lunes, 3 de marzo de 2025

Crítica: Presence

DAKKO NOS HABLA SOBRE LA NUEVA FANTASMADA DE STEVEN SODERBERGH EN SU PRIMERA INCURSIÓN EN EL GÉNERO


“Presence” (2024), película de apertura (fuera de competición) del Sitges Film Festival del pasado año es el nuevo trabajo de Steven Soderbergh ("Sexo, mentiras y cintas de video"), reconocido director, que esta vez se atreve a filmar una película de casas encantadas, que no terror, bajando las expectativas desde el principio para los que pensaban otra cosa, esto es lo que se va a encontrar en la cinta. Nunca he sido seguidor del bueno de Steven, y desde hoy seguiré sin serlo, pero, el tema de la película me llamaba la atención, y la curiosidad mató al gato. 


“Demasiadas escenas edulcoradas e intentos de trasladar un drama humano, que solo narra problemas del primer mundo, y para nada consigue su objetivo” 


Esta sería la sinopsis: Rebekah (Lucy Liu), su marido (Chris Sullivan) y sus hijos comienzan a experimentar fenómenos inexplicables tras mudarse a su nueva casa. Las extrañas presencias que se manifiestan a su alrededor les harán cruzar la fina línea que separa la realidad de la percepción... Una película contada enteramente desde el punto de vista de un fantasma


“El ritmo al principio es desesperante, y mira que he visto películas de Kiyoshi Kurosawa…”


Tiene cierta estima, o cariño en forma de tributo a las películas clásicas de fantasmas, usando esa armonía de piano y cuerda llegando a lo romántico, a veces, intentando crear tensión a plano corto, usando como recurso un movimiento brusco de cámara para advertir de algo, dando descanso al acto en cada fundido a negro. Soderbergh se encarga, aparte de la dirección, de fotografía y montaje en este largometraje, queriendo mostrar su “visión”, al usar al “fantasma” como mera vía para plasmar lo que en su día pensó que sería una buena idea. Aunque por mucho esfuerzo que le puso, se quedó por el camino. Demasiadas escenas edulcoradas e intentos de trasladar un drama humano, que solo narra problemas del primer mundo, y para nada consigue su objetivo, ni transmite lástima o un mínimo de empatía hacia los personajes, menos aún en esa casa de privilegiados. 


“no busquéis terror, ni pasar un mal rato, ya que aquí damos de bruces con la mismísima maldad humana, que está fuera de todo lo sobrenatural” 


El ritmo al principio es desesperante, y mira que he visto películas de Kiyoshi Kurosawa… las actuaciones correctas, dentro de lo básico del guion, conversaciones descafeinadas y después de los primeros 40 minutos, todo rema medianamente acorde a la situación, pero antes del inesperado desenlace te encuentras el ‘gazapo’ en una escena recreando el andar del fantasma y cuando baja las escaleras, va dando trotes cual humano con una cámara en mano… siempre se ha dicho que los fantasmas no andan, levitan… nada más que añadir señoría. 

Lo dicho, no busquéis terror, ni pasar un mal rato, ya que aquí damos de bruces con la mismísima maldad humana, que está fuera de todo lo sobrenatural. Es una simple y llana historia de un ente en una casa recién comprada, rodada a steadycam, queriendo darle “protagonismo” a esta presencia a ojos del telespectador, práctica que vimos de manera parecida, por ejemplo, en "De naturaleza violenta" (Chris Nash, 2024) recientemente; Y que poco a poco se podría convertir en tendencia y como pasó en su día con el metraje encontrado o found footage, a consecuencia de ello, surgir un nuevo subgénero, que me he permitido el lujo de llamarlo "Alligator" (Sí, ¿por qué no? es algo que acecha y observa constantemente, no sé, dadle una vuelta…). 

Lo mejor: Callina Liang. 

Lo peor: El gazapo antes comentado.

1 comentarios:

El Rector dijo...

Curioso esfuerzo por parte del festival de Sitges por meter con calzador a un tipo "reputado" como Sodenbergh que se ha movido siempre ajeno al fantástico dentro de su programación con una película que, viniendo firmada por cualquier otro, dudo mucho hubiese pasado el corte, pues no deja de ser, en el fondo, un mockumentay del montón, mil veces visto y de más que cuestionables valores cinematográficos.

No, tampoco he sido yo precisamente fan del cine de Soderbergh, no lo voy a negar, pero a estas alturas de su reconocida carrera, hacer un pinito en el género para rodar esto, yo no termino de verlo.

Muy de acuerdo con todo lo expuesto en el análisis. Yo por destacar algo (y me cuesta), me quedo con la interpretación de Chris Sullivan. Del resto, muy poquito más. Un coñazo importante que aunque breve (apenas 80 minutos), cuesta de terminar, un puñado de recursos trillados mil veces vistos, amén de que en algún lugar del mundo ha muerto un pollito con cada puñetero fundido a negro. Para colmo, el desenlace se ve venir a la legua.

Además, la payasada de guion que le ha pasado un tipo habitualmente solvente como David Koepp es poco menos que una puñalada en la espalda si tenemos en cuenta que esto de rodar desde la perspectiva del fantasma, ya se ha visto unas cuantas veces en los últimos años, entre ellas, en la fabulosa "A Ghost Story" de David Lowery, por lo que "Presence" aun queda en peor lugar si cabe.

Saludos.

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