MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE LA IMPERSONAL NUEVA PELÍCULA DE ROBERT RODRÍGUEZ PROTAGONIZADA POR BEN AFFLECK
Pónganse en situación. Domingo tarde. Tras una copiosa comida y su consiguiente siesta, uno se sienta en el sofá, todavía con la boca pastosa, dispuesto a pasar lo que queda de día de la forma más digna posible. Enciende el televisor y tras seleccionar una de las plataformas que cada mes paga religiosamente, el algoritmo de marras tiene a bien recomendarle una película. En las etiquetas de presentación aparecen las palabras “thriller” “ciencia ficción” y “suspense”. Uno, que es perro viejo y no se fía mucho de estas recomendaciones, ve que la película está protagonizada por Ben Affleck y que tiene una pinta regulera. Aun así, decide darle una oportunidad.
“cuesta mucho concebir que detrás de esta película está el director que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar delante de una pantalla”
Pasada una hora y media miramos la pantalla y pensamos: “pues sí, es malilla”. Veinte minutos después nos hemos olvidado de ella y la guardamos en lo más profundo de la memoria cinéfila. El problema, es que el responsable de esta obra no es Simon West, Louis Leterrier o cualquier otro realizador de clase media de esos que tanto te hacen un roto como un descosido; el gran problema es que el que la firma es Robert Rodríguez, el puñetero director de “Abierto hasta el amanecer” (1996).
Siempre he pensado que existen dos Roberts Rodríguez. Uno, el que hace películas de fantasía y acción para niños. Ese no me interesa mucho, aunque reconozco que sus productos gustan a su target objetivo (niños entre 8 y 12 años) y resultan dignos. El otro, el apasionado del cine de género, merece todo mi respeto. Sin ser demasiado amante de su trilogía sobre “El Mariachi” (1992), (1995), (2003) y considerando que “Machete” (2010) y “Machete Kills” (2013) no dejan de ser un homenaje al cine de serie Z y a mi admirado Danny Trejo, sí creo que alguien que es capaz de filmar una maravilla como “Sin City” (2005) (es increíble ver como logró trasladar a la gran pantalla, en fondo y forma, la obra maestra de Frank Miller) merece todo mi respeto. Pero es que además de eso tiene una película como “Abierto hasta el amanecer” (1996) que es un auténtico referente generacional, un film de terror un cada vez más reivindicable como “The Faculty” (1998) o una pequeña joya llamada “Planet terror” (2007) donde demostró que entendía bastante mejor que su amigo Tarantino el verdadero espíritu Grindhouse. Solo por estas cintas ya merecería estar en el olimpo.
A Rodríguez se le pueden achacar muchas cosas, pero su capacidad para la puesta en escena, para manejar el ritmo de la narración, para ofrecer planos que se mantienen en la retina, para coreografiar escenas de acción o para colocar la cámara en el lugar adecuado es innegable. Su magistral episodio dentro de “Four Rooms” (1995), que es con diferencia lo mejor de la película, es una muestra perfecta sobre la elección correcta del encuadre y sobre la utilización del espacio escénico como elemento narrativo. Te gustarán más o menos sus films, pero no podemos negar que es un señor con talento y dotado de un estilo propio. Pues bien, todo eso en “Hypnotic” (2023) no está presente. De verdad, cuesta mucho concebir que detrás de esta película está el director que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar delante de una pantalla.
“da toda la impresión de que el realizador se ha limitado a crear un producto fácilmente vendible a las plataformas. Otra cosa no, pero Hypnotic ofrece exactamente lo que un espectador medio busca”
La cinta nos explica la odisea de un policía al que le han secuestrado a su hija. Investigando un caso de un robo se da cuenta que existe una conexión entre el secuestro y un hombre que parece tener el poder telepático de convencer a los demás para que hagan su voluntad. A partir de ahí veremos que nada es lo que parece.
No quiero ahondar más en el argumento ya que la película tiene algunos giros y sorpresas que es mejor que los espectadores descubran por si mismo. Y les reconoceré que la idea inicial es bastante interesante, pero es que el desarrollo es tan tosco, tan básico y tan plano, que uno no puede dejar de pensar en que demonios le ha pasado a este señor para perpetrar semejante película. Siempre he pensado que lo más flojo en la obra de Robert Rodríguez son los guiones (sus mejores trabajos tienen guiones ajenos o son adaptaciones) pero es que en este caso no funciona nada. Honestamente, da toda la impresión de que el realizador se ha limitado a crear un producto fácilmente vendible a las plataformas. Otra cosa no, pero “Hypnotic” ofrece exactamente lo que un espectador medio busca: un actor con tirón, una trama sencillita pero con cierta sustancia y una dosis de suspense y violencia moderada (incomprensiblemente para mí le han dado una calificación R). En su país de origen se estrenó en mayo y logro unos paupérrimos cuatro millones de dólares. Aquí ha llegado casi medio año después y, me jugaría algo, dentro de un lote que la distribuidora ha adquirido como condición para acceder a algún título mucho más comercial. Aunque películas como estas llegan de forma habitual a las carteleras, lo cierto es que no acostumbran a estar dirigidas por un señor con el prestigio de Robert Rodríguez.
Tal como he señalado, la idea inicial no es mala. Incluso si me apuran, el giro de guion es hasta cierto punto sorprendente; el problema es que todo está hecho con una desgana y una morosidad que resulta insultante. Vamos, que los responsables han aplicado aquello de “toma el dinero y corre” y se han limitado a ir a fichar a la oficina. No vemos por ninguna parte el talento narrativo del realizador, ni una pizca de sus tips autorales más característicos (movimientos de cámara, primeros planos, grandes angulares) ni un excesivo interés por ofrecer algo que se salga de lo meramente estándar. Hay momento que uno debe frotarse los ojos (la forma como está filmado el tiroteo final es de vergüenza ajena) para no tener la sensación de que está ante un telefilm protagonizado por una estrella de Hollywood en decadencia. Respecto a esto último, a Ben Affleck siempre lo he considerado un actor correctito. Cuando esta bien dirigido es hasta resultón, pero cuando no hay nadie que le de las indicaciones adecuadas se convierte en un sujeto con dos expresiones faciales: la de palo y la media sonrisa. Aquí opta por la primera y así se pasa toda la película. Y ya no les cuento el bueno de Jeff Fahey que, francamente, da la impresión de que fue al rodaje con dos copas de tequila de más.
“Puedo perdonar la falta de talento, la autoconsciencia, la cutrez, la indolencia e incluso la sumisión a un productor o a una megaestrella. Pero lo que no tolero, lo que no acepto de ninguna manera es el pasotismo”
En el cine, como en cualquier arte, uno valora las cosas desde una perspectiva subjetiva y en función del talento que tiene el creador. Por ello podemos perdonar muchas cosas; incluso, desgraciadamente, podemos obviar la decadencia a la que muchos artistas se ven abocados con los años. Hace poco pude ver la última película de Martin Scorsese. La cinta está lejos de las cotas de talento y brillantez que el realizador de “El cabo del miedo” (1991) alcanzó a lo largo de su carrera. Pero aún así, uno vislumbra a un hombre (anciano ya) que narra de escándalo, que logra buenas interpretaciones y que tiene momentos muy notables de puro cine. No quiero comparar a Robert Rodríguez con el maestro Scorsese, pero el director de “The Faculty” (1998) ha demostrado a lo largo de su carrera poseer un talento del que no se vislumbra ni un ápice en esta fallida “Hypnotic”. Y lo peor la absoluta desgana que se aprecia en todos y cada uno de sus fotogramas.
Probablemente estoy siendo muy duro con la película. De la misma forma, estoy seguro de que cuando llegue a plataformas y accedan a ella los espectadores que sólo buscan en el cine un mero entretenimiento, la encontrarán aceptable. Pero es que uno ya está para pocas mediocridades. Puedo perdonar la falta de talento, la autoconsciencia, la cutrez, la indolencia e incluso la sumisión a un productor o a una megaestrella. Pero lo que no tolero, lo que no acepto de ninguna manera es el pasotismo. Y señor Robert Rodríguez, un último consejo: si la película es el resultado de sus planteamientos artísticos, hágaselo mirar muy seriamente (y reflexione sobre lo que le ha pasado al maestro Argento); si, por el contrario, su película es producto de injerencias externas, firme usted como Alan Smithee y nos ahorrará a todos un buen disgusto.
Ponme en el vagón de los descreidos compadre. Yo cuando vi el binomio actor-protagonista me bajé esta película del carro de las oportunidades, porque el tufillo a película "de supervivencia" huele que alimenta. Felicidades por la crítica, no puedo estar más de acuerdo.
ResponderEliminarLa pelicula, esta pelicula, puede Ser, pero No es. A su director le pienso en otros guiones, en otros proyectos y películas que te vuelan la cabeza. Empieza pero la acabas tú, el espectador, cuando apagas la televisión. Tal vez si eres menos experto, si no sabes de quien hablo, si eres joven y lozano. Si vas con amigos o tu novia, te guste la propuesta, pero yo soy un viejo en esta escuela. Buen intento, Rodriguez. (¿Es de Robert Rodriguez?).
ResponderEliminarRodríguez hace tiempo que se apeo de su época dorada... pero madre mía, que nos quiten lo bailao. Para mí es un director de culto y su legado en el género es incuestionable. Muy fan de la trilogía del "Mariachi" e incluso de sus frikadas con "Machete", por no hablar de las deliciosas "Planet Terror" y "The Faculty"... pero lo de "Abierto hasta el amanecer" es otra liga, una de las mejores películas que haya visto nunca el fantástico y sin duda, entre mis diez favoritas de all the times.
ResponderEliminarDicho lo cual y pese a lo que comentáis, no me perderé esta "Hypnotic". Rodríguez se ha ganado mi atención de por vida, incluso en sus momentos más oscuros. Y todo sea dicho, suelo disfrutar de las películas de Affleck :)
Saludos.
Que grande que reivindiques “THE FACULTY”, una peli que me encanta y que además tiene el honor de ser la única película que yo haya visto solo en un cine, que lujo! “ABIERTO HASTA EL AMANECER” pues eso, una verdadera joya, por cierto, no he visto “`PLANET TERROR” y por lo que veo lo tengo que remediar no? A esta no me acerco ni con un palo, Ben Affleck me produce urticaria.
ResponderEliminarHola a todos
ResponderEliminarEl gran problema de la película es que no se vislumbra a Rodríguez por ningún lado. De verdad, parece que la haya dirigido su primo y que el se haya limitado a poner el nombre. El ejemplo más palpable es el tiroteo final. Es que está tan mal narrado, es tan cutre, que me tenía que frotar los ojos para creer que pudiera ser suyo. Es una película hecha con desgana yb se nota.
Yo también soy del equipo “Abierto hasta el amanecer”. Y alguna vez tendremos que reivindicar las secuelas que tienen su punto. Desde mi punto de vista “The faculty” es una película que gana con nuevos visionados. Lo mismo que “Planet Terror” que es una maravilla.
A ver si el bueno de Rodríguez retoma el buen camino.
Saludos
Aprovecho para reivindicar SIN CITY & SIN CITY 2, que No las mencionàis creo :)
ResponderEliminarReconozco que Rodriguez me ha hecho disfrutar mucho con su cine (vampiros e invasiones aliens en instituto), pero siempre me ha parecido un director tosco y chabacano. Quiero decir, Planet Terror jugaba a ser una mala película y tengo la impresión de que el director no tuvo que esforzarse mucho para lograr esa sensación... Sea como sea, Hypnotic (que me entretuvo), ofrece un Rodriguez esforzándose en ser un Nolan de Hacendado y también nos recuerda los años en los que Affleck era la chanza del mundillo (cara de león, cara de limón...).
ResponderEliminarSaludos!
El problema de "Hypnotic" no es que sea una mala película. En mi opinión es un thriller de ciencia ficción muy interesante como concepto, pero excesivamente apático y que requiere de una considerable manga ancha por parte del espectador para entrar en el juego que plantea. Y como producto random para pasar el rato, cumple y resulta entretenido. Para mí, el mayor problema de la película es que no hay nada de Rodriguez en ella (más allá de un par de gags autoreferenciales), un trabajo de encargo sin autoría alguna que podría haber firmado cualquier otro director. Como fan acérrimo del gran Rodríguez, resulta desalentador comprobar de primera mano y con un ejemplo tan palmario, la decadencia (y soy generoso) más absoluta de uno de los grandes nombres del fantástico de los últimos treinta años.
ResponderEliminarSaludos.