ARTORIUS NOS HABLA SOBRE ESTA FÁBULA SOBRE EL AMOR Y LA MUERTE ADAPTADA POR EL SIEMPRE PARTICULAR DARREN ARONOFSKY
No soy de puntuar las cosas numéricamente. Me parece una manera reduccionista de valorar algo, a menos que lo acompañes de otro tipo de apreciación que no intente justificar esa puntuación, sino a la inversa, que la puntuación sea el resultado de un razonamiento elaborado y argumentado.
Pero hay momentos, sobre todo cuando puntúas algo con valores muy extremos, que el número amenaza con comerse a la crítica al primer vistazo. Yo no soy muy amigo de números absolutos, y entiendo que cuando ves un 10 o un 0 automáticamente afilas los cuchillos, porque la perfección o el fracaso absoluto difieren mucho según los ojos del observador al uso.