Hoy me dirijo a mi generación e invoco a aquellos que nacimos antes que los milenials (Generación X, Y, Z). Esa generación que creía que molaba porque vivió la apatía de la era grunge, lloró amargamente la muerte de Kurt Cobain y sentía la rabia adolescente de una manera particular. Aquella que se veía representada por películas como ”Reality bites” (Ben Stiller, 1994), “Clerks” (Kevin Smith, 1994), “Singles” (Cameron Crowe, 1992) o “Trainspotting” (Danny Boyle, 1996). Somos los que vivimos entre dos mundos, el analógico y el digital y los que hemos tenido que reinventar nuestros códigos de comunicación porque aún nos sentimos lo suficientemente jóvenes para querer integrarnos con las nuevas generaciones en armonía.
“Run, Sweetheart, run tiene varios aspectos positivos: la entrega de la protagonista, Ella Balinska, a la causa, el desprejuicio en la literalidad del depredador y el dinamismo imperante”
Obviamente lo que voy a hacer es generalizar, pero si algo nos han enseñado las generaciones digitales es que la visibilidad es necesaria. Nosotros lo sabíamos, pero no teníamos más herramientas que nuestra voz en las calles cuando podíamos (¿recordáis cuando salíamos a las calles para manifestarnos contra la mili obligatoria, contra la LOGSE, o gritar “no a la guerra”?) Teníamos voz, teníamos una educación muy diferente a la de nuestros padres, pero sinceramente a veces siento que no teníamos muchas ganas. Supongo que el paso del tiempo va poniendo todo en su sitio y nos hace ser más conscientes de que para luchar contra algo, primero hay que identificarlo perfectamente.
Esto es lo que hace el movimiento woke, atacar dando visibilidad (cuanta más, mejor) para así conseguir que se abran debates urgentes sobre temas extremadamente importantes: racismo, feminismo, fascismo y todo tipo de abusos. Buscar plataformas para hablar de la vulnerabilidad de las mujeres en determinados ámbitos de la vida, del racismo imperante en parte de la sociedad, de los peligros del avance de la ultraderecha y de los nauseabundos abusos de todo tipo que aún se siguen soportando, ha sido determinante para conseguir que mucha gente se eche a la calle por todo el mundo para exigir cambios, que se creen nuevas leyes y que seamos conscientes de todo el camino que queda por recorrer. El cine es una de esas plataformas que deben hacerse eco de la realidad que se vive. El cine también debe ser inclusivo y debe saber denunciar, pero no es menos cierto que si se mete con calzador o se satura con cliclés, puede llegar incluso a resultar paródico. El ejemplo más claro de esto lo tenemos en “Run, Sweetheart, run” (2022).
“Otro de los misterios para mí, es entender el propósito de la ruptura de la cuarta pared que hay en varios momentos de la película. Ni tiene sentido, ni consigue que el espectador se sienta interpelado”
No pongo en duda las buenas intenciones de Shana Feste, la directora de esta película, pero poniendo en valor el resultado final, el veredicto no es bueno. En “Run, Sweetheart, run” lo primero que llama la atención es el exceso de masculinidad tóxica. Algo que (y vuelvo a dirigirme a los de mi generación), hace muchos años no hubiera llamado excesivamente nuestra atención, pero que hoy en día sabemos que se utiliza como recurso para reconozcamos rápidamente que no solo hay una víctima en la película, Cherie, sino que todas las mujeres son víctimas.
La intención de la película es ser obvia, no me cabe duda. De esta masculinidad que, insisto, puede acercarse a la parodia por algunos de los diálogos que el espectador tiene que sufrir, hay una transición al empoderamiento y a la sororidad. En propuestas de este tipo, no siempre es necesario ser sutil, pero cuando el recurso predominante es la hipérbole, o hay un buen manejo del tono o por muy buena intención que exista, el resultado suele ser un fiasco. En este caso, es innegable que este sangriento thriller-survival y su predecible giro es entretenido. De hecho, es mucho más entretenido de lo que cabría esperar en un inicio, pero las decisiones de guion son tan esperpénticas y todo el libreto en sí mismo es tan sonrojante, que es imposible que, pese a estar viendo algo que entretiene, dejes a un lado la sensación de vergüenza ajena (algo que en mi caso pesa mucho).
“Hubiera sido infinitamente más acertado optar por un buen desarrollo de la parte festiva de Run, Sweetheart, run y dejar el discurso para otro momento de mayor inspiración”
“Run, Sweetheart, run” tiene varios aspectos positivos: la entrega de la protagonista, Ella Balinska, a la causa, el desprejuicio en la literalidad del depredador y el dinamismo imperante. Lamentablemente, en el montante final, los aspectos negativos oscurecen a los positivos. Para no hacer más sangre con el guion, diré que el debe negativo también tiene varias cosas que chirrían y que como espectadora no terminé de entender. Por un lado la película es seria y por otro, hay momentos en los que parece que va a decantarse por introducir algo de humor negro (que bien integrado hubiera conseguido un resultado totalmente diferente) pero no termina de explotarlo nunca, dejando una sensación de duda sobre las intenciones de algunas de las escenas. Otro de los misterios para mí, es entender el propósito de la ruptura de la cuarta pared que hay en varios momentos de la película. Ni tiene sentido, ni consigue que el espectador se sienta interpelado.
Blumhouse desempolva su acercamiento al #metoo, apostando por la denuncia de un patriarcado límite de una forma torpe y superficial, con una película de cal y arena a la que le falta una visión infinitamente más punzante y enfocada para conseguir una décima parte de lo que se propone. El mensaje “La mayoría de las mujeres son buenas y se ayudan. La mayoría de los hombres son malos y se encubren” es tan perjudicial como negar que aún queda muchísimo por hacer para conseguir una sociedad feminista, que es lo mínimo a lo que deberíamos aspiran como seres humanos (por supuesto, esa sociedad también debe ser antirracista, anticlasista y antifascista). El granito de arena de Shane Feste creo que no aporta demasiado al debate. Hubiera sido infinitamente más acertado optar por un buen desarrollo de la parte festiva de “Run, Sweetheart, run” y dejar el discurso para otro momento de mayor inspiración.
Nuestra generación, esa a la que le ha costado entender lo que significaba la cultura woke y que en determinadas ocasiones la demoniza, también debería hacer autocrítica y valorar el esfuerzo de las nuevas generaciones para provocar cambios, que no todo es Tik Tok, posar o frases que empiezan y terminan con “en plan”. Hay mucha savia nueva que lucha y que inspira a pensar en positivo. Run, Sweetheart, run” no es el mejor ejemplo, claro está. Supongo que a Shane Feste le pesa aún mucho la X de su generación. Admito que a mí también.
Me entretuvo y tal pero es cierto que es bastante floja y que tiene algunos momentos ridículos (lo del perro, dios...) y que el ridículo mensaje lleno de prejuicios no le hace ningún favor. No se trata de negar lo evidente, sino de intentar generalizar un acto de MALDAD a todo un género cuando la gran mayoría de hombres no somos así.
ResponderEliminarPD. A veces estas cosas también le ocurren a los hombres...
Coincido con Chupasangre, pienso que no es bueno generalizar y medir a todos los hombres con la misma vara , ya se exageró de ese recurso. Habiendo tantas cosas de lo que vale la pena hablar y ya no salen de eso.
ResponderEliminarHola, Chupasangre. Creo que reivindicar el feminismo nunca sobra, pero en este caso el mensaje se hace de una forma tan torpe y con una brocha tan gorda que entiendo que provoque reacciones contrarias a lo que se pretendía. Claramente cuando se generaliza de esta manera es complicado no tener la sensación de que la directora se ha pasado de frenada, pero el fondo al que quiere llegar su mensaje es una realidad innegable.
ResponderEliminarSobre que estas cosas les ocurren a los hombres, pues sí, por desgracia ocurren también a hombres, niños y ancianos. De lo que tampoco me cabe duda es que es algo que les ocurre infinitamente más a las mujeres.
Anónimo, yo creo que siempre merece la pena hablar de esto, lo que pasa es que para meterlo en una propuesta de este tipo se deberían tener muy claras las premisas. Es la única manera de conseguir un buen resultado y que el espectador no sienta que se están subiendo a un carro que no se maneja bien.
Un saludo a los dos.
Me entretuvo y divirtiò. Encontrè simpàtico lo de romper la 4a pared, sin màs. Al menos tiene humor.
ResponderEliminarEl final se me desinfla un poco.
Lo woke, al margen de otras consideraciones, temo resulte poco ùtil y no consiga los cambios que pretende. No lo sè, soy pesimista.
Saludos!
Yo es que hago una lectura bastante diferente de la película. Está claro que el discurso de fondo está ahí y que no pasará a los anales del cine por su sutileza/elegancia/desarrollo inteligente, pero no sé yo si una serie b festiva como esta, es el foro adecuado para rasgarse las vestiduras en exceso por este tema. Está claro que la directora se sube al carro de una temática de rabiosa actualidad, pero en el fondo la película es lo que es, un divertimento ligero, sinvergüenza y absurdo por momentos, que perfectamente podría haber estado rodado en los ochenta tratando el tema de moda del momento como excusa argumental.
ResponderEliminarLa película en sí me ha parecido entretenida, hasta cierto punto sorprendente y destacando sobre todo a una Ella Balinska que lo hace realmente bien tal y como ya hiciera en la tristemente cancelada "Resident Evil". Ojalá se arrime habitualmente al género.
En lo negativo, opino que le falta un poco más de todo, más humor, más sangre, más surrealismo (ya puestos) y más ritmo (algunos pasajes se sienten de puro relleno). Por no hablar de un clímax que se queda muy lejos del fin de fiesta esperado.
Con todo, yo sí le doy un aprobado. Y ya digo que seguramente, el hecho de que todo el material previo surgido del matrimonio Blumhouse/Prime Video haya sido tan flojo, tiene algo que ver con mi valoración medianamente positiva de "Run, Sweetheart, Run".
Saludos.
Toda la razón, Missterror, por eso digo eso de no negar lo evidente. El problema es, como bien dices, utilizar la brocha gorda. Yo por ejemplo, cuando voy por la calle de madrugada, si me encuentro con alguna mujer, en ocasiones, se cambia de acera, y además de una forma totalmente descarada. Pero no me ofendo en absoluto... Hace unos días intentaron violar a una chica en barrio... Y si supieran lo que este metalero melenudo de apariencia siniestra haría con semejante escoria...
ResponderEliminarUn saludo.
comparto lo que decís sobre la generacion que adoró a Cobain y al grunge, yo tengo 47 años y crecí con las glorias que podía ver en cine de cronemberg, de carpenter y en vhs de jason, de freddy, mas el background de aquellas cosas setentosas en tv perturbadoras del exorcista, de la profecía, de los slasher y la psicodelia de dario argento. En este 2022 creo quien está empezando el camino, no tiene nada de todo aquello como faro. No se que tiene por base, ni por busqueda, porque ari aster puede parecerle denso. A ese espectador "nuevo" va dirigido este film que me ha gustado en el riesgo, de mostrar que se puede romper la cuarta pared o que el mal, es mas que la policia o que el politico de turno, la maldad está en el dinero mismo y en el juego d epoder que reina en este sistema. Todo esto me hizo pensar esta película que explota muy bien sus recursos, y desde ya el carisma d esu protagonista femenina que lo deja todo. El tema de la sangre es esencial y es el leit motiv. Creo el final pincha todo un poco, hacia falta termine "con final feliz"?? Abzo desde Buenos Aires.
ResponderEliminarHola, Tracy. Me alegra que disfrutaras de la película mucho más que yo. Yo no le encontré la gracia a la ruptura de la cuarta pared porque no entendí el objetivo. Desde mi perspectiva no tenía sentido alguno porque no conseguía que el espectador se sintiera interpelado.
ResponderEliminarYo no sé si lo woke tiene poco o mucho recorrido y aunque creo que muchas veces se va de las manos, aplaudo la intención.
Rector, creo que mi problema es que huelo un poco de ese descaro festivo que comentas, pero creo que no termina de explotar jamás. No tengo la percepción de película gamberra y sinvergüenza. Creo que la directora no quiso pisar el acelerador y el resultado se ve muy penalizado.
Si pienso en ese matrimonio Blumhouse-Amazon video, también te digo que “Run, sweetheart, run” es de lo mejor, pero creo que no es por mérito propio sino por demérito de sus hermanas.
Chupasangre. Si una mujer caminando sola de madrugada prefiere cambiarse d acera cuando ve a un hombre que sigue su mismo camino, imagínate lo que siente. Yo lo he vivido mil veces, incluso normalicé determinados comportamientos asquerosos e intimidantes porque creía que era algo que nos pasaba a todas y nos teníamos que aguantar. Afortunadamente se ha luchado y se lucha mucho para visibilizar determinados comportamientos y dejar claro que no es normal y que no lo tenemos que soportar. Entiendo que no hay que generalizar, pero también entiendo a esa mujer que se cambia de acera. Si te pasa, ten por seguro que no es algo personal, solo es una manera de sentirse más segura así que como dices, no hay que ofenderse por ello. No me cabe duda de que estás en nuestro equipo.
Mariano, yo también crecí con esas glorias que comentas y adoré y adoro a Cobain y el grunge :) Obviamente, para nosotros es la mejor época, pero eso pasa porque es lo que lo vivimos y lo que nos abrió muchas puertas mentales de los lugares en los que hemos decido quedarnos. Esto pasa en todas las décadas, para todo el mundo, lo que él o ella han vivido es lo mejor. Nostalgia pura.
Yo creo que cada momento tiene algo memorable, genialidad, basura y mediocridad en distintos porcentajes. El espectador nuevo puede tener una visión tan crítica como tenemos nosotros. Es una obviedad decir que depende de la persona, aun así soy obvia y lo digo.
Yo también creo que esta película está dirigida a la nueva hornada, pero no creo que falle por eso, sino por no tener claro el mensaje ni el tono. Sin duda, la sangre tiene mucha importancia en la película, pero tampoco se desarrolla de una forma original.
Un abrazo a todos
missterror, me gustó mucho más tu primer párrafo, en la reseña, y algo que decís en los comentarios, que la película. si hubiesen apuntado más al survival que al mensaje del survival habría sido, acaso, mejor película.
ResponderEliminarlo más acertado quizá sea que no muestre lo que ocurrió en la casa. pero ¿podrían haberlo contado? o haber dejado migajas mayores en el uso del diálogo -mindhunter, la serie, por ejemplo, causa con un parlamento y una fotografía que esquiva lo que no podría lograr una secuencia cinematográfica, ya.
nosotros, los nacidos en dictadura...
ni lo vimos todo ni sabremos lo suficiente. crece, a mi gusto, una película como titane, que juzgué con otros ojos.
gracias, mst,
abrazos,
fer
Hola, Fer. Gracias por tu comentario :) Si "Run, sweetheart, run" hubiera explotado mucho más su naturaleza survival en lugar de inclinarse tanto por la denuncia, seguramente el resultado sería diferente. Como dices, dejar al espectador con la intriga de lo que ocurrió en la casa fue maravilloso arranque, pero desde mi punto de vista, el resto de la película no está a la altura.
ResponderEliminarEn mi caso, el recuerdo de la película no ha cambiado la percepción que tuve al verla para nada, pero algo que me apasiona es comprobar cómo el tiempo, el reposo y el debate puede hacer que se puedan ver algunas películas desde perspectivas diferentes.
Un abrazo.
Hola
ResponderEliminarLa verdad es que no sé muy bien que pensar respecto a la película. No soy demasiado amante de los híbridos y esta película es básicamente eso.
Lo que me interesa mucho más es la interesantísima reflexión que haces sobre el tema generacional y la percepción del mundo en función de una u otra. El debate es apasionante y da para horas y horas de charla ya que, aunque si creo que existen rasgos generacionales distintivos, siempre he pensado que en el fondo hay aspectos que son muy matizables y que se sustentan en percepciones individuales. Eso sin obviar toda la carga emocional que provoca la nostalgia y que es en lo que muchos se enfrascan para sentirse generacionalmente identificados con algo (por ese motivo yo no soporto cosas como ”Yo fui a EGB”) que lleva a excluir lo que no nos molestamos en entender. Durante estos días estoy viendo la interesante serie de Filmin “Autodefensa” y puedo afirmar que esas dos chicas son tan gilipollas como lo era el Troy Dyer de “Reality Bites” (y exactamente por los mismos motivos). De la misma forma que ellos no representan ni por asomo a la mayoría de las personas de su generación, tampoco lo hacía el bueno de Troy con la supuestamente mía.
Por todo eso creo que es muy acertado cuando, en relación con la película, hablas del movimiento woke. Y es que esto es algo que a veces se lleva tanto al extremo que llega a trascender lo real para adentrase en los pantanosos terrenos de lo meta.... y ahí es donde como creador si no sabes muy bien jugar tus cartas te pegas la gran hostia.
Y eso es exactamente lo que le pasa a esta película. Como discurso feminista no funciona por maniqueo, irreal y caricaturesco. Y como película survival le falta de todo, desde mala uva hasta más violencia. Las situaciones son francamente ridículas y el final, de puro loco, debo reconocer que hasta tiene gracia. Pero, muy poco más.
Me sobra brocha gorda y me falta creatividad. Y francamente hasta para hacer discursos simplistas hace falta algo que la película no tiene.
Saludos y muy buen análisis
Hola, Moloko. Como dices, independientemente de lo que la película consiga atraparte, tiene la cualidad de generar reflexiones y debate. Supongo que esto debería sumarle puntos, pero en mi caso digamos que no lo he tenido totalmente en cuenta, ejem ejem.
ResponderEliminarYo admito que aunque intento ser generacionalmente objetiva (¿esto existe?), muchas veces sucumbo a la nostalgia y esto no me deja ver más allá. Me esfuerzo por entender diferentes ópticas, pero es complicado cuando, en nuestro caso, no podemos hablar de muros generacionales, pero sí alguna que otra pared que, por fina que sea, nos separa. Creo que al menos hay que hacer el esfuerzo de no juzgar algo como malo, estúpido, ingenuo o inútil solo por la distancia que nos pueda separar. Siempre odié la condescendencia con la que personas más mayores que yo tenían conmigo cuando era jovencita y expresaba mi opinión. Ahora, que soy yo esa persona más mayor, intento no hacerlo con las nuevas generaciones. Hay que escuchar los discursos para entenderlos y poder opinar. Si ya nos negamos a esto por diferencias generacionales, nos estaremos perdiendo una parte importante de nuestra historia evolutiva. Y toda esta chapa para decirte que tu reflexión me ha parecido muy interesante y que estoy muy de acuerdo ;)
Un abrazo.