lunes, 24 de febrero de 2025

Crítica: Star Trek: Sección 31

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL ENÉSIMO ATENTADO DE OLATUNDE OSUNSANMI AL UNIVERSO TREK. UNA MAMARRACHADA TAN INDIGNA COMO DIGERIBLE


“Star Trek: Espacio Profundo Nueve” (1993 – 1999) no solo es la mejor serie del universo Trek (por más osado que esto pueda sonar existiendo algo tan PERFECTO como “Star Trek: La Nueva Generación”), también es la más oscura. Y dentro de ese ecosistema, una subtrama tan siniestra como fue la de la sección 31, con aquella inolvidable relación en las sombras entre el Dr. Julian Bashir (Alexander Siddig) y Luther Sloan (William Sadler), terminó por convetirse en una de las líneas argumentales más interesantes de toda la serie. Y con todo, nos dejó con ganas de más


“no deja de sorprenderme lo mucho y malo que se ha dicho sobre ella, no tanto por el hecho en sí de que la cinta no haya cumplido las expectativas, como por el hecho mismo de que existieran tales expectativas” 


Lo reconozco, desde entonces, siempre soñé con una serie íntegra dedicada al lado oscuro de la federación. “Star Trek: Sección 31” sería su título, y daría continuidad a todo lo apuntado en series previas. Hoy, esto se ha hecho realidad a medias, no en formato serie, sí en una suerte de largometraje con espíritu de mini serie que nos llega vía SkyShowtime. Y no deja de sorprenderme lo mucho y malo que se ha dicho sobre ella, no tanto por el hecho en sí de que la cinta no haya cumplido las expectativas, como por el hecho mismo de que existieran tales expectativas, viendo las credenciales de la propuesta.

Con la misma rotundidad que afirmo que “Star Trek: Espacio Profundo Nueve” es la mejor serie de toda la franquicia, hago lo propio otorgándole a “Star Trek: Discovery” (2017 – 2024) , el dudoso galardón de acaparar el espectro opuesto y convertirse, por tanto, en el peor show del universo Trek. Y eso pese a dos notables primeras temporadas que, pese a alejarse en mucho momentos de la esencia del universo Trek, consiguieron ofrecer no solo un gran espectáculo visual (majestuoso todo lo referente a la cultura Klingon, por poner un ejemplo), también una interesante apertura de miras que venía a engrandecer aun más, si cabe, el legado de la mejor saga de ciencia ficción de la historia del género. Pero poco le duró la gracia a la broma y de ahí en adelante, las prestaciones del show, por variopintos motivos, bajaron de manera alarmante con cada nueva temporada, haciendo de estas una experiencia en el mejor de los supuestos, rutinaria y solo apta para completistas enfermizos (véase mi caso) y devoradores compulsivos de ciencia ficción (véase mi caso también). 


“si entendemos la cinta como una suerte de spin off gamberro de “Star Trek: Discovery” (que en realidad, es lo que pretende ser), la hostia se amortigua de manera considerable” 


“Star Trek: Sección 31” viene firmada por Olatunde Osunsanmi, alma matter en la dirección de “Star Trek: Discovery” desde su nacimiento hasta su defunción (al show me refiero). Para colmo, la película está protagonizada por Michelle Yeoh, es decir, recuperando a un personaje completamente agotado como es el de Philippa Georgiu (sí, es cierto, podría haber sido peor, podría haberla protagonizado Sonequa Martin-Green, pero que esto no sirva de excusa). De ahí mi sorpresa valga la redundancia de que parte del personal se haya sorprendido tanto con lo que nos depara la nueva película de un Osunsanmi que no es precisamente J.J Abrams

“Star Trek: Sección 31” (2024) ofrece justamente aquello que se podría esperar, hora y media del reverso más “lúdico” (por no decir algo más grueso) del universo Trek y desde dicha óptica, entiendo la mala acogida, pues la experiencia es realmente desastrosa. Ahora, si entendemos la cinta como una suerte de spin off gamberro de “Star Trek: Discovery” (que en realidad, es lo que pretende ser), la hostia se amortigua de manera considerable, ofreciendo ahora, hora y media de ciencia ficción genérica y premeditadamente tontorrona que no deja de ser una descarada hipérbole de todas las virtudes y defectos vistas en la serie madre. Osunsanmi me parece un cineasta de cuestionable impronta y esto queda patente a lo largo de todo el visionado de una película que más allá de tener claro que lo que quería ofrecer era un producto plataformero mainstream, el cómo hacerlo ya no lo estaba tanto, dando como resultado un popurrí de ideas a cual más disparatada que perfectamente podrían haber firmado bultos sospechosos como Guy Ritchie o el Zack Snyder “mercenario” de Netflix. 


“Sí, entretiene, pues entre el atropellado montaje, la surrealista colección de personajes absurdos, las píldoras de videoclip de la MTV y las abundantes secuencias de acción, apenas da tiempo para caer en el tedio” 


La sección 31 ya pasó por “Star Trek: Discovery” salvando los muebles gracias a una segunda temporada que contenía muchos otros elementos de interés, pero no nos engañemos, poco quedaba de la grandeza narrativa y la mística de cine negro que había rodeado a la sección en sus apariciones previas. Ahora, el trío de guionistas (incluido el actor Sam Richadson quien también tiene un papel en la película), escriben una parodia barata en clave de comedia sin chispa. Sí, entretiene, pues entre el atropellado montaje, la surrealista colección de personajes absurdos, las píldoras de videoclip de la MTV y las abundantes secuencias de acción, apenas da tiempo para caer en el tedio o lo que es mejor, pararse a pensar en lo que uno/a está viendo. 

En lo referente al reparto, el asunto es dramático. Yeoh tiene un personaje entre manos que nunca debió regresar de donde diablos la llevase el portal de marras (véase "Discovery"). Siempre se trató de un personaje irritante y carente de interés, por lo que sus orígenes (una historia lacrimógena presentada en una colección de flashbacks) poco bien le hacen a una narración que justamente cuando salva el tipo, es cuando se entrega a su propia autoconsciencia y se aleja de cualquier ápice de seriedad. Además, Yeoh está más sobreactuada de lo habitual, más cercana a Jack Sparrow que a la supuesta villana imponente que se nos intentó vender (con más o menos acierto) en algunos pasajes de “Star Trek: Discovery”. Del resto poco que destacar, clichés a cascoporro y dudosa química colectiva. Salvo de la quema a Sven Ruygrok y su Vulcano mecánico en lo que parece un homenaje a la genial “Meet Dave” (Brian Robbins, 2008) epitafio cinematográfico de un grande de la comedia como Eddie Murphy. 

En resumen, “Star Trek: Sección 31” no decepciona, pues ofrece justamente aquello que se podía esperar de ella. Quizás, incluso más naif de lo esperado entiendo, en un intento de acercarse a todo tipo de público, incluso a aquel ajeno a la franquicia. Ostenta también, eso no se lo vamos a negar, todo un “logro” dentro del universo Trek en la gran pantalla, pues tras trece largometrajes, se convierte en la primera (y esperemos, última) mala película que haya visto la saga

Lo mejor: Si nos olvidamos de que ESTO tiene algo que ver con “Star Trek”, como comedia de acción galáctica y entretenimiento de encefalograma plano, cumple. Todo lo referente al personaje de Sven Ruygrok. Su notable factura visual. 

Lo peor: No tiene absolutamente NADA que ver con “Star Trek”. De hecho, podría llegar a entenderse como una mala parodia. Michelle Yeoh y todo lo que tiene que ver con su personaje.


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