Basada en hechos reales, estrenada en junio de 2018, es la última película del aclamado director polaco francés Roman Polanski. Desde mi punto de vista, prácticamente cualquier película de su filmografía tendría cabida en Nido de Cuervos por el perturbado componente de thriller psicológico que tienen todas sus obras. En los años 90, a través de un ciclo dedicado al director, tuve la suerte de ver muchas de sus películas: “El Cuchillo en el Agua”, 1962, “Repulsión”, 1965, “Callejón sin Salida” (Cul-de-sac), 1966, “El Baile de los Vampiros”, 1967, “La Semilla del Diablo” (Rosemary´s Baby), 1968, o “El Quimérico Inquilino”, 1976. Conociendo casi toda su filmografía lo que voy a decir es poco alentador: “Basada en Hechos Reales” me parece la peor película de su carrera. Y eso, que no es un director cuya carrera haya ido de más a menos, porque sus tres últimas películas, “The Ghost Writer”, “Carnage” y “La Venus de las Pieles”, me parecen notables.
“La película, sin embargo, no logra entrar en las complejidades de un libro que reflexiona sobre el hacer literario y las fronteras de la aparente división entre realidad y la ficción”
La película nos cuenta la historia de la escritora Delphine (Emmanuelle Seigner) que, después de alcanzar un gran éxito con la publicación de un libro muy personal, entra en un bloqueo creativo. Presionada por las expectativas creadas por su último trabajo, Delphine se entrega a la amistad de una misteriosa mujer llamada Elle (Eva Green), que entra en su vida rebosando confianza y comprensión.
La película está basada en una novela de la francesa Delphine de Vigan, una escritora que con frecuencia basa sus obras en sus propias experiencias. De hecho, esta novela describe la situación que supuso para ella la publicación de un libro tan autobiográfico como Nada se Opone a la Noche (la novela más premiada y leída en Francia en el año 2011). Con “Basada en Hechos Reales” nos habla del bloqueo creativo por el que pasó la propia escritora y las discrepancias que levantó en el seno de su familia. También pretende mostrar la obsesión de la literatura y el cine por mostrar historias basadas en hechos reales y reflexiona acerca del papel del escritor en la actualidad. La película, sin embargo, no logra entrar en las complejidades de un libro que reflexiona sobre el hacer literario y las fronteras de la aparente división entre realidad y la ficción. Polanski pasa de puntillas sobre estas cuestiones y el resultado es bastante superficial, por lo que llego incluso a cuestionarme si en el fondo hay una historia lo suficientemente profunda que haga que merezca la pena esta adaptación.
“Polanski vio en esta historia la posibilidad de explorar asuntos cuya experimentación le atraen especialmente y que son recurrentes en sus películas”
Pese a no tener esta película ni la tensión, ni la mala hostia, de una obra como “Misery”, es inevitable no pensar en ella mientras se ve. Lo que no es casualidad, porque el propio libro de Delphine de Vigan está dividido en tres partes y cada una de ellas está precedida por una cita de Stephen King (dos de Misery y una de La mitad Oscura). “Era como si él fuese el personaje de una narración o de una obra de teatro, un personaje cuya historia no se cuenta como historia, sino que se recrea como ficción”. Stephen King, Misery. También recuerda a Mujer Blanca Soltera Busca (Single White Female, 1992), con ese toque de suplantación de personalidad presente en la película protagonizada por Bridget Fonda y Jennifer Jason-Leigh.
Entiendo que Polanski vio en esta historia la posibilidad de explorar asuntos cuya experimentación le atraen especialmente y que son recurrentes en sus películas: el suspense, la dominación psicológica, el deseo de ser otra persona y, principalmente, la personalidad turbia de ambas protagonistas. Todos estos elementos están presentes en el libro, pero desde mi punto de vista la película no consigue generar suspense y es aquí donde pierde una gran y esperada baza. Es bastante decepcionante no tener la sensación de estar ante un thriller en momento alguno. La película pierde interés al no tener ni la fuerza, ni las situaciones, ni los diálogos afilados necesarios para meter el dedo en la llaga y transgredir mínimamente. También expone, con mayor acierto, la soledad de la protagonista, con dos hijos viviendo fuera y un compañero que vive viajando (interpretado por Vincent Pérez), y que es una de las bases de la película.
Experimenta también con la confrontación entre dos mujeres, lo que hasta ahora no había hecho, y cuenta para ello con dos actrices importantes como Emmanuelle Seigner (La Escafandra y la Mariposa, 2007, Dans la Maison, 2012) y Eva Green (The Dreamers, 2003, Kingdom of Heaven, 2005). No son interpretaciones que vayan a destacar en la carrera de ninguna de las dos actrices, pero desde luego no defraudan y sí son uno de los puntos fuerte de la película, tal y como se podría presuponer. En el caso de Emmanuelle Seigner hay un claro cambio de registro, es fácil intuir que el papel que ella iba a tener en un principio era el de Elle, que es un personaje más ambiguo y con más malicia que el de Delphine. En realidad, ambas actrices suelen interpretar con frecuencia este tipo de roles ambiguos y a ninguna de ellas es habitual verla en el papel de persona corriente.
“La falta de punch achacable a la película es en gran medida culpa del guion, que en general es muy contenido”
Lo que no está a la altura de lo esperado en “Basada en Hechos Reales” es el guion coescrito por Polanski y Olivier Assayas. Si ya el año pasado critiqué el guion de este último en su película “Personal Shopper”, por ser demasiado tramposo, en este caso le veo lagunas que minimizan muchos de los dilemas que plantea la novela. La falta de punch achacable a la película es en gran medida culpa del guion, que en general es muy contenido. Concretamente hay una escena de la escritora Delphine en la que con su pierna rota intenta bajar las pronunciadas escaleras de un sótano (momento en el cual cualquier espectador se puede imaginar una serie de fatales consecuencias), pero que finalmente no sucede nada, lo que de por sí no es que sea negativo, pero sí es sorprendente por ser una constante en toda la película.
Pese a todo lo negativo dicho hasta ahora, en la película al menos se ve la mano de Polanski en la propuesta de una estética elegante y personal visible en todas sus escenas, lo que no podría ser de otra manera ya que cuenta con sus colaboradores habituales en la fotografía y en la música, Pawel Edelman y Alexandre Desplat. Ambos apartados son destacables, principalmente la banda sonora del que es actualmente uno de los mejores compositores, Alexandre Desplat, y último vencedor del Oscar por “La Forma del Agua”. Por desgracia, estas pinceladas no son suficientes para levantar una película con una intensidad insuficiente, ideada con buenas intenciones, pero que no aporta la intriga necesaria para que nos cuestionemos con entusiasmo el quién es quién de esta historia.
Lo mejor: Un duelo interpretativo de altura, a cargo de Emmanuelle Seigner y Eva Green, para una película menor en la filmografía de Roman Polanski.
Lo peor: El guion coescrito por Polanski y Assayas me parece bastante previsible en todos los sentidos. La película fracasa al no ser capaz de tratar con profundidad las reflexiones de la novela de Delphine de Vigan sobre el bloqueo del escritor y la ambigua línea que delimita la realidad de la ficción.
La tengo en la agenda para ver. Polanski es un genio, pero algo irregular. Aún así tiene en su filmografía mi película favorita del cine "El baile de los vampiros".
ResponderEliminarUn saludo
Joder Eva Green que pereza de actriz, ya no la veo.
ResponderEliminarHace algún tiempo que la vi, pero estoy de acuerdo en que la trama es absolutamente previsible desde el principio. No hay tensión ni giros argumentales... En definitiva se deja ver.
ResponderEliminarA pesar de todo, solo por "repulsión", "El quimérico inquilino" y "la semilla del diablo", creo que Polanski ya tiene permiso más que ganado a equivocarse cuantas veces quiera.