Hay películas minimalistas, que con muy poco son capaces de transmitir múltiples reflexiones, y otras, como “Under the Silver Lake” (2018), que a cada minuto introducen nuevos elementos en la trama creando un gran y sobrecargado castillo de naipes. Las dos fórmulas funcionan cuando están bien dirigidas, y la última película de David Robert Mitchell es un buen ejemplo de que también es posible trascender a través del caos. En mi opinión no es una película tan lograda en su conjunto como su anterior película, “It Follows” (2014), una de las grandes propuestas de terror de los últimos años, pero sí es una interesante evolución para un cineasta muy singular del que seguiré esperando estrenos atentamente.
“Under the Silver Lake toca muchos géneros (thriller, intriga, comedia, drama), pero es, por encima de todo, un homenaje al cine negro"
No se podría esperar menos de una película en la que un joven llamado Sam, se ve envuelto en una investigación rocambolesca tras los pasos de su vecina Sarah, a quien acaba de conocer. Mensajes ocultos por todas partes, catacumbas hasta entonces desconocidas bajo la ciudad y una figura pública en paradero desconocido. Todo esto mientras la sensación del momento es un peculiar grupo de rock llamado “Jesus and the Brides of Dracula”. Y cuidado, que un asesino de perros anda suelto por LA...
Empezar a ver una película y tener la percepción de que es todo lo que esperabas de ella es una experiencia rara, y con esta película tuve esa sensación desde el inicio. En una de las primeras escenas, en la que el protagonista expía desde su ventana a la vecina que toma el sol en la piscina, ya están presentes muchos de los elementos que definen esta película. Luego el director va introduciendo múltiples subtramas que derivan en situaciones diferentes, algunas más acertadas que otras. De esta forma “Under the Silver Lake” toca muchos géneros (thriller, intriga, comedia, drama), pero es, por encima de todo, un homenaje al cine negro. La película es algo así como el máximo exponente del “neo noir” que se podría hacer hoy en día para las generaciones millennials, algo que representan a la perfección el personaje de Sam, interpretado por Andrew Garfield, y el personaje de Sarah, interpretado por Riley Keough, cuyo perro se llama Coca-Cola.
La música de Rich Vreeland (Disasterpeace) y la forma cómo está rodada la película, consiguen resucitar a Philip Marlowe (“El Largo Adiós”) y situarlo de lleno en las complejidades del siglo XXI. Pero la película no se queda ahí, va evolucionando y nos muestra también un mundo lleno de excéntricos y extravagantes personajes que recuerdan al psicodélico mundo detectivesco de “Inherent Vice”. Robert Mitchell escribió personalmente un guion capaz de mezclar dos corrientes literarias dentro del cine negro, la de Raymond Chandler y la del enigmático Thomas Pynchon.
“Nada es por casualidad en las elecciones de Robert Mitchell y él sabe que en este momento LA está de moda”
No finalizan ahí las constantes referencias de “Under the Silver Lake” a la cultura pop, que se van interconectando y acaban siendo un hilo conductor del verdadero leitmotiv de la película: Una investigación que nos lleva por un viaje lisérgico a través de la ciudad de Los Ángeles, en el que las pistas surgen de los lugares y objetos más imprevisibles. La propia canción “What's the frequency, kenneth?” de REM, que forma parte de la Banda Sonora de la película, hace referencia al inverosímil juego en el que nos sumerge el protagonista al ir conectando los mensajes ocultos que encuentra en revistas de videojuegos, cajas de cereales o discos escuchados del revés.
También merece especial atención el tratamiento que da a la ciudad de Los Ángeles como si fuese un personaje más dentro del casting. Si en “It Follows” el protagonismo lo tenía Detroit (aprovechando los escenarios generados por la crisis, al igual que supo hacer Jim Jarmusch en “Only Lovers Left Alive”, rodada el mismo año), ahora la referencia es LA, la ciudad en la que los sueños cinematográficos y las perversiones reales se unen como una alucinación en la cara oculta de la ciudad (algo similar a que lo había hecho Lynch, con un estilo diferente, en su película de culto, “Mullholland Drive”, 2001). Nada es por casualidad en las elecciones de Robert Mitchell y él sabe que en este momento LA está de moda, es una ciudad que se ha sabido reinventar y vuelve a ser tendencia.
El guion va uniendo piezas para crear la historia como si fuese un rompecabezas, y ese aparente caos no es más que una representación del modo en que consumimos hoy en día, con una inmediatez total, ya sean noticias a través de las redes sociales, datos a través de internet, o un batiburrillo de canciones mezcladas sin criterio temporal en nuestras pistas de Spotify.
“el director juega con nosotros y nos coloca en una posición similar a la del protagonista”
La película está llena de detalles, como esa frase, BEWARE THE DOG KILLER, que bien podría ser el título de la película, porque es un aviso que aparece de forma constante. No sé con total seguridad como interpretarlo, pero en la primera escena se ve del revés, por estar escrito en un cristal, y se lee la palabra DOG como GOD junto al rostro de Jim Morrison, mientras una chica va borrando las letras. También es curioso ver la palabra BEWARE como ERA WEB. Ambos detalles son referencias muy presentes en las intenciones de las película: la caída de nuestros ídolos y la actual era de internet que mencionaba antes. Alusiones a Janet Gaymor y james Dean, la aparición de números como el 1492 (el descubrimiento), o las estrellas fugaces, son algunos de los muchos detalles y homenajes con los que el director juega con nosotros y nos coloca en una posición similar a la del protagonista.
Y para finalizar, voy adelante con un pequeño epílogo (ojo, a partir de aquí hay riesgo de SPOILER para los que todavía no vieron la película): La búsqueda de todos esos misterios, tal vez inexistentes, se podría interpretar como una respuesta al propio vacío existencial, donde la ausencia de sentido hace a Sam obsesionarse con conspiraciones y mensajes ocultos que ve en todas partes. Envuelta como una broma, la película es una crítica profunda a la sociedad y a aun mundo que se desmorona al descubrir que la mayoría de las creaciones culturales que formaron parte de nuestra vida son mentira. Todo tenía un trasfondo comercial y planeado, lleno de mensajes subliminales, que convierten en un falso espejismo la espontaneidad de muchos de los movimientos culturales que han crecido con nosotros. Un espejismo como el propio amor que se desvanece frente al protagonista bajo el agua de Silver Lake, al igual que la portada de playboy con la que se masturbaba en su adolescencia. Sam no es más que un producto de todo ese fraude, un tipo sin trabajo y con un Mustang, que mata su tiempo inventando misterios y pistas por las cinematográficas colinas de LA.
Es el reflejo de una sociedad como la que describe Houellebecq, de forma menos irónica y mas depresiva, en “Ampliación del Campo de Batalla”, cuyo protagonista es la antítesis de Sam, al no querer formar parte del juego. Al final, el bienestar (o al menos, la supervivencia) es más simple y está mucho más cerca de lo que nos imaginamos. En el caso de Sam, en la puerta de al lado, donde quizá encuentre solución de forma transitoria (en la vida todo es transitorio) a un inminente desahucio y a sus prominentes ganas de eyacular.
Lo mejor: La crítica irreverente que nos brinda Robert Mitchell, un camino lleno de pistas ocultas y referencias, que hace tambalear todos nuestros iconos y mitos generacionales.
Lo peor: La película experimenta colocando en la mesa demasiada información y acaba teniendo sus altibajos, pierde el foco en algunos de los caminos propuestos.
Le tenía muchas ganas a este film. Pero así como lo empecé con un entusiasmo general, fue cayendo cada vez más en el aburrimiento. Demasiado larga y se pierde por el camino. Al final me ha aburrido.
ResponderEliminarUn saludo
Victor, no te voy a negar que estoy de acuerdo contigo en que la película va de más a menos. Mucha información, muchos caminos abiertos, y eso al final le pasa factura y se pierde un poco.
ResponderEliminarPero como un todo es una crítica total y arriesgada, al menos yo la interpreto así y por eso me atreví a meter un spoiler y abrir mi opinión al respecto.
Un abrazo
Cuando la proyectaron en Sitges alguien escribió que mientras la estás viendo no sabes si estas viendo una obra maestra o si directamente te están tomando el pelo. Y creo que por momentos esa puede ser la definición correcta de esta película. Dejándola descansar y pensando después de unos días, yo me inclino mas por la primera opción. Es cierto que es excesiva pero creo que el director y guionista sabe perfectamente hacia donde llevar la historia.
ResponderEliminar'Under the silver lake' es un Lynch para milennials. A lo ya citado acerca de 'Mullhollan drive' hay que sumar la presencia de Patrick Fischler que ya salia en la cinta de Lynch y la obsesión del director por los homeless..
La verdad es que entiendo que esta cinta genere rechazo aunque cuando yo la vi en el cine, la sala estaba llena y solo se fue una persona algo que tampoco es excesivamente destacable porque solo estuvo 15 minutos y estuvo todo el rato con el whatsapp. El resto de la gente creo que la disfrutamos bastante..
Y como nota curiosa cierta mansión es la misma que 'The Neon Demon'
Ah.. y se me olvidaba.. solo una escena justifica el visionado de toda la película...
Hola Donnie, es cierto que dependiendo de cómo cada espectador se tome o interprete la película, ésta puede resultar decepcionante o genial. Lo que tengo claro es que es un delirio en mayúsculas, para bien y para mal. Sobre los homeless, tienes razón en que son un componente importante en Silver Lake, como lo es para Lynch (tb en Twin Peaks tienen su protagonismo, al menos estéticamente). Hay mucha escenas singulares, por curiosidad, cuál es para ti la que justifica el visionado?
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Ronette, te comento y por si acaso SPOILER SPOILER SPOILER si hay una escena que para mi justifica el visionado de esta película esa no es otra que la del momento del encuentro entre el protagonista y el compositor y la forma que tiene este de hablar de toda la cultura pop con la que muchos hemos crecido. PAra mi ese momento es de lo mejor que he podido disfrutar en una sala de cine FIN SPOILER FIN SPOILER
ResponderEliminarJugar en el filo de la navaja como lo hace esta película y no solo no caer en el ridículo sino conseguir ser una de las mejores cintas del año, es simplemente increíble. Mira que hay muchos momentos en los que parece que la cinta va a naufragar pero Robert Mitchell consigue que esta levante el vuelo y se supere...
Un Saludo!
Donnie
Ahh, sin duda, es una escena muy peculiar. SPOILER Surrealista total, con Sam retorciéndose mientras el viejo le echa abajo todos sus iconos generacionales. La película está llena de buenos detalles. Abrazos!
ResponderEliminarNo negaré que seguí con cierta emoción la investigación y el desarrollo de la película, pero por momentos se hace pesada y demasiado rara, es todo como muy críptico.
ResponderEliminar¿y para que? Para un final absurdo. Además lo que se descubre no es algo que impacte...
Crítica sobresaliente, eso sí, aunque no coincida con la nota.
Hola Shadow, muchas gracias por el comentario. No es una película fácil, las pistas que sigue el protagonista son una ida de olla, pero en este tipo de cintas creo que hay que valorar y premiar la originalidad. Es una película diferente, y con una gran carga satírica como crítica. Otro punto a destacar, que a mí me gustó mucho, son los guiños al cine negro, tal y como comento en la crítica cuando cito a Pynchon y Chandler.
ResponderEliminarPero como dices, no es una película fácil.
Un saludo!