Dicen que es mejor caer en gracia que ser gracioso. Sabio dicho este que en clave nacional, se puede interpretar cuasi como uno de aquellos mandamientos cristianos que algún tarado de la época se sacó del forro de los cojones peludos. Lo vemos todos los días y en todos los ámbitos de la vida. Al final, lo importante no es tanto el talento, sino las amistades que uno tenga o la chusma de la que se rodee y sobre todo, de las puertas que estas puedan abrirte. De lo contrario, costaría entender según que fenómenos dantescos que vemos todos los días: directores sin talento alguno que consiguen sacar adelante sus proyectos mientras otros, que sí lo tienen, se pudren en el anonimato o el circo de las redes sociales (con twitter como el agujero de culo más negro y sucio de todos) donde gente sin ningún tipo de valor aparente consigue ganarse la gracia del rebaño mientras otros, que sí tienen cosas interesantes que aportar, se pudren en el mismo sitio, ese purgatorio anónimo donde los no enchufados, terminan echando raíces. Y todo esto, porque intento entender como una película como la que hoy nos ocupa, ha pasado de puntillas meses después de su estreno en USA.
“un sobrio thriller con invasión alienígena de fondo que se desmarca por completo de las habituales propuestas bombásticas”
Luego tenemos las sobredosis de turno de obscena publicidad en vena de películas que llegan a la pantalla grande directamente para hacer el ridículo, producciones mediocres o lo que es lo mismo, gasolina edulcorada para que el enano gruñón y su comunidad tóxica pueda seguir dándole coba a esa gran mentira nacional de lo mal que está el género fantástico y de terror y que ya no se hacen películas como las de antes. No parroquia, el problema no es que no se hagan películas de calidad, el problema es que rara vez se estrenan en salas y cuando lo hacen, que alguna vez ocurre, el círculo está tan sumamente viciado, la tendencia popular tan arraigada, que muchos ni siquiera son capaces de darse cuenta de ello.
“Captive State” se estrenó en USA el pasado mes de marzo y a día de hoy, la repercusión que ha tenido por estos lares (me refiero a la comunidad cinéfila patria) ha sido sumándole unas cuantas por aquí y restándole otras tantas por ahí... cero. Cero patatero o cerito sexuar, como decía un sabio. Por lo que para intentar entenderlo, entender como una película de semejante calidad, en esa supuesta época apocalíptica para el género donde todo es basura y mediocridad, supongo que uno debe remitirse al párrafo inicial de este pequeño análisis. Y es que luego al fan de la ciencia ficción se le llena la boca de mierda porque ha ido al cine a ver “Skyline” (The Brothers Strause, 2010). Y sí, el kilo de mierda en las redes rectales se paga bien, pero no hagamos trampas, que si uno quiere ver buenas películas de ciencia ficción (y en el terror, aun más), igual hay que buscar en otro sitio. El tema está en que igual, el interés no reside tanto en encontrar esa película que disfrutar como en llevarse a casa el kilo de mierda para su posterior mercadeo.
“los responsables del guión han conseguido no solo condensarlo todo en un suspiro de ciento veinte minutos, también que nos interesemos por todos los personajes que van apareciendo”
En fin, al grano que ya voy tarde. “Captive State”, nueva película de Rupert Wyatt. Para quien no lo conozca, este señor fue el encargado de dirigir la primera entrega de la segunda trilogía de los simios: “El Origen del Planeta de los Simios” (2011). Ahora, regresa al género de la ciencia ficción pero con una propuesta que poco tiene que ver con aquella. “Captive State” es un sobrio thriller con invasión alienígena de fondo que se desmarca por completo de las habituales propuestas bombásticas que nos han llegado en los últimos tiempos. Vamos, la antítesis del blockbuster.
Y eso, que el reparto es espectacular. La cinta está protagonizada por el incombustible John Goodman, quien se marca aquí otro logro de los gordos para su currículo dentro del género tras su antológico papelón en “Calle Cloverfield 10” (“10 Cloverfield Lane”, Dan Trachtenberg, 2016), secundado por un buen puñado de rostros populares, algunos con gran peso específico dentro del género fantástico en estos últimos años como el de Vera Farmiga (“Expediente Warren”), Madeline Brewer (“Cam”) o Ben Daniels (“El Exorcista”). Sin olvidarnos de secundarios de lujo como Kevin Dunn o Alan Ruck y estrellas emergentes como Ashton Sanders. Y es que uno de los grandes activos del filme, es el gran nivel interpretativo de todo el reparto, algo fundamental para que funcione la arriesgada fórmula coral que este propone.
Este riesgo viene dado por lo denso del material argumental de base. En este sentido, podríamos hablar del mayor handicap de la propuesta, el hecho de intentar condensar en escasas dos horas ideas y tramas, que posiblemente habrían encontrado en una serie de televisión el escenario ideal en el que desarrollarse. Como espectador, me habría encantado conocer más de cada uno de los muchos personajes que aparecen en el filme y por supuesto, de esa invasión alien la cual se nos cuenta a base de embudo, sin respirar y casi en su totalidad en los ilustrativos títulos de crédito. Pero de la misma forma e intentando ver el vaso medio lleno (se que esto le costará a algunos), hay que quitarse el sombrero ante el cómo los responsables del guión (Erica Beeney y el propio Wyatt) han conseguido no solo condensarlo todo en un suspiro de ciento veinte minutos, también de que nos interesemos por todos los personajes que van apareciendo a lo largo de la historia pese a no saber apenas nada de ello. “Captive State” hace en este aspecto, de la necesidad, una virtud.
“el filme tiene tiempo de poner a disposición del usuario las suficientes herramientas autóctonas como para que el amante de la ciencia ficción más folclórica pueda lamerse las heridas”
De la misma forma, el filme consigue limitar y condensar toda la acción en una pequeña historia que nos será trístemente familiar, evocándonos a algunos de los peores momentos de la raza humana, ya sea la segunda guerra mundial y el colaboracionismo de la Francia invadida, o los aterradores entresijos de ese cáncer que es el terrorismo en cualquiera de sus escenarios. La película de Wyatt retrata ambos fenómenos y los moldea a gusto, adaptándolos o dándoles la vuelta como un calcetín para llevarlo a su terreno y contar aquello que quiere. De paso, pone sobre la mesa buenas dosis de denuncia social, mordiendo a la yugular de algunas de las miserias actuales de nuestra sociedad como son la reducción de las libertades, la usurpación diaria de nuestra intimidad con fines lucrativos, la corrupción política, la xenofobia o el clasismo.
“Captiva State” es un thriller de ciencia ficción atípico, una película que se aleja del habitual sentido del espectáculo de este tipo de producciones para centrarse en la sobriedad de un relato duro y cercano sobre la supervivencia y la defensa de las convicciones. Un thriller que no necesita de excesivos aditivos visuales y que lo deja todo en manos de la férrea credibilidad de todo lo que se nos cuenta, algo a lo que contribuye y mucho la inteligente dosificación de las apariciones alienígenas, pese a la sensación de desaprovechamiento que esto puede generar viendo el alto nivel de su diseño artístico y las infinitas posibilidades que esta nueva raza ofrece. Con todo, en sus escasas dos horas de metraje, el filme tiene tiempo de poner a disposición del usuario las suficientes herramientas autóctonas como para que el amante de la ciencia ficción más folclórica pueda lamerse las heridas. Es un gustazo degustar, aunque solo sea por encima, los muchos cachibaches a modo de biotecnología que ofrecen nuestros vecinos marcianos o de donde coño sean, digna de ese pedazo de genialidad cárnica que es el “ExistenZ” (1999) de Cronenberg.
Mención especial para la puesta en escena, atípica también, compartiendo mucho más ADN con el cine independiente o de autor que con el blockbuster, con una cinematografía trepidante y “despreocupada” que contrasta con la pausa de la narración acercando el producto en muchos momentos a la gran “Battlestar Galactica” (2004-2009). Todo ello bajo un tono de grises azulados propios del maestro Nolan y una banda sonora, la de Rob Simonsen, que sabe escoger el tono adecuado para cada situación, resultando un complemento idóneo para las altas cotas de tensión que el filme alcanza. Vamos, lo que vendría siendo, para el que suscribe, el mayor sorpresón del año hasta la fecha y un delicioso eco a ese pedacito de adolescencia atemporal que fue la mítica “V” (1984-1985).
Lo mejor: Disfrutar de una invasión alien fuera de las pautas del blockbuster. La elegante transgresión de su puesta en escena y la tensión que consigue transmitir en todo momento.
Lo peor: Pese a lo satisfactorio de la propuesta, esta pone tantas gotas de miel en los labios, que es imposible no quedarse con ganas de más.
Cómo me alegra leer una crítica de "Captive State", Rector! Yo también creo que ha pasado totalmente desapercibida y es una de las grandes injusticias cinematográficas de lo que llevamos de año.
ResponderEliminarLa fórmula que plantea "Captive State" está tan bien integrada en el multigénero que vale para todo. Como peli de ciencia ficción, incuestionable. Como película de acción, trepidante. Como thriller, brutal. La trama se engancha tanto al espectador que nos metamorfoseamos con ella como una pieza clave de la misma. ¡Me ha encantado!
John Goodman está soberbio, como viene siendo norma, pero es que el resto del reparto también. ¡Qué bien dirigidos! ¡Qué montaje!(sí,sí, es oscuro, ¿y qué?) ¡Qué manera de normalizar lo increíble!
Totalmente de acuerdo en lo rápido que se pasan las casi dos horas y que el guión tiene para abarcar tantos temas, que algunos los pasa muy por alto. "Captive State" hubiera sido una seriaza como la copa de un pino, pero también es peliculón de los que se disfruta mucho así que todo bien :)
Súper recomendación alienígena, Rector, que ya iba haciendo falta!!
Saludos.
La tengo bien apuntada en la agenda,,,,,me da buenas sensaciones.
ResponderEliminarUn saludo
Missterror, y pese a "las prisas", el guion aun tiene tiempo de depararnos alguna que otra sorpresa chula, jeje... la verdad es que molaría mucho una serie de esta historia, podría ser la perfecta heredera de "V" y no aquella mierda de remake que se cascaron que era para arrancarse los ojos :(
ResponderEliminarJohn Goodman es un grande y eso que aquí está de lo más comedido, pero su sola presencia ya marca diferencia. Yo es que crecí con "Roseanne"... aunque no fue hasta la maravillosa "Fallen" cuando pegué el cromo en mi álbum de imprescindibles... a Denzel ya lo tenía :)
Víctor, bien apuntada que está. Ya nos contarás.
Saludos.
una reseña para hacerse amigo e invitarle una grapa con limón, rector.
ResponderEliminaral final, lo único que tiene que hacer un film sobre la sociedad tras una invasión global, la derrota, capitulación y fin de la humanidad, y un movimiento de liberación nacional, es replicar la imaginería del siglo xx, es decir, a las imágenes del siglo xx, es decir, a chris marker documentalista. si el fondo del aire es rojo, el futuro, este, es un corredor de fondo. se agradece spoiler que de la tierra, o del comando de la tierra, a la metrópoli alienígena, sólo exista un cristal. quizá un procedimiento hecho de mascarillas, caños corrugados, una cápsula. un colonel redl que ha perdido hasta su propia traición, si es que la vida se trata, justamente, de perder traiciones. papeles como el de john goodman no decepcionan.
venía de leer, por trabajo, bastante sobre guerrilla urbana en el río de la plata, pero me regresó, captive state, a semprún.
jameson postulaba o describía que en la literatura de anticipación acontecía por lo general el fin de la humanidad, pero no el fin del capitalismo. bajo estos tiranos que desconocemos, salvo por su lenguaje, sus soldados, su firmeza o crueldad, parece estar a salvo el capitalismo, pero también la organización humana, no muy distante de la que conocemos, donde vivimos o donde viven otros, también nativos. de la tierra, quiero decir -aunque un vínculo casi tribal haga a la trama.
es un thriller que vale el rato.
abrazos,
f
F, comenzamos con una grapa con limón y terminamos hablando sobre las miserias del capitalismo, las grandes campañas bélicas del siglo XX e incluso si lo de Luis Suarez es tema de hueso ancho o directamente está ya para un retiro dorado en alguna gran liga de soccer random… es usted ya a estas alturas, un buen amigo de esta web, no lo dude.
ResponderEliminarImperdibles sus aportes e imperdible la película y sus múltiples lecturas. Y como comentas, a quien no le interese nada de todo esto, el revisionismo y mirarnos al espejo como sociedad, para ver lo monstruosos que podemos llegar a ser, siempre le queda un señor thriller, que no es poco.
Saludos.
pero es que el día en que el gordo dé lo que dio un forlán en 2010, acaso yo me olvide que salió de la contra a la que le declara su amor cada tanto. podrá hacer un millón de goles en el barcelona, con todo respeto por los goles y el fcb, pero el corazón de uno y su luna en escorpio le tiran hacia peñarol. y además no es serio si lo descartaron en what we do in the shadows. ("if you were going to eat a sandwich, you would enjoy it more if you knew no one has fucked it first") de acuerdo con quien comentara, y acaso fuera usted, que esto daba para una serie. e incluso pensé la película como una secuela de red state, de kevin smith. si a the purgue la levantó la segunda. pero goodman no decepcionará nunca. aunque podamos discutir si no es en barton fink donde descolla.
ResponderEliminaren cualquier caso, a usted le debo hagazussa y november. un gustazo, dos.
-qué querrá decir off-world en un mundo sin instagram ni twitter ni whatsapp, por otra parte-
gracias por la amabilidad,
salud por lo que no es poco,
f
F, yo debo reconocer que a mi de chiquitito, la que me gustaba era la Colombia de Valderrama y compañía. Como barcelonista empedernido, siento gran respeto y admiración por Luisito, grueso o no, es un tío que se deja todo en la cancha en cada partido. Forlán fue un gran delantero, pero a mi juicio, muy lejos del mejor Suarez.
ResponderEliminarVolviendo al cine, afortunadamente yo no le veo mucho parecido con "Red State", película que me gustó más bien poco pese al grotesco hecho de que por aquí, por estas tierras, se llevó algún que otro sonado galardón.
"November" es una película imperdible... para bien o para mal y en cambio, "Hagazussa" que me parece como concepto muy atractiva y estéticamente brutal, no terminó de engancharme la primera vez (seguramente no la vi en el mejor escenario). Tengo pendiente un segundo visionado que ya se está haciendo de rogar.
Saludos.
Apenas principiaba a leer la crítica -con la que estoy completamente de acuerdo, dicho sea de paso- cuando, azorado, me detengo en el párrafo en el que se alude al "papelón" de John Goodman en 10 Clverfield Lane... Durante unos instantes me quedé mudo: ¡Cómo!¿Tan equivocado estuve en mi apreciación de la actuación del buen Goodman en ese film? Quiero decir, si la gente de Nido de Cuervos considera esa actuación un "papelón", ¿qué pensar...? Hasta que me dí cuenta de que "papelón", que en mi país es sinónimo de "pasar vergüenza" no wuería decir lo mismo en España... Valga la mínima anécdota para rubricar otra excelente crítica de los cuervos enteradillos. Con la que, en esta oportunidad, coincido al ciento por ciento. Saludos desde Argentina.
ResponderEliminarAnónimo, muchas gracias, me alegra que te haya gustado el análisis.
ResponderEliminarSobre lo que comentas, toda la razón del mundo. Muchas veces utilizamos, yo lo hago al menos, jerga autóctona y nos olvidamos de que una parte importante de nuestros lectores, sois de otros lugares del mundo, lo cual puede llevar a este tipo de situaciones divertidas, jeje. De todas formas, veo que lo de Mr. Goodman es lenguaje universal y al final se ha podido aclarar el tema :)
Saludos.