Tengo que reconocer que visionar "The Children", ha sido una experiencia de lo más perturbadora, y es que Tom Shankland (quien también dirigiera la reconocida "W Delta Z") ha echado mano de uno de los elementos que siempre me han aterrado sobremanera, los niños.
Fuertemente influenciada por películas como "El Pueblo de los Malditos", "¿Quien Puede Matar a un Niño?", "Los Chicos del Maíz" o incluso "El Señor de las Moscas", Shankland, que en esta ocasión también se encarga del guión, le ha añadido a la cinta ese toque sobrenatural "Shaymaliano" muy al estilo de "El Incidente", introduciendo el factor "místico" o "fantástico" de manera sutil y a partir del cual, poder construir una historia a priori tan increíble como esta, y digo "a priori", porque si uno se pasa por cualquier escuela pública de nuestro país, el panorama puede que no diste tanto de lo que vamos a encontrar en "The Children".
No cabe duda de que "The Children" es una efectiva película de terror, un trabajo coherente y creíble si pasamos por alto la trampa argumental de su propio planteamiento (pues que los crios son unos seres aterradores y potencialmente peligrosos, tanto para nuestra salud mental como física, es un hecho demostrado, ahora bien, de ahí a convertirse en un ejército perfectamente organizado de pequeños "Damiens" mata adultos, hay un trecho) que sin explicación alguna, lo deja todo a nuestra personal interpretación. Las virtudes de la cinta son varias, pero lo que más me ha llamado la atención, es la fidelidad con la que el film retrata a dos familias de clase media, consiguiendo constantemente que tengamos que mirar nuestro propio ombligo al reconocer como propios, todos y cada uno de los valores que aquí se retratan, tales como el amor, la amistad, la envidia o la hipocresía, todos estos elementos presentes en cualquier familia (en menor o mayor medida) consiguen que nos sintamos partícipes de la historia y es que Tom Shankland, maneja a la perfección todos estos elementos a partir de los cuales, da pie una trama consistente que potencia aún más, si cabe, a unos personajes perfectamente construidos con los que resulta fácil identificarse.
En este mismo sentido, "The Children" también describe de forma casi poética, el amor incondicional de un padre hacia su hijo, muchas veces irracional (como en el caso que nos ocupa) y que en la película tiene un peso específico, pues Shankland lo utiliza como pretexto en varias ocasiones para justificar lo injustificable y cargar a la cinta de una alta dosis de "moralidad" que, sin duda alguna no entenderemos los que no tenemos hijos, claro está, por que yo (y hablo desde mi nula comprensión de la situación, por que no tengo hijos), si veo venir hacia mi, a dos adorables niñitos con cuchillo en mano dispuestos a degollarme, llamadme insensible, pero la última cosa que se me ocurriría sería quedarme quieto y dejarles hacer... garrotazo en la cabeza y a otra cosa mariposa. Pero bueno, lo dicho, que el director ha sabido sacar mucho jugo de este tipo de situaciones.
La misteriosa atmósfera y la inquietante fotografía son otros de los grandes logros de un filme que por otro lado, tampoco escatima en crudeza, conteniendo algunas escenas bastante fuertes, no por que sean extremadamente violentas, sino porque no estamos muy habituados a la violencia infantil en el cine, ridículo tabú que por lo general, Shankland se pasa por el forro de los cojones.
Conclusión, "The Children" es una película que no inventa nada nuevo, que difícilmente consigue sorprender al espectador y que resulta incluso, demasiado previsible, pero que al mismo tiempo consigue mantener una atmósfera "incómoda" durante todo el metraje, y que destaca por la gran fidelidad a la hora de recrear a la familia de clase media así como por su crudeza. Una cinta de terror muy recomendable, sobretodo para los que sentís tanto "amor" por los niños como yo, o para todas aquellas parejitas enamoradas que se estén planteando dar vida a uno de estos pequeños engendros del infierno. Adoptar a un perro, por el amor de dios.
1 comentarios:
The Children es exactamente lo que parece por el título. Y por supuesto que, una vez empezada la película, uno espera que sea original, entretenida y buena. Cualquiera de las tres opciones son válidas. Y aunque no es original, ni realmente buena, sí que es entretenida, y la puesta en escena del director, cuyo único escenario es una casa y su entorno, está suficientemente elaborada como para estar por encima de la media, o al menos ser mejor de lo esperado. La tensión es proyectada de manera sistemática gracias sobre todo a una excelente elección de casting, sobre todo de los niños, donde está el mayor reto de los creadores y donde salen mejor parados. Curiosamente, los adultos, como casi en todas las películas, parecen despistados o, en éste caso, estar muy por detrás del espectador. Pero hay que decir que es intencionado, pues está buscada ese “cambio de papeles” entre jóvenes y adultos: aquí, los mayores se comportan como niños, bebiendo, fumando, hablando de sexo , mientras que los niños, y la adolescente Casey, son serios y retraídos, y parecen estar en conflictos interiores (atención a la escena de los niños pequeños en la habitación, cuando Paulie empieza a mostrar un extraño comportamiento). En éste aspecto se consigue un trabajo extraordinario. No tan bueno cuando el film es “de terror”, con los sustos habituales aunque narrados con algo más de realismo. No obstante el final, casi siempre lo más difícil de conseguir, pues muchas veces sólo se busca el impacto fácil o la resolución feliz, deja un recuerdo (¿intencionado?) a esa obra maestra absoluta “¿Quién puede matar a un niño?”.
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