jueves, 28 de abril de 2016

Crítica: El Terror No Tiene Forma

Echando la vista atrás y con los ochenta relegados ya en el recuerdo al status de simple rollete de verano, no cabe duda que la carrera de Chuck Russell se ha quedado muy lejos de las grandes expectativas que despertaron sus aclamadas primeras obras. No hay que olvidar que Russell, fue el encargado de dar a luz la que para muchos es, incluso por encima de la cinta original de Craven, la mejor entrega de la saga de “Pesadilla en Elm Street”, evidentemente, me refiero a “Pesadilla en Elm Street 3: Los Guerreros del Sueño” de 1988, uno de los desvirgues más sonados de la historia del género. Pero es que su segunda obra, tan solo un año después, volvería a levantar el ánimo y de que manera, a los aficionados al terror y al fantástico, elevando a Russell prácticamente, a niveles de deidad dentro del mundillo y eso que la empresa, era si cabe, aun más arriesgada que la primera.

No se puede decir que el resto de su filmografía se mala, ni mucho menos, recordemos la divertidísima “La Máscara” (“The Mask”, 1994) lanzando al estrellato al amigo Carrey o la decente “Eraser” (1996) con el siempre solvente Schwarzenegger al frente. Incluso “La Bendición” (“Bless the Child”, 2000) tenía su puntito con una ya decadente Kim Basinger enfrentándose a las fuerzas del mal... poco se puede salvar, eso sí, de la mediocre “El Rey Escorpión” (“The Scorpion King”, 2002), como mucho, una evidencia más, de que el bueno de Dwayne Johnson debería haberse quedado dentro del cuadrilátero, pues esto del cine se le queda un poquito grande, por mucho que algunos ilusos creyeran que el ex luchador podía rellenar parte del hueco dejado en el seno de la industria por el gobernator.

Bien. “El Terror no Tiene Forma” (1988) o “The Blob” en su título original, es un remake bastante libre de la película de 1958 protagonizada por Steve McQueen y, sin duda alguna, es uno de los más destacados miembros del exclusivo club de “remakes que superaron a la película original”, al igual que títulos como “La Invasión de los Ultracuerpos” (“Invasion of the Body Snatchers”, Philip Kaufman, 1978), “La Cosa” (“The Thing”, John Carpenter, 1984) o “Las Colinas Tienen Ojos” (“The Hills Have Eyes”, Alexandre Aja, 2006). Y digo lo de “bastante libre”, porque el libreto escrito para la ocasión por el propio Russell con la colaboración de otro ilustre como Frank Darabont (“The Myst”, “The Walking Dead”), se destapa con alguna que otra licencia respecto al de la película original, modificando por ejemplo, el origen de la criatura (en uno de los grandes giros del filme) o sus propias características físicas y modus operandi.

Russell, que debe de ser un buen aficionado al rock duro, volvió a acertar de pleno en la elección del tema principal de la cinta que sirve tanto para abrir, como para cerrar la función. Si en su anterior película, la tercera entrega de Elm Street, fueron los hard rockeros de los Ángeles “Dokken”, los que se encargaron de poner letra y música con el tema compuesto para la ocasión titulado “Dream Warriors”, amén de otro de los grandes trallazos de su discografía como fuera el “Into the Fire”, para “El Terror No Tiene Forma”, Russell echó mano de los suecos “Alien”, para que musicaran la película con el tema “Brave New Love”, de sonoridades muy cercanas a lo perpetrado un año atrás por “Dokken”. Un nuevo himno de las bandas sonoras ochenteras que aun a día de hoy, sigue poniendo de piel, alguna que otra gallina.

En “El Terror no Tiene Forma”, el director moldea no sin sutileza a su interés la historia original escrita por Irvine H. Millgate, para volver a indagar en temáticas muy actuales de la época sobre las que ya había tratado en la tercera pesadilla. Ahora, los protagonistas de la historia son un grupo de jóvenes, quienes tienen que hacer frente a una misteriosa amenaza por su cuenta, pues sus mayores lejos de creerles, les tratan como a niños. Este abismo generacional entre padres e hijos, que ya fue explotado en “Dream Warriors”, se une al típico dibujo de clases tan habitual en la serie B de los ochenta, donde en este caso, el rockero solitario, marginal y problemático, termina cruzando su camino con el de la chica más popular del instituto. De ahí, de dicha relación recurrente en el terror de los ochenta, es de donde salen las poquísimas concesiones cómicas de un filme, que se aleja del tono desenfadado de otras cintas de la época para centrarse en un relato de terror y ciencia ficción en estado puro.

De hecho, la cinta fue fuertemente criticada en su día por ciertos sectores de la crítica americana, que no terminó de digerir bien (y nunca mejor dicho), determinadas escenas del filme. Calificada con la tan temida por algunos y tan ansiada por otros calificación R, la película resultó ser una versión mucho más explicita que su hermana mayor de 1958, evolucionando del erotismo de aquella, a la pornografía sin desenfreno. En ella, Russell no escatimó en grafismo alguno a la hora de mostrar todo aquello que en la cinta original, se daba por hecho gracias al dudoso arte de la omisión. En “El Terror no Tiene Forma”, puede verse con todo lujo de detalles, como la criatura digiere a sus víctimas, cebándose incluso con el tierno cuerpecillo de un niño, en una de las escenas más recordadas y polémicas del filme.

El equipo de fx realizó uno de los trabajos más imponentes de la década, dando entidad propia a la masa viscosa rosa más repugnante de la historia del cine, perpetradora de un sinfín de muertes a cual más imposible que desafiaban abiertamente las leyes de la física haciendo bueno aquello de meter a un elefante por la ranura de un buzón. Si se quiere, se puede y el moco rosa, vaya si quería. Reside también ahí otro de los grandes logros del filme, el hecho de que a pesar de las altas dosis de gore desproporcionado, en ningún momento la función degenera en algo cómico, todo lo contrario, la sensación de malestar e incomodidad que transmiten cada una de las muertes en el espectador, es más que destacable.

Curiosamente, es en su apartado visual, donde se le puede encontrar el único “pero” a la película de Russell, pues mientras los fx artesanales, son de sobresaliente, cuando hay que recurrir a los efectos digitales y a la pantalla de croma, es donde el filme muestra todas sus vergüenzas. Gran contraste en este sentido. Supongo que de ahí el hecho, de que la criatura en este remake, tuviera un tamaño considerablemente más pequeño que en la cinta de 1958. No cabe duda no obstante, que si ponemos unos y otros en la balanza, esta termina decantándose por los primeros, algo que queda muy patente al revisionar la obra a día de hoy, casi treinta años después de su concepción, ya que pese al paso del tiempo y las puntuales chapuzas digitales, la sensación que uno tiene al terminar el visionado es la de haber visto una de las obras de referencia que ha dado el género en el apartado de los efectos visuales.

Muy interesante también lo que encontramos en el reparto si escarbamos un poco. Comenzando por el hermanísimo de Matt Dillon, el peque de la casa: Kevin Dillon. Este da vida al estereotipo rebelde y molón de la época. El rockero marginal de chupa de cuero, camisa blanca y pantalones vaqueros. Muy grande Dillon manejando los tópicos y muy buena la química con su partenaire femenina, sacada directamente del lado opuesto del espectro. Ella, interpretada por una jovencísima Shawnee Smith, a la que sin duda reconocerán los fans más acérrimos de la saga “Saw”, pues no es otra que quien da vida a la mítica Amanda. La escena del jersey de cashmere, toda una declaración de intenciones por parte del director, de deja claras las connotaciones sociales del personaje. Dos nombres más a destacar. Primero el de Jeffrey DeMunn, a quien Frank Darabont volvería a recultar unos cuantos años después para que interpretara a Dale Horvath en la serie “The Walking Dead” y que ya había trabajado con anterioridad con el cineasta unos años antes en “La Niebla” (“The Myst”, 2007). Segundo, el de Paul McCrane, más conocido por dar a vida a Emil M. Antonowsky en “Robocop” (Paul Verhoeven, 1987) y que parece tener una morbosa predilección por morir de forma escatológica.

Poco más que añadir sobre una de las mejores serie B de la década de los ochenta. Fabulosa mezcla de terror y ciencia ficción tan disfrutable hoy, como el día de su estreno. Una excusa perfecta para sentarnos en el sofá con ese bomboncito con el que vivimos y disfrutar en la mejor compañía del mundo de una reconfortante y añeja sesión de terror ochentero. Pocos placeres pueden compararse. Visionado obligado para los que no la hayan visto y revisionado más obligado aun, para los que ya hayan tenido el gusto de hacerlo, porque las guarradas, cuanto más guarras, más se disfrutan y “El Terror no Tiene Forma”, otra cosa no será, pero guarra, lo es un rato.

Lo mejor: Un festín de sangre y fluidos corporales, no exento de tensión y suspense, que hará las delicias tanto de los amantes del terror en su formato más carnal, como de los que gusten de experiencias más sosegadas. Y el desenlace, cabrón a más no poder, como no podía ser de otra forma.

Lo peor: La utilización puntual de unos efectos digitales, que no están a la altura del nivel general del filme y la utilización de ciertos tópicos sociales que a día de hoy, dentro del contexto de una sociedad supuestamente evolucionada, pueden sonar algo arcaicos.


11 comentarios:

Patrick Bateman dijo...

Ahora ya hace unos años que la revisioné, pero debería volver ha hacerlo. La recuerdo excelente. Lo que comentas de los efectos digitales, quizás se deba a la calidad de los chromas actuales. Hay películas menos viejas que The Blob con un desfase tremendo en dicho campo si las comparamos con algunas recientes producciones.

El Rector dijo...

Patrick, sin duda, más ahora que ha sido editada en Bluray y se ve de lujo.

Los efectos digitales son una lacra para el cine de terror. Entiendo que en otros géneros del fantástico, son necesarios, pero en el terror, debería hacerse todo de manera artesanal.

"El terror no Tiene Forma" no es que tenga los peores fx digitales que he visto y como bien comentas, hay películas en la actualidad, que lucen tan o peor que la película que nos ocupa que recordemos, tiene casi treinta años. El problema aquí, es que al estar tan currados los efectos artesanales (a mi juicio, al nivel de los visto en "La Cosa" de Carpenter), que el contraste con los otros resulta bastante "llamativo", jeje.

Revisiona ya, verás que es un disfrute completamente atemporal.

Saludos.

JuanCar dijo...

Estimado Rector,

A casi te nombro de "Vuesa merced", me has tocado la fibra.
Supongo que, a falta de pan, buenas son las ostias (sin hache).
Viendo como esta el panorama actual, supongo que has abierto la caja de DVD´s para tirar de cosecha. Y este DVD como mínimo, reserva gran herencia le otorgo.
Esto es un peliculón, así sin anestesia. Cine con mayúsculas. Terror acojonante y cojonudo. Gore sin concesiones, sin tópicos y sin chistes malos. Gore que asusta, que duele. Crudo y sin paliativos como bien dices en la escena del niño.
Magnifica todas las menciones que haces tanto a la cultura musical de Russell (de la que doy fe, como buen "Heavy" que eres...jejeje, conoces al dedillo), y sobre todo de lo que para mi adolece hoy en día gran parte del cine de terror. Los FX artísticos de maquillaje, el latex. El trabajo en esta película es sencillamente espectacular, descomunal, de verdad que me quedo sin palabras para valorar el trabajo que hicieron estos putos genios de los efectos especiales. Cualquier comparación con algo actual, me suena francamente a chiste.
Gran doblete de Russell ciertamente junto con la tercera pesadilla. Genio y figura solo por esto, por supuesto que si.
Hoy mismo, como buen copiota de ti que soy, me siento con mi bombón a darle otro repaso y homenaje a esta extraordinaria película. Te aseguro que he perdido ya la cuenta con ella.

Un saludo.

JuanCar dijo...

Lo de Heavy, con muchísimo cariño, y ciertas dosis de confianza.

Saludos.

Missterror dijo...

Rector- Desde luego la elección de esta revisión no pudo ser más acertada, pues uno no puede hacer otra cosa que disfrutarla al máximo.
Cine de los ochenta, con intención puramente ochentera y una ejecución atemporal. Terror del que se disfrutaba antes, ahora y en el futuro.
Como comentas, en la cumbre de los remakes hechos para mejorar a los originales y un giro que deja picueto al más templado, por no mencionar que ni en Juego de Tronos, oiga, aquí quien crees que va a tener peso en la trama, cae como el bueno de Ned Stark, from the beginnig y sin pistas que te pongan en guardia.
Grandísimo maquillaje!Desde luego el equipo de efectos especiales era la creme de la creme, lástima de los efectos digitales, `pero como bien comentas, es que son treinta años!!!

Esta película, sin duda, debe estar en toda videoteca que se precie ;)

Saludos

Patrick Bateman dijo...

Opino igual, lamentablemente el ingenio y presupuesto ya no acompañan a realizar las cosas de forma artesanal. Por no hablar de nuevas generaciones que seguro les parece cutre.

Pues ya veremos dentro de 30 años las de ahora, yo creo que será peor. XD

No lo dudo. A ver si la 'rescato'.

Saludos.

El Rector dijo...

Juancar, serás un copiota... pero que paladar fino fino tienes, jodio :) Que fácil es recomendar por mi parte, una película como "El Terror No Tiene Forma. No tiene mucho mérito, la verdad, pues es apostar a caballo ganador y sin necesidad de zanahoria. Y zanahoria, la que se le pone a uno con semejante maravilla, más en Bluray (que desde que tengo tele nueva, como que le he hecho el salto al DVD, por más buenos ratos que me haya dado en el pasado, espero me lo sepa perdonar algún día).

Está la cosa muy mala, estimado Juancar, y si hay que tirar de clásicos, pues se tira y ni colorao me pongo. De hecho, las noches de lis lunes ya están reservadas para este tipo de gloriosas veladas... y hoy es lunes, así que habrá que ir calentando los motores de la Tardis, que los ochenta no esperan a nadie ;)

Lo de "heavy", más allá de toda la confianza que tienes por mi parte, me lo tomo de la única forma que puedo, como un cumplido y de los gordos. No te negaré que me pone casi tanto el mástil de una guitarra eléctrica como el moco rosa que nos ocupa... y si es con tachuelas y pinchos del tamaño de aquella zanahoria, mejor :)

Grandísimas banadas sonoras las de los ochenta... ahora se estila, por desgracia, otro tipo de cosas, al menos por un tipo tan clásico como yo.

Missterror, pues tanto lo disfrutas y lo vas a seguir disfrutando, que el próximo título ochentero tiene que salir de tu puño y letra... aunque no revelemos más de la cuenta, que la gracia de esto también tiene que ver con mantener a la udiencia en vilo ;)

Patrick, las nuevas generaciones han crecido con los horrorosos fx digitales, así que como bien comentas, muchos de ellos no sabrían apreciar un buen efecto tradicional con latex, goma y espuma, aunque se lo restregaran por los morros.

Pero bueno, a nosotros, que nos quiten lo "mamao" :)

Saludos.

Donnie dijo...

No veas la ilusión que me ha hecho leer algo tan bueno sobre 'The Blob'. Otra de esas pelis que meto en el saco de 'El terror llama a su puerta', 'Lifeforce', 'Invasores de Marte', etc, etc.. con las que crecí y me formé cinematograficamente hablando..

Siempre que pienso en esta película me viene a la cabeza 'La invasión de los ladrones de cuerpos' de Don Siegel y su remake (No se si esta es la palabra adecuada ya que es una nueva adaptación de la novela de Finney) de Kauffman (Y también de 'La mosca' versión Neumann y Cronenberg) me encantan las versiones antiguas pero las nuevas, rodadas a finales de los setenta y principios/mediados de los ochenta, me parecen autenticas joyas...

A pesar de que el tiempo haya podido jugar un poco en su contra (Por el tema de ciertos efectos digitales que comentas) esta es una de esas cintas de obligatoria visión para los amantes del terror y fantastico..

Un abrazo!

Donnie

El Rector dijo...

Donnie, pues sendas maravillas de Hooper se cuentan también entre mis favoritas. la primera acabo de adquirirla recientemente y la segunda, ando loco por ponerme con su revisionado después de muchísimos años.

Coincido plenamente con tu juicio respecto a todos esos remakes/adaptaciones realizados/as en los 70/80. Adoro la invasión de Kauffman y "La Mosca" de Cronenberg. Es una lástima comprobar el como ha degenerado no ya solo el término, también el concepto "remake" en la actualidad.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

Ellos se lo pierden. Son unos 'ignorantes'. XD

Saludos.

Donnie dijo...

Como bien dices es una lastima ver como ha degenerado el termino y el concepto 'remake'. Cada vez se hacen antes, sin justificación, sin motivo, prostituyendo en muchos casos la idea original de la película en la que se basan.. Salvo excepciones (A mi la versión de 'Dejame entrar' de Matt Reeves me parece de lo mas decente que se ha hecho últimamente, a pesar de que la considero del todo innecesaria). Habrá que ver que es el próximo que destrozan..

Un Abrazo

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