El festival de Sitges siempre tiene una carta escondida, un as en la manga a descubrir, un pequeño tesoro enterrado en el bosque dentro de una vieja caja metálica ornamentada con óxido y teñida de tierra. En estos casos, no se trata de saber buscar, en estos casos, es la suerte, el azar o el destino, los únicos responsables de que uno se tope casi sin quererlo, con una película como la que nos ocupa y es que lo nuevo del cineasta francés Quarxx, para quien suscribe, no es solo la gran sorpresa, también una de las mejores películas que se han exhibido en la edición de este año, certamen de inusual nivel muy acorde con la fantástica cosecha que nos está dejando este inolvidable 2018 en clave cinéfila.
“Quarxx lleva al extremo, todos y cada uno de los géneros que aborda en la película”
Quarxx dirige, escribe y adapta, su propio cortometraje “Un Ciel Bleu Presque Parfait” (2016), pasándose por el ojete del culo esa máxima tan actual y cuasi infalible, de lo poco recomendable de cruzar ese oscuro umbral que separa el corto del largometraje en un género el de terror, con el cuerpo repleto de esas cicatrices. “Tous Les Dieux Du Ciel” es la maravillosa excepción a dicha regla, una película inclasificable que vuelve a poner en primera linea de fuego y con la escopeta bien cargada al cine de terror francés, si bien una cinta como la de Quarxx, difícilmente podría alinearse con todas aquellas grandes obras del terror extremo que todos tenemos en mente, no por falta de calidad, más bien por su peculiar forma de entender y abordar los diferentes géneros que trata.
“Tous Les Dieux Du Ciel” es un compendio de terror, drama, comedia (aunque cuesta hablar en estos términos en una película como esta) y ciencia ficción, todo metido en la coctelera de este personal cineasta y mezclado con tanta fuerza y tanta mala leche, que el resultado puede llegar a ser desconcertante. Quarxx lleva al extremo, todos y cada uno de los géneros que aborda en la película, lo cual se traduce en un viaje repleto de sensaciones enfrentadas para el espectador, quien asiste atónito a la sorprendente capacidad del filme de cambiar de chip sin que parezca forzado en ningún momento, en especial, en las transiciones que tienen que ver con el humor y el drama, capaz de hacernos partir de risa y a la secuencia siguiente, darnos una patada en la boca del estómago tan fuerte, que nos deja sin respiración.
“una de las cosas más complicadas de asimilar de Tous Les Dieux Du Ciel es la peculiar forma en entender el humor de la cual hace gala, haciendo de lo absurdo un arte”
La película de Quarxx nos habla sobre la esperanza, sobre esa meta que nos ayuda a seguir adelante por más dura y complicada que sea nuestra realidad. Nos habla también del amor, de lo fuertes que pueden a resultar los lazos de sangre cuando la culpa se entromete en el orden natural de las cosas y nos habla por supuesto, sobre la fe, no ya en lo divino, sino en las propias convicciones personales.
Seguramente, una de las cosas más complicadas de asimilar de “Tous Les Dieux Du Ciel” es la peculiar forma en entender el humor de la cual hace gala, haciendo de lo absurdo un arte y no necesariamente siempre con ingenio. En este sentido, la cinta de Quarxx puede guardar ciertas similitudes con películas como “Sheitan” (Kim Shapiron, 2006) o “Calvaire” (Frabrice Du Welz, 2004), por esa enfermiza comunión entre lo cómico y su opuesto, que hace que en muchas ocasiones, cueste discernir entre lo uno y lo otro. A mi además, que me perdonen, pero en algunos pasajes de la película me venía a la cabeza esa pequeña maravilla patria que fue y es “El Milagro de P. Tinto” (Javier Fesser, 1998) y es que bajo todas esas capas de suciedad, oscuridad y atmósferas enrarecidas de la obra, hay algo ahí del gran Fesser que siempre está presente y muy palpable.
Claro está, que es imposible entender una propuesta como esta sin sus dos actores protagonistas dando vida a los hermanos Dormel: Jean-Luc Couchard y Melanie Gaydos. El primero, un consagrado y habitual sospechoso del cine francés, que ni decir tiene que aquí lo borda. Oficio en estado puro que se traduce en un personaje al que no se sabe muy bien si amar u odiar. ¿Demente o profeta? Algo así como una versión extrema de Michael Shannon en “Take Shelter” (Jeff Nichols, 2011). Couchard es la tormenta perfecta gracias a la cual canalizar y amplificar una ambigüedad con la cual “Tous Les Dieux Du Ciel” bombardea sin compasión al espectador, atrapándolo y desconcertándolo a partes iguales.
“una personal y diferente propuesta que pone de manifiesto las muchas formas posibles de enfocar un género a priori tan explotado, como es el de terror y/o ciencia ficción”
La segunda, Melanie Gaydos, actriz y modelo que padece displasia ectodérmica y que saltó a la fama en el año 2013 al protagonizar la versión dirigida por el español Eugenio Recuenco del videoclip “Mein Herz Brennt” de los germanos y leyendas del metal industrial “Rammstein” y que recientemente, también pudimos ver en la última entrega de la saga “Insidious”, la justita “Insidious: La Última Llave” (Adam Robitel, 2018). Gaydos pone su personal fisonomía al servicio de un personaje que tampoco sabes muy bien por donde cogerlo, moviéndose de nuevo en esa ambigüedad de la que os hablaba, interpretando un rol que podría encajar tanto en el papel de víctima como en el de villana, según se mire y que junto al personaje de Couchard, moldean una relación macabra, pero al mismo tiempo entrañable, otra de las grandes constantes del filme.
En la parte negativa podemos hablar de la subtrama de la pequeña Zoé, con una descomunal Zelie Rixhon, que por desgracia no termina de generar excesivo interés, sirviendo solo para regalar al respetable algún que otro momento simpático y que para colmo se cierra de manera muy poco satisfactoria. Y hablando de cierres poco satisfactorios, el de la trama principal, que nos ofrece unos últimos diez bastante innecesarios que aunque aportan más información acerca de determinado personaje, a mi juicio, terminan jugando el feo papel de anti clímax. Dos pequeños tachones para una personal y diferente propuesta que pone de manifiesto las muchas formas posibles de enfocar un género a priori tan explotado, como es el de terror y/o ciencia ficción. Obligado visionado.
Lo mejor: Lo bien que funcionan los muchos contrastes, un poco de todo sin que en ningún momento, el todo, resulte impersonal o artificioso.
Lo peor: Sin sus últimos diez minutos, habría tenido un final redondo.
Me preocupa tanta coincidencia, Rector. No sé tienes acceso a mi mente o es que ahora tienes mejor gusto, jejeje. "Tout Les dieux du ciel" me sorprendió gratamente, no sólo porque me encontré algo totalmente diferente a lo que me esperaba, sino por esa habilidad que comentas de pasar de un terreno a otro sin que apenas se note y hacer de la naturalidad su mejor arma para presentar momentos tan enfermizos y desquiciados.
ResponderEliminarMérito de un buen guión, de unos protagonistas maravillosos y de una dirección aplastante.
Me sobran, como a ti esos diez minutos que comentas. No entiendo muy bien por qué Quarxx quiso hacer esa concesión al terreno más habitual, cuando momentos ya había tenido un muy buen final y mucho más acorde con el tono de la película y los derroteros por los que nos fue llevando.
También se pasó muy de puntillas por la historia de Zoé, que tenía una potencia brutal y que también finalizó de una forma regulera. Parece claro que este director tiene una habilidad asombrosa para crear la narración y atmósfera necesaria para resultar muy enfermizo, pero que aún tiene que afinar más en los cierres.
Saludos.
Missterror, en casos como estos, es poco probable no estar de acuerdo :) Y eso que entiendo que esta es una de esas películas tan particulares, que pueden desorientar a más de uno, que ya se sabe que la mezcla de géneros, no es algo que cree consenso hoy en día precisamente. Creo que Quarxx hace un arte de ello, de conjugar partes hilarantes con otras sumamente tristes e incluso, con esos tintes de terror y ciencia ficción.
ResponderEliminarParece que el cine de terror francés, poco a poco vuelve por sus fueros y de nuevo, es sello de garantía.
Saludos.