Crítica: Silver Bullet

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE LA JOYA DE TERROR LICÁNTROPO (INJUSTAMENTE OLVIDADA) DE DANIEL ATTIAS

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“Silver Bullet” (Daniel Attias, 1985), conocida en territorio español como “Miedo Azul”, es al cine de hombres lobo lo que “Jóvenes Ocultos” (Joel Schumacher, 1987) al de vampiros. Todo en la película de Daniel Attias resulta deliciosamente atípico y no tengo la menor duda de que esta adaptación de la interminable obra de Stephen King se cuenta entre las mejores cintas de terror licántropo de la historia del fantástico por más que no tenga la buena prensa de otras. 

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“no tengo la menor duda de que esta adaptación de la interminable obra de Stephen King se cuenta entre las mejores cintas de terror licántropo de la historia del fantástico” 

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“Un Hombre Lobo Americano en Londres” (John Landis, 1981), “Aullidos” (Joe Dante, 1981) o “Dog Soldiers” (Neil Marshall, 2002) sean posiblemente (siempre con permiso de Lon Chaney) los grandes referentes de este subgénero y “Silver Bullet” no tiene absolutamente nada que envidiarles, de hecho, considero que la única que le hace sombra es el clásico de Landis, pues además hablamos de dos títulos que comparten tono en ese sutil, pero constante flirteo entre el terror y la comedia que tanto caracteriza a ambas obras y que en determinado momento llegó a definir a la denominada “comedia de terror”, etiqueta desvirtuada en tiempos venideros y que hoy, salvo contadas excepciones, poco tiene que ver con lo que se hacia en los ochenta y noventa. 

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“una película absolutamente salvaje y sangrienta que contiene una amplia colección de escenas gore de primer nivel, amén de alguna que otra secuencia inolvidable patrimonio del género” 

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Decía al inicio que estamos ante una producción atípica. Tanto es así que hablamos de la ópera prima de un cineasta, Attias, que jamás volvió a rodar nada para la gran pantalla y que al año de estrenar la película se pasó a la televisión donde ha desarrollado toda su carrera participando en una cantidad obscena de series, entre ellas, muchas de género fantástico y tan grandes como “Buffy, cazavampiros”, “Héroes”, Perdidos”, “The Walking Dead” o “True Blood”. 

Attias adaptó aquí “El Ciclo del Hombre Lobo” de Stephen King, trabajo de curiosa concepción por parte del escritor que con su habitual verborrea fácil terminó convirtiendo un relato corto para un calendario en una novela. Además, en una que no va de más a menos y se termina cerrando de forma ridícula, como nos acostumbraría el autor fuera de una época dorada en la que sin duda podemos contar este cuento de hombres lobo pese a que esté considerado por el propio King como una obra menor dentro de su inabarcable catálogo de horrores y por más que por la propia naturaleza (por momentos) naif de la película, su desenlace pueda resultar algo inocente y en cierta forma edulcorado, como ya ocurría en los “Jóvenes Ocultos” de Schumacher. 

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“imperdible para cualquier amante del género, en especial, de los hombres lobo, la serie B y esa forma tan especial de entender la comedia de terror que lamentablemente, se ha perdido con el paso del tiempo” 

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Pero que esto no lleve a engaños, “Silver Bullet” es una película absolutamente salvaje y sangrienta que contiene una amplia colección de escenas gore de primer nivel, amén de alguna que otra secuencia inolvidable patrimonio del género. Si algo ha tenido siempre el cine de hombres lobo es una capacidad innata de regalarnos estampas icónicas. Lo hizo Dante en “Aullidos” con la que dicen es, la mejor transformación de hombre lobo jamás realizada hasta la fecha (para gustos colores, pues la oferta es basta y variada), pero también Landis o Neil Jordan en “En Compañía de Lobos” (1984). Si tuviese que elegir una de “Silver Bullet”, sin duda sería la pesadilla en la iglesia del reverendo Lowe (Everett McGill), una transformación masiva absolutamente delirante que casi parece un homenaje a la vista un año antes en la cinta de Jordan, aunque mucho más aterradora. 

El reparto en su conjunto es un regalo para el aficionado. La sola presencia del desaparecido Corey Haim ya le otorga al filme un inevitable telón de misticismo y aunque siempre será recordado por “Jóvenes Ocultos”, su papel en “Silver Bullet” es adorable, más aun si lo contamos como una de las dos partes indivisibles del binomio formado junto a Gary Busey que, volviendo con lo atípico, nos ofrece uno de los pocos personajes de su carrera que no solo se alejan de su habitual perfil de hijo de la grandísima puta, sino que además es un trozo de pan, el pariente buenazo y enrollado que todos quisimos tener. La química entre ambos actores es brutal y durante sus escenas juntos, nos olvidamos muchas veces que estamos viendo una película de terror. Jamás se deseó tanto que un secundario, carnaza habitual, sobreviviese a la función (aunque no seré yo quien desvele su suerte). Terry O´Quinn es otro ilustre del género que siempre suma, aunque es Kent Broadhurst quien nos regala algunos de los mejores momentos interpretativos del filme. Una película imperdible para cualquier amante del género, en especial, de los hombres lobo, la serie B y esa forma tan especial de entender la comedia de terror que lamentablemente, se ha perdido con el paso del tiempo. 

Lo mejor: Tan salvaje y aterradora como entrañable, una sinergia entre terror y comedia que ya no se ve en el cine de hoy. Su reparto, en especial Corey Haim y Gary Busey. Visualmente es una pasada. 

Lo peor: El clímax puede saber a poco. Que el paso de los años no le haya otorgado el estatus que por sobrados méritos propios merece.