viernes, 28 de febrero de 2025

Crítica: Wicked

RAYBA NOS HABLA SOBRE "WICKED". A RITMO DE MUSICAL


– Hola, Rayba. ¿Me dices que has ido con tu hijo a ver un musical nuevo y te ha gustado mucho? Qué raro, sólo veo el de "El Mago de Oz", ¿no será ese, no? 
— ... No es nuevo, era un musical de Broadway. 
— ¿Qué? ¿Oye? —De nuevo, nada, tiene veintidós años. Lo cantó Idina Menzel en Broadway. Y es una puñetera maravilla. 
— … ¿La peli, o el musical? 
— Sí. 

UN POCO DE BASE AUTO BIOGRÁFICA: EDITH AND I 

Hace veinte años más o menos yo me codeaba con una persona maravillosa y única que se hacía llamar Edith. Edith era punk y steam-punk, amaba con pasión contagiosa los musicales y las versiones, y me hizo caer de nuevo en la fiebre de los musicales presentándome maravillas de Broadway como "Sweeney Todd", "Into the Woods" y, cómo no, "Wicked". También me pasó sus recopilatorios de versiones que eran algunas maravillosas y otras terribles, pero ninguna aburrida. Mi vida de aquella época hubiese sido mucho más gris sin la fantasía de Edith, así que desde mis cuarenta y cinco años actuales, GRACIAS. Sigo escuchando las cosas que me pasaste. Eres la ostia. 

Gracias a esta persona mis contribuciones en la radio de mi pueblo fueron mucho más variadas. Por aquel entonces mi amigo Quim me invitó a hacer un apartado en su programa y lo dediqué, básicamente, a hacer lo que me salía del poto. Un día hablaba de música, otro de libros, otro de teatro. Sin despeinarme. Nos reíamos mucho y lo pasábamos en grande, hasta el punto que la directora de la radio tenía que llamarnos la atención para que respetáramos los tiempos. Dediqué uno de estos espacios a “Wicked", porque, la verdad, me enamoré a lo bestia de ese musical. Me puse a investigar y descubrí que la maravillosa Idina Menzel había actuado también en “Rent” (musical basado en “La Boheme” de Puccini), que había repetido el papel en la película del mismo nombre, y que era una señora con un currículum impresionante. También estaba casada con el por aquel entonces considerado el hombre más sexy del mundo, pero eso ya es otro tema. Rebuscando encontré también la novela original de “Wicked", escrita por Gregory Maguire, que a Edith le flipaba y a mí me pareció un poco tostón, pero no tuve corazón de decírselo. Edith era mi camello musical y la quería mucho, así que cuando me citaba la novela yo asentía y ponía cara de experta.  


“Un buen elenco, buena dirección, bellos colores. Y qué voces, madre mía, qué voces” 


Me chupé videos de calidad cutre sacados del teatro (como hice con otros musicales que me enamoraron), me ponía en bucle el CD de Idina, torturaba a mis amigos comentándoles lo súper que era “Wicked”, y debo decir que mi marido, que en aquel entonces sólo era amigo, me demostró su innegable paciencia aguantando mis peroratas sobre lo maravillosa que era Idina y lo divertidas y emocionantes que eran las canciones de “Wicked”, y lo bien ligada que estaba la trama, y otras cosas propias de una fan desatada. Porque yo estaba desatadísima. 

VEINTE AÑOS MÁS TARDE: ONE SHORT FILM (Or two) 

Cuando eres muy fan de algo a los veintitantos no esperas ver su versión fílmica a los cuarenta y tantos. Es como sí ahora le diera a Almodóvar por hacer una versión para cines de "Rubianes Solamente", o de "Slastic", o de tantas obras teatrales que conocimos cuando éramos yogures. O peor, porque los fans de Sondheim (“West Side Story”, “A little night music” con su maravilloso Send in the clowns) ya habíamos sufrido en 2007 el “Sweeney Todd” (1979) de Tim Burton, al cuál no se le ocurrió otra idea que agarrar a sus actores fetiche de siempre, que tienen menos fuelle que un globo deshinchado, para que cantasen. Como si nunca nadie hubiera agarrado a cantantes, o les hubiera hecho doblar a actores.  No sólo destrozó el musical, cargándose todo cuanto tiene de operístico, si no que borró gran parte de su humor negro e ironía, pasándolo simplemente a un rollo angsty adolescente que hace la historia infumable. Lo siento, si voy a ver a alguien degollando a personas para convertirlas en pasteles de carne que el vecindario devora, necesito las risas o muero del asco. No sé si decir que es peor o mejor lo que hizo Disney diez años más tarde con “Into the woods” (1987), intentando convertir una historia divertida pero con su buena dosis de cinismo y crítica en una cosa descafeinada y sin mala leche, haciendo que su primera parte tenga un pase para perder todo el pulso y el interés en la segunda. Un soberano tostón, vamos. 


“las dos horas y pico que dura se pasan volando. ¿Por qué? Por algo que yo, amante que soy de las versiones teatrales, no tuve en cuenta: el ritmo de un musical es endiablado” 


Con semejantes antecedentes, me enteré de que adaptaban “Wicked” y automáticamente entré en modo Hater. Pánico me daba la idea de tragarme otro bodrio. Vi a las actrices y enarqué una ceja. Vale, Elphaba parece más mayor, a Glinda la encarna Ariana Grande que es la adolescente más vieja del planeta (pero sigue pareciendo que tiene quince, qué grima y qué cuchi es), a Fiyero lo encarna… ¿Anthony de los Bridgerton? Ok… Gente de treinta para arriba haciendo de adolescentes. Lo de siempre, vamos. 

Yo me hacía cruces, pero al menos sé que Ariana sabe cantar. No sabía muy bien cómo se defendería con los gorgoritos que hace la original Kristin Chenoweth en el musical, pero estaba dispuesta a darle un voto de fe. No tanto a la versión doblada al castellano, que me suelen hacer tremendos desaguisados en el doblaje. Sin embargo, empezaron a llover las críticas efusivas, la gente prefirió “Wicked” (2024) a “Moana 2” (2024) y a “Gladiator 2” (y con buen motivo, por lo que sé), y me llegaron comentarios de que, para la versión española, habían puesto voces de… ¡Gasp, qué idea tan novedosa! ¡CANTANTES! ¡Para un musical, lo nunca visto! También recibí la noticia de que se iba a rodar en dos películas. Pero santísima Virgen, ¿en serio tienen para estirar el chicle tanto? ¿Con dos horas y cuarenta minutos no les daba para liquidarse la historia? 

PLOT TWIST-  NO: NO ONE MOURNS THE HATER 

Pues allí que fui al cine, sesión de noche, acompañada con mi hijo mayor que se pensaba que le hacía un favor a su mamá. Y se me cayeron las bragas al suelo.Y ahora entro en materia, que ya sé que me he pasado con el prefacio pero necesitaba expresar todas mis dudas razonables para explicar lo mucho que me ha impactado. Visualmente es un poco mareante en algunos momentos (odio cuando la cámara sigue a los personajes voladores, me da reminiscencias del "Assassin’s Creed" y ganas de decorar a alguien las botas), pero… pero… A ver, es tan colorida cual tienda de chuches, cosa que le hace justicia a la película clásica del 1939. Si bien la novela de “Wicked” es fiel a la novela original de “El Mago de Oz”, el musical bebió mucho de las películas, y cae en un torbellino de colores saturados que hace que “Charlie y la fábrica de chocolate” parezca “Sopa de Ganso”. 3D por todas partes, más conseguido en la arquitectura que en los animales parlantes (cero sorpresas aquí), con unos fondos que le provocarían orgasmos a Alphonse Mucha, tan barrocos y modernistas como desquiciados. Toques Steam-Punk en las máquinas e inventos del Mago. La historia que algunos ya conocemos, reivindicativa y con cero fe en el poder que dice “defender nuestros intereses”. Un buen elenco, buena dirección, bellos colores. Y qué voces, madre mía, qué voces

La verdad es que las dos horas y pico que dura se pasan volando. ¿Por qué? Por algo que yo, amante que soy de las versiones teatrales, no tuve en cuenta: el ritmo de un musical es endiablado, hay que estar proporcionando chistes, sensaciones y trama al público constantemente porque, a fin de cuentas, están fijando la vista, algunos desde el fondo de la sala, en un espacio pequeño. Las argucias del cine son distintas, te provocan una sobrecarga visual con fondos y movimientos de cámara, así que hay que dejar que el público respire y le dé tiempo a digerir lo que ve, o no se van a empanar de nada. Si el ritmo de ingenio, chistes y emotividad de la versión Broadway se hubiese calcado al pie de la letra, hubiera sido un desaguisado. Por tanto, las casi tres horas de esta película y dividirla en dos partes no, no son estirar el chicle: son absolutamente necesarias. A menos que la caguen en la segunda mitad, cosa que espero que no sea así, han encontrado la medida perfecta y me han hecho comerme mis palabras. Estaban muy ricas. 

DEL ODIO AL AMOR: SOMETHING (not) BAAAAAD 

Vamos pasito a pasito, aunque me esté alargando. Las actrices están divinas, el Mago de Oz fenomenal, la historia está bien contada, todos cantan de maravilla y es algo que han sabido trasladar a nuestra lengua (¡por fin!). Las adaptaciones de las letras, que no se pueden traducir tal cual y en las cuales se van a perder sí o sí los juegos de palabras y los dobles sentidos, maravillosas y muy potables (oír a Glinda cantar Popular me tuvo muerta de la risa, como debe ser). Ariana baila como si no tuviera peso, se desliza por las superficies como yo resbalando en mis botas nuevas. Cynthia Erivo como Elphaba está que se sale, dándole el adecuado dramatismo con sus expresiones faciales y lenguaje no verbal y como contrapunto perfecto de la Glinda chispeante y cabezapájaros que interpreta Ariana. El Mago es el impresionante Jeff Goldblum, creíble, humano, hipócrita, encantador, liante. Perfecto, vamos. Y para Madame Morrible tenemos a la siempre hermosa Michelle Yeoh, con una dignidad y un saber hacer fabulosos. Jonathan Bailey de Fiyero no me convence tanto, no porque no dé el pego (lo hace bien), pero porque no es mi prototipo de galán. Yo era más pro-duquito, que actuaba peor en los "Bridgerton" pero es que era un bombonazo. Aunque sospecho que Jonathan baila mejor… Y además canta. 

Las coreografías son un pasote. Tanto cuando canta Cynthia solita y la cámara le sigue (the Wizard and I) como cuando tienen los grandes números multitudinarios (Dancing through life) todo está perfectamente calculado y puesto con manga pastelera. Ver a los distintos personajes deslizarse por esos fondos imposibles con total naturalidad, bailando y cantando, es impagable. Desde la agilidad y atletismo de Fiyero y las danzas prácticamente ingrávidas de Glinda, hasta el impagable tema final en que la paleta de color se oscurece hasta lo opresivo acompañando de lujo a la acción y el dramatismo, todo está cuidado y se nota el mimo que le han puesto. Es un producto, por supuesto, busca ser comercial e impactar, pero no es producto sin alma y eso, por sí solo, ya me valdría todo. 

El guion es el que algunos ya conocemos, pero de nuevo recalcar que el nuevo ritmo le da unos toques nuevos. Creo que no han añadido diálogos (no recuerdo perfectamente el musical clásico y no tengo muchas ganas de volver a ver aquellos videos de youtube de calidad horrorosa), pero el secreto está en cómo se cuentan las cosas. Ahondan en el dramatismo y rebajan el humor, pero éste sigue ahí, así que todo sigue en su sitio y al mismo tiempo no lo hace. Perfecto para renovar una obra que, lo dicho, no es posible considerar novedosa. Y sin embargo, todos los temas que toca, desde la manipulación del poder y de la prensa hasta las pérdidas de fe y de esperanza, siguen siendo, quizás más que nunca, vigentes. No creo que haga falta recordar toda la manipulación mediática y los chorreos de fake news de según qué miembros del circo político actual, en todos los países del mundo. Así de triste es que una obra de dos décadas nos tenga que dar un tirón de orejas, a estas alturas de la vida. Goebbels sigue vivo en la memoria y las prácticas de demasiados, para nuestra desgracia. 


“el tema de fondos y color es una locura total. Es inmersivo, diferente, bello y levemente kitsch, y hace que la figura de Elphaba, con su eterno traje negro, destaque como un ojo morado” 


Como ya he dicho, el tema de fondos y color es una locura total. Es inmersivo, diferente, bello y levemente kitsch, y hace que la figura de Elphaba, con su eterno traje negro, destaque como un ojo morado. Lo cual es perfecto, de eso se trata, de hablar de los desarraigados, de los que nos tragamos la publicidad de jóvenes y luego de maduritos ya desconfiamos de todo, de la rebeldía adolescente, del pelear por causas perdidas (o no). Mi hijo de doce, que está entrando en esa fase, salió dando palmas con las orejas. Yo salí directamente cantando los temas en inglés original, porque en castellano no me los sé (todavía). Queda ver si en la segunda parte meterán la gamba o continuarán pulsando las teclas correctas. Una obra no está acabada hasta que lo está (perogrullada), y no quiero que el hype que me ha dado esta primera parte, sublime y maravillosa incluso para mí que soy fan de Idina Menzel (hace un cameo FABULOSO, y sigue siendo una reina), me empañe la vista de cara a la segunda y última parte. A menos que les dé por adaptar la segunda novela, aunque lo dudo. No hay musical escrito sobre ella. Y después de lo de Andrew Lloyd Webber con “El Fantasma de la Ópera" y “Love Never Dies”, si tenemos suerte, NUNCA lo harán. Ew. 

EN RESUMEN; FOR GOOD 

A los que no les gusten los musicales, no les va a gustar. A los fans acérrimos del Mago de Oz, no les va a gustar. A los que nos gusta darle la vuelta a una historia y ver las costuras, y contar una nueva historia con un nuevo punto de vista y una pizca de sano cinismo y mala leche, nos va a encantar. A los que adoramos los musicales, nos va a encantar. Y a los fans del “Wicked” original creo que no les disgustará. Personalmente, sigo con el subidón y he vuelto a ponerme la playlist para escuchar a la genial Idina con el corazón en vilo. Cuando mi hijo duerme, para no spoilearle la segunda parte… Soy mala, pero no tanto. Creo. 

LO MEJOR:
Ariana y Cynthia, y su maravillosa química. El despelote del uso de cámara, en ocasiones mareante pero siempre creativo. La adaptación al castellano, que es impecable en las letras e impactante en las voces (POR FIN!! Es que no me canso de remarcarlo). El color de feria, de tienda de gominolas, de parque infantil, de la película clásica. Las gafas de Elphaba, denme tres pares, por favor y gracias. Los fondos orgásmicamente Fin-de-siecle. Los últimos quince minutos. La adaptación, en general, y el ritmo. Las coreografías de diez. Idina y Kristin Chenoweth de cameo: quitaron el Wizardmedia y les metieron un número diferente, y casa la mar de bien. Lo bien que le da la vuelta al calcetín de una historia tan clásica como “El Mago de Oz”, aunque eso se deba por supuestísimo al guion original. Gracias por el respeto, señores.  

LO PEOR:
El mareo de los primeros minutos siguiendo a monos voladores. Tener que esperar un año para la segunda parte. El miedo que me da que se pasen de amargos en el segundo acto. Que el público español tarde tanto en conocer musicales tan geniales. El escote de Ariana, por donde se le pueden contar las costillas y me daba algo de grima (ojo, ella sigue siendo adorable y está fabulosa igual, esto son fobias y filias personales). Ver a Anthony de los Bridgerton y pensar: “¿Y Kate?”. El humor negro algo atenuado en favor del dramatismo (de nuevo, punto de vista personal y porque AMO el original, no es una falta en sí, solo otro medio al que se adaptan muy bien). Que es una historia ya conocida desde hace veinte años, así que cero sorpresas con las vueltas de guion. Que una se pregunta si la gente recordará lo suficiente la primera parte cuando salga la segunda para pillar lo bien atado que está todo.


0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.