EL RECTOR NOS HABLA SOBRE LA SOBRECOGEDORA ÓPERA PRIMA DE EMMA TAMMI, UN WESTERN DE TERROR QUE POR FIN, ATERRIZA EN PLATAFORMAS
Cineastas de nueva cuña como Coralie Fargeat (“Revenge”), Julia Doucornau (“Crudo”) o Ana Lily Amirpour (“Una Chica Vuelve a Casa Sola de Noche”) han hecho no se si tambalear, pero sí refundar de alguna manera los cimientos del género de terror, uno, este, históricamente hecho por y para hombres y en el cual el papel de la mujer, se limitaba bien a víctima necesaria, bien a fetiche sexual. Por suerte, el peso de la figura femenina es cada vez más importante en la sociedad moderna y esto ha tenido un reconfortante reflejo en el séptimo arte, en el cual el rol de la mujer es cada vez más relevante detrás de las cámaras, uno de los grandes déficits históricos del cine en relación a esa igualdad de géneros tan deseada y por suerte, en constante evolución que sí se ha ido viendo en otras facetas de la vida. Pequeño alegato este, que no pretende en ningún momento destacar a mujeres como Fargeat, Doucornau o Amirpour por el mero hecho de serlo, sino por habernos regalado tres de las mejores películas de género de los últimos años.