Cada vez que hablamos de ‘’crisis’’ nos referimos a una situación traumática e inestable, aunque siempre coyuntural. La cuestión argentina es particular, casi paradójica, porque reúne estas características de modo ininterrumpido; es decir, el concepto de ‘’crisis permanente’’ es contradictorio y, aun así, nos la arreglamos para hacerlo realidad. Esta incertidumbre constante afecta todas las facetas de la vida comunitaria incluyendo, por supuesto, al arte. El cine tuvo que enfrentar de raíz los embates de los colapsos económicos, la impericia dirigencial y el desprecio del público.
“adaptar algunos de los textos célebres de Edgar Allan Poe, adjuntando modificaciones que las acomoden a las convenciones cinematográficas”
Con más o menos aciertos, para fines de los 30 consolidó un sistema de estudios fuerte y exitoso que claudica una década después por culpas ajenas: EE.UU. limita el envío de película virgen penalizando la neutralidad durante la segunda guerra priorizando a México. La pérdida del mercado hispanohablante y el intempestivo corte de la subvención en el marco de la dictadura del ‘55 le dan la estocada definitiva. Así pues, la elaboración vuelve a atomizarse como al inicio del camino. En consecuencia, la mejor forma de explicar la historia del cine argentino, en general, es a partir de esfuerzos individuales, aislados. Al margen del rasgo emotivo, es innegable que en muchas oportunidades atentó contra la calidad y que, irónicamente, le dio la razón a los que dicen que la producción nativa es una porquería, cuando, en verdad, esa afirmación es parte del problema.
Este repaso brevísimo, superficial y discutible, tiene un correlato específico con el fantástico. Si al panorama preliminar le agregamos la subestimación usual, hallamos un cuadro todavía peor. En concreto, si consideramos como punto de partida el estreno de “El hombre bestia o las aventuras del capitán Richard” (Camilo Zaccaria Soprani) en 1934 y hasta 1960, contabilizamos 14 films. Tomando el mismo lapso y teniendo en cuenta solo el rendimiento de Universal Pictures, disponemos de 68 ejemplos. La comparación es arriesgada, Universal fue una de las más prolíficas dentro de una perspectiva insuperable, sin embargo, sirve para cuantificar y sostener el argumento previo. Por eso vale resaltar la elección de 1960 como meta, un instante crucial para el miedo vernáculo en función del lanzamiento de “Obras maestras del terror”, valorando que en muchos casos fue la primera, en otros la única y en la mayoría la ideal.
“impulsa interpretaciones adecuadas del elenco y administra la puesta en escena respondiendo al estilo de la Universal cuando la tendencia del periodo se inclinaba por el ala de la Hammer”
La idea consistía en trasladar a la pantalla grande el éxito del ciclo televisivo homónimo, emitido en 1959, aplicando la misma fórmula: adaptar algunos de los textos célebres de Edgar Allan Poe, adjuntando modificaciones que las acomoden a las convenciones cinematográficas. El camino lógico era el del film de episodios o antología. Una modalidad que acompaña al género desde su comienzo con el debut de “Unheimliche Geschichten” (Historias tenebrosas, Richard Oswald,1919), pero que no tenía representación autóctona.
Si bien es cierto que los relatos de Poe son prácticamente perfectos, los seleccionados (La verdad sobre el caso del señor Valdemar, El tonel de amontillado y El corazón delator) tienden a, en palabras de Julio Cortázar, ‘’la eliminación casi absoluta de puentes, de presentaciones y retratos’’. Por este motivo, las pequeñas variaciones, fruto del trabajo de Rodolfo Taboada y el guion de Narciso ‘’Chicho’’ Ibáñez Serrador, ayudan a contextualizar, de alguna manera, permiten la sumersión narrativa y el desarrollo de los personajes. Entonces, La verdad sobre el caso… añade un conflicto entre la medicina tradicional y las alternativas, una representada por la academia y la otra por el Dr. Eckstrom (Narciso Ibáñez Menta) que profesa el mesmerismo, una disciplina previa a la hipnosis, basada en el ‘’magnetismo natural’’. En El tonel…se incorpora la traición como catalizador de la venganza del Sr. Samivet (de nuevo Menta), el bodeguero que empareda al buhonero y a su esposa infiel. Para El corazón delator, el momento álgido de la cinta, cruzan a Poe con Dickens; Thornborn (adivinen) es una especie de Scrooge, avaro e insensible y su ‘’sobrino’’ (Chicho) es la contracara, por lo menos en un principio, puesto que, el final, mejor dicho, los finales, recurren a los giros argumentales sin dejar de lado la moraleja, a la suma de golpe de efecto y cuestionamiento moral. Una ecuación delicada que si no se resuelve con oficio puede caer en el lugar común.
“Obras maestras del terror es un peliculón y Narciso Ibáñez Menta un fenómeno. Y los vendepatria que se mueran”
Atendiendo a estas pretensiones, la preferencia de Enrique Carreras para dirigir el proyecto es insólita. Su recorrido se nutre de comedias poco iluminadas y algunos dramones orientados a explotar el costado sensacionalista. De improviso, no solo alcanza la cima profesional, además impulsa interpretaciones adecuadas del elenco y administra la puesta en escena respondiendo al estilo de la Universal cuando la tendencia del periodo se inclinaba por el ala de la Hammer. Una declaración de intenciones que conecta con los modos clásicos y soslaya la moda. Esta ‘’inconsistencia’’ entre el logro obtenido y el resto de su trayectoria alimentó la hipótesis de que, en la práctica, quienes se habían hecho cargo de la realización eran los Ibáñez (Menta y Serrador, padre e hijo respectivamente). Sea cual sea el nivel de veracidad (el propio Menta, se encargó de desmentir el rumor) es buena excusa para acercarnos al pilar en el que se apoya la evolución del horror local.
Narciso Ibáñez Menta llega a la Argentina en el año 1919 siguiendo a la compañía teatral de sus padres. Su nutrida experiencia sobre las tablas le permitió intensificar el método a la hora de formular diversos papeles y perfeccionar un aspecto fundamental para el avance de sus ‘’monstruos’’: la caracterización mediante el maquillaje. Más allá de su extenso periplo en cuanto medio le abriera la puerta, el desempeño en “Obras maestras del terror” es el que lo convierte en sinónimo popular de espanto. Es razonable, el rango que domina es amplísimo, al punto de que es probable que el desprevenido se impresione al repasar los créditos. Desde el ‘’magnetista’’ incomprendido, pasando por el marido impasible y calculador, hasta llegar a la cumbre: el tuerto repugnante de El corazón delator. Cosmética y actoralmente no tiene parangón, es la piedra angular a partir de la que crece el género. Hubo que esperar 60 años y al estreno de “Cuando acecha la maldad” (2023), para disputarle el trono, así y todo, su valor fundacional la hace intocable.
En 2023 arribó “Otra película maldita”, un documental que repasa la historia del Terror en Argentina. Uno de los datos sobresalientes muestra que los directores jóvenes (y no tanto) no conocen los antecedentes que delinearon la expansión de la filmografía nacional. No es un pecado ni mucho menos, pero llama la atención que un público tan minucioso pierda de vista lo que pasa en su país, aun reconociendo sus múltiples fallos. Estamos transitando una etapa complicada en la que se vuelven a discutir cuestiones que ya se creían zanjadas y, para variar, el cine cayó en la volteada. Parece un buen momento para reivindicar a las viejas glorias y acercarse a los clásicos que son pocos y buenos. “Obras maestras del terror” es un peliculón y Narciso Ibáñez Menta un fenómeno. Y los vendepatria que se mueran.
Todo muy lindo y concuerdo pero porque terminar una critica con esa frase:y los vendepatria que se mueran,meter la politica lo mas bajo que se puede caer.
ResponderEliminarCuando se celebró el 100 aniversario del nacimiento de Borges, en Argentina se pasó de puntillas por la efeméride. Eso mismo, aplicado al cine y por desgracia a todo lo cultural. O como mínimo esa es la impresión que me da a mi. Y si en una crítica el autor quiere meter la política para contextualizar su opinión, para mi bienvenida sea esté o no menos de acuerdo. En este caso, concuerdo perfectamente. Gran crítica!
ResponderEliminarHola Anónimo! Al que le quepa el sayo que se lo ponga, no deberías ofenderte si no fueras un vendepatria. Por otro lado, obviar a la política, suponer que la participación se reduce a meter un papelito en una urna cada 4 años, es lo que nos trajo hasta acá; como bien decís: lo más bajo.
ResponderEliminarHola Artorius! Perdón por la demora, estaba buscando un artículo para graficar el tema y tu mención vino bárbaro. En 1937 se estrenó ''La fuga'' de Luis Saslavsky y Borges escribió a propósito: ''Este es indudablemente uno de los mejores films argentinos que he visto, vale decir, uno de los peores del mundo''. Borges se cansó de humillar a la producción local y al final cayó en la volteada. Creo que de ninguna forma hay que ponderar una obra fallida solo por su lugar de origen, pero hubo figuras locales que, por el mismo motivo, se encargaron de atacar sistemáticamente al cine vernáculo. No entiendo la causa, aunque sin dudas, y capaz que sin intención, allanaron el camino para que mamarrachos como los que hoy tenemos al frente destruyan el acervo. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo Artorius!
Claramente y te apuesto todo mi sueldo a q sos un K no es asi?y te aviso no soy vendepatria xq no lo vote a milei,ahora si x haber votado en elecciones democraticas soy vendepatria,bueno ya sabemos cual es tu pensamiento,q para vos solo puede haber un partido q gobierne y nada mas q un partido...la democracia a full con este señor no?jajaja lastima de un buen sitio como este q un simple K pueda opinar sobre peliculas.
ResponderEliminarTranqui Anónimo! Yo no soy K, que no lo votaste no te lo crees ni vos; por qué otro motivo estarías tan ofendido?! De acuerdo a tu criterio ''democrático'', un ''simple K'' no puede ''opinar sobre películas''. Te leo y lo veo al demente.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaja no tengo forma de demostrarte q no lo vote y diga lo q diga no me vas a creer de la misma forma en la q estoy seguro q sos recontra k,ese pensamiento de sino ganamos nosotros entonces los demas son vende patria,oligarcas,cipayos,etc son tipicas de un k...yo te leo y veo enseguida la figura de tu amada kris
ResponderEliminarDale, se está alargando al pedo. Solo tené en cuenta que no nombré a ningún dirigente ni a ningún partido. Puse vendepatria, te hiciste cargo y me ''acusaste de K''. Fijate el nivel de bronca y persecuta. Si hace falta te digo que tenés razón y listo.
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