Crítica: Calle Cloverfield 10

Para todos aquellos sufridores del cine y los envidiosos en general, empezar esta crítica, comentando que he tenido la suerte de disfrutar de "Calle Cloverfield 10" un sábado noche, justo al día siguiente de su estreno, con la sala vacía, sin molestia alguna, supongo que sea digno de que se escape alguna lágrima de los ojos. No hay nada peor que estar en el cine, intentando disfrutar de una película esperada y que una pandilla de jovencitos (o no tan jovencitos), te destrocen el visionado con sus comentarios fuera de tono, su ruidos impertinentes, y esa manera psicópata de masticar palomitas que tienen. Es por esto, que deleitarse con la pantalla grande casi en soledad, es tan emocionante como que te toque la lotería. Por una parte, la alegría, por otra, la eterna extrañeza que acompaña el momento en el que piensas las tonterías que llenan las salas de cines, y lo maltratado que están las películas de género en la pantalla grande de este país, tanto por las distribuidoras, como por el público en general. Luego, propios y extraños, se rasgan las vestiduras porque intentemos consumir el cine que nos gusta de la manera que sea...

"Calle Cloverfield 10" es un hit, y lo es porque "Cloverfield" fue un pelotazo inesperado, que estuvo en el lugar adecuado justo en el momento adecuado, cuando los found footage aún no se habían fagocitado a sí mismos y cuando la tensión adrenalítica estaba tan de moda. "Calle Cloverfield 10" no es secuela y no es precuela, sino que es una película paralela, es decir, una trama planteada en el mismo momento en que ocurre lo que vimos en "Cloverfield" pero en una ubicación diferente. ¿Tienen algo que ver ambas películas, más allá del común denominador extraterrestre? Poco, muy poco, de hecho son antagónicas en la mayor parte de sus apartados.

"Calle Cloverfield 10" es la versión intimista, atmosférica y sencilla, de la apabullante "Cloverfield". "Calle Cloverfield 10", lleva implícita la palabra tensión en cada escena, en cada diálogo, en cada acción y en cada decisión, porque una vez más, y como manda la marca de la casa, el principal reclamo es el miedo a lo desconocido y el terror de nuestra desbordada imaginación ante un hecho nuevo, ante aquello a lo que no sabemos reaccionar, ante la amenaza y ante lo inesperado.

La película comienza con una decisión y así terminará. Las decisiones en esta trama son el eje motor de su éxito y lo que da vida a la tensión entre los tres protagonistas de la película. Casi todo el metraje se desarrolla en una misma ubicación, un bunker perfectamente preparado para cualquier contingencia, excepto para el factor humano. En este espacio, nos familiarizaremos con Michelle, Howard y Emmet, quienes se verán sumidos en la vorágine de la desconfianza, la duda, el miedo y la supervivencia durante sus largos diálogos, en los que harán partícipes al espectador de todas esas sensaciones. Ahora, no nos enfrentamos sólo a lo desconocido que hay fuera, sobrevolando la ciudad o destrozando lo que se encuentra a su paso, ahora también existe un temor ante lo que hay dentro, dentro de ese bunker, en el lugar más seguro del mundo.

Esto se consigue a golpe de guión, giros y buen hacer de una dirección firme, como es la de Dan Trachtenberg, y una ejecución por parte de los protagonistas sobresaliente, destacando un John Goodman extraordinario y una Mary Elizabeth Winstead totalmente creíble en su papel de Michelle. Desde mi punto de vista, el juego del engaño y la confianza, funcionan desde el minuto uno, y de no haber visto nunca "Cloverfield", mi tensión, mi desconfianza, hubiera sido mayor, pero ya sé lo que pasó en Nueva York, por tanto, crear despiste apoyado en una certeza como la que tenemos entre manos, es un hecho que tengo que alabar, así como los excelentes efectos sonoros que tan bien funcionan en una propuesta como "Calle Cloverfield 10".

"Calle Cloverfield 10" huye de la acción, porque lo que busca es recrearse en el juego mental, tensarnos para ver cuánto damos de sí en una situación donde nada es lo que parece, ¿o sí? Ahí está la clave! Pero también debo decir que en ocasiones se pierde entre diálogos intrascendentes que no avanzan y que de haberse suprimido para apretar un poco más las tuercas del espectador y hacerle dudar hasta de lo que sabe a ciencia cierta, no habría venido nada mal. Eso sí, hábilmente, Dan Trachtenberg, recurre al gran recurso de la sorpresa, para dejar claro que aquí lo de menos son los monstruos, ¿o no? Otra vez la gran duda que tan bien funciona...

Parecidos razonables con la terrible "Skyline", que desde mi punto de vista, podían haberse ahorrado para haberse adentrado en terrenos mucho más viscerales y menos tentaculares, así como una parte final más dinámica que todo lo que precede,  son los elementos que cierran una puerta subterránea que quizá nunca debió abrirse, porque al final, las personas no sólo buscamos protección, buscamos algo más, sobrevivir, y esto, en determinados contextos, es el arma más peligrosa.

Llegados al final, lugares comunes, decisiones correctas, ¿o no? ¿Vemos de nuevo "Cloverfield"? Como queráis chicos, pero la recomendación de ir a ver esta película al cine está encima de la mesa. Espero que la disfrutéis como yo lo pude hacer, espero que ningún cabeza hueca os moleste mientras estáis en la butaca cómodamente sentados esperando saber cómo terminarán nuestros protagonistas, espero que podamos demostrar que el cine de género es el cine que más se disfruta del mundo.

Por si acaso, esta noche cerrad bien la puerta.