra de Jan”

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Abro con esto, que no es nuevo, pues no deja de resultarme gracioso el episodio vivido en Sitges en la primera proyección de la película en el festival. Prólogo durante el cual, más de uno se marchaba, supongo que, horrorizado de la sala a las primeras de cambio cuando algunos no habíamos aun, acomodado el paquete en la butaca. Pero esas cosicas que a veces nos da la vida, esas sorpresas inesperadas, esos giros del destino. Sí, a los quince minutos, no había nadie allí (o muy pocos, que supongo estarían distraídos twitteando ya su crítica), que no se estuvieran partiendo el ojete con la película en uno de los porcentajes gag-carcajada más altos, que servidor recuerde en una sala de cine reciente. Y de ahí hasta el final.

Corrían ya todos estos twitts apocalípticos sobre las miserias de una película que seguramente muchos, no habían ni terminado de ver. Pero claro, al rato comenzó a salir la gente de la sala, la que sí había visto la película, y por supuesto, no tardaron en correr a las redes a pregonar lo visto con opiniones que distaban bastante de la de los Nostradamus de saldo. Ahora resulta que “Superlópez” era una película muy divertida y muy disfrutable, pese a que seguramente, no era lo que a todos nos hubiera gustado. Y es que no serían las de Telecinco y Mediaset, las mejores manos en las que dejar un material original con tanto potencial y al que se le tiene tanto cariño como es la obra de Jan, bastante más rica y sustancial de lo que una productora como la de Telecinco entiende, o suele entender, por entretenimiento.

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“Aun poniendo en entredicho la fidelidad de la película como adaptación, no cabe duda de que nos encontramos ante una propuesta muy divertida”

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El director Javier Ruiz Caldera enfoca claramente la película hacia la comedia chorra con denominación de origen, algo que se podía intuir si tenemos en cuenta el historial de la criatura con “joyas” del calibre de “Spanish Movie” (2009), “Promoción Fantasma” (2012) u otra adaptación de la viñeta como “Anacleto: Agente Secreto”. Más pistas, por si hacían falta, era la presencia del monologuista cómico reconvertido a actor Dani Rovira, quien ya había protagonizado dos de las comedias más exitosas (y divertidas, todo sea dicho) que ha visto este país en años: “Ocho Apellidos Vascos” (Emilio Martínez Lázaro, 2014) y “Ocho Apellidos Catalanes” (2015). Nombres en el reparto como los de Alexandra Jiménez o Julián López, pues blanco y en botella.

Teniendo en cuenta las características del cómic de “Superlópez”, no cabe duda de que en el panorama nacional había nombres mucho más sugerentes y sobretodo, apropiados para la ocasión. Gente como Javier Fesser (quien ya hizo una excelente adaptación de los superagentes de la T.I.A) o pesos pesados y ya con experiencia contrastada en el género como Nacho Vigalondo o Paco Cabezas, eran perfiles bastante más deseables. No olvidemos que pese a la ligereza de las primeras historietas ideadas por Jan, que se limitaban a parodiar a la española, a un icono de la cultura popular americana como “Supermán”, el gran superhéroe de la DC, en adelante, las historias fueron adquiriendo muchos más matices, haciendo referencia a grandes obras de la literatura (Véase “El Señor de los Chupetes”), a temas históricos o apostando incluso por la denuncia social tratando temas de rabiosa actualidad. En el binomio junto a Efepé (Francisco Pérez Navarro) y la aparición del supergrupo, “Superlópez” adquirió también un plus de gamberrismo que, extrapolado a la gran pantalla, podría haber dado para una película de tono muy distinto al que finalmente nos ha ofrecido la cinta de Caldera.

Aun poniendo en entredicho la fidelidad de la película como adaptación, no cabe duda de que nos encontramos ante una propuesta muy divertida, repleta de gags a cascoporro como he comentado, de un alto porcentaje de eficiencia, ya sea por el ingenio de estos, o por el buen hacer de un reparto absolutamente en su salsa en el que por supuesto, destaca Dani Rovira, haciendo de Dani Rovira, no se puede negar la gracia innata del amigo para sacarle punta a gags que, en boca de otros igual no sonarían tan cachondos, amén que físicamente da el perfil perfecto para el personaje. Muy bien escudado por los citados Alexandra Jiménez y Julián Lago (el otro gran baluarte cómico del filme) y un también estupendo Pedro Casablanc. Destacar por último el pequeño pero vital papel de Ferran Rañé como el despiadado dictador Skorba, quien nos deja, por triplicado, la mejor frase de la película. Lo peor en este sentido lo encontramos en una Maribel Verdú bastante artificial y fuera de lugar en el rol de Agatha, hija del dictador y villana principal del filme, que no me pega ni con cola.

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“Javier Ruiz Caldera hace su película, para bien y para mal, y nos ofrece un producto honesto, que no pretende engañar a nadie y que encima entretiene”

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Curiosamente, es este, el de los villanos ramplones, desdibujados e insulsos en las primeras entregas de las sagas, un mal endémico que la película comparte con todas esas cintas de superhéroes que la película parodia. Si nos fijamos en personajes como “Iron Man”, “El Capitán América” o “Thor”, veremos que todas han sufrido de ello y supongo que no es casualidad, pues entiendo que la idea de estos desvirgues es siempre la de presentar al héroe y para ello, se necesita un villano de perfil bajo a modo de comparsa. Siendo así, si el tema es premeditado, lo de Verdú habría que analizarlo en otros términos.

“Superlópez” no es la película que a todos los amantes del cómic nos hubiera gustado ver, es cierto. Pero no lo es menos que a como oportuna parodia de un género, el de superhéroes, de tan rabiosa actualidad y con tanto peso en la actual industria, supone un oportuno, simpático, y muy divertido ejercicio que funciona además a modo de rara avis en un país de nula cultura cinematográfica en lo que a superhéroes se refiere, más allá de una cinta reciente como “Capa Caída” (Santiago Alvarado, 2013) o la mítica “Supersonic Man” (Juan Piquer Simón, 1979). Javier Ruiz Caldera hace su película, para bien y para mal, y nos ofrece un producto honesto, que no pretende engañar a nadie y que encima entretiene. Con una cuidada puesta en escena, una narrativa ágil, correctas interpretaciones, un libreto divertido (viene firmado por Borja Cobeaga y Diego San José) que sobretodo gustará en Catalunya por las constantes referencias a su idiosincrasia y algún que otro guiño a las grandes películas del género, como la secuencia del metro que tan bien reconocerán los seguidores de la fabulosa trilogía arácnida de Sam Raimi o la escena post-créditos. Ni tan mal.

Lo mejor: Muy divertida, con un alto ratio de éxito en los gags.

Lo peor: La bajada de ritmo y frescura en la decepcionante batalla final.