La cara oculta del fantástico se muestra en Seven Chances
Alex Proyas estará presente en el Prado en la exhibición de una copia restaurada de su ópera prima, ‘Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds’
Un documental con material inédito del roadje de ‘Terciopelo azul’ y uno de los films más personales de Johnnie To, entre las propuestas de la sección
¿Qué hacía Johnnie To, justo antes de convertirse en un referente internacional del noir asiático? ¿De qué humor estaba David Lynch cuando rodaba Blue Velvet? ¿Cómo debía ser la primera y extraviada película de Alex Proyas? Todas estas preguntas, y como mínimo cuatro más, tendrán respuesta este año en Seven Chances, la sección que el Sitges - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya programa en colaboración con la Associació Catalana de la Crítica i l’Escriptura Cinematogràfica (ACCEC).
La de este año no será una edición cualquiera de Seven Chances, que después de llegar al cuarto de siglo de vida, replantea sus cimientos. Cuando nació, en 1993, esta sección tenía la vocación de traer al certamen obras no necesariamente fantásticas, de autores consagrados o por descubrir, en proyecciones memorables, y en aquel momento irrepetibles. La tarea llevada a cabo desde entonces tiene un gran valor, reflejado en los nombres que han pasado por la sección: Philippe Garrel, Hirokazu Kore-eda, Claire Denis, Jean-Marie Straub i Danièle Huillet, Chris Marker, Bertrand Bonello, Olivier Assayas, José Val del Omar, Apichatpong Weerasethakul… Pero con el tiempo, los circuitos de exhibición se han transformado, como también lo ha hecho el propio Festival. Por ese motivo, l’ACCEC y Sitges, han estado de acuerdo en que era necesario dar un nuevo i mpulso a la sección, para no perder vigencia, manteniendo su carácter de sesiones únicas (en todos los sentidos), que es lo que caracteriza la semana de la crítica de Sitges.
Este cambio reforzará una vertiente destacada en las últimas ediciones de Seven Chances: la recuperación de películas de repertorio fantásticas, o afines al género, olvidadas, maltratadas o sencillamente perdidas en el tiempo, a las que los años pueden haber dotado de culto, pero no del estatus de “clásicos”. Rarezas estimulantes y en muchas ocasiones inéditas, que merecen ser redescubiertas y contextualizadas por la mirada analítica de los críticos, que conforman l’ACCEC, y que se encargan de presentar las sesiones.
La película que supondrá el arranque de Seven Chances 2018 representa toda una declaración de intenciones en este sentido: Spirits of the Air, Gremlins of the Clouds (1989), excéntrica opera prima del australiano Alex Proyas, realizada antes de su exitoso salto a Hollywood. Una oscura fábula en la que el futuro director de El Cuervo y de Yo, robot, nos presenta un cruce imposible entre Leone, Jodorowski y Gilliam. La proyección contará, además, con la presencia del propio Proyas, que visitará Sitges para presentar la flamante nueva copia del film, restaurada a partir del negativo original en 16mm.
El Casino Prado, sede habitual de la sección, recibirá también con todos los honores, a uno de los iconos más carismáticos que ha dado la cinematografía mexicana: el luchador enmascarado El Santo, de quien Sitges recupera su primera aventura cinematográfica, Santo contra Cerebro del Mal (1959), en la brillante restauración que ha apadrinado, ni más ni menos que Nicolas Winding Refn, todo un sibarita de la cultura pop cinematográfica.
Seven Chances también recupera una joya oculta de Johnnie To, uno de los autores más queridos de Sitges, con una de sus películas más personales, inédita hasta hoy en nuestro país. Se trata de Throw Down (2004), emocionante homenaje a los primeros dramas deportivos de Akira Kurosawa, que el cineasta hongkonés convierte en una estilizada y sorprendente mezcla de comedia, musical y épica antiheroica, donde los combates de judo son toda una danza.
Y siguiendo con películas caídas en el olvido, pocas lo son tanto como Dream Demon (1988) de Harley Cokeliss, realizador todo terreno, que fue director de segunda unidad en El Imperio Contraataca y que, en su única incursión en el terror, creó una especie de respuesta inglesa a Pesadilla en Elm Street. Sin Freddie, pero repleta de secuencias surrealistas y perturbadoras, surgidas del subconsciente de una protagonista traumatizada, la película tuvo una corta vida en el circuito VHS, para después desvanecerse por completo… Hasta hace unos meses, cuando Cokeliss presentó una restauración director’s cut de la cinta, finalmente dispuesta a reclamar su lugar en la historia del fantástico británico.
También habrá un lugar en Seven Chances para uno de los nombres propios del cine de género en España: José Ramón Larraz, de quien se proyectará la nueva copia de una de sus obras menos vista, La visita del vicio (1978), en que el cineasta se alejó del fantástico explícito, para moverse en la ambigüedad de un drama erótico e inquietante, infestado de imágenes oníricas memorables, con la inconfundible y controvertida mirada que el director barcelonés tiene del cuerpo y de la sexualidad femeninas.
A parte del rescate de tesoros heterodoxos, Seven Chances también quiere ser un espacio de reflexión sobre títulos, autores y fenómenos próximos al género fantástico, reservando una parte de su programa al documental y al ensayo audiovisual. En esta línea se enmarca la selección de Blue Velvet Revisited (2016), que en palabras de su director, Peter Braatz, constituye “una meditación” sobre la obra maestra de David Lynch, Terciopelo azul, a través de las fotografías y de las cintas en súper-8 que Braatz filmó durante el rodaje de este film inmortal, inéditas durante tres décadas, y que permiten acceder a las bambalinas de la producción y descubrir, por ejemplo, la felicidad de un Lynch preparado para presentar al mundo su escalofriante y fascinante universo.
La segunda cita documental recae en la aclamada Wolfman’s Got Nards (2018), donde Gower, protagonista de Una pandilla alucinante, se reencuentra con sus antiguos compañeros de reparto y con los responsables de aquel gran homenaje a los monstruos clásicos ideado por Fred Dekker y Shane Black, para reivindicar y celebrar una cinta incomprendida en su primer estreno, y que poco a poco ha ido generando a su alrededor un fervoroso culto, situándola en el panteón del cine juvenil de la década de los ochenta.
Seven Chances. Siete películas. Siete proyecciones. Siete oportunidades únicas de acercarse a la cara oculta del fantástico.
Seven Chances se plantea como una propuesta poco atractiva, de relleno.
ResponderEliminarMe gustaría ver un Seven Chances de cine comercial actual.
Jesús, es que igual la idea es precisamente esa, huir del cine comercial y recuperar, tal y como se comenta en el artículo, películas olvidadas.
ResponderEliminarSaludos.